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Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

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¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


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23 febrero 2009

UE, OTAN, EE.UU., alianza del Siglo XXI para la dominación global

UE, OTAN, EE.UU., alianza del Siglo XXI para la dominación global

Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Con la reintegración de Francia al comando militar de la OTAN después de una interrupción de 33 años, que será formalizada en la cumbre de este año de la Alianza en Estrasburgo, que también actualizará el Concepto Estratégico 1999 con un aumento del énfasis en la integración militar OTAN-UE-EE.UU., y con la intensificación por la UE de la creación de una fuerza de despliegue rápido de 60.000 soldados y sus propios grupos de batalla y sus afiliados nórdicos para uso en todo el mundo, es urgente hacer un examen de las relaciones mutuas resultantes entre los tres principales centros occidentales de poder económico, político y militar – la UE, la OTAN y EE.UU.

Hasta la fecha la opinión generalmente aceptada en los círculos del establishment consisten en gran parte de una serie de cuatro dicotomías falsas:

  • El desarrollo cada vez más ambicioso de las capacidades militares de la UE compite con la OTAN, si no representa un desafío directo a dicho organismo y a la alianza estratégica transatlántica con Washington.
  • La OTAN es un antídoto multilateral al unilateralismo de EE.UU.
  • La UE es un profesional basado en principios de diplomacia pacífica mientras que EE.UU. y la OTAN a menudo se apresuran demasiado porque se basan en la necesidad militar.
  • La UE es un competidor o incluso el principal competidor de EE.UU. en Europa y cada vez más en todo el mundo.
Cada cual puede creer tantas de estas patrañas como quiera, pero las palabras y las acciones de los responsables políticos y de los funcionarios a cargo de imponer la política en el establishment de la política exterior de la UE, la OTAN y EE.UU. las refutan continuamente.

21 de los 27 miembros de la UE son también miembros de la OTAN. De los seis que no lo son, todos, con la excepción de Chipre (por el momento) - Austria, Finlandia, Irlanda, Malta y Suecia – son miembros del programa Cooperación por la Paz de la OTAN. De los últimos cinco, sólo la pequeña Malta no tiene un contingente militar sirviendo bajo la OTAN en Afganistán, los Balcanes u otros sitios.

De los 26 Estados miembro de la OTAN, sólo Noruega y EE.UU., Canadá e Islandia, los últimos tres no están en Europa y por lo tanto no se califican, no están en la UE.

Los tres protagonistas cruciales podrán altercar ocasionalmente sobre cuestiones secundarias de táctica, oportunidad y tecnicismos, pero se mantienen unidos respecto a preocupaciones sustantivas y estratégicas.

La UE y la OTAN han sido abiertamente socios militares desde 1992 cuando se firmó el acuerdo Berlín Plus sobre la compartición conjunta de activos militares.

Incluso los miembros de la UE que todavía no están en la OTAN son afectados por la subordinación del continente al bloque ya que la Carta Estratégica de la Alianza de 1999, todavía estipula en efecto, que los arsenales nucleares de EE.UU., en particular, pero también los del Reino Unido y de Francia, “son esenciales para preservar la paz” y son “un vínculo político y militar esencial entre los miembros europeos y norteamericanos de la Alianza.”

Como los eventos de 1989-1991 provocaron el colapso del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial en Europa y el mundo en su conjunto – la disolución del Pacto de Varsovia y del Consejo de Ayuda Económica Mutua (Comecon), la desintegración de la Unión Soviética y la fragmentación violenta a Yugoslavia, las principales potencias occidentales inmediatamente reiniciaron planes para la dominación global interrumpidos después de las dos guerras mundiales y, después de haber aprendido sus propias lecciones de la última formaron un condominio para compartir los despojos de todo el mundo, no sólo la multitud de sus antiguas colonias, territorios, protectorados y mandatos, sino partes del globo que nunca antes estuvieron a su disposición, incluida la antigua Unión Soviética.

Esto lo confirma una declaración del Secretario General de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, hace casi cuatro años:

“La OTAN y la UE están logrando bastante progreso en la coordinación de capacidades militares modernas. Me siento optimista de que podamos extender nuestra cooperación en áreas adicionales en las que tenemos un interés de seguridad común, donde podemos complementarnos, y reforzar mutuamente nuestros esfuerzos. Y con ello quiero decir áreas funcionales… como ser el Cáucaso y Asia Central.” (NATO International, 31 de marzo de 2005). Dos meses después el Secretario Adjunto de Estado de EE.UU.,

Nicholas Burns, que llegó a ese puesto después de ser embajador de EE.UU. ante la OTAN, usó un tenor parecido cuando “saludó un llamado por el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, para que la alianza y la UE aumenten la cooperación para asegurar la seguridad más allá de las fronteras de la OTAN en Europa, África y Asia Central.” (Associated Press, 26 de mayo de 2005)

Burns explicó la división del trabajo propuesta, por lo menos desde la perspectiva de Washington:

“A ver si nos entendemos. La OTAN hace las grandes operaciones militares, pero la UE maneja las operaciones de mantenimiento de la paz…” (Ibíd.)

En el mes intermedio, abril de 2005, el ministro alemán de defensa de entonces, Peter Struck, dirigiéndose a una conferencia sobre seguridad europea en Berlín, subrayó el mismo punto al afirmar que “Sería totalmente erróneo ver el desarrollo de capacidades de defensa europeas, separadamente de progresos dentro de la OTAN,” y “agregó que tanto la OTAN como la Unión Europea se esfuerzan actualmente por estar mejor preparados para misiones fuera del área en un intento de adaptarse al rápido cambio del entorno de seguridad.” (Deutsche Welle, 13 de abril de 2005)

Es decir, la UE y la OTAN han determinado que todo el mundo, con la excepción del Hemisferio Occidental, que presumiblemente pertenece a EE.UU. (aunque incluso allí los Estados de la OTAN están involucrados individual, separada y colectivamente), como caza legal para despliegues militares.

Otro giro cualitativo respecto a la situación internacional previa a 1991 y una reversión a la era de las ambiciones y pretensiones coloniales europeas occidentales, la de la diplomacia de la cañonera y de bayonetas caladas contra “nativos revoltosos.”

De hecho, la época posterior a la Guerra Fría ha devuelto en esencia a Europa, a Occidente en general y gran parte del mundo en cuanto a la influencia de los Estados de la OTAN no sólo al status quo ante previo a la Segunda Guerra Mundial sino aún más atrás a los años 1800 y al apogeo de la expansión colonial europea.

Efectiva, si no formalmente, las principales potencias occidentales han creado equivalentes modernos del Congreso de Viena de 1815 y del Congreso de Berlín de 1878.

El primero ocurrió hacia el fin mismo de las Guerras Napoleónicas con la inminente derrota de Bonaparte en Waterloo y fijó el fundamento de la Santa Alianza y su nuevo orden de entonces, que debía asegurar que nunca los tronos europeos volvieran a ser desafiados por la amenaza del republicanismo.

La dispensa posterior a 1991 ha recreado la proscripción de la forma republicana de gobierno y la ha aplicado al comunismo y a otras variantes del socialismo y por cierto a cualesquiera partidos políticos y movimientos populares que puedan defender los intereses de la mayoría, dentro de Europa o fuera de ella, frente a elites transnacionales – así llamadas euro-atlánticas.

El segundo modelo, el del Congreso de Berlín, fue la salva de apertura de la alteración de las fronteras nacionales en los Balcanes y el comienzo de la disputa por África, que sería lanzada en serio seis años después en la Conferencia de Berlín.

Similitudes entre entonces y el período actual no requieren mucho comentario, ya que saltan a la vista.

La Conferencia de Berlín, a la que asistieron representantes de Austria-Hungría, Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Portugal, Prusia, España y Suecia-Noruega, abrió toda África, especialmente la cuenca del Río Congo, y la región de los Grandes Lagos, a las formas más brutales y cínicas de rapiña y saqueo.

Fue también el prototipo para ataques militares y económicos conjuntos, colectivos, europeos occidentales, contra naciones virtualmente indefensas, que no tardó en ser replicado en China en 1900 invadida por fuerzas militares de Austria-Hungría, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y EE.UU. para reprimir la Rebelión de los Bóxer y proteger intereses económicos occidentales.

Para demostrar hasta qué punto el pasado es ahora el presente, en un artículo escrito en conjunto en The Times de Londres en junio pasado, George Robertson y Paddy Ashdown, de quienes hablaremos más adelante, afirmaron que “la cooperación multilateral en el ámbito europeo tiene que… involucrar más cooperación en la defensa si ha de ser tomada en serio. El impulso por crear grupos de combate de la UE debe ser acelerado, compatibilizado enteramente con las fuerzas de reacción de la OTAN y debería formar la base de una capacidad europea emergente de contrainsurgencia capaz de operar en Estados fracasados y entornos post-conflicto.” The Times, 12 de junio de 2008)

El documento, en realidad un manifiesto militar y una llamada a la acción para las elites occidentales, también incluyó la observación de que “Esto será vital si se nos llama… a extender la autoridad pública a algunos de los espacios no gobernados que la globalización está ayudando a generar.”

