¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

01 noviembre 2009

EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO

Las causas políticas de la crisis mundial

Las causas políticas de la crisis mundial

Sistema Digital


Si ustedes leen la prensa económica de mayor difusión en España (incluyendo las secciones económicas de los cinco rotativos más importantes del país) apenas verán artículos que tocan las causas reales de la Gran Recesión, es decir, la enorme polarización de las rentas que ha ocurrido en la mayoría de países de la OCDE, y muy en particular, en EEUU, como consecuencia de la aplicación de las políticas liberales iniciadas por el gobierno federal de EEUU del Presidente Reagan y por el gobierno Thatcher de Gran Bretaña, y continuadas por los gobiernos de Bush padre, de Clinton y de Bush hijo en EEUU, y de Tony Blair y de Gordon Brown de Gran Bretaña, así como por los gobiernos de Lionel Jospin en Francia, Romano Prodi y Silvio Berlusconi en Italia, Gerhard Schröder y Angela Merkel en Alemania, y José Mª Aznar en España, así como por los dirigentes de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso y por el equipo económico de tal Comisión liderado por el Sr. Pedro Solbes (como Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios). Estas políticas incluían; 1) la reducción de impuestos y gasto público; 2) la desregulación de los mercados laborales, comerciales y financieros, y 3) la reducción de los beneficios sociales y laborales. Cada una de estas políticas contribuyó a la enorme polarización de las rentas, beneficiando las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo. La evidencia de ello (ignorada cuando no silenciada en aquellos medios de información) es abrumadora (ver Navarro, V. (ed.) Globalization, Neoliberalism and Inequalities. Baywood. 2008).

En realidad, hay que remontarse a los años posteriores a 1929 (del crash de Wall Street) para encontrar polarizaciones de renta tan acentuadas como ahora. En 1979, el uno por ciento de la población que pagaba impuestos en EEUU recibía el 8% de la renta nacional. Tal porcentaje había subido en el año 2007 a un 18% de la renta nacional. Y si se incluyen las rentas recibidas por aquel 1% de la población de renta superior, como consecuencia de su propiedad de acciones, los porcentajes aumentan de un 10% en 1979 a un 23% en el 2007. Existe una enorme concentración tanto de la renta como de la propiedad, en los sectores superiores de renta del país, alcanzando una polarización sin precedentes desde la Gran Depresión.

¿POR QUÉ EL INCREMENTO DE LA POLARIZACIÓN?

Las escuelas económicas dominantes han explicado esta polarización de las rentas como resultado de dos hechos. Uno es la introducción de nuevas tecnologías en la actividad económica, que ha dado mayor valor al conocimiento y a las cualificaciones de los trabajadores. En este escenario teórico, el incremento de las rentas superiores se percibe como consecuencia de la importancia que adquiere la formación de los trabajadores en una economía necesitada de personal cualificado. Todo el proyecto intelectual-político de establecer la “sociedad del conocimiento” (promovida por la estrategia de Lisboa del año 2000) estaba basado en esta interpretación de la realidad. Puesto que a mayor educación/formación, mayor salario, había que invertir en educación y formación. Era un esquema fácil de entender y fácil de llevar a cabo. Según tal argumento, lo que tenía que hacerse para disminuir las desigualdades sociales y prevenir la exclusión social era dar formación a la fuerza laboral. Este mensaje ha sido muy poderoso en estos últimos años.

La segunda explicación que se ha dado de la creciente polarización de rentas era el fenómeno de la globalización, que estaba relacionada con la explicación anterior. Los trabajadores no cualificados en los países ricos competían con los trabajadores no cualificados del tercer y cuarto mundo, forzando sus salarios y condiciones de trabajo a la baja. Esta situación ocurría bien a través de la globalización de la actividad económica (incluyendo la deslocalización de las empresas, trasladándose a países del tercer o cuarto mundo) o mediante la movilidad internacional del trabajo, es decir, la inmigración. Según tal explicación, la globalización ha llevado a un empobrecimiento masivo de los sectores laborales de escasa formación, distanciándose sus rentas de los sectores laborales cualificados menos afectados por tal fenómeno de la globalización.

