¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

12 agosto 2009

Impostura en Honduras

Impostura en Honduras

Una Misión Internacional acaba de publicar su informe final sobre violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de facto instalado en Honduras mediante un cuartelazo.

Es un documento demoledor, que desenmascara no sólo a los golpistas, sino también a sus valedores de los medios de comunicación que validan la infamia en el Perú y otros países de América Latina.

La Misión visitó Honduras con el objeto de presentar observaciones y recomendaciones a la Organización de Estados Americanos, a la ONU, a la Unión Europea y a otros actores internacionales. Se entrevistó para ello con congresistas, magistrados, políticos, el Fiscal General y hasta el presidente de la Corte Suprema.

Los miembros de la Misión provinieron de Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, El Salvador, España, Nicaragua, Perú y Uruguay.

La Misión indagó por los antecedentes del pronunciamiento militar.

Ubica así el Decreto Supremo de 23 de marzo de 2009 aprobado por el presidente Manuel Zelaya y que convoca “una amplia consulta popular en todo el territorio nacional para que la ciudadanía hondureña pueda expresar libremente su acuerdo o no a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que dicte y apruebe una nueva Constitución Política”.

Ese decreto no llegó a ser publicado en el diario oficial hondureño La Gaceta. El texto reproducido lo tomó la Misión literalmente del “Requerimiento Fiscal para que se libre orden de captura” contra Zelaya.

Del texto fluye con claridad que la traición a la patria que se imputa al presidente no tiene sustento alguno.

En realidad, lo único que se puede achacar a Zelaya es la intención de poner en manos de los ciudadanos una encuesta sobre asuntos vitales para afianzar la democracia en su país.

Un párrafo decisivo expresa que a Zelaya “se le imputa como delito la realización de una supuesta reforma constitucional que a la fecha de hoy nadie ha indicado o acreditado en qué consistiría exactamente, es decir, cuáles serían los artículos reformados o a reformar”.

Falta el cuerpo del delito porque en realidad no hay delito.

Tan importantes como los fundamentos jurídicos son las denuncias que la Misión formula sobre graves violaciones de los derechos humanos cometidas por el régimen usurpador, incluido el derecho a la vida.

Amenazas de muerte, cierre de programas radiales, hostigamiento militar en locales defensores de los derechos humanos, detención masiva de manifestantes: tal es el balance de los “demócratas” que asaltaron el poder.

La Misión señala como hecho relevante “la aplicación del Decreto 011-2009 que específicamente suspende la libertad de asociación, de reunión y de circulación”. Por ese y otros hechos, la Misión recomienda el retorno de Zelaya al poder.

César Lévano
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com

El Crash Course en español

La crisis económico-energética del sistema capitalista explicada con palabras sencillas en un curso audiovisual de veinte lecciones (5 horas en total)

El Crash Course en español

www.chrismartenson.com

Traducción de Manuel Talens. Voz en off de Atenea Acevedo.


Palabras iniciales sobre el Crash Course

La terrible crisis económica que actualmente padece nuestro planeta amenaza con llegar a ser una reedición posmoderna de las epidemias de peste bubónica que asolaban el medievo y ante las cuales el ciudadano común se sentía totalmente desprotegido. Ahora, igual que entonces, nadie entre los poderosos parece saber cómo atajarla, pero todos perciben –aunque no lo digan– que las consecuencias pueden ser devastadoras, no sólo en cuanto a la ingente cantidad de riqueza que ya se ha destruido (y se seguirá destruyendo), sino también en cuanto a la amenaza de desempleo generalizado, hambrunas, miseria y muerte, que está haciendo añicos la supuesta invencibilidad del capitalismo. Y lo peor es que los gobiernos occidentales –que controlan el mundo– no parecen haber aprendido la lección de sus errores y siguen incidiendo en la misma medicina de inyectar dinero virtual que los ha conducido a este callejón sin salida, algo así como si a un diabético en estado de coma se lo tratase con infusiones de glucosa.

Es en este contexto de confusión generalizada donde brilla con luz propia el Crash Course que hoy presentamos, una herramienta educativa esencial para quienes vislumbran que la única salida a la crisis consiste en olvidar el sofisma de que el crecimiento infinito es posible en un planeta finito como el nuestro. El Crash Course no ofrece milagros. Al contrario, se esfuerza en deconstruir las falacias sobre las que se basa el capitalismo en su presente estado: dinero que es puro papel sin respaldo alguno, deudas impagables, militarismo, desaparición del ahorro... y crisis energética inminente a modo de espada de Damocles, todo ello combinado en un cóctel letal.

El curso está estructurado en 20 capítulos para su visualización en PowerPoint y su mejor virtud es que ofrece una lección de realismo a quienes lo toman, alejándolos de ese mundo de ficción en que políticos, banqueros, economistas tradicionales y medios de comunicación "encierran" a los indefensos ciudadanos globales. No hay salida posible si las cosas no cambian, nos dice Chris Martenson –un antiguo vicepresidente de la multinacional farmacéutica Pfizer reconvertido en activista antisistema, en la estela de Joseph E. Stiglitz–, pero no se detiene ahí, sino que añade estrategias de cambio. El cambio es posible y saludable, concluye Martenson, pero sólo si nosotros estamos dispuestos a intentarlo.

