¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

23 mayo 2009

Movimientos, crisis, movimientos

Movimientos, crisis, movimientos




Luego del monumental trabajo coordinado por Giovanni Arrighi y Beverly Silver, Caos y orden en el sistema mundo moderno, hay argumentos suficientes para concluir acerca de la relación entre las crisis y las luchas sociales y alumbrar algo más la situación actual del sistema capitalista. En efecto, el estudio sostiene, con abundante información comparativa, que la crisis (mal llamada) económica comienza a raíz de una oleada de militancia obrera fabril en los años 60, que fue capaz de pulverizar el modelo fordista-taylorista de sujeción y control de los trabajadores. La actual coyuntura puede leerse, bajo esa óptica, como una consecuencia de larga duración de aquella oleada de movimientos que forzaron al capital a mudar, convirtiéndose en capital financiero especulativo.

Más allá de un debate, siempre necesario, sobre cuestiones teóricas, vale la pena detenerse en ese enfoque, ya que puede contribuir a una mejor comprensión del movimiento real que está sucediendo ante nuestros ojos, como apuntaba Marx. La primera cuestión es que no son las crisis las que motivan la acción social sino al revés: la movilización, la ruptura de los controles, es lo que provoca reacomodos en el modo de dominación, forzando a los de arriba a introducir cambios no sólo en el terreno de la economía sino cambios societales que abarcan todos los terrenos de la vida. Por eso mismo no podemos hablar, en rigor, solamente de crisis económica.

En la década de los años 60, la oleada de militancia obrera fue apenas una expresión, importante, decisiva, pero una más, de una profunda oleada nacida en el subsuelo de las sociedades que pugnaba por la transformación. Mujeres, niños, jóvenes, campesinos sin tierra, obreros no calificados, indios, negros, y un largo etcétera, jaquearon los modos de dominación establecidos en la familia, la escuela, la localidad rural y urbana, la fábrica, la hacienda, la universidad... La crítica al patriarcado se manifestó también en el rechazo al poder del profesor, del capataz, del varón blanco de clase media, en fin, un proceso democratizador antiautoritario que minó los modos de dominación y, por tanto, de acumulación.

En segundo lugar, esa oleada nació y se manifestó por fuera de los cauces establecidos y de las instituciones, entre ellos los partidos comunistas y los sindicatos. André Gorz hablaba, en el terreno fabril, de la existencia de una verdadera guerrilla obrera fuera del control sindical, que provocó ingentes pérdidas a los empresarios. En América Latina no sólo fueron desbordados los partidos de derecha e izquierda sino los propios sindicatos y las centrales burocratizadas. Algunos de los momentos más críticos de la lucha obrera en Argentina, por poner apenas un ejemplo, entre el cordobazo de 1968 y las Coordinadoras Fabriles de 1975, se dieron no sólo por fuera sino contra las estructuras sindicales. Al parecer, una verdadera oleada capaz de subvertir el orden no puede canalizarse a través de lo ya establecido y debe crear otros cauces, como fueron la CUT (central de trabajadores) y el MST (movimiento sin tierra) en Brasil, y decenas de nuevas organizaciones en todo el continente.

En tercer lugar, los ciclos de protesta y de movilización no sólo cambian el escenario político-social sino también a los propios movimientos. Por eso, los movimientos que protagonizan un ciclo suelen ser un obstáculo en el ciclo siguiente, ya que se han institucionalizado, pasaron a formar parte de la cultura del poder, han incrustado sus mejores cuadros en el sistema que un día combatieron. Un verdadero ciclo rebelde crea nuevas organizaciones, pero también nuevos modos de luchar y, sobre todo, nuevos paradigmas para concebir el cambio social, o la revolución, o como cada uno quiera llamarle.

Los procesos profundos y verdaderos nacen de y en las periferias, nunca en el centro del sistema, tanto a escala planetaria como en cada país. Los zapatistas han acuñado el concepto del más abajo para referirse a ese sector social donde nace la revuelta. Así como en los años 60 fueron los obreros no calificados, las mujeres y los jóvenes la fuerza motriz de las luchas, en América Latina en el periodo neoliberal fueron los sin (sin derechos, sin tierra, sin trabajo, etcétera) los que estuvieron a la cabeza de la deslegitimación del modelo. En el lenguaje de Marx, los que no tienen nada que perder. ¿Quiénes serán los principales protagonistas durante la actual crisis? Aquí aparece un nuevo tema, ya que el sistema ha trasladado los modos de control fuera de los espacios de disciplinamiento tradicionales, como forma de dominar los territorios de la pobreza, allí donde no llegan los estados, ni los partidos, ni los sindicatos.