LA DESPOLITIZACIÓN DEL FENÓMENO ECONÓMICO

A primera vista parece que ambas explicaciones son creíbles: parecen razonables. Ahora bien, el problema que tienen es que ambas explicaciones despolitizan lo que es un fenómeno profundamente político. Asumen que la importancia del conocimiento y de la globalización como factores causantes de la enorme polarización de las rentas (y de la propiedad) son factores exógenos a la sociedad (algo que viene dado de fuera de la propia sociedad) sin que se vean consecuencia del desarrollo de los conflictos internos existentes en cada sociedad. Tales argumentos representan la apolitización del fenómeno económico, lo cual es un obstáculo para entender lo que ocurre en la sociedad y, poder intervenir para cambiarla. Tanto la introducción de nuevas tecnologías como la globalización, ocurren dentro de contextos políticos específicos que configuran cómo, cuándo y con qué consecuencias ocurre cada uno de estos fenómenos. En otras palabras, tales fenómenos no son las causas de la polarización de rentas sino los síntomas de unas relaciones de poder, que son las causas reales de tal polarización. Veamos los datos.

La reducción de las desigualdades de renta en EEUU que tuvo lugar desde los años treinta a finales de los años setenta fue resultado de la fuerza del movimiento obrero en aquel país. Fue en los años treinta cuando se estableció el movimiento sindical (apoyado por la Administración Roosevelt primero y la Administración Truman después) que organizó, en los años cuarenta y cincuenta, a la mayoría de los trabajadores industriales, la fuerza mayor dentro del movimiento obrero. Más tarde, el movimiento de los derechos civiles en los años sesenta, y los movimientos feministas, así como el movimiento ecologista en los años setenta y ochenta forzaron cambios, no sólo políticos, sino también económicos tales como la prohibición de la discriminación de raza y de género, así como la inclusión de los costes de destrucción del ambiente como factor evaluador de las políticas públicas. Todas estas medidas fueron opuestas por el mundo empresarial que tuvieron que aceptarlas, por fin, a regañadientes, aunque nunca acabaron de incorporarlas completamente en sus prácticas empresariales. Aprovecharon cualquier resquicio en las leyes y prácticas federales para no llevar a cabo su puesta en marcha y desarrollo.

En realidad, la respuesta neoliberal de los años ochenta fue la respuesta del mundo empresarial a las conquistas sociales del mundo del trabajo, que habían conseguido toda una serie de conquistas sociales y laborales en la época 1930-1970, alcanzándose en 1979 la menor polarización de las rentas que EEUU conoció desde los años treinta. La respuesta empresarial se inició ya durante la Administración Carter, cuando su ministro de Economía, el Sr. Volker, inició una recesión como manera de reducir el poder sindical. Las políticas de Carter fueron continuadas y aumentadas por Reagan. Tales políticas representaron un ataque frontal a los movimientos obreros y a los movimientos sociales, y se presentaron bajo el argumento de que eran necesarias para mejorar la eficiencia de la economía. El descenso del salario mínimo, la desregulación de los mercados de trabajo, la desregulación del comercio, la privatización de los servicios públicos, y el aumento de la regresividad fiscal, eran presentadas como necesarias para recuperar la eficiencia de la economía; en realidad estaban orientadas a debilitar al mundo del trabajo. Y todas ellas contribuyeron a incrementar las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo, causando un enorme crecimiento de la polarización de las rentas. La manera como se utilizaron las nuevas tecnologías y como se realizó la globalización era consecuencia directa del enorme dominio del capital que diseñó tales políticas públicas con el fin de incrementar su poder y sus rentas a costa de las rentas del trabajo. Y esto ocurrió en ambos lados del Atlántico, alcanzando su máximo desarrollo en EEUU, donde la enorme debilidad del mundo del trabajo y de las izquierdas (en ningún país de la OCDE las izquierdas son tan débiles como en EEUU), ha sido devastador para la calidad de vida de las clases populares. Es importante señalar que el objetivo teórico de tales reformas no se alcanzó. Antes al contrario, la eficiencia económica del periodo 1980-2004 fue menor que la del periodo 1950-1980. Pero aumentar la eficiencia económica no era la causa real de tales políticas. La causa real era aumentar las rentas del capital a costa del trabajo y esto es lo que lo consiguieron, incluso a costa de crear la crisis mundial.

http://www.sistemadigital.es/News/ItemDetail.aspx?id=1941

La historia del primer oficial de alto rango de EE.UU. que se negó a ir a Iraq

Ehren Watada: Por fin libre
La historia del primer oficial de alto rango de EE.UU. que se negó a ir a Iraq

The Nation-Z-net

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


El 7 de junio de 2006, un teniente del ejército de EE.UU. de 28 años llamado Ehren Watada publicó una declaración de prensa en vídeo anunciando que se negaba a movilizarse a Iraq porque la Guerra de Iraq era ilegal y su “participación me convertiría en partícipe en crímenes de guerra.” Después de tres años tratando de declararlo culpable, el ejército de EE.UU. ha terminado por ceder y permitió que el teniente Watada renunciara. A pesar de su negativa directa de una orden de movilizarse, Watada no pasó un solo día en la prisión.