Y el artículo culmina en este análisis – rudo, revelador y hubristico por igual:

“Por primera vez en más de 200 años nos movemos hacia un mundo que no está totalmente dominado por Occidente. Si queremos influenciar ese entorno en lugar de ser chantajeados por él, si queremos asumir algunas de las características preocupantes de la globalización, el multilateralismo real, práctico, es una necesidad estratégica…”

Haya o no alguien más en el mundo que considere que el deseo de las principales potencias occidentales y de su clase gobernante de asumir, reclamar y expandir la dominación global represente una necesidad, el plan es decididamente estratégico.

A diferencia de las divagaciones de oscuros académicos que rediseñan el mundo y sus divisiones nacionales en la seguridad de sus propias mentes y confortables asientos en las bibliotecas universitarias, el pronunciamiento en The Times apareció allí porque sus autores son cualquier cosa pero no teóricos abstractos, historiadores o filósofos políticos.

Son importantes arquitectos e implacables ejecutores del orden que propugnan, ambos probados en la post-Guerra Fría, o como ellos mismos podrían presentarlo, en el laboratorio posmoderno que fueron los Balcanes en los años noventa.

Lord George Robertson, es secretario de defensa británico y aun par del reino de por vida y barón de

Port Ellen, fue secretario general de la OTAN desde 1999 hasta 2004, sucesor de Javier Solana, que ha pasado a ser Alto Representante para Política Exterior y de Seguridad Común y secretario general tanto del Consejo de la Unión Europea como de la Unión Europea Occidental. En realidad, ministro de exteriores colectivo de la Unión Europea.

Paddy Ashdown fue Alto Representante internacional para Bosnia y Herzegovina desde septiembre de 2002 hasta mayo de 2006, dirigiendo con descarada arbitrariedad, despotismo y ferocidad que le granjearon el título informal de otra época, virrey, que casi no cabe duda que consiguió legítimamente porque su padre había sido oficial en el servicio colonial británico en India y porque la misión y el estilo de Ashdown hijo no sólo evocaban la pasada era colonial sino eran emblemáticos de su actual renacimiento.

Hace casi cuatro años la Comisión Internacional sobre los Balcanes, fundada por – entre otras instituciones – el Fondo Marshall Alemán de EE.UU., “emitió una acerba crítica de las políticas de la UE y de la ONU en los Balcanes.

“La comisión afirma que la democracia ha sido asfixiada en Bosnia ‘por la autoridad coercitiva’ de Paddy Ashdown, alto representante de la UE.

"Los representantes internacionales, dice la comisión, ‘se meten frívolamente en la ingeniería social pero no tienen que rendir cuentas cuando sus políticas fracasan. Si el régimen neocolonial de Europa se arraiga, alentará el descontento económico…’” (International Herald Tribune, 29 de abril de 2005)

Como para recompensarlo por esto, hace un año Ashdown fue promocionado como sucesor de los antiguos jefes de su padre en el subcontinente indio, a saber lo que la prensa en la época se refirió como un “súper enviado” a Afganistán, lo que un periódico describió en estas palabras rapsódicas:

“El rol propuesto significaría que Lord Ashdown será encargado de unificar los esfuerzos de la OTAN y de la ONU en Afganistán. Se piensa que los funcionarios de la OTAN apoyan su candidatura para un puesto con un poder excepcional.” (The Telegraph, 6 de diciembre de 2007)

El gobierno afgano se mostró menos entusiasta que la clac de Ashdown en la prensa occidental y no le dio el puesto, demostrando así la forma y temperamento ‘pre-moderna’ del pueblo afgano. El adjetivo será explicado más adelante.

Lo que Ashdown encarnaba para los afganos, conociera o no su gobierno los antecedentes, era la posición ‘post-moderna’ del antiguo diplomático británico y cardenal Richelieu del Luis XVIII de Tony Blair en asuntos de relaciones exteriores, Robert Cooper.

La eminencia gris en cuestión es autor de dos libros: “The Post-Modern State and the World Order “(2000) y “The Breaking of Nations: Order and Chaos in the Twenty-First Century” (2003), y contribuyó una versión del primero a la colección “Re-Ordering the World: The Long-Term Implications of September 11” (2002).

Cooper ha sido caracterizado como padre del “nuevo imperialismo liberal” y fue durante un breve período Representante Especial de Tony Blair en Afganistán después de la invasión de 2001.

Como Robertson y Ashdown, jugó un papel en la imposición así como en la elaboración de racionalizaciones de las estrategias y políticas imperiales.

Su primer libro: “The Post-Modern State and the World Order,” dividió en tres las naciones del mundo en pre-modernas, modernas y post-modernas, no diferentes de modo esencial, aunque superficialmente en estilo, de aquellas de sus antepasados colonialistas al dividir a los pueblos del mundo en naciones y culturas civilizadas y no civilizadas.

Variaciones de esta visión del mundo han vuelto a aparecer en todo Occidente después del fin de la Guerra Fría, y el nuevo orden internacional que la siguió permitió que las principales potencias occidentales dejaran de lado promesas a medias de respetar a la recién liberada mayoría de la humanidad, a menudo con culturas auténticas mucho más antiguas y mucho más venerables que las de sus antiguos amos coloniales y los aliados norteamericanos entre ellos.

Después que se negó a Ashdown la oportunidad de continuar la tradición familiar en Afganistán fue a trabajar como mano derecha de Javier Solana como Director General para Asuntos Externos y Político-Militares en el Secretariado General del Consejo de la Unión Europea, posición que conserva actualmente.

También se considera que Cooper ha jugado un papel decisivo en la creación de la Política Europea de Seguridad y Defensa (ESDP, por sus siglas en inglés), originalmente introducida como Identidad Europea de Seguridad y Defensa en la reunión de ministros de exteriores de la OTAN en Berlín en 1996 donde se acordó que la Unión Europea Occidental (WEU) supervisaría su creación dentro de las estructuras de la OTAN.

La ESDP es ahora dirigida efectivamente por el Alto Representante de la Política Común de Exteriores y Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, cuyo principal lugarteniente es Cooper. La ESDP fue probada por primera vez en el terreno en Macedonia en 2003 cuando se hizo cargo por la OTAN y ha seguido siendo el principal brazo de defensa y fuerzas armadas de la UE.

Macedonia, la segunda víctima de la guerra de la OTAN en 1999 contra Yugoslavia, fue el prototipo para la suplantación por la UE de las fuerzas de ocupación e interdicción de la OTAN, y la antigua misión Concordia de EUFOR sucedió a la Operación Armonía Aliada de esta última.

En 2004, la OTAN nuevamente entregó un protectorado, Bosnia, bajo su Fuerza de Estabilización (SFOR) a la UE y a su operación Althea EUFOR.

En 2008, la OTAN comenzó a hacer la transición del comando de su Fuerza Kosovo (KFOR), sólo autorizada bajo la Resolución 1244 de la ONU, a la Misión Gobierno de Ley de la UE (EULEX), provocando duras condenas de Serbia y Rusia.

En noviembre del año pasado, la OTAN entregó la extensa interdicción naval de la Operación Atalanta de EUNAVFOR en el Golfo de Adén y el Cuerno de África a la UE, que fue descrita como “algo completamente nuevo para la UE porque tiene lugar lejos de la propia Europa… La Operación Atalanta es un proyecto ambicioso. El área de mar que debe ser controlada es enorme…” (Radio Netherlands, 21 de noviembre de 2008)

La “misión civilizadora” conjunta de la UE y de la OTAN en “espacios no gobernados” en el mundo pre-moderno y moderno se expande constantemente.

Durante este mes, Giampaolo Di Paola, presidente del Comité Militar de la OTAN, entró en detalles sobre la misión triádica mundial UE-OTAN-EE.UU. al presagiar la “necesidad de una nueva forma de gobernanza mundial en la cual la OTAN, la UE y otras importantes organizaciones internacionales tienen que jugar un papel.” (ADN Kronos International [Italia], 13 de febrero de 2009)

Vale la pena examinar en cierta profundidad el tipo de gobernanza mundial del que hablan y quiénes son propuestos como sus auto-designados guardianes.

Funcionarios en Bruselas y Washington invocan rutinariamente el término comunidad internacional cuando conviene a sus intenciones – y con la misma regularidad ignoran los deseos de la verdadera comunidad de naciones cuando no es así.

La población combinada de todos los 27 Estados miembro de la UE es de menos de 500.000.000, menos de un doceavo de la raza humana.