Estas nuevas formas de control, por lo menos en América Latina, se llaman planes sociales. Son herederos de las políticas focalizadas hacia la pobreza creadas por el Banco Mundial para contrarrestar el desmontaje de los estados benefactores durante el periodo más crudo de las privatizaciones. Ahora se han ampliado y perfeccionado. Alcanzan a alrededor de 100 millones de personas sólo en Latinoamérica (50 de ellas en Brasil), o sea el núcleo de los más pobres, de los que ahora tienen para perder miserables bonos de 30 a 60 dólares mensuales, suficientes para no morir de hambre pero no para salir de la miseria. Los gestores de esos planes son a menudo cientos de miles de ONG que conocen en detalle los territorios de la pobreza, que son a menudo los territorios de la resistencia. Son la punta de lanza de estados capilares que buscan desorganizar e impedir levantamientos y sublevaciones sociales.

Por lo tanto, serán aquellos colectivos y sujetos capaces de neutralizar el control que ejercen los planes sociales, los que vayan a protagonizar las nuevas, necesarias e imprescindibles oleadas de protesta, porque, bien sabemos, la crisis no tiene salidas económicas sino políticas. Una política desde abajo, enraizada en las periferias urbanas y rurales; una política diferente, no institucional, asamblearia, tumultuosa, incierta.

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/22/index.php?section=opinion&article=025a1pol

El oro del Cenepa

La minería en territorio indígena

El oro del Cenepa




En tiempos de huelga indígena amazónica presentamos un informe sobre la penetración de empresas mineras extranjeras en la zona de frontera, en el escenario de la guerra del Cenepa donde muchos peruanos, entre ellos numerosos miembros de las etnias awajum y wampis, a los que García y su mayoría parlamentaria quieren tratar como intrusos, murieron empuñando la bandera peruana.


Año 1981: los peruanos vemos por televisión las imágenes de la rápida y contundente victoria de las tropas peruanas en las alturas selváticas del departamento de Amazonas. El punto denominado Falso Paquisha dentro de territorio peruano ha sido recuperado luego de duros combates y el presidente Belaunde llega hasta ese lugar para izar la bandera. Pero ese año ocurría otro hecho menos difundido: En plena frontera, en una zona conocida como Chinchipe- Nambija, se inician los estudios de antiguas vetas de oro. En marzo de 1987, el presidente García anuncia, como uno de los milagros de su primer gobierno, el descubrimiento de un extraordinario potencial aurífero en la Cordillera del Cóndor, pero dice también que por la sensibilidad del área, el Estado se reserva la zona y no admite denuncios, mientras sobre la cordillera el control permanece en manos del ejército. El territorio investigado correspondía al nacimiento del río Cenepa y a los territorios tradicionales de la etnia aguaruna.

En 1993, en pleno fujimorato y abiertas las puertas a invertir donde sea, grupos privados empiezan a realizar denuncios en la frontera (la Constitución fujimorista permite a nacionales que exploten recursos del subsuelo dentro de los 50 Km. de la línea de frontera y a extranjeros, “en caso de necesidad nacional”, establecida mediante decreto supremo). El denuncio más firme y duradero es el que hace Metales y Finanzas SA (Metalfin), empresa del grupo Hochschild. Ese mismo año, al lado ecuatoriano se halló oro en el proyecto Pachicutza del ejército de ese país con la canadiense TX Gold.

Entre enero y marzo de 1995 se incendia la frontera con la llamada guerra del Cenepa, en la que son reclutados numerosos indígenas de la zona como soldados, guías y elementos de apoyo logístico. El conflicto, como se sabe, concluye en forma dudosa y por primera vez Ecuador reclama una victoria militar frente a los peruanos. El desenlace, sin embargo, favorece un acuerdo de paz que llega tres años después, con la cesión peruana de un kilómetro cuadrado en Tiwinza. Pero en junio de 1995, tres meses después del fin de hostilidades, la empresa Metalfin anuncia sus planes de explotación minera. Poco después se transforma en Minera Afrodita, representada por Jorge Bedoya Torrico.