La historia de Watada

Ex Eagle Scout, con un grado en finanzas, Watada se presentó como voluntario para el servicio militar después del 11-S. Sus motivos no podían haber sido más patrióticos. En su propio nombre y el de los otros soldados dijo: “el motivo por el cual entramos todos a las fuerzas armadas” y “el compromiso que hicimos con este país” es “sacrificarlo todo – sacrificar nuestras vidas, nuestra libertad, para asegurar que todos los estadounidenses vivan en un país en el que tengamos verdadera democracia.”

Cuando supo que sería enviado a Iraq, el teniente Watada comenzó a leer todo lo que podía encontrar sobre la guerra, de todas partes, para poder motivar mejor a los soldados bajo su comando. Uno de los libros que leyó fue “A Pretext for War” de James Bamford. En una película sobre su historia: “In the Name of Democracy,” Watada describió el choque que sintió al saber que: “Nuestro país, y nosotros como militares, habíamos sido engañados. No hay otra manera de describirlo. Sea que tergiversaron la verdad, que dijeron verdades a medias o que desinformaron – fue una mentira.” La Guerra de Iraq “no era una guerra de autodefensa sino por elección.”

Watada no es pacifista y basó su posición no sólo en la falsedad de las justificaciones de la guerra sino en la usurpación de la autoridad constitucional legítima por los funcionarios del gobierno de George W. Bush.

“Llegó un momento en el que vi a gente con poder, y ese poder era absoluto y no escuchaban la voluntad de la gente,” dice en “In the Name of Democracy.” “Esa era la dirigencia de nuestro país. Eran los que estaban a cargo de nuestras vidas, y sin embargo hacían lo que querían impunemente, y nadie estaba dispuesto a levantarse y desafiarlos.”

Watada ofreció su renuncia o que lo movilizaran a Afganistán; el ejército se negó. Se sintió obligado por su juramento a hacer lo que repugnaba a su conciencia. Entonces tuvo una epifanía: su juramento militar realmente requería que rehusara órdenes que consideraba ilegales, y su lealtad era con la Constitución, no con los funcionarios que la pervertían.

“Creo que el único auténtico derecho otorgado por Dios que tenemos es la libertad de elegir,” dice Watada. “Y cuando nos despojamos de ese derecho, nos colocamos en una prisión invisible que nadie más nos impone excepto nosotros mismos. Cuando uno vuelve a decirse que tiene una disyuntiva – podría ir a la prisión por ella, podría ser torturado, podría morir por ella, pero tengo esa disyuntiva y puedo usarla – entonces es como si esa prisión invisible se esfumara, y uno se siente libre. Me sentí tan libre cuando me dije que tengo una disyuntiva".

El 7 de junio de 2006, Watada publicó una declaración anunciando su negativa a movilizarse: “Es mi conclusión como oficial de las fuerzas armadas que la guerra en Iraq no es sólo incorrecta moralmente sino una violación horrible del derecho estadounidense. Aunque he tratado de renunciar en señal de protesta, me veo obligado a participar en una guerra que es manifiestamente ilegal. Como la orden de participar en un acto ilegal es también ilegítima en última instancia, debo rehusar esa orden como oficial de honor e integridad.”

Crucial en su argumento era la inconstitucionalidad de la decisión de ir a la guerra.”Teníamos gente dentro de nuestro país con cantidades tremendas de poder que hacía lo que le daba la gana,” explicó Watada. “No habían limitaciones y balances como lo propugna nuestra Constitución.”

Su desobediencia era también su deber según el derecho internacional: La Carta de la ONU y los principios de Nuremberg “prohíben las guerras de agresión. En su calidad de tratados, también forman parte del derecho de EE.UU.”

Watada era consciente de que el encarcelamiento era la consecuencia más probable de su acción. Pero se proponía enjuiciar a la guerra al hacerlo: “Trataré de argumentar los méritos legales de la guerra: que es ilegal, que es inmoral y que oficiales y soldados de conciencia no deberían ser obligados a hacer algo que es ilegal e inmoral.”