Si se agregan las cifras de los Estados de la OTAN que no están en la UE – EE.UU. cuyos 300.000.000 de ocupantes representan un 40% de la cantidad de la UE, Canadá, Noruega e Islandia, la cifra total es de apenas más de 800.000.000, menos de una séptima parte de la humanidad.

Los principales Estados de la UE y miembros europeos de la OTAN, son las antiguas potencias coloniales – Gran Bretaña, Francia, España, Portugal, Holanda y Dinamarca, y el segundo contingente de ‘un lugar bajo el sol’ de Bélgica, Italia y Alemania.

Comenzando con misiones comerciales, que pronto se convirtieron en monopolios, incluyendo poco después puestos avanzados militares y finalmente una subyugación económica, política y militar total, las principales potencias occidentales se repartieron amplias superficies de territorio en Asia, África, Norte, Centro y Sudamérica y toda Oceanía como sus respectivos dominios y esferas de influencia.

Muchos Estados de la OTAN y de la UE siguen reteniendo los vestigios de esa rebatiña por el mundo, especialmente en ultramar y en otras posesiones no-contiguas, sobre todo islas, arrebatadas originalmente a los habitantes indígenas.

Gran Bretaña, Francia, Holanda, España, Portugal, Dinamarca y EE.UU. están en esa categoría.

Son los Estados que prohíben a otros, incluso en el contexto europeo, el derecho a ejercer influencia en territorios que fueron parte integral de su país durante varios siglos, como ser Serbia con Kosovo y Rusia con Ucrania.

Las principales naciones occidentales fueron también las perpetradoras del tráfico de esclavos africanos, la mayor migración forzosa de gente en la historia humana, con cálculos de los transportados a través del Océano Atlántico que van entre los 10 y los 30 millones en los siglos entre XVI y XIX.

Los involucrados incluían, a uno u otro lado del océano, a menudo en ambos, Gran Bretaña, Francia, España. Portugal, Holanda, Dinamarca y más tarde EE.UU.

Uno de los fundamentos tácitos de la comunidad transatlántica.

Términos y conceptos obsoletos y desacreditados como la Carga del Hombre Blanco, el Destino Manifiesto, ‘un sitio bajo el sol’, Lebensraum [espacio vital] e ‘imperios bajo los cuales el sol nunca se pone’ han sido abandonados, pero la visión subyacente del mundo y los objetivos geopolíticos que los motivaron no lo han sido y en su lugar han sido rediseñados bajo nuevas marcas durante la última generación.

Las fuerzas militares occidentales han vuelto a naciones que creían haberse librado para siempre de ellas; por ejemplo, las tropas británicas están de vuelta en Afganistán, Iraq y Sierra Leona; las francesas en Haití, de vuelta en el bicentenario de su independencia de Francia, y Costa de Marfil; las fuerzas armadas estadounidenses están de vuelta en las Filipinas.

No es sólo una suma total de acciones individuales de potencias aliadas occidentales, lo que ha emergido es un nexo sistemático e internacional de despliegues planificados y coordinados con objetivos geoestratégicos precisos y amplios.

A pesar de la tan publicitada diferencia de opiniones respecto a la invasión de Iraq en 2003, todos los 26 Estados de la OTAN tienen personal militar asignado a Iraq y al vecino Kuwait bajo la Misión de Entrenamiento de la OTAN – Iraq.

Menos de dos años después de la invasión la Alianza anunció que “el objetivo de la OTAN es entrenar este año a 1.000 agentes de seguridad de mediana y alta graduación” y “la Unión Europea ha acordado entrenar a unos 700 jueces, fiscales y funcionarios carcelarios.” (San Francisco Chronicle, 21 de marzo de 2005)

Después, en 2005, la entonces embajadora de EE.UU. ante la OTAN, Victoria Nuland, ex asesora de seguridad del ahora ex vicepresidente Dick Cheney, afirmó: “Necesitamos eliminar de una vez por todas las rivalidades – algunas reales, otras imaginarias – entre la UE y la OTAN.”

Sus comentarios fueron caracterizados por un sitio militar en Internet como propugnando que “la OTAN y la Unión Europea (UE) deben establecer un diálogo mucho más profundo que en el pasado para encarar la amplia gama de temas militares, políticos, de equipo y financiamiento que enfrenta la comunidad de seguridad transatlántica…” (Defense News, 23 de septiembre de 2005)

El primer embajador de EE.UU. en Afganistán después de la invasión de 2001, James Dobbins, quien en aquel entonces era director del Centro de Política de Seguridad Internacional y Política de la Defensa en Rand Corporation, reflejó una actitud semejante al urgir que “es hora, por lo tanto, de dejar de preguntar lo que la OTAN puede hacer por la UE, y comenzar a preguntar lo que la UE puede hacer por la OTAN. Y Afganistán es el sitio para comenzar. Esto podría ser hecho del mejor modo en un diálogo triangular entre la OTAN, la UE y EE.UU.” (International Herald Tribune, 30 de septiembre de 2005)

Para demostrar aún mejor que el triángulo UE-OTAN-EE.UU. afecta más que únicamente eventos en el continente europeo, un mes después de los comentarios de Dobbins, Julianne Smith, directora adjunta de programas de seguridad internacional del think tank estadounidense Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, lamentó en una conferencia realizada por ese organismo que:

“’Sí, consultan sobre los Balcanes, pero eso no basta. La OTAN y la UE deberían estar hablando sobre la no proliferación, el Cáucaso, Ucrania, Moldova – todo el asunto.” (Defense News, 14 de octubre de 2005)

Klaus Naumann, antiguo jefe del Comité Militar de la OTAN, habló en la misma conferencia y reveló más de lo que posiblemente se proponía al deplorar que “Europa de nuevo es obsesionada por los fantasmas de la soberanía,” con lo que quiso decir que el amor restante por el propio país y pueblo es un obstáculo para la consolidación ulterior de la dominación incuestionable de la OTAN y de la UE en Europa y más allá. (Ibíd.)

El mes siguiente, Javier Solana, de la UE, ex Secretario General de la OTAN, dijo que la expansión de los planes militares y los planes para despliegues globales de la UE no tenían que ver “con el reemplazo de la OTAN” y en su lugar “al convertirse en un actor internacional más fuerte y más capaz, será un mejor socio para EE.UU.,” citando los Balcanes como el terreno original de prueba para ese triunvirato, “Mediante nuestros esfuerzos concertados con EE.UU. y la OTAN…” (Defense News, 10 de noviembre de 2005)

El mes siguiente el ya mencionado Klaus Naumann escribió una columna que contenía la demanda de que “La UE debiera… adoptar pasos para mejor su capacidad de realizar operaciones. Nuevos Grupos de Batalla de la UE deben ser fortalecidos mediante entrenamiento regular y certificación, preferentemente utilizando estándares de la OTAN…” (Daily Times [Pakistán], 1 de diciembre de 2005)

El artículo también instaba a que “los dos organismos deben expandir su diálogo estratégico más allá de su actual enfoque en los Balcanes y Afganistán” e incluía la misma recomendación hecha anteriormente por Julianne Smith de que la UE y la OTAN deben escalar en conjunto su intrusión en otras áreas incluyendo “regiones como Ucrania o Moldova.” (Ibíd.)

La integración de las políticas militar y exterior de la UE y de la OTAN continuó a ritmo acelerado durante años y alcanzó su crescendo en la cumbre de la OTAN en Bucarest, Rumania, en abril del año pasado.

Durante la cumbre “la Representante Permanente de EE.UU. ante la OTAN, Victoria Nuland, afirmó que la clave para el fortalecimiento de la OTAN era la construcción de una Unión Europea más fuerte.” (Der Spiegel, 1 de abril de 2008)

Un periódico del país anfitrión informó que “un alto responsable estadounidense ha afirmado recientemente que, lejos ser considerada como una amenaza para la OTAN, la Política Europea de Seguridad y Defensa (ESDP) consolidada es una necesidad inmediata…” (Nine O'Clock News, March 31, 2008]

La presidencia de la UE estuvo en manos de Francia el año pasado y el presidente francés Nicholas Sarkozy fue el principal proponente al presionar por el eje UE-OTAN-EE.UU. en la cumbre de Bucarest.

Aunque no fue su único proponente:

“El presidente de EE.UU., George W. Bush apoyó el jueves la idea de que Europa debería reforzar su propia capacidad de defensa, dijo el presidente francés Nicholas Sarkozy, describiéndolo como “un punto histórico decisivo.”

“El apoyo de Bush para una ‘Europa de la defensa’, como Sarkozy describió la intervención, fue expresado en una cumbre de dirigentes de la OTAN en Bucarest…” (Deutsche Presse-Agentur, 3 de abril de 2008)

El discurso de Bush en la cumbre reiteró que “la OTAN ya no es una alianza estática… Ahora es una alianza expedicionaria que envía sus fuerzas por todo el mundo…” (USA Today, 1 de abril de 2008)

Su discurso también contenía la denuncia ya rutinaria del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial [1945-1991] en Europa diciendo: “Dije que Europa debe revocar el amargo legado de Yalta, y eliminar las falsas fronteras que dividieron el continente durante demasiado tiempo.” (Ibíd.)