Atenea Acevedo y Manuel Talens




Capítulos
Duración Original inglés
-- Introducción 03:34 Introduction
1 Tres creencias 02:18 Three Beliefs
2 La sigla "EEMA" 03:16 The Three "E"s
3 Crecimiento exponencial 08:27 Exponential Growth
4 El problema es la función exponencial 04:40 Compounding is The Problem

Crecimiento frente a prosperidad 05:15 Growth vs. Prosperity
6 ¿Qué es el dinero? 09:17 What Is Money?
7 Cómo se crea el dinero 07:39 Money Creation
8 La Reserva Federal 10:42 The Fed - Money Creation
9 Brevísima historia del dinero usamericano 10:57 A Brief History of US Money
10 La inflación 17:23 Inflation
11 ¿Cuánto es un billón? 04:46 How Much Is A Trillion?
12 La deuda 17:38 Debt
13 La incapacidad nacional para el ahorro 17:20 A National Failute To Save
14 Activos y demografía 19:51 Assets & Demographics
15 Burbujas 19:45 Bubbles
16 Las cuentas no cuadran 21:37 Fuzzy Numbers
17a Parte A: El pico del petróleo 25:14 Part A: Peak Oil
17b Parte B: Economía de la energía 17:29 Part B: Energy Budgeting
17c Parte C: Energía y Economía 09:50 Part C: Energy and The Economy
18 El medio ambiente 23:47 Environmental Data
19 El incierto futuro 11:04 Future Shock
20 ¿Qué debo hacer? 22:53 What Should I Do?





El Crash Course en español y Tlaxcala
(http://www.chrismartenson.com/blog/el-crash-course-en-espanol/24286)

Mi interés por los fraudulentos mecanismos económicos que han puesto contra las cuerdas al sistema capitalista me llevó en años pasados a descubrir la inaplazable crisis energética que pronto tendrá lugar cuando el petróleo empiece a escasear, mucho más grave y mortífera que la actual crisis financiera, por mucho que políticos, economistas profesionales, “expertos” televisivos y medios dominantes sólo se ocupen de esta última. Debo agradecer a mi amigo Pedro Prieto, editor del sitio web Crisis Energética, las largas conversaciones en las que me enseñó casi todo lo que sé sobre el cenit o pico del petróleo, así como su invitación personal a la 7ª Conferencia Internacional de la ASPO (Association for the Study of Peak Oil and Gas), que tuvo lugar en Barcelona el pasado mes de octubre de 2008, a la cual asistí con sumo placer.

Fue en aquellos días barceloneses donde se gestó —de forma totalmente insospechada e indirecta— la futura traducción de este Crash Course que hoy ofrecemos en lengua española. Todas las ponencias y textos allí presentados tenían su interés, pero señalaré solamente dos circunstancias que, al confluir, pusieron en marcha el motor que ahora me lleva a escribir estas líneas. La primera fue el impacto que me causó la conferencia de Charles A. S. Hall, profesor del College for Environmental Science and Forestry, de la Universidad Estatal de Nueva York en Syracuse. Hall, un auténtico entertainer sobre el estrado, la inició diciendo que los economistas convencionales —que él denominó neoclásicos— no tienen ni la más remota idea de lo que es la economía en la vida cotidiana… y así nos va. Citó entonces una frase de Wassily Leontief, premio Nobel de Economía en 1973, según el cual los modelos básicos de la economía son “incapaces de proponer de ninguna manera perceptible una comprensión sistemática del funcionamiento de un sistema económico real”.

La segunda circunstancia tuvo lugar ya de vuelta a casa, cuando empecé a revisar la ingente cantidad de bibliografía que obtuve en la conferencia de la ASPO. Allí estaba el Crash Course de Chris Martenson, que empecé a visionar en la pantalla. De entrada, me fascinó por su claridad de ideas, sus virtudes pedagógicas, su insistencia en el pico del petróleo y, sobre todo, por el hecho muy evidente de que Martenson demuestra con candidez que no hace falta ser “experto” en economía para llegar a entender perfectamente, si uno se lo propone, eso que los economistas de altos vuelos parecen ignorar: que dos y dos son cuatro, no una retahíla de fórmulas esotéricas y lenguaje ampuloso, lo cual me llevó de vuelta a las palabras sarcásticas de Charles Hall y me incitó a completar el Crash Course. Añadiré que no sólo no me decepcionó, sino que fue entonces cuando decidí escribir a Chris Martenson para proponerle mi traducción en nombre del grupo de traductores activistas —todos ellos voluntarios— al que pertenezco, Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Chris, naturalmente, dijo que sí.

La tarea era compleja, pues ya no se trataba de traducir el típico artículo de dos páginas que uno se quita de en medio en poco tiempo, sino de más de 40.000 palabras, más las diapositivas de los vídeos. Y a ello se añadía la dificultad de que iba a ser necesario doblar la voz de Martenson, pues nadie en su sano juicio puede pretender que los posibles beneficiarios hispanos del curso soporten una veintena de capítulos, algunos bastante largos, leyendo subtítulos.

Pero Tlaxcala es un grupo heterogéneo y multinacional con múltiples recursos. Una de nuestras traductoras, la mexicana Atenea Acevedo, ejerce profesionalmente de intérprete de conferencias, tiene una preciosa voz y aceptó encantada el reto que le propuse. El resultado de nuestra colaboración trasatlántica es lo que hoy sale a la luz.