El ejército acusó al teniente Watada de no haberse movilizado a Iraq con su unidad e inició su procesamiento por una corte marcial. Entonces comenzó el tortuoso proceso que terminó con la reciente victoria de Watada – un proceso que se hace eco del antiguo dicho: “la justicia militar es para la justicia lo que la música militar es para la música.”

Watada y sus partidarios se preparaban para enjuiciar a la guerra. Pero el juez militar, el teniente coronel John Head se negó incluso a permitir que fuera considerada la motivación de Watada para rehusar la orden – la ilegalidad de la guerra. El juez Head sostuvo que cuando Watada estipuló que había desobedecido una orden, estaba realmente confesando su culpa, haciendo que toda defensa fuera irrelevante.

La corte se enredó, tratando de mantener la paradoja de que un soldado tenga el deber de desobedecer órdenes ilegales, mientras Watada no podía argumentar que la orden que desobedeció no era una orden legítima.

Cuando el juez solicitó a los abogados de la acusación y de la defensa que pidieran la anulación del juicio sobre la base de que Watada debe haber comprendido mal su propia declaración, ambas partes dijeron al juez Head que estaban en desacuerdo. En ese momento el juez virtualmente instruyó al abogado de la acusación para que solicitara la anulación del juicio, la que otorgó de inmediato.

El juez Head propuso volver a juzgar a Watada por las mismas acusaciones. Pero, como el abogado de Watada, Eric Seitz, dijo en una conferencia de prensa después de la corte marcial, eso constituiría una violación flagrante de la salvaguarda constitucional contra un procesamiento por segunda vez por el mismo delito ya que tanto la acusación como la defensa habían presentado sus casos completos. El ejército, dijo Seitz, debería comprender que “este caso es un lío irremediable.”

Tres tribunales militares rechazaron la reclamación por procesamiento por segunda vez de Watada; pero en cuanto el caso fue apelado ante un tribunal civil, el juez del tribunal de distrito Benjamin Settle emitió un aplazamiento bloqueando el nuevo juicio, afirmando que “el juez militar probablemente abusó de su arbitrio.” El ejército anunció que apelaría pero no hizo nada durante dieciocho meses, dejando a Watada en un limbo judicial. Finalmente, después de una campaña de partidarios de Watada, el Departamento de Justicia del gobierno de Obama rechazó la apelación del ejército. El ejército amenazó con someter a Watada a una corte marcial por otras acusaciones pero finalmente decidió a aceptar su derrota.

Siguen existiendo preguntas más profundas

Ehren Watada está libre ahora para continuar con su vida civil. Pero como el gobierno de Obama se atrasa con sus promesas de retirarse de Iraq, se hunde en más cenagales en Afganistán y Pakistán, y amenaza con escalar el conflicto con Irán, las preguntas planteadas por la acción de Watada nos siguen persiguiendo. Algunas son:

¿Existe un derecho y una obligación de resistir?

Watada presentó la pregunta fundamental de si la autoridad – en las fuerzas armadas o en la sociedad en general – es algo que debe ser aceptado a ciegas, o algo que ha de ser sometido a un examen moral y legal. Afirmó que “el soldado estadounidense debe elevarse por sobre la socialización que le dice que hay que obedecer siempre a la autoridad sin cuestionarla. Hay que respetar el rango pero no seguirlo jamás a ciegas.”

Al general Peter Pace, entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, le preguntaron en 2006: “¿Debería la gente en las fuerzas armadas de EE.UU. desobedecer órdenes que considera ilegales?” Respondió: “Es la responsabilidad absoluta de todo el que está en uniforme desobedecer una orden que sea ilegal o inmoral.” Si es así, ¿cuáles son las implicaciones para los soldados, para las fuerzas armadas y para al resto de nosotros?

¿Deberíann considerar las fuerzas armadas afirmaciones de que hay órdenes que son ilegales?

Watada declaró: “Tengo entendido que bajo el derecho militar, se permite que los que están en las fuerzas armadas rehúsen y en los hechos que tienen el derecho a rehusar órdenes ilegítimas – un derecho a rehusar. En un tribunal deberíann tener la oportunidad de presentar evidencia y testigos en su defensa, sobre por qué la orden era ilegítima. En este caso no tendré esa oportunidad, y es una parodia de justicia.”

¿Debería reconocer la ley a objetores selectivos?