La reserva natural y la minería
A instancias del Inrena, en 1999 se crea el Parque Nacional de la Cordillera del Cóndor, que incluye una reserva nacional de 1 millón 642 mil 567 has. Dos años después, Minera Afrodita solicita a Inrena autorización para explorar y explotar 39 concesiones en las cabeceras de los ríos Cenepa y Comaina, pero ese organismo opina que la minería es incompatible con las condiciones naturales del área protegida, por la fragilidad e inestabilidad del ecosistema, y asegura que las perforaciones implicarían la destrucción de la cobertura vegetal y daños a la calidad del agua.

Luego de ser rechazada, Minera Afrodita recurre a los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores para que avalen sus proyectos. El plan binacional de desarrollo de fronteras del 2004 indica que se debe promover la inversión minera en la zona de la Cordillera del Condor y casi a continuación el ministerio de Energía y Minas aprueba el inicio de tres de sus proyectos: Campana 1; Comaina 1 y Comaina 2. Ese mismo año se inicia una dura controversia con las comunidades. Mientras Inrena y los dirigentes indígenas firman un acta para la creación del Parque Nacional Ichigkat Muja-Cordillera del Cóndor, Reserva Tuntanai y la titulación y ampliación de las comunidades del Cenepa y Santiago; Minera Afrodita arranca acciones de extracción informal de oro en complicidad con mineros ecuatorianos.

A lo largo del 2005 se desarrolla un conflicto entre Afrodita, apoyada por el Ministerio de Energía y Minas, e Inrena, secundado por las comunidades. En algún momento, Bedoya Torrico llega a decir que Inrena está trabajando para intereses ecuatorianos, presentando la inversión minera como un soporte patriótico, que permitirá producir ingresos para las fuerzas armadas. Finalmente, los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Energía y Minas, concuerdan tras varias reuniones con el propietario de Afrodita, al exigir a Inrena opinar favorablemente a la explotación. A comienzos del 2006 le doblan el brazo y logran que apruebe los proyectos. Y en mayo de ese mismo año, la empresa peruana se asocia con la canadiense Goldmarca Limited, la misma que mantiene un contrato vigente con el ejército ecuatoriano al otro lado de la frontera. A fines del 2006 empieza hablarse del inminente recorte de la extensión del Parque Nacional a favor de la actividad minera.

El abuso
En enero de 2007, se cumple la amenaza de recortar el Parque Nacional en 69,829.48 has. En julio, con el visto bueno de los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Minería, se da por aceptado el nuevo metraje, en medio de la protesta de las comunidades. En abril de 2007, se constituye Dorato Perú SAC, subsidiaria de una corporación canadiense que incluye como socios locales a Carlos Ballón Barraza, representante de otros denuncios mineros en la zona del Cenepa, y miembro del grupo asesor para minería del Plan de Gobierno del APRA para las elecciones del 2006, dirigido por Abel Salinas.

En agosto del 2007, se recorta también el Parque Nacional Ichigkat Muja en la zona de los denuncios de Ballón que habían pasado a ser de propiedad de Dorato. En octubre del 2008, Dorato Peru SAC adquiere 100% acciones de Afrodita y sus 7 concesiones (registradas a su nombre o de Jorge Bedoya T.) por cien millones de dólares. Se firma contrato privado simultáneamente a contrato público. El contrato establece que las partes conocen que las concesiones están comprendidas dentro de los 50 km. de la frontera donde extranjeros no pueden “adquirir ni poseer, por título alguno, directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad, entre otros bienes, minas y tierras bajo pena de perder el beneficio del Estado, el derecho así adquirido, excepto en caso de necesidad pública expresamente declarada por Decreto Supremo, aprobado por el Consejo de Ministros”.