Hemos decidido mantener el título del curso en el inglés original precedido por el artículo determinado “el” ―lo cual da lugar al extraño híbrido El Crash Course―, pero no por gusto personal, sino sobre todo porque muchos de quienes lo lean no sabrán al principio qué significa, pero el binomio es uno de esos escollos endiablados que suelen amargar las vidas de los traductores y no se nos ocurrió nada que reflejase fielmente en español la intención significante de Martenson sin el estorbo del doble matiz semántico que tiene course (“camino” y “curso académico”). Atenea y yo pensamos que si lo traducíamos por "Curso (o camino) hacia el desastre" invitaría poco a tomarlo (¿a quién se le ocurriría meterse en algo que lo lleve al desastre?), mientras que si lo traducíamos como "Curso (o camino) del desastre" algún malpensado podría creer que el curso es una porquería. Tampoco "Curso sobre el desastre" nos pareció ideal. Los lectores (y espectadores) nos perdonarán, pues, el anglicismo.

Por último, he de decir que otra ventaja añadida del Crash Course es que dice sin ambages las verdades que otros callan sobre la doble crisis actual ―económica y energética― desde la aceptación del capitalismo como sistema viable, pero pervertido por el mal uso. Las palabras que lee Atenea son las de un hombre convencido de que si se hacen las cosas con rectitud el sistema capitalista puede pervivir. Excuso decir que ni ella ni yo compartimos ese convencimiento, pero eso no tiene la menor importancia, pues a estas alturas lo verdaderamente necesario es que la ciudadanía sepa qué está pasando de verdad en el mundo, más aún si quien les cuenta esta historia de terror económico es un honrado usamericano que ama a su país ―el malhadado Imperio― y quiere mejorarlo.

Manuel Talens
Madrid, mayo de 2009


Muy pronto en el desarrollo de mi carrera como traductora e intérprete advertí que este quehacer profesional ofrecía una veta extraordinaria para estructurar mi activismo por los derechos humanos, la equidad de género y el cambio social. Aun cuando la cantidad de información generada en la actualidad no tiene precedente histórico, las voces divergentes o sencillamente distintas se pierden con gran facilidad cuando los medios dominantes dictan el ritmo de las creencias generalizadas.

Además de constituir mi principal medio de vida, la traducción y la interpretación son pasiones que me han permitido dar voz a quienes no la tienen, es decir, hacer inteligible un discurso articulado a contracorriente o trasladarlo a un espacio de mayor difusión en donde puede manifestarse, encontrar eco, sumar esfuerzos o aportar una muy necesaria pluralidad de pensamientos y formas de acción. Por otra parte, estoy convencida de que un derecho humano fundamental es la posibilidad de expresarse y leer en el idioma en el que cada cual sueña, en esa lengua cargada de resonancia emocional e intelectual que define parte de nuestra identidad, y vivo como un privilegio el poder contribuir al ejercicio de ese derecho.

En abril de 2007 conocí a Manuel Talens en el marco de un congreso de traducción e interpretación activista celebrado en Granada, España. Sabía de la labor de Tlaxcala y me interesaba unirme al colectivo, así que cuando la providencia me sentó al lado de Manuel en una comida entre sesiones de trabajo surgió un vínculo basado en la convicción compartida en la diversidad lingüística como herramienta capaz de construir y defender realidades alternativas. Parte de este espíritu explorador de caminos se revela en dos neologismos que suelen distinguir las traducciones de Tlaxcala al español: son Usamérica y usamericano o usamericana para referirnos a lo que la mayoría denomina Estados Unidos y estadounidense. La polémica política en torno al nombre de este país y su gentilicio es añeja y no pretendemos reavivarla, sino invitar al público a abrir la mente a ciertas licencias libertarias.

El Crash Course en español es una aventura que conjuga la impecable traducción de Manuel con mi propia incursión en el mundo de la voz en off o voice-over. Nuestra intención es hacer las ideas de Chris Martenson más accesibles a la población usamericana de origen hispano, pero también a las personas hispanohablantes del resto del globo que quieren y tienen derecho de entender qué sucede con la economía y las finanzas internacionales. Hemos intentado dar un toque más latinoamericano que peninsular a la terminología del curso (y, evidentemente, a su oralidad), aunque las diferencias regionales no son pocas entre tantos millones de personas que nos comunicamos en este idioma. El producto final no se habría consolidado sin el talento del equipo técnico de Chris, con quienes también estamos en deuda por su difusión.

Atenea Acevedo
México, D.F., mayo de 2009





El Crash Course en español se publicó en www.chrismartenson.com el 8 de agosto de 2009.

Sobre el autor, Chris Martenson

Atenea Acevedo y Manuel Talens son miembros de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. El Crash Course en español se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, a la locutora y la fuente.

El múltiple y cambiante concepto de nación

El múltiple y cambiante concepto de nación



En vísperas de nuestras Fiestas Patrias, reflexionemos un poco sobre qué significa nación. Sin entrar en las inacabables elucubraciones teóricas sobre este concepto, mucho más antiguo que el de estado y hasta ahora mucho más amplio y flexible (como el de comunidad, región, suyu y otros muchos semejantes), recordemos que la nueva Constitución reconoce y busca fortalecer dos tipos complementarios de nación:

(a) La nación boliviana, explicitada en el art. 3. La nación boliviana viene a ser el componente social que suelda en el plano ideológico e imaginario lo que en el plano más estructural se expresa con la insistencia en que somos un estado unitario. Dentro de esta acepción más inclusiva de nación se debe entender otros términos constitucionales como nacional, internacional, nacionalidad, nacionalización.