La Ley de Servicio Selectivo otorga estatus de objetor de conciencia a los que se oponen a todas las guerras por motivos de conciencia moral. Pero adopta la posición de que los objetores no pueden escoger y elegir sus guerras. Sin embargo, actualmente existen fuertes motivos morales para oponerse a muchas, si no a la mayoría, de las guerras que tienen lugar, incluso para aquellos que puedan admitir que en principio algunas guerras puedan ser justificadas. Amnistía Internacional adopta la posición de que existe un derecho a una tal “objeción selectiva” y que aquellos que son castigados por negarse a participar en una guerra que consideran inmoral son “prisioneros de conciencia.”

Watada reconoció que “en oposición a mi postura, se presentará el argumento de que los soldados no tienen derecho a escoger y elegir sus guerras.” Pero sostuvo que: “Yo respondería que no es sólo nuestro derecho sino nuestro deber constitucional y moral.” ¿Es hora de reconocer a objetores de conciencia a ciertas guerras?

¿Cómo se pueden impedir guerras ilegales de agresión?

Existe actualmente un amplio debate sobre la tortura en círculos políticos, el público y en cierto grado en los tribunales. Pero la tortura es sólo un crimen de guerra, y no es el más grave. Sin embargo, no existe virtualmente ningún esfuerzo por cuestionar o establecer una responsabilización por el crimen de guerra más importante de EE.UU. en Iraq: la guerra preventiva ilegal.

Como dijo Watada; “Pienso que el mayor crimen que los dirigentes pueden cometer – la dirigencia de un país – sería conducir a su pueblo, a su país, a la guerra, sobre la base de afirmaciones fraudulentas.”

En una declaración que le valió una acusación adicional del Ejército, Watada dijo a una convención de Veteranos por la Paz: “Para detener una guerra ilegal e injusta, los soldados pueden decidir dejar de participar en ella.” ¿Es deslealtad una acción semejante, o un suplemento muy necesario a nuestro sistema de limitaciones y balances?

El ejército sacó al aire su propia frustración por no haber podido condenar a Watada insistiendo en que su renuncia “tenía lugar bajo condiciones otras que honorables.”

El teniente Ehren Watada sacrificó honorablemente mucho y arriesgó más “para garantizar que todos los estadounidenses vivan en un país en el que tengamos una auténtica democracia.” El ejército debería honorarlo con héroe militar.

….

Jeremy Brecher es historiador. Sus libros incluyen “Strike!, Globalization from Below, y, co-editado con Brendan Smith yJill Cutler: “In the Name of Democracy: American War Crimes in Iraq and Beyond” (Metropolitan/Holt). Ha recibido cinco Premios Emmy regionales por su trabajo en películas documentales y fue consultor en el documental sobre el teniente Ehren Watada: “In the Name of Democracy: America's Conscience, A Soldier's Sacrifice.” Es co-fundador de Global Labor Strategies.

Brendan Smith es periodista y activista sindical. Es co-fundador de Global Labor Strategies, socio consultor del Progressive Technology Project, y se sumó recientemente al personal de Labor Network for Sustainability. Como miembro del emergente movimiento de “trabajo verde”, también dirige una granja orgánica de ostras de 20 hectáreas en las Islas

Thimble de Long Island Sound.

Fuente: http://www.zmag.org/znet/viewArticle/22981

La Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación apoya a los electricistas

La Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación apoya a los electricistas



1. En las últimas semanas entusiastas brigadas de profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han estado recorriendo el país con el fin de extender y profundizar su trabajo y, al mismo tiempo, informar de la lucha de los electricistas, los mineros y otras organizaciones que se enfrentan al funesto gobierno de Felipe Calderón.

Además estas brigadas ayudan a los profesores y a otros sectores de oposición a organizarse ¿Qué quien las financia? Viajan como pueden, con su propio dinero y con las cantidades que se reúnen en boteos y demás colaboraciones. ¿O cabe acaso pensar, como lo hacen los tontos, que viajan en aviones, llegan en hoteles de lujo y comen buenas viandas con vino, tal como lo hacen los dirigentes y comisionados de los sindicatos corruptos como el SNTE, siempre cobijados por los gobernadores del PRI y del PAN?