Una fuente noticiosa rumana informó sobre relaciones entre la UE y EE.UU. durante la cumbre, diciendo que “La calidad de la cooperación transatlántica pasa actualmente por una profunda transformación, adaptándose a las nuevas condiciones posteriores a la Guerra Fría y preparándose para un nuevo tipo de cooperación global.” (Nine O'Clock News, 3 de abril de 2008)

La misma fuente citó un día antes al antiguo secretario de exteriores rumano, Mircea Geoana, afirmando que “Lo que se espera que produzca esta Cumbre es… una nueva alianza del Siglo XXI.” (Nine O'Clock News, 2 de abril de 2008)

Dos semanas después del fin de la cumbre, el Ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov dijo, advirtiendo que la OTAN se proponía usurpar el rol y las funciones de Naciones Unidas: “Es… un intento de formar una cierta unión global con un núcleo occidental que desea reivindicar casi todas las funciones de la ONU.”

(Interfax, 17 de abril de 2008)

Con Francia como principal intermediario, por tener la presidencia de la UE y haber anunciado su intención de reintegrarse al comando militar de la OTAN, se aceleró durante todo el año pasado el impulso por la simbiosis militar UE-OTAN-EE.UU.

Un despacho con el título “Francia pregona las defensas de la UE, puntal clave para el futuro de la OTAN,” el Ministro de Defensa francés, Herve Morin alardeó de haber “reforzado las capacidades militares de la Unión Europea, una condición crucial para que Francia se reintegre totalmente a la OTAN.” (Agence France-Presse, 10 noviembre de 2008)

Morin dio una idea del ritmo de fortalecimiento militar de la UE en una reunión de ministros de defensa europeos (en su mayoría afiliados a la UE y a la OTAN) al declarar: “Puedo decir, que desde el 10 de noviembre… ya hemos hecho un progreso sustancial y considerable, probablemente tanto como el que ha ocurrido en los últimos 10 años.” (Ibíd.)

Al mismo tiempo, Jean-Francois Bureau, secretario general adjunto de la OTAN para diplomacia pública, dijo que “Veintiuna de las 27 naciones de la UE son también miembros de la OTAN, y ambas organizaciones ‘son activas juntas en los mismos escenarios de conflicto.”

“‘Desde la perspectiva de la OTAN, existe una inmensa necesidad de aún más cooperación’ con la UE en temas militares.” (United Press International, 12 de noviembre de 2008)

El mismo informe noticioso mencionó que, como en Iraq, la UE está entrenando personal de seguridad en Afganistán.

En diciembre del año pasado, un borrador de declaración del Consejo Europeo sobre el realce de la Política Europea de Seguridad y Defensa [ESDP] reafirmó el objetivo de “fortalecer la cooperación estratégica entre la UE y la OTAN…” (Irish Times, 11 de diciembre de 2008)

La fuente indicada agregó “los dirigentes de la UE también están dispuestos a endosar una declaración sobre el realce de las capacidades de la Política Europea de Seguridad y Defensa [ESDP], que fijará nuevos objetivos para que la UE pueda desplegar 60.000 soldados dentro de 60 días y miles de personal civil en por lo menos una docena de misiones simultáneas.” (Ibíd.)

Otro informe de planes de la UE para una fuerza de reacción rápida de 60.000 soldados señala que los dirigentes de la UE publicaron una declaración conjunta en la que “reconocieron la necesidad de fortalecer y optimizar las capacidades de defensa de Europa y se comprometieron a trabajar más de cerca con la OTAN.”

(Deutsche Presse-Agentur, 12 de diciembre de 2008)

En otro informe del mismo día, se parafrasea al presidente francés Nicholas Sarkozy afirmando que “EE.UU. ya no ve la ESDP como una política agresiva contra la OTAN, y tanto el presidente saliente George W. Bush como el presidente entrante Barack Obama apoyan ahora la política de la UE.”

Y se le cita diciendo: “No es una elección entre EE.UU. y la ESDP. Los dos van juntos.” (EUobserver, 12 de diciembre de 2008)

El 9 de diciembre, el Secretario de Exteriores británico, David Miliband, y el Ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, firmaron con sus nombres un artículo de opinión conjunto que incluía la confirmación del papel de la UE en la suplementación de la participación armada y militar de EE.UU. y la OTAN en el Sur del Cáucaso y la intercambiabilidad de los papeles de la OTAN y de la UE:

“La UE envió a más de 200 monitores civiles a Georgia. Llegaron dentro de unas pocas semanas de las hostilidades…

“No existe algo como un ejército europeo; tampoco hay un ejército de la OTAN.

“Hay fuerzas nacionales, que son utilizadas, según las necesidades, para operaciones nacionales o multilaterales, sea en el marco europeo o en el marco de la OTAN.” (United Kingdom Foreign and Commonwealth Office, 9 de diciembre de 2008)

Como preparación para la cumbre del 60 Aniversario de la OTAN el 3-4 de abril en Estrasburgo y Kehl, este mes los dirigentes de los dos países anfitriones, el presidente francés Nicholas Nicholas Sarkozy y la Canciller alemana Angela Merkel, escribieron un comentario conjunto para Le Monde pidiendo más cooperación e integración entre la UE y la OTAN.

En la Conferencia anual de Seguridad de Munich del 7 de febrero, el Secretario de Exteriores británico

David Miliband invocó la cláusula de defensa [guerra] mutua de la OTAN, mientras también propugnaba una integración más estrecha de la UE y las políticas y acciones de la UE y la OTAN:

“La OTAN provee un compromiso a la defensa colectiva. La Garantía del Artículo 5 y las estructuras militares integradas garantizan a cada uno y a todos nuestros Aliados que sus fronteras son inviolables.”

(United Kingdom Foreign & Commonwealth Office, 7 de febrero de 2009)

El discurso del vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, en la conferencia fue interpretado por una importante fuente alemana como sigue:

“Los estadounidenses serán escrupulosamente cuidadosos de que la confrontación con Teherán no se desarrolle hacia una batalla uno a uno entre EE.UU. e Irán. El mensaje de Biden desde Munich es el siguiente: Cada país de la OTAN y cada miembro de la Unión Europea están involucrados, desde hoy. Es el precio por la nueva apertura y cooperación transatlántica.” (Der Spiegel, 9 de febrero de 2009)

Es decir, todos los Estados de la OTAN están obligados con EE.UU. según las provisiones del Artículo 5 – el Artículo fue invocado y puesto en práctica después de 9 de septiembre de 2001 – y la UE está ahora tan inextricablemente entrelazada con la OTAN que también seguirá siguiendo no sólo las políticas y acciones de la OTAN sino las individuales de EE.UU.

Con el Nuevo Año, la República Checa asumió la presidencia de la UE.

En una información llamada “"Vondra llamó a unidad de la UE y de la OTAN ante Rusia, misiles, gas,” el primer ministro adjunto checo Alexandr Vondra organizó apoyo para la instalación de radar del escudo de misiles de EE.UU. en su nación declarando que “europeos y estadounidenses necesitan gozar del mismo nivel de protección… por eso es importante desarrollar el sistema de defensa de misiles.” (Deutsche Presse-Agentur, 7 de febrero de 2009)

No es difícil rastrear hacia donde van las cosas: la UE está siendo integrada con la OTAN hasta el punto de fusionar sus políticas y programas militares, de seguridad y de asuntos exteriores con la Alianza, y ya que EE.UU. no es sólo un miembro, sino el fundamento central de la OTAN, la UE también está ineludiblemente vinculada con, y en realidad subordinada a, Washington.

Hace tres días, la líder de la mayoría de la Cámara de EE.UU., Nancy Pelosi, estuvo en Italia, donde apeló no sólo a su anfitrión sino a toda Europa respecto a la Guerra Afgana, afirmando que “Tenemos que tomar una decisión… Y quiero decir: nosotros, Italia, la Unión Europea, EE.UU., la OTAN – todos nosotros – en cuanto a lo que está en función de nuestros intereses nacionales de seguridad… "(Agence France-Presse, 16 de febrero de 2009)

Dos días después, Italia anunció que desplegaría más soldados en Afganistán.

Las potencias occidentales reunidas bajo la bandera de la OTAN se arrogan la prerrogativa exclusiva de intervenir en los asuntos regionales e interiores de naciones en cualquier parte del mundo y el exclusivo derecho de emplear la fuerza militar más allá de sus fronteras.