(b) El de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, a las que se reconoce por fin y muy solemnemente en el art. 2 y se las incorpora en toda la nueva arquitectura del país a través de su fórmula "Estado [de derecho] Plurinacional". A esa acepción se refiere la CPE siempre que habla de plurinacional y de esas "naciones y pueblos" con raíces precoloniales.

La expresión "una nación de muchas naciones" sintetiza ambas acepciones, aunque más común es la fórmula "Estado [-Nación] Plurinacional". Una de las grandezas de la nuestra patria Bolivia es cabalmente su esfuerzo actual y pionero para unir de manera articulada, igualitaria y solidaria a una nación de muchas naciones. Este enfoque rescata a la nación del secuestro monopólico que le habían pretendido tender los estados modernos.

No es algo exclusivo de Bolivia. Con la aceptación de las naciones "subestatales" o "sin estado", también en otros países e incluso en instancias oficiales de la Unión Europea y del propio sistema de Naciones Unidas, poco a poco se está recuperando su sentido más amplio, arriba esbozado, que no excluye tampoco a la nación-estado.

Veamos la evolución en la Organización de las Naciones Unidas. En este su título nación equivale a estado. Es decir, en rigor, se la debería llamar "Organización de las Naciones-Estado Unidas" o simplemente "de los Estados Unidos" aunque, obviamente, lo último ya no cabe porque, para complicarlo aún más, uno de sus miembros se llama "Estados Unidos". A su vez, este país se autoproclama "the great American nation", marginando al resto del continente "americano", al que tímidamente sólo a veces también llamamos "la nación latinoamericana". Nótese de paso que en los Estados Unidos (a diferencia de la Unión Europea) a ninguno de sus estados federados (como Ohio o Texas) se los llama "nación".

Pese a estos antecedentes, ahora las Naciones Unidas, en su Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), les reconoce su derecho "a pertenecer a una comunidad o nación indígena" (art. 9). Así es de mutable el juego del gato y el ratón entre los términos estado y nación.

En cierta forma una evolución semejante ha ocurrido en el uso del término pueblo dentro del Derecho Internacional, que en algún momento se lo ha identificado allí con Estado. El Convenio 169 de la OIT sobre "pueblos indígenas y tribales en países independientes" (1989), ya mostraba un cambio, pero sus autores sintieron todavía la necesidad de aclarar que la utilización del término pueblos en este Convenio "no deberá interpretarse en el sentido... que pueda conferirse a dicho término en el derecho internacional". Casi veinte años después, en 2007, la Declaración de Naciones Unidas ya habla una y otra vez de los "pueblos indígenas" sin sentir la necesidad de ninguna aclaración.

Finalmente, dejemos constancia de que hay también cierta tendencia a ir eliminando la referencia a lo nacional como equivalente al conjunto del Estado, por ejemplo, en ciertos ambientes europeos (como España) escarmentados por las intolerancias y crímenes ocasionados por los "nazionalismos". Por ese mismo temor hay incluso quienes quisieran eliminar simplemente toda referencia a "nación" en cualquier nivel.

El caldo de cultivo para todo "nazionalismo" proviene de la miopía o intolerancia fundamentalista que supone pensar que nuestra identidad con una nación (estatal o no) es y debe ser siempre intocable y además única; por tanto, los demás no cuentan.

En estas fiestas celebremos más bien que queremos y podemos ser una nación de muchas naciones.

Lucha y resistencia de los pueblos originarios
Pachamama: el grito de la tierra desde los barrios

Prensa De Frente


El problema de los pueblos originarios y el problema de la tierra aparecen emparentados porque el problema de la tierra es la esencia del problema indígena, ya Mariátegui señalaba que "el problema del indio es, en último análisis, el problema de la tierra". La tierra fue y será el principal reclamo de los pueblos originarios y los movimientos campesinos. La tierra entendida como entidad colectiva, propiedad cultural, desprendida de la lógica individual y extractiva.

“Afirmar nuestra conciencia étnica no implica desconocer la conciencia de clase. Creemos que las dos son necesarias. La primera nos hará progresar en cuanto pueblo históricamente diferenciado, y la segunda nos permitirá identificar y combatir a nuestros enemigos internos, como los caciques y otros explotadores, a la vez que nos da un punto de unión con el resto de los explotados del país y del mundo” - Declaración Indígena de Temoya. México. 4 de julio de 1974.

Pero también este reclamo por la tierra se convierte en territorialización de los movimientos contestatarios, dando muestra de “unidad en la diversidad”, que no se realiza sólo entre indígenas, sino también con campesinos y distintos sectores populares: desocupados, vecinos autoorganizados, estudiantes, luchadores del medio ambiente, entre otros, los nuevos-viejos actores sociales.

Dicen los zapatistas: La lucha por la tierra y el territorio es por la vida y la dignidad todos los pueblos y las culturas se relacionan con la tierra, de ella se sustentan y construyen.

“La tierra es más que ‘fuentes de trabajo y alimento’; es cultura, comunidad, historia, ancestros, sueños, futuro, vida y madre. Vivimos una ofensiva que pretende convertir la tierra y los recursos naturales en mercancías contra la vida misma de los pueblos. Aguas, bosques, tierras, paisajes van perdiendo su carácter de patrimonio colectivo, confiscados por intereses privados que los agotan o contaminan con la complicidad de los gobernantes.”