2. No hay en México una organización que haya llevado a las calles miles de acciones político/sindicales, una enorme cantidad de batallas de protestas y luchas solidarias, que no sea la CNTE. Desde diciembre de 1979, cuando se fundó por decenas de organizaciones magisteriales que luchaban de manera aislada, la CNTE ha realizado cada año un promedio de 30 marchas en la ciudad de México e igual cantidad en Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Zacatecas y otros estados. No han sido todos los trabajadores de educación de preescolar, primaria, secundaria, Normales y del Politécnico los que se han manifestado para repudiar a los líderes charros o venales y para luchar en defensa de la educación pública, laica y popular, pero por lo menos el 25 por ciento participa en estas batallas y demás acciones que organiza la CNTE.
3. ¿Qué ha pasado con el otro 75 por ciento? Forma parte de esa gran “mayoría silenciosa” educada en el individualismo que simplemente cumple con su trabajo de manera burocrática, es decir, cumple su horario y se retira de la escuela sin interesarle si es un simple transmisor de lo que le ordena el poder. Les importa un bledo los objetivos o la orientación de los programas escolares, si aprenden los estudiantes y para que les serviría esa enseñanza. Para ellos la educación es un trabajo salarial más, el patrón y el sindicato deben ver por ellos y si acaso no lo hacen simplemente hay que esperar. Por encima de esa gran masa están varios miles de profesores comisionados por la SEP, es decir, cobrando quincenas y comisiones sin atender alumnos, bajo las órdenes de la dirigencia sindical. Esos miles de comisionados son los “cuadros” del sindicalismo corrupto.
4. La batalla de la CNTE ha sido muy difícil porque las dirigencias corruptas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –que nació en 1943- han sido siempre apéndices de los gobiernos en turno y han contado, además de los 200 millones de pesos en cuotas mensuales, con el total apoyo gubernamental. Los directivos de ese gigantesco sindicato corporativo, de millón y medio de afiliados, se han encargado –confabulados con los gobiernos y autoridades de la SEP- de manipular a educación pública para su propio beneficio. Todos los secretarios de Educación son nombrados por el gobierno pero con la anuencia de la directiva del SNTE y, dado que casi todos ignoran hasta lo más elemental en Educación, terminan subordinándose a los que el sindicato ordena en la SEP y todo el país. Ninguna hoja se mueve sin él.
5. Sólo con profunda ignorancia se puede opinar que el problema educativo es un asunto de salones de clase, horarios, gis o pizarrón o que es un problema de profesores flojos, estudiantes tontos, padres de familia irresponsables. El problema jamás podrá de otro que de política educativa, es decir, de la política que traza el Estado hacia el sector educativo. Si es importante para él la educación, hacia dónde debe dirigirse y cuánto vale la pena invertirle. A partir de ello se trazan las estrategias adecuadas de los planes y programas, la atención de la situación económica de los niños y sus padres, así como la calidad y la participación de los profesores. ¿Por qué se dice (de manera superficial) que la educación privada es más efectiva? Simplemente porque allí acuden estudiantes mejor alimentados con padres más interesados en su educación y profesores que los traen como soldados.
6. La CNTE, a través de su historia, ha demostrado que sus luchas no se reducen a simples peticiones de aumentos salariales o prestaciones para el magisterio, mucho menos a la búsqueda de cargos sindicales o políticos. Sabe la CNTE que un sindicato en educación debe trazar estrategias para mejores desarrollos de los procesos educativos. Por ello la CNTE ha puesto en el centro la defensa de la educación pública, laica, democrática y popular, así como la demanda de lucha contra el desempleo y por el mejoramiento de los ingresos de los padres de familia para garantizar una buena alimentación para los niños y jóvenes. ¿Cómo podrán asimilar los niños lo que se les enseña si más del 50 por ciento de la población vive en la pobreza, la miseria y el hambre? Por esa concepción clasista la CNTE ha sido bloqueada permanentemente.

7. Si acaso la educación mexicana ocupa los últimos lugares en el mundo no es por causa de los maestros o los estudiantes, sino por una enorme irresponsabilidad de los distintos gobiernos del PAN y del PRI que nunca se han preocupado por planearla de acuerdo a las necesidades del país. La lucha de la CNTE se ha centrado en evitar que la educación se siga desplomando y ha propuesto en sus congresos y asambleas proyectos analizados y discutidos en innumerables ocasiones. Esta es la organización del magisterio que con mayor consecuencia ha venido a apoyando la lucha del SME y de los obreros electricistas por echar abajo el decreto que liquidó la empresa y a más de 44 mil trabajadores. Mientras tanto el poderoso SNTE, dominado desde hace más de 50 años por un sindicalismo corrupto, sin consulta alguna, apoya al gobierno panista.

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