Acuerdan que “en caso que” Dorato Peru decida incorporar a capitales extranjeros a su accionariado o contratar con personas naturales o jurídicas extranjeras, haciéndose pasible de la aplicación de la restricción constitucional, quedaría obligada a “realizar o causar que se realicen oportunamente” los trámites para la expedición del decreto supremo aprobado por el Consejo de Ministros. Hasta el presente el Ministerio de Energía y Minas no reconoce la situación violatoria del mandato constitucional que representa la presencia de la canadiense Dorato en la frontera peruana, con intereses también en el Ecuador.

Raúl Wiener
Unidad de Investigación
diario la primera

El búfalo del hortelano

El búfalo del hortelano

Una organización aguaruna del Cenepa ha presentado tres denuncias fundamentadas a la Direccción de Concesiones Mineras del ministerio de Energía.

Las tres se refieren al artículo 71 de la Constitución, que prohíbe a los extranjeros tener, ni directa ni indirectamente, minas o tierras dentro de los 50 kilómetros contiguos a cualquier tramo de nuestras fronteras.

Es cierto que ese mismo artículo estipula, como excepción, el caso de necesidad pública expresamente declarada por decreto supremo aprobado en Consejo de Ministros.

Sin embargo, ese no es el caso al que se refiere Zebelio Kayap, uno de los principales líderes de los aguarunas en el Cenepa.

El caso al que se refiere Zebelio Kayap es el de unos mineros peruanos que tenían concesiones en la zona reservada Santiago- Comaina y en el Parque Nacional Ichigkat Muja, en la Cordillera del Cóndor. Esas concesiones se dieron a pesar de las advertencias que, originalmente, plantearon expertos del Inrena.

Esas advertencias constaron en el informe número 941, publicado el 8 de enero del 2008, y apuntaban, entre otras cosas, a lo siguiente:

“...los petitorios mineros se encuentran ubicados en una zona de amortiguamiento, sobre un abanico de ríos que desembocan al río Cenepa, el mismo que ingresa, aguas abajo, a la Reserva Comunal Tuntanain, por lo que el desarrollo de actividades mineras en dichos petitorios conlleva una elevada probabilidad de contaminación...”

Presiones del alanismo corrupto y “perrohortelánico” llevaron al desaparecido Inrena a retractarse, aunque, curiosamente, sus especialistas no cambiaron un ápice sus puntos de vista ambientales. Fue una manera de dejar constancia de la situación de rehenes en que tuvieron que firmar el segundo documento.

En ese momento era dueña del denuncio la empresa minera Afrodita, de propiedad del empresario peruano Jorge Bedoya Torrico. Bedoya, que tiene influencia en los círculos de poder del alanismo, fue uno de los que más presionó al Inrena para que “admitiera” que, a pesar de los peligros de polución, el proyecto fronterizo podía hacerse.

Meses después, sin embargo, Bedoya Torrico se olvidó del emprendimiento, dejó de lado su espíritu aventurero y, de un sopapo, le vendió la concesión entera a Dorato Perú, una empresa que ahora finge ser peruana pero que es más canadiense que Air Canada.

En efecto, Dorato Perú es la subsidiaria “nacional” de Dorato Resources, empresa canadiense que es parte del Grupo Cardero.

Vicepresidente del Grupo Cardero es un gran amigo de Alan García. Se llama Carlos Ballón.

En la página electrónica de Cardero Resource Corporation se puede leer lo siguiente:

“Carlos Ballón, VP South America.-A graduate from Colorado School of Mines and experienced mining engineer...Advisor to APRA (Mr. García’s party) to develop Peru’s current Mining Plan. Advisor to Scotia Bank Peru (former Banco Wiese) on settlement of Minera Milpo and Minera Atacocha (Peru’s largest Zn producers)...”

Sí, señores: el señor Carlos Ballón, asesor del doctor Alan García en temas de minería, miembro principalísimo del equipo que diseñó el plan minero del gobierno aprista, es el hombre que, en nombre de la corporación canadiense que vicepreside, está detrás de la compra de la mina Afrodita.

Para que esa transacción fuese legal hubiese sido necesario cumplir con el requisito que establece el artículo 71 de la Constitución, es decir el decreto supremo “aprobado por el Consejo de Ministros conforme a ley”.

Hasta donde sabemos ese decreto no ha sido promulgado. Y, por lo tanto, la presencia de esta mina de canadienses, por muy bien representada que esté por el señor Ballón, es ilegal porque se sitúa dentro de los 50 kilómetros de interdicción que señala el artículo 71.