La tierra para los tobas, ALWA- LA -TEE’, tiene el mismo significado que una madre; la tierra es todo, uno de sus integrantes nos explica: “sin la tierra no somos nada, porque en la tierra es donde el padre comienza a cultivar, y del producto de eso cría a sus hijos como allá hacíamos en el monte, en el gran Chaco, el gualamba. En la tierra es donde el paisano y el criollo pobre pone toda la esperanza. Es como decir que si a nosotros nos sacan la tierra, nos sacan nuestras raíces, la cultura, todo está insertado dentro de la tierra; nuestras costumbres de cientos de años, nuestra forma de trabajar. Y el sentir vivir libremente sobre la tierra. Como dicen los compañeros, la tierra es soberanía.

Dicen los campesinos organizados en el MOCASE-VC: “Este modelo nos quitó nuestra cultura, hoy tenemos que aprender lo desaprendido, lo tradicional de nuestros abuelos como sembrar sin agroquímicos, cuidar los bosques, respetar los ríos, la Pachamama, creer en la sabiduría del monte, en nuestros dioses y leyendas propias. El lugar donde estamos y los recuerdos son parte de la identidad. En cambio el terrateniente viene y tira todo, hoy está viviendo aquí, mañana allá, y le importa tres pepinos, no tiene recuerdos de nada. Nosotros tenemos otra cultura, los campesinos tenemos también en los campos la medicina para nuestra salud, eso se nos está perdiendo, hoy es más fácil tomar una pastilla que buscar un yuyo y hacer un té”. “Esto no es casual, estas son grandes empresas que no quieren que nos independicemos de eso, si nosotros no consumimos lo que ellos transforman tampoco vamos a poder vivir, ese el capitalismo”, definen en pocas palabras el profundo sentido de la lucha, por la defensa de la vida.

Hijos de la Tierra en los barrios: criminalizados y perseguidos, los pobres de la gran ciudad se organizan territorialmente. Los espacios ocupados en barrios por tantos migrantes indígenas y campesinos expulsados de sus tierras son resignificados en términos de nuevas alianzas y solidaridades. La cultura de la reciprocidad y la ayuda mutua, la minka, se expresa en los barrios en la construcción de las viviendas, los merenderos, los cortes de ruta, en el relleno de los predios y en las festividades comunitarias. En estas expresiones se entrecruzan relaciones culturales de clase, historias y proyectos conjugados por la pertenencia a la tierra.

La Pacha es Unidad y diversidad

Buscar el principio de constitución que nuclea estos movimientos implica llegar a una trama de diferencias, diversidades y pluralismos que se procesan bajo una misma idea: la autodefensa de un territorio, la subsistencia y la mejora en las condiciones de vida, la apropiación de un espacio que ayude a la construcción de acuerdos horizontales frente al atropello constante de los procesos económicos capitalistas.

De todas las articulaciones posibles, los nuevos territorios como categoría política son el rasgo diferenciador más importante que lo inscribe dentro de los movimientos sociales latinoamericanos, y lo que les está dando la posibilidad de revertir las políticas neoconservadoras y represivas. A diferencia del viejo movimiento obrero y campesino (en el que estaban subsumidas muchas organizaciones originarias), los actuales movimientos están promoviendo un nuevo patrón de organización del espacio geográfico, donde surgen nuevas prácticas y relaciones sociales. La tierra no sólo es un medio de producción, superando una concepción estrechamente economicista, el territorio es el espacio en el que se construye colectivamente una nueva organización social, donde los nuevos sujetos se construyen subjetivamente, instituyendo su espacio, apropiándoselo material y simbólicamente.

Cabe destacar que los movimientos más significativos de los últimos años en América Latina (Sin Tierra en Brasil, indígenas ecuatorianos, zapatistas de Lacandona, guerreros del agua y cocaleros bolivianos y desocupados argentinos), pese a las diferencias espaciales y temporales que caracterizan su desarrollo, poseen rasgos comunes, ya que responden a problemáticas que atraviesan a todos los actores sociales del continente. De hecho, forman parte de una misma familia de movimientos sociales y populares. Estas características comunes derivan de la territorialización de los movimientos, o sea de su arraigo en espacios físicos recuperados o conquistados a través de largas luchas, abierta o subterráneas. Es la respuesta estratégica de los actores pauperizados a la crisis de la vieja territorialidad de la fábrica y la hacienda, y a la reformulación por parte del capital de los viejos modos de dominación.

La desterritorialización productiva (de la mano de dictaduras y contrarreformas neoliberales) hizo entrar en crisis a los viejos movimientos, fragilizando sujetos que vieron evaporarse las territorialidades en las que habían ganado poder y sentido. La derrota abrió un período de reacomodos que se plasmaron, entre otros, en la reconfiguración del espacio físico. El resultado, en todos los países aunque con diferentes intensidades, características y ritmos, es la reubicación activa de los sectores populares en nuevos territorios ubicados en los márgenes de las ciudades y en las zonas de producción rural.

La ocupación y el asentamiento como estrategia, originada en el medio rural, comenzó a imponerse en las franjas urbanas: los excluidos crearon asentamientos en las periferias de las grandes ciudades, mediante la toma y ocupación de predios, En todo nuestro continente, varios millones de hectáreas han sido recuperadas o conquistadas por los más pobres, haciendo entrar en crisis las territorialidades instituidas y reformulando los espacios geográficos de la resistencia.