Aunque hablan de boquilla de Naciones Unidas cuando puede ser utilizado contra una nación bajo ataque o para justificar una guerra antes o después del hecho, los dirigentes no ven papel alguno para organizaciones como el Movimiento de los No Alineados de 114 Estado, la Unión Africana de 53 naciones, la Organización de Estados Americanos de 33 miembros, la Liga árabe de 23 miembros, la Organización de la Conferencia Islámica de 57 naciones, la Comunidad de Estados Independientes post-soviética y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la Organización de Cooperación de Shanghái o la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). No para encarar temas globales o incluso en un papel dirigente en asuntos regionales y locales que impactan directamente a los respectivos grupos y a sus miembros constituyentes.

Nos tendrán que perdonar por reformular el acrónimo de la OTAN como ‘Orden Teutónico Ario Nórdico’.

Hace tres días, en una sesión del Parlamento Europeo se presionaba a la UE para que se integre más con la OTAN.

Ari Vatanen, un miembro que representa a Francia, fue uno de los encargados con este fin y dijo, entre otras cosas, que la UE “sólo puede realizar plenamente su potencial desarrollando un fuerte vínculo transatlántico y una relación complementaria con la OTAN.”

A lo cual el miembro alemán del Parlamento Europeo, Tobias Pfluger, respondió: “Todo esfuerzo por fortalecer la OTAN a través de una cooperación más estrecha con la Unión Europea aumenta el potencial para conflictos internacional. También llevará a una mayor militarización de la política exterior de la UE y acelerará la tendencia a utilizar la fuerza militar a fin de ‘resolver’ conflictos.” (European Parliament, 17 de febrero de 2009)

Las posiciones de Vatanen y Pfluger no sólo se oponen sino son mutuamente excluyentes, tanto en el sentido de que ninguna puede acomodar a la otra y como porque son las únicas alternativas. No hay un terreno neutral o una tercera alternativa.

Europa, y el mundo en su conjunto, pueden asentir a su dominación por un bloque militar internacional cada vez más expansionista y agresivo – el primero en la historia – o pueden organizarse activamente para desmantelarlo.

© Copyright Rick Rozoff, Stop NATO, 2009

Estado jibarizado y “toque de queda” en la frontera

Estado jibarizado y “toque de queda” en la frontera

Ese Estado que los neoliberales jibarizaron hasta convertirlo en una liliputiense caricatura de lo que Octavio Paz calificó de “ogro filantrópico” y al que acusaron de inútil, inservible y de obstáculo para conquistar el sueño de la modernidad y el desarrollo; ese Estado es el mismo al que hoy acuden los neoliberales como la última tabla de salvación del sistema en crisis por la corrupción, la ineficiencia y la angurria insaciable por las ganancias.

Estoy pensando cómo sería el Perú ahora si hubiéramos construido un Estado medianamente eficiente, con alguna intención promotora, con cierta voluntad reguladora y con alguna dosis de generosidad y responsabilidad para invertir sobre todo en los Andes y la Amazonía.

Es ese Estado casi siempre ausente y jibarizado como una cabeza reducida lo que ha producido esa situación de dramática marginalidad y abandono en la zona rural andino-amazónica y sobre todo a lo largo de más de 3 mil kilómetros de frontera en la Amazonía peruana.

Guillermo Andrade Sáenz, un destacado ingeniero forestal que recorre sin pausa la Amazonía, me describía hace poco, asombrado y escandalizado, el abandono de los pueblos peruanos en la frontera del Yavarí y la atención prioritaria en educación, salud, transportes y comunicaciones en los pueblos del Brasil.

En los pueblos brasileños, gracias a la acción del Estado y la toma de conciencia de la población, de 6 de la tarde a 8 de la noche la población se guarece en sus casas, protegidas con mallas de tela metálica, en una suerte de “toque de queda” para evitar la picadura de zancudos que transmiten la malaria y que precisamente salen a buscar su comida a esas horas de la tarde.

Por el contrario, los peruanos salen a bañarse en el río a esas mismas horas y sus chozas están desguarnecidas. Resultado, la malaria en la frontera peruana del Yavarí es un flagelo. Lo es también en el río Nanay, cerca de Iquitos.

En el pueblo brasileño de Brasilea, en la frontera con el Perú, la oficina de inmigración es un moderno complejo que tiene incluso aire acondicionado. En Iñapari, en el Perú, la policía despacha en un cuarto destartalado donde los visitantes no tienen ni siquiera una silla para sentarse.

¿Dónde estaba el Estado en el Purús cuando la municipalidad decidió invertir 1 millón de dólares en la plaza de armas en un pueblo que no tiene agua potable y sólo 3 horas de luz eléctrica?

Pero este Estado jibarizado y casi siempre ausente para los pobres es un estorbo para los ultraliberales en el Perú. Ya sabemos por qué.

fuente: diario la primera

05 enero 2008

CHILE: EL LABORATORIO DEL NEOLIBERALISMO


Las miserias del paraíso neoliberal
Patricio Malatrassi A.

La economía chilena, la más neoliberal de América Latina muestra una vitrina luminosa y llena de juegos de artificio: un superávit de 13 mil millones de dólares para el período 2007, y un PIB que eleva el per cápita a casi 13 mil dólares anuales. Es la vitrina de un país cada vez más rico. Tiene sus bolsillos llenos de plata o más apropiadamente cobre; sin embargo, y, siendo lo anterior cierto, resulta sorprendente que por doquier surjan problemas aparentemente insolubles: desempleo juvenil, inequidad creciente, deterioro ambiental galopante, demandas económicas reiteradas una y otra vez y nunca resueltas, economía esencialmente mono exportadora, una masa salarial que sigue disminuyendo su participación en el total del PIB (Entre el 2003 y 2006 cayó 5,5 puntos porcentuales.). Salarios pauperizados reales generalizados que no llegan a los US $ 6.000 anuales, lejos de los US $ 10.000 a 13.000 que muestra la vitrina de las cifras oficiales.


Entonces la pregunta es ¿bajo este modelo económico son insolubles los problemas o son incompetentes los gobernantes y dirigentes?


La verdad, creemos, es que ninguna de estas posibilidades es cierta: ni los problemas son insolubles ni los dirigentes y gobernantes incompetentes. El tema es que ellos resuelven los problemas que a la clase dominante, de la que son sirvientes, le interesa resolver. Para su servicio se ha diseñado e implementado el modelo económico y su expresión concentrada que es el modelo político. Recuérdese que la economía chilena fue diseñado por el Fondo Monetario Internacional y aplicado con la asesoría de economistas de la Universidad de Chicago y con la mano de gato de los llamado “Chicago boys” . Como decía el padre del actual Presidente Busch: Se hace lo que nosotros decimos. (“What we say goes”.)


Entonces los exitosos indicadores macroeconómicos tienen que ver con la satisfacción de esta clase. Porque ¿qué es lo que ha cambiado en lo esencial en la economía chilena para el conjunto de chilenos que no pertenece a la burguesía?

Creemos que nada. Sigue siendo el paraíso de la inequidad, de la desigualdad. Y todos los sectores de punta de la economía manifiestan esta desigualdad, que sigue siendo creciente.


¿Hay en el país una reconstruida ética del trabajo?

No. Y no lo será mientras la economía, o mejor dicho los economistas oficiales y a quienes sirven sigan poniendo como telón de fondo el hecho de que las cosas valen no por el trabajo incorporado sino por una conclusión metafísica que nos dice que el valor de las cosas se produce no por el trabajo sino por la llamada “utilidad marginal”. Entonces es más rentable vender drogas, asaltar bancos, vender su alma al diablo en la televisión, prostituirse, convertirse en cantante populachero, futbolista, sacarse la lotería, dedicarse a la política como sinónimo de buenos negocios, etc., etc. Todo antes que un trabajo perseverante de toda una vida.


¿Hay en el país una disposición real para hacer de la educación un elemento de transformación real de la sociedad?

No. La elite de estudiantes que termina la enseñanza media y manifiesta explícitamente sus aspiraciones a seguir estudiando en el sistema formal universitario muestra que la brecha educacional entre los colegios municipales y los particulares pagados aumentó en un 3 % (Informe del Demre Universidad de Chile). Mientras en la admisión 2006 el 58 % de los alumnos de colegios públicos obtuvo sobre 450 puntos, en los colegios privados lo hizo el 91 %. En el 2007, el 57 % de colegios municipales superó este puntaje; en cambio, de los pagados, el 93 %. Esta situación es peor en regiones.


¿Hay en el país después de décadas de aplicación del modelo un proceso consolidado de invención de nuevos procesos y productos?

No. Si se siguen destinando a Investigación y Desarrollo un 0,67 del PIB no hay nada de que hablar. Seguiremos siendo en lo esencial exportadores de materias primas. Ya a noviembre del 2007 las exportaciones totales de cobre representaban más del 54 % del total. Esta cifra es determinada para el período alrededor de US $ 35.703 millones, esto es un aumento del 18 % con respecto a igual período del año pasado. (Cifras B. Central). Los montos alcanzados se sustentan en el alto precio promedio del cobre a nivel internacional, pero también en los aumentos de producción que pasaron de 5,36 millones de toneladas en el 2006 a 5,5 millones el 2007. Estas cifras debieran ser motivo de alta preocupación tanto para el conjunto del país como para los trabajadores del cobre, pues dada la estructura de propiedad de la industria, ellas conllevan un nivel de depredación del recurso sin parangón en la historia y que además implican, dadas las grandes granjerías para las empresas privadas del sector, una sangría criminal de los ingresos del que esta produce.