Para los chinos que compraron Majaz, una de cuyas extensiones muerde la frontera con Ecuador, García sí expidió el decreto correspondiente. Esta vez ni siquiera se ha tomado la molestia. Total, la cosa queda casi en familia. Y con el Congreso pareciéndose cada vez más al Parque de las Leyendas, todo discurre suavemente.

En enero de este año el viceministro de Minas Felipe Isasi les juró a los aguarunas que era una mentira que la canadiense Dorato hubiese comprado la mina Afrodita.

“Nos pidió que lo ayudásemos a encontrar pruebas del asunto”, dice un dirigente aguaruna.

Ahora, luego de las tres cartas denunciatorias presentadas una tras otra, ni el vice ni el ministro dicen nada. Como tampoco dicen nada cuando los aguarunas argumentan que la concesión minera jamás les fue consultada, tal como lo exige el Convenio 169 de la Organización Nacional del Trabajo.

Esa es la política del búfalo del hortelano. Eso es “poner en valor”. Eso es demostrar que “las riquezas del subsuelo pertenecen a todos los peruanos”. Con la intermediación de chinos y canadienses, claro está. Y con la participación de los amigos del doctor García.


César Hildebrandt
Columnista
diario la primera

Las huellas llevan a Palacio

Las huellas llevan a Palacio

Los medios de comunicación social dan cuenta a menudo de supuestos choques entre obreros de construcción que a veces dejan un saldo de muertos. Lo que callan es que esos episodios obedecen casi siempre a disputas internas de una mafia de hampones.


Esas bandas cumplen varias funciones. Por un lado, buscan suplantar a los sindicalistas auténticos. Dañan, por otro, la reputación de la organización obrera, para lo cual cuentan con el auspicio de órganos periodísticos proapristas. Por añadidura, cobran cupos a ingenieros y empresarios del sector, bajo amenaza de muerte.

La mafia es conocida por las autoridades del Interior y del Trabajo, pero nada hacen éstas por detener a los criminales.

Los jefes de esos grupos son inconfundiblemente delincuentes, incluso prontuariados; pero es evidente que, por ser afiliados a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP) controlada por el Apra, cuentan con el apoyo de Palacio y de sus portavoces mediáticos.

Los jefes más notorios de esos maleantes son Vicente Aponte y Augusto Ramos Dolmos.

Aponte tiene un currículo llamativo. En el año 2001 abandonó el izquierdismo para postular como candidato al Congreso en la lista de Unidad Nacional, cuya candidata presidencial era Lourdes Flores. En esa sorpresiva disidencia acompañó, sin fortuna, a José Luis Risco, quien sí se apoltronó en una curul.

Para aliviar su pena, Aponte buscó un lugar en la nómina de aspirantes al Congreso en el frente que postulaba a Valentín Paniagua. Lo tacharon, al parecer por malos antecedentes denunciados en el interior de esa alianza. En vista de tal naufragio, ha buscado consuelo como agente del Apra.

Su socio -y, ocasionalmente, rival, por cupos gansteriles- es otra alhaja, aunque un tanto devaluada, debido a su pasado carcelario y su codicia excesiva en la repartija de cupos. Tan desacreditado está el personaje, que hasta Elías Grijalva, presidente de la CTP y engreído funcionario del Banco de la Nación, lo ha expulsado de su central.

Cualquiera que haya visto las marchas de la CTP, se percata de que los manifestantes tienen más traza de presidiarios que de proletarios.

Los mafiosos se dividen por el dinero y se matan entre sí; pero los órganos oficialistas pretenden atribuir a los dirigentes de la CGTP autorías indemostrables.

La idea es dividir, desacreditar y reprimir a la central sindical más poderosa del país.

Apenas fundada, la CGTP fue clausurada por la dictadura fascista de Luis M. Sánchez Cerro. De inmediato surgió una central sustitutoria, manipulada por sindicalistas del Apra. El rechazo proletario la sepultó en el olvido.

Las maniobras de hoy, amparadas por el poder, tienen ya amplio repertorio de asesinatos. El Poder Ejecutivo y sus valedores están, también allí, jugando con fuego.


César Lévano
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com

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