Es en este marco, donde las organizaciones territoriales se enfrentan a un desafío: la mejora en las condiciones de vida de quienes no pueden acceder al mercado de trabajo, sólo puede encontrar una salida de largo plazo con la participación y articulación con otros sectores de la sociedad que, desde su particularidad, también expresan los efectos devastadores del capitalismo. La irrupción de la lucha indígena y campesina encierra en sí mismo la posibilidad de mejorar las condiciones generales de vida del conjunto de los pobladores, difícilmente se volverá a la situación de aislamiento y atomización de las comunidades, por el contrario, hasta los más aislados y pequeños grupos han irrumpido en los últimos años; la creciente politización de sus demandas y el fortalecimiento de las configuraciones comunitarias aumentará el nivel de las tensiones entre los pueblos y los Estados nacionales, entre las comunidades y las grandes corporaciones extractivas internaciones.

En los barrios esta posibilidad se realiza al presionar para mejorar las propias condiciones de vida, al luchar por su subsistencia inmediata, al exigir el aumento en el número de “microemprendimientos” productivos que ayuden a la supervivencia –tanto familiar, de la organización y del barrio-, trabajo, salario digno, puestos de salud y otros reclamos, presiona por el mejoramiento de las condiciones de vida en su conjunto, elevando el piso mínimo de tolerancia frente al Estado.

Tanto las comunidades indígenas y campesinas como las organizaciones barriales comparten un mismo aspecto en lo que respecta a esta percepción del futuro y la posibilidad de que éste se modifique. En ningún caso se deposita en la política ni en sus instituciones tradicionales la responsabilidad de mejorar sus condiciones de vida, y de los demás. En todo caso, las expectativas, si las hay, residen en las futuras acciones y evolución de la organización a la que pertenecen y aquello que desde éstas puedan lograr.

Se abren de esta forma escenarios de lucha que revitalizan la política de los sectores populares tanto en el campo como en la gran ciudad, el objetivo es poner freno a los proyectos mediáticos y usurpadores de las solidaridades; recuperar la fuerza de la autogestión y la resistencia frente al desamparo político de las instituciones, hacer frente a la arremetida política de los poderes económicos que, como vimos en el conflicto entre el gobierno y la patronal rural, se alinearon detrás de los nuevos rostros de la vieja alianza liberal—conservadora dispuesta a no cedernos nada.

Dani Tatú. Docente de la Cátedra Americanista FFYL - UBA. Integrante del Encuentro de la Resistencia.

http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2009/08/10/pachamama_el_grito_de_la_tierra_desde_lo

No es posible seguir pagando una deuda ilegítima

Un activista contra el Banco Mundial: entrevista a Eric Toussaint
No es posible seguir pagando una deuda ilegítima

voltairenet.org



Banco Mundial: pobreza y hegemonía

Pertenece a la tropa de pensadores y activistas sociales convencidos de que otro mundo es posible. Eric Toussaint es una de las caras más visibles de esa corriente de pensamiento y energía, con diversos colores y texturas según la región, al que los estudiosos llaman movimiento altermundialista.

Toussaint va por el mundo recogiendo y procesando datos y argumentos para llevar al banquillo de los acusados a los organismos internacionales causantes de la deuda de los países del Tercer Mundo, especialmente al Banco Mundial. Todavía no lo logra, pero habla de ello con la certeza y la serenidad de quien está convencido de que solo es cuestión de tiempo y de constancia en el empeño.

Al parecer, el oficio de profesor de secundaria, que ejerció por varios años en su juventud, ha dotado a este pensador belga de una capacidad asombrosa para recordar fechas y acontecimientos ligados al tema de la deuda de los países pobres. Un asunto sobre el que hay que tener memoria, pero también método para ordenar la información. Y la combinación de todo eso son sus libros. Entre los más conocidos están “50 preguntas y 50 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial”, así como “La bolsa o la vida, las finanzas contra los pueblos”, que circulan en cuanto foro o seminario aparece Toussaint.

“Tengo una formación política marxista desde muy joven. Puede parecer extraño, yo leí el Manifiesto Comunista a los 13”

Con 55 años de edad y cerca de 40 dedicados al activismo político, Toussaint es presidente del Comité por la Anulación de las Deudas del Tercer Mundo (CADTM), una organización que nació en Bélgica, pero tiene filiales en 26 países, incluido Ecuador. A inicios de esta semana estuvo en Quito como invitado al Seminario Internacional Comunicación y Poderes, donde, entre otras cosas, dijo que los movimientos de izquierda, especialmente en América Latina, cuando ganan las elecciones llegan al gobierno pero no al poder.

Después, deja que lo saquemos del paraninfo de la Universidad Andina y accede a conversar sobre el tema que marca la vida de millones de personas, las deudas del Tercer Mundo. Cuenta de entrada que está armando equipaje para salir esa misma tarde hacia Medellín, a participar en una cumbre alternativa, de protesta contra la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un ambiente caldeado por amenazas de grupos paramilitares contra los organizadores de la protesta. Y por ahí comenzamos.

Anticumbre de Medellín, anticumbre de Davos… ¿no hay un riesgo de que los movimientos alternativos terminen actuando en función de la agenda del poder?

No, porque son muy importantes las anticumbres. Lo importante es definir nuestra propia agenda y que esta no dependa de las citas de nuestros enemigos. Si tomas en cuenta, entre 1999 y 2000 surgió a nivel mundial lo que se ha llamado el movimiento altermundialista con las manifestaciones de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), en noviembre de 1999; la de abril de 2000 contra el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington; así como la de septiembre de 2000 en Praga contra el BM y el FMI, lo que los obligó a recortar la cita de cuatro días a dos, porque no había manera de moverse. Esa fase tuvo, de algún modo, su momento principal y dramático en las manifestaciones de Génova, en julio de 2001, contra el G-8, cuando la policía de (Silvio) Berlusconi mató a un joven de 23 años, Carlo Giuliani. Desde entonces, no ha habido reunión de la OMC, del BM, del FMI ni del G-8 en grandes ciudades, porque eso los molesta mucho.