Mientras se liquida la División Talleres de El Teniente (El Siglo Nº 1378), Quiñenco el conglomerado de inversiones e inmobiliaria perteneciente al Grupo Lucksic finaliza negociaciones con la empresa Nexans la mayor fabricante de cables del mundo, permitiendo que los franceses vengan a procesar el cobre en Chile. ¿Para qué formamos ingenieros en nuestras universidades? Han vuelto a ser los capataces del capital extranjero como lo eran en los tiempos del la Anaconda Cooper Mining. Para ser capataz no se necesita ser ingeniero. No hay política de desarrollo nacional. Ni siquiera en Codelco existe una política clara y determinante de proveedor nacionales que incentiven polos de quiebre de la dependencia tecnológica e industrial. Le es más fácil a los gestores tomar el teléfono y hacer pedidos a empresas extranjeras. No importa que la industria nacional termine de sucumbir.


El desequilibrio productivo existente se manifiesta en todas las cifras. Así por ejemplo las exportaciones forestales aumentaron en el período (Enero-Noviembre) llegando a US $ 4.204 millones representa la octava parte de las exportaciones de cobre, la celulosa con US $ 2.222 millones representa la décimo segunda parte. Todo el sector silvoagropecuario con US $ 2.850 millones tampoco pesa mucho más en el marco exportador. La industria salmonera con aproximadamente US $2.700 millones también es un la décima tercera parte de las exportaciones cobre. Y esta última industria de desarrollo galopante en los últimos años ha sido calificada por los productores noruegos como “parásitos irresponsables” por su desprecio por las normas productiva y de comercialización. No estamos ni lejanamente que estas industrias no sean relevantes en la economía nacional sólo llamando la atención de los desequilibrios estructurales que las cifras implican y el grado de explotación tanto hacia el medio ambiente como hacia los seres humanos en que ellas están asentadas.


No está demás decir que el sector silvoagropecuario se está produciendo en forma acelerada un proceso de concentración del ingreso nunca antes visto. Existe ya una brecha enorme entre los grandes conglomerados económicos (la mayoría transnacionales) de megaempresas que establecen carteles con concertaciones de precios, convirtiendo el postulado de libre competencia del modelo en una mera ficción y donde los pequeños agricultores no tienen ninguna posibilidad.


El modelo económico, dado la inexistencia de gas y petróleo en el país ¿ha construido una matriz que le permita resolver la demanda creciente?

No, no lo ha hecho. Chile con un crecimiento del 5 % anual requerirá en la próxima década alrededor de 15 mil Mwe, es decir 3 mil más que los ya instalados y la única alternativa real de solución prevista es la que da cuenta de los intereses de las generadoras transnacionales basadas en la depredación de los recursos hídricos de la región de Aysén. De la diversificación energética sólo parches.


¿Es el modelo económico neoliberal parte del futuro del país?

No, no lo es. El modelo no considera el futuro que son los jóvenes. La tasa de cesantía entre los jóvenes en promedio durante la aplicación del modelo ha oscilado entre el 15 y el 20 % en promedio.


El gobierno ha creado la falsa imagen de que la irrestricta aplicación del modelo económico le provee al país de una invulnerabilidad económica. Esto no es así. Todo descansa en lo fundamental en los altos precios creado por la alta demanda de materias primas de países que si se están desarrollando. En Chile el crecimiento oculta la falta de desarrollo.


Ninguna economía transnacionalizada como la chilena ha logrado un nivel de desarrollo sustentable. Nuestro déficit respecto al trabajo es enorme, tanto en remuneraciones como en participación. Por ejemplo en Alemania, los dirigentes sindicales, por ley, deben integrar los directorios de las empresas. En Japón el grado de planificación central de la inversión y de control gubernamental provocaría una crisis nerviosa a nuestros neoliberales y dueños de empresas.


Así todo el año 2007 es nuevamente una muestra de los dolorosos y persistentes problemas que el gobierno amarrado al modelo no tiene la voluntad ni la capacidad política de fondo en resolver si no está dispuesto a enfrentar los intereses del imperialismo ni al capital transnacional.

Patricio Malatrassi A. es Economista y miembro del Frente Amplio Profesionales de Izquierda

19 septiembre 2007

Rebelión, dignidad, autonomía y democracia.

Voces compartidas desde el sur *

José Seoane
  • Porque es bien sabido que las puertas fueron antes ventanas, y antes fueron rendijas, y antes fueron y son memoria. Tal vez por eso temen los de arriba, porque quien tiene memoria en realidad tiene en su futuro una puerta.[1]


La voz del subcomandante Marcos oíase en la Plaza de Mayo esa tarde del 24 de marzo de 2001 cuando se cumplían veinticinco años del golpe militar que inició, a fuego y sangre, la imposición del neoliberalismo en Argentina. Desde la ciudad de México, adonde había arribado la caravana zapatista que movilizó la sociedad mexicana en reclamo de la autonomía y la dignidad indígenas, la voz del Sub hablaba con los miles de mujeres y hombres que en Buenos Aires -y en tantas ciudades del país- se manifestaban contra la impunidad y por la justicia. Este encuentro se engarzaba con otros anteriores; de un diálogo múltiple y difuso que, forjado a través de las fisuras de las pantallas globales, de las correspondencias del espacio intergaláctico y de las travesías que unieron el sur latinoamericano con el sureste de México, había diseminado las voces zapatistas en Argentina.
Quisiéramos hablar de algunos de esos diálogos y reconocimientos, de esos encuentros -presentes o futuros- que entrecruzan la experiencia del movimiento popular en Argentina con el zapatismo, y de los horizontes y debates que éste alimenta y plantea en la construcción de los caminos emancipatorios. Y en este sentido, a riesgo de no escucharlos, de falsear en moldes prestados sus propias palabras, no podemos pensar el zapatismo -como a toda experiencia popular- como una programática ahistórica y universal, como un recetario de reivindicaciones y métodos de acción que pueden trasladarse mecánicamente a cualquier realidad, colectivo o territorio. No sólo porque la construcción colectiva y la lucha nos remiten a un proceso común de aprendizaje permanente, del "preguntando caminamos" que dice la voz zapatista, sino también porque el zapatismo no se propone como una nueva vanguardia que reclama ser seguida. Como dicen ellos mismos, la cuestión es un poquito más difícil. La convocatoria a crear un "mundo donde quepan todos los mundos" interpela a todas las rebeldías a hacer del necesario encuentro un espacio de convergencias de la diversidad de esas experiencias. La voz zapatista no ofrece recetas sino que nos plantea horizontes. Preferimos entonces hablar de esas voces de horizontes. De esas voces compartidas de rebelión, dignidad, autonomía y democracia verdadera. v


Las rebeliones de las dignidades


El levantamiento indígena en enero de 1994 confrontaba e impugnaba la implantación del neoliberalismo en México, de la mano del proyecto salinista y la funcional continuidad del PRI. Confrontaba también con las falaces promesas que intentaban legitimar el ingreso al "primer mundo estadounidense" a partir del inicio del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), desnudando las trágicas consecuencias sociales y el carácter imperial que traían aparejados estos acuerdos de liberalización comercial. Y en ese sentido los zapatistas anticipaban las luchas y movimientos que habrían de cruzar, en los años siguientes, toda "nuestra América" en la construcción de la resistencia contra el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas).


Pero también las voces rebeldes del Sureste mexicano cuestionaban las admoniciones del fin de la historia y la pretendida inevitabilidad de la "globalización neoliberal". Su emergencia y difusión regional e internacional exorcizaban los intentos del "pensamiento único" de rendir inútil la resistencia, ineficaz la acción colectiva y arcaico todo deseo de cambio. De las profundidades de la selva latinoamericana el grito de los indígenas chiapanecos servía así a reponer y alimentar los sueños y utopías de transformación como herramientas constructoras de un presente distinto. Esta primera significación internacional de la sublevación en Chiapas interpeló particularmente a muchas mujeres y hombres en Argentina cuando la década menemista se aprestaba a cumplir su primera mitad y la hegemonía del neoliberalismo en el país parecía consolidarse con deseos de perennidad. Y de este modo, tantos ojos y oídos en el sur vibraron al escuchar el grito rebelde de Chiapas.
En un plano más amplio, el levantamiento zapatista se convertiría en referencia del naciente movimiento antimundialización neoliberal que lentamente iba tomando cuerpo tanto en el norte como en el sur. En este camino la realización del Primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo (1996), en muchos sentidos, marcaría el primer paso en la construcción de este movimiento de movimientos, de carácter internacional, que tuviera su "bautismo de fuego" en la batalla de Seattle (1999) y su espacio de encuentro más amplio en la experiencia del Foro Social Mundial (2001).


Cuando años después la protesta social se intensificaba en Argentina bajo la emergencia de nuevos colectivos y movimientos populares, de nuevas prácticas y referencias identitarias, la imagen del pasamontañas zapatista habría de confundirse con el pañuelo "piquetero" y con tantos otros rostros sin rostro que en América Latina y en el mundo se erguían frente a los señores del dinero, el poder y la guerra. No se trata sólo de "máscaras" parecidas de una clandestinidad obligada ante la ferocidad y violencia de la opresión que los amenaza. Por el contrario, los rostros se confunden aún más en la dignidad recuperada, en la pérdida del anonimato, en el hecho que se hacen ver, que alzan sus voces. Una dignidad forjada en la rebeldía frente a un poder que los expropia y excluye, que tanto los condena a la miseria y la violencia como intenta manipularlos en el engaño y la dádiva. Así, tan próximamente lejana de la selva chiapaneca, desde pequeñas ciudades del interior del país golpeadas por la privatización de la petrolera estatal hasta las barriadas populares de los otrora cordones industriales de los grandes aglomerados urbanos, la rebeldía a una similar exclusión y opresión daba emergencia a los movimientos de trabajadores desocupados en Argentina, aquellos que el "pensamiento sociológico" había considerado un imposible colectivo.


La dignidad recuperada en el piquete que corta y ocupa rutas y caminos -muchas veces por tiempo prolongado-, la fraternidad colectiva en la experiencia de la lucha, la tentativa de gestionar de manera solidaria los recursos obtenidos a partir del cuestionamiento de las formas clientelares y disciplinarias de los aparatos político-partidarios tradicionales, hacen de estas rebeldías una voz compartida frente al despojo y humillación que impone el carácter excluyente del neoliberalismo, como fase capitalista contemporánea.
En estos sentidos la rebeldía de los oprimidos y olvidados ponía de pie una misma dignidad recuperada que hermanaba a las mujeres y hombres de la selva Lacandona con aquellos que al sur del continente cortaban y acampaban en las rutas.
La autonomía en la experiencia social en Argentina
En el andar de la rebeldía y la dignidad en Argentina, los caminos emancipatorios propuestos por la insurgencia chiapaneca habrían de encontrar -y alimentar- prácticas y palabras similares forjadas al calor de estas experiencias de lucha. Estas referencias, como lo señalan los compañer@s del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, sirvieron a diversos colectivos "para poder crecer asumiendo esas formas nuevas de política que hasta ese momento aún no estaban bien definidas".[2]


Así, los horizontes planteados por los insurrectos zapatistas se volvían significativos universalmente en tanto sus voces cuestionaban las formas más extendidas que asumen la explotación, la expropiación y las relaciones de poder y sumisión que caracterizan a la "globalización neoliberal" contemporánea (Ceceña, 2001, pp. 133-34). Y en esta riqueza postulaban un conjunto de referencias que resignificaban de manera crítica algunas de las visiones acuñadas por la tradición de izquierda de las décadas pasadas.


La concepción zapatista de la política, el poder y los caminos de la emancipación, las voces del "mandar obedeciendo" y del "caminar al ritmo del más lento" que inspiraban formas colectivas más democráticas y horizontales, la idea de que la construcción de un mundo nuevo empieza en el presente cotidiano y su crítica a la visión de "toma del poder" -que enfatizaba y enriquecía la concepción de "autonomía"-, dieron palabras a sensibilidades y prácticas que desarrollaban experiencias colectivas de diversos movimientos: de trabajadores desocupados, campesinos, asamblearios, juveniles, de derechos humanos, culturales y sindicales en Argentina.[3] Estas palabras circularon por una gran cantidad de colectivos y movimientos, aunque no siempre cristalizaron en prácticas efectivas (a veces parecieron cumplir tan sólo una función legitimante) y cuando lo hicieron adoptaron diferentes formas e intensidades. Sus voces se mezclaban también con otras, habladas por esa diversidad de movimientos de origen rural, indígena o campesino, que protagonizaron la lucha contra el "neoliberalismo" en nuestra Latinoamérica reciente. De todas ellas, sin duda la sensibilidad zapatista resultaba la más clara y sugerente.


Estas voces inspiraron un espacio lábil de prácticas sociales, colectivos y organizaciones que hicieron de la referencia a la horizontalidad y la autonomía elementos sustantivos de su construcción. La agrupación HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio) en el terreno juvenil y de los derechos humanos, el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano (distrito del sur de la provincia de Buenos Aires), o el "autonomismo" que pareció enraizarse en una parte del movimiento asambleario urbano son algunas, quizás las más conocidas, de estas experiencias.[4]
Muchos de estos colectivos impulsaron o participaron en espacios de coordinación más amplios. Éstos convocaron tanto a sectores sociales diferentes bajo la referencia a la autonomía y la horizontalidad (como puede ser la experiencia de la Coordinadora de Organizaciones Populares Autónomas [COPA]), como a organizaciones distintas al interior de un mismo movimiento social (como puede entenderse la participación del MTD Solano en la Coordinadora -luego MTD- Aníbal Verón), o adoptaron la forma de espacios de encuentro menos orgánicos (por ejemplo, el Encuentro de Asambleas Autónomas o las Rondas del Pensamiento Autónomo, impulsadas, entre otros, por el MTD de Solano). Ciertamente el desarrollo de estas prácticas no ha estado exento de dificultades y límites que parecen interrogarnos sobre las formas que suponen los espacios de coordinación para que éstos no disuelvan la horizontalidad de base, sobre cómo se construye la autonomía sin que esto signifique la postulación de una identidad excluyente, o cómo es posible la articulación con colectivos y movimientos con temporalidades, culturas políticas y formas organizacionales distintas.
Por otra parte, estas experiencias que se reconocen en la referencia a la "autonomía" han sido confrontadas y criticadas por las culturas políticas de izquierda predominantes, en particular bajo los señalamientos de sus negativas a la construcción de espacios más amplios. Con base en lo anterior, ciertamente la discusión no está allí. En ese sentido, si es posible una evaluación de magnitud, valga señalar que estas experiencias representan sólo una parte (y no la más extendida) de las prácticas y referencias políticas que se expresan hoy en las organizaciones que integran el movimiento popular en Argentina. Por el contrario, la restauración del hiato abierto a finales de 2001, que se expresó bajo la forma de una crisis de hegemonía de la institucionalidad forjada en la década de los noventa, ha buscado la disolución de la autonomía en el restablecimiento de la legitimidad del régimen político. Y es de esta manera que la voz zapatista de autonomía se vuelve tan necesaria en el camino de la emancipación.


Los debates en torno a la concepción zapatista del cambio
De todos los debates que plantea el horizonte zapatista, el que más repercusión ha tenido en los medios intelectuales y de izquierda es el que cuestiona las miradas que hacen de la ocupación del Estado -sea en la visión reformista o revolucionaria- el centro de su estrategia de transformación. A esta perspectiva va unida una crítica a la profesionalización de la política -y a la forma partido-, recuperando la rebeldía como vocación permanente ante toda opresión. En ese sentido, es interesante señalar que en la forma que han adoptado los debates generados en torno a las voces del zapatismo muchas veces se desdibuja en qué medida éstas marchan estrechamente unidas a la concepción y el lugar que ocupa la democracia en la experiencia chiapaneca. A la luz de esta perspectiva la voz zapatista renueva y recupera en su hablar voces más antiguas. El alma más caliente, para recuperar la expresión de Bloch, del pensamiento crítico y la acción transformadora forjados por tantos rebeldes de nuestro pasado. En los decires chiapanecos resuena y revive el carácter libertario y crítico del marxismo y del anarquismo, o de las corrientes "consejistas", "autogestionarias" o "luxemburguistas" por mencionar sólo algunos de los nombres que este espíritu recibió. En su potente y radical creatividad, así como en su capacidad de evocación, la voz zapatista es un viento imprescindible frente a las experiencias de los mal llamados "socialismos realmente existentes" del este europeo y a las consecuencias que éstos tuvieron sobre el pensamiento contestatario. En este debate otras voces se enlazan también en el grito que viene de México: el de las mujeres, de las minorías sexuales, del ecologismo y tantos otros que nos dicen de la amplitud y complejidad de un camino efectivamente emancipatorio.