¿Es la mejor manera de poner a la defensiva a los que siempre han jugado a la ofensiva?

El próximo G-8 se reunirá en una isla llamada La Magdalena, cerca de Cerdeña (Italia), que sirve como base de submarinos nucleares estadounidenses. Este año, el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) fue una reunión de duelo por la crisis del capitalismo mundial. En cambio, este mismo año nos reunimos (el Foro Social Mundial) en Belem (Brasil) cerca de 140.000 personas, el 85% de jóvenes, y fue una reunión de fiesta, de creatividad y de encuentro entre pueblos indígenas y movimientos.

¿Cuál ha sido su proceso de acercamiento a los problemas del Tercer Mundo, su escuela o corriente formación?

Tengo una formación política marxista desde muy joven. Puedo parecer extraño, pero yo leí el Manifiesto Comunista cuando tenía 13 años, en 1967. Como adolescente, me sentí parte del Mayo del 68 y participé en marchas, aunque no vivía en París, sino a 400 kilómetros, en Liege (Bélgica) una ciudad industrial, donde sigo viviendo. Entré a la militancia política como colegial y después como estudiante universitario. Pero dejé la universidad para seguir una formación de profesor de secundaria y después me desempeñé como dirigente sindical de ese gremio. Mucho más tarde hice una maestría y un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Liege y en la de Paris 8.

Entonces se interesó sobre las deudas de los países pobres…

Mi interés inicial por las deudas del Tercer Mundo viene del año 1982, cuando explotó la crisis de la deuda en México, como consecuencia del alza de la tasa de interés internacional y del precio del petróleo. Al mismo tiempo, mi ciudad vivía una crisis de la deuda porque debía 2.000 millones de dólares y tenía una población de 200.000 habitantes. El poder municipal aplicó un plan de despidos, privatización y reducción de salarios para pagar la deuda. Así es que no me costó mucho esfuerzo entender que había una globalización financiera que el capitalismo mundial trataba de imponer.

¿A quién le debía su ciudad?

A bancos privados belgas. Yo fui uno de los dirigentes de una huelga de cuatro meses de los 17.000 empleados públicos, dentro de los que estábamos los profesores de secundaria de Liege. A partir de ahí me involucré mucho con el trabajo de solidaridad con los procesos sociales en América Latina. Organizaba brigadas de solidaridad con la revolución sandinista en Nicaragua. Eso fue entre 1984 y 1989. En Bélgica había obreros, profesores, que se organizaban y pagaban su pasaje para ir a trabajar con los campesinos en Nicaragua, durante un mes, usando sus vacaciones para apoyar la revolución sandinista.

¿Cómo se involucró con el proceso político ecuatoriano?

Fue en enero del año 2000, cuando me invitaron, una semana después de la toma del Palacio (derrocamiento del gobierno de Jamil Mahuad) para hablar de la deuda. Volví en julio de 2004 para el Foro Social Américas. En estos años desempeñé todo un diálogo y colaboración con Alberto Acosta, quien trabaja en el tema de la deuda, así como con el grupo Jubileo 2000 Guayaquil. En abril de 2007, el grupo me invitó a un seminario sobre la deuda ilegítima, con el entonces ministro de Economía, Ricardo Patiño, quien me invitó a colaborar con la propuesta de Ecuador sobre la creación del Banco del Sur. A partir de julio de 2007, me designaron miembro de la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC).

¿Cuál era su función y cuánto tiempo trabajó en eso?

Yo estudié una parte de los préstamos del Banco Mundial. Trabajé sin cobrar nada, con el fin de identificar las deudas ilegítimas que se reclamaban a este país. Todos los integrantes de la CAIC trabajaron muy duro.

Creo que en los 14 meses de vida de la comisión estuve en el Ecuador tres meses y, por supuesto, el resto trabajaba en Bélgica estudiando documentación que luego intercambiaba por Internet con los colegas.

¿Cree que el Gobierno ecuatoriano está haciendo buen uso de ese informe?

Mi respuesta es matizada. Primero, es claro que nuestra misión era auditar deudas y hacer recomendaciones, pero no teníamos poder de decisión sobre lo que había que hacer. Yo diría que las recomendaciones que yo apoyaba dentro de la comisión no fueron seguidas por el Gobierno. Mi posición era abogar por un acto soberano de declaración de nulidad de las deudas identificadas como nulas. Un acto soberano existe en el derecho internacional y no pasa por una negociación, sino por un acto unilateral.

Una acción más radical…

Sí, y combinar eso con enjuiciar en el país a los responsables, extranjeros o nacionales, del endeudamiento fraudulento, ilegítimo. El Gobierno decidió suspender el pago de una parte de la deuda comercial, los bonos (Global 2012 y 2030) y, bueno, para mí es un paso, ya es algo.

¿No es el acto soberano que usted esperaba?

No puedo hablar en nombre de toda la comisión ni de cómo los demás miembros evalúan la posición del Gobierno. De todas maneras se ha dado un paso y yo lo apoyo. Pienso que habría que dar otros pasos con respecto a la deuda reclamada por el Banco Mundial, que debe ser repudiada.