El zapatismo plantea esta cuestión en un sentido radical que quizás puede sintetizarse en la provocativa frase que nos propone "cambiar el mundo sin tomar el poder". La fuerza de su experiencia ha estimulado un intenso debate que recorre el espacio de la reflexión crítica y del activo societal en Argentina. Un debate donde el zapatismo se ha mezclado -y a veces desdibujado- con otras voces, en el desafío de pensar los caminos del cambio ante las nuevas formas de dominio que el capitalismo promueve. Las perspectivas "situacionistas"[5]5 o las palabras de John Holloway y Toni Negri; las conceptualizaciones sobre el "contrapoder" o el "antipoder", las críticas que estas reflexiones han merecido, los señalamientos de sus debilidades y desaciertos, para mencionar sólo algunas, han formado parte de esta discusión que da cuenta de la revitalización que empieza a sacudir al pensamiento crítico y transformador.[6]


No es el motivo de esta reflexión introducirnos en este debate. Vale sí señalar que el mismo es el resultado del estímulo suscitado por la experiencia zapatista, aunque también por las resistencias tejidas en torno al movimiento internacional antimundialización neoliberal y por el ciclo de movilizaciones y conflictos que conmovió a Argentina en los últimos años. Claro que el zapatismo aporta su propia voz en esta discusión pero ¿cómo entenderla?, ¿qué nos dice? Al intentar responder a estas preguntas corremos siempre el riesgo de convertir a los decires zapatistas en una nueva ideología y restablecer la jerarquía de los saberes que ellos mismos cuestionan en su práctica, haciendo de la infalibilidad la nueva orden de autoridad y de la convicción un muro donde el diálogo y el aprendizaje ya no son posibles.
A veces los esquematismos en que se ha construido este debate han promovido la naturalización de ciertos lugares comunes que parecieran presentar a la voz zapatista como si ésta propiciara la desorganización de los colectivos, o un desembarazarse del Estado -dándole la espalda-, y negar falazmente su existencia. La experiencia concreta del zapatismo está muy alejada de estas interpretaciones. Nadie puede dudar de la naturaleza de la confrontación que el EZLN corporeiza frente al Estado y las élites políticas y económicas, así tampoco de su disposición al diálogo y la negociación honesta (que tras un complejo proceso supo concluir en los acuerdos de San Andrés), o su exigencia y demanda a los poderes del Estado, que movilizó a la sociedad mexicana en la llamada "caravana zapatista" en una batalla contra el recién electo gobierno de Fox. Por otra parte, el camino de la autonomía y el autogobierno está lejos de las fábulas del individualismo liberal, como lo prueban la construcción de las juntas del buen gobierno y los florecidos caracoles que impulsan hoy el zapatismo. ¿Qué nos dice la voz zapatista? Nos pregunta, tal vez, sobre cómo se llama y cómo se hace nuestro propio "buen gobierno" y nuestros "caracoles".
En esta perspectiva, el zapatismo nos anima a construir nuestro horizonte más allá del Estado (y del mercado), y en ese sentido más acá de nosotros, nos interpela en nuestra cotidianeidad para hacer de ese mundo nuevo una construcción y desafío del presente, nos dice que la autonomía en sus diferentes formas avanza proponiéndose desanudar la escisión entre lo individual y lo colectivo, entre lo económico y lo político, entre lo instituyente y lo instituido, sin resolver de manera definitiva esta tensión. Avanza haciendo del "poder hacer" con los otros su potencia. No es una ruta, ni un mapa, y sin embargo -o justo por ello- su horizonte resulta en la experiencia viva de las rebeldías que cuestionan al neoliberalismo tremendamente más significativo.


Las jornadas de diciembre y la democracia verdadera
Pero en un sentido más amplio y profundo las voces zapatistas se entrelazaron con el proceso de lucha y experimentación popular abierto en Argentina a partir de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. En una vía que tiende puentes entre la experiencia zapatista y la de los movimientos sociales del sur en la construcción de emancipaciones, donde la ausencia es presencia y el diálogo promesa de futuro.
Las experiencias de autorganización social vinculadas a formas asamblearias fueron una característica de la emergencia del movimiento de desocupados y las puebladas que conmovieron al país en los años previos al 2001, y también estuvieron a la base del surgimiento de las asambleas populares surgidas en particular en la ciudad de Buenos Aires y el cordón urbano que la rodea, así como en el movimiento de ocupación y gestión de fábricas en quiebra en una experiencia que se intensificó durante el 2002. Por otra parte las prácticas de autogestión, de producción autónoma de la vida, cristalizadas en los microemprendimientos y talleres productivos del movimiento de desocupados o en las experiencias de gestión de las empresas ocupadas por sus trabajadores, también tomaron cuerpo en otro sentido en las iniciativas desplegadas por el asambleísmo urbano, que experimentó tanto con el desarrollo de huertas colectivas y comedores comunitarios como con la gestión de su espacio social-urbano próximo. Por último, estas luchas supusieron procesos de ocupación de espacios públicos y privados, de una "democrática ilegalidad" para usar la expresión de Boaventura de Sousa Santos, que tomaron cuerpo en una serie ciertamente irregular, que une los territorios de las empresas ocupadas, las tierras recuperadas para emprendimientos o huertas, las "casas" de las asambleas y tantas plazas, esquinas, calles y rutas.
De este modo, la experimentación popular intensificada a partir de fines de 2001, si es posible en esta apretada síntesis reflejar la intensidad y riqueza del ciclo de movilización y conflicto desplegado en Argentina, en especial en la primera mitad de 2002, aún en sus limitaciones y debilidades, marcó un proceso donde estas prácticas de reapropiación social del territorio que desarrollaban y postulaban una forma distinta de gestión, marchaban de la mano de una democratización radical de las relaciones sociales. Ésta no sólo implicaba un proceso de desestructuración y cuestionamiento de la relación dirigentes/dirigidos, sino también expresaba una dinámica que atravesaba el espacio de las relaciones de género e intergeneracionales. La preponderancia de las figuras femeninas[7] y juveniles de los piquetes y las asambleas daban cuenta de este "terremoto" que cuestionaba la trama social de jerarquías y opresiones.


Por otra parte, en un camino paralelo, los lazos forjados entre estos colectivos y experiencias sociales en una multiplicidad de acciones de solidaridad y cooperación supieron constituir una red difusa de espacios heterogéneos de soberanía popular no estatales y no mercantiles donde, como en la perspectiva zapatista, lo económico, lo social y lo político tendían a fundirse en la experiencia colectiva como un proceso o tendencia que se desarrolla en la práctica social de manera no uniforme.


Este proceso de conflicto y experimentación popular supo verbalizarse en el estribillo-consigna "Que se vayan todos". Surgida como canto colectivo en las movilizaciones y cacerolazos que acosaron al régimen político a fines de diciembre de 2001, extendida como referencia a una amplia gama de movimientos y articulaciones, esta "invención popular" mereció múltiples interpretaciones en un debate que aún no concluye. Anatematizadas por la élite política, entendidas como un cambio restringido a los "representantes políticos" o a la "dirección" del movimiento, interpretadas como un cuestionamiento a toda forma de organización colectiva, para nosotros señalaban la ambición de una democratización radical de lo institucional-político-estatal bajo formas participativas y directas que operaba no sólo en el terreno de los poderes del Estado nacional sino también como orientación de sentido hacia un amplio conjunto de la trama institucional de la sociedad.


Y en estas múltiples vertientes, podemos decir que la verdadera democracia de la que también habla la voz zapatista estuvo presente como anhelo, demanda, construcción y desafío en la experiencia popular reciente en Argentina.
Hoy cuando el poder se esmera en ocultar las potencias sociales precipitadas por las jornadas de diciembre y busca rencauzar toda energía social hacia una institucionalidad político estatal que se pretende relegitimada, estos horizontes de rebeldía, dignidad, autonomía y democracia verdadera hacen futuro del presente. Porque como decía la voz zapatista esa tarde en la Plaza de Mayo, de estas memorias, rendijas y ventanas hacemos nuestras puertas.


Bibliografía
Ceceña, Ana Esther, "Por la humanidad y contra el neoliberalismo, líneas centrales del discurso zapatista", en José Seoane y Emilio Taddei (comps.), Resistencias mundiales. De Seattle a Porto Alegre, CLACSO, Buenos Aires, 2001.
Holloway, John, Cambiar el mundo sin tomar el poder, Universidad Autónoma de Puebla-Herramienta, Buenos Aires, 2002.
MTD Solano y Colectivo Situaciones, La Hipótesis 891. Más allá de los piquetes, De Mano en Mano, Buenos Aires, 2002.
Página 12, Buenos Aires, 27 de marzo de 2001.
Seoane, José, "Argentina: la configuración de las disputas sociales ante la crisis", OSAL (Observatorio Social de América Latina), n. 7, CLACSO, Buenos Aires, junio de 2002. --- y Emilio Taddei (comps.), Resistencias mundiales. De Seattle a Porto Alegre, CLACSO, Buenos Aires, 2001.
Zibechi, Raúl, Genealogía de la revuelta. Argentina: la sociedad en movimiento, Letra Libre, Buenos Aires, 2003.

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