Esa es una de sus tesis más fuertes, enjuiciar al Banco Mundial…

Claro, ese es un combate. Yo dije claramente que el Gobierno del Ecuador no está en la posición de enjuiciar o demandar ante la justicia al Banco Mundial por razones jurídicas. Al ser un país miembro de ese banco, no puede demandarlo ante tribunales. Pero las víctimas de este banco sí pueden hacerlo. Por ejemplo, un pueblo desplazado o un pueblo que no ha sido indemnizado de manera adecuada y que ha sido perjudicado en su condición de vida por responsabilidad directa del Banco Mundial, por decir un caso. Eso es perfectamente posible.

¿Su organización maneja un caso en el que se pudiera enjuiciar al Banco Mundial?

Trabajamos desde hace un año y medio con organizaciones de pigmeos de la República Democrática del Congo. Son poblaciones que han sido directamente afectadas por un proyecto forestal del Banco Mundial, que destruyó de manera importante los bosques de los cuales viven los pigmeos, que son cazadores y recolectores. Allí podemos demostrar una relación absolutamente directa de un proyecto de ese banco y sus consecuencias a nivel de violación grave de los derechos humanos. La destrucción del medio ambiente de un pueblo nativo es considerada para la justicia internacional un crimen contra la humanidad. Estamos en la fase previa a empezar un juicio ante tribunales. Esa sería la primera experiencia.

En el Ecuador varios pueblos de la Amazonía mantienen un juicio contra la Texaco por daños ambientales. Paradójicamente, en un inicio, el mismo Estado ecuatoriano estuvo en contra de las víctimas…

Claro, entonces lo que existe a nivel de jurisprudencia es la figura de las víctimas de las transnacionales. Por ejemplo, petroleras, a las que se puede demandar en tribunales internacionales.

Ahí entra el tema del poder. Usted decía que cuando los movimientos de izquierda llegan al gobierno solo llegan al gobierno pero no al poder ¿es el caso ecuatoriano?

Sí, es el caso ecuatoriano, como también lo fue el de Allende en el Chile de los 70, el de Hugo Chávez en Venezuela, es el caso de cualquier gobierno de izquierda, en Francia, en Bélgica o en el Ecuador. Yo hice ayer una comparación histórica. Un gobierno de izquierda llega al gobierno, pero no al poder, porque el poder económico, está compuesto por grupos financieros, industriales, agrupaciones de bancos, medios de comunicación, de comercio, etc. Ellos tienen el poder. Además tienen el Estado, el aparato de la justicia, los ministerios de Economía y finanzas. En el Ecuador, si el gobierno quiere realmente cambios estructurales, tiene que entrar, en un momento dado, en conflicto con el poder económico. Las tensiones están dadas, pero los cambios estructurales no se han dado a nivel económico.

¿Cree que existe coherencia entre la propuesta de no explotar el petróleo del Yasuní, por un lado, y apoyar la minería, por otro?

Creo que hay que explotar los recursos naturales bajo la responsabilidad del Estado. Es muy difícil para un país dejar de hacerlo, pero tiene que hacerlo respetando los pueblos nativos, el medio ambiente y no explotando a un ritmo demasiado acelerado. Hay que llegar a acuerdos, si es necesario, con transnacionales extranjeras, dentro del marco de empresa mixta y exigir transferencia de tecnología para que el sector público, después de años, sea responsable de la explotación minera.

Eso es lo que critican organizaciones como Acción Ecológica. A propósito, usted envió una carta al presidente Correa en la que le pide revocar la medida que eliminó temporalmente la personería jurídica de esa organización…

Yo sostengo que organizaciones como Acción Ecológica juegan un papel muy positivo aunque sea en discrepancia con el gobierno. Un gobierno de izquierda, a la cabeza de una revolución ciudadana, tiene que respetar esas organizaciones y reconocer su aporte. Correa no hubiera sido electo presidente en el Ecuador ni Evo Morales en Bolivia ni Chávez en Venezuela sin las grandes movilizaciones. Ahí no hablo solamente de organizaciones sino del pueblo de cada país. Correa no hubiera sido elegido sin esos años de lucha contra el neoliberalismo.

Que creó una atmósfera favorable, capitalizada por el movimiento en el poder…

Para mí eso es fundamental dentro de una sociedad en transición al socialismo. Yo abogo por el del siglo XXI, que es totalmente diferente de las experiencias del siglo XX, porque no significa estatización generalizada, sino coexistencia entre varias formas de propiedad: pequeña empresa privada familiar, cooperativa, pública, tradicional de los pueblos indígenas. Lo que no puedo imaginar es una sociedad socialista con un sector de la economía en manos del sector capitalista. Hace falta acabar con el sector capitalista porque se sustenta en la explotación de los trabajadores. El otro aspecto es lograr el máximo de libertad de organización, de respeto a los derechos humanos, colectivos, económicos, sociales, culturales civiles y políticos.


Nota: Entrevista realizada por Gustavo Abad (gabad@telegrafo.com.ec), periodista e investigador de temas sociales. Magíster en Estudios de la Cultura.

Version corregida por Eric Toussaint de la entrevista concedida al diario ecuatoriano El Telegrafo que fue publicada en la edición on line el 29 de marzo del 2009 (http://www.telegrafo.com.ec/septimo...).

¡Feliz, feliz cumpleaños Unix!

¡Feliz, feliz cumpleaños Unix!

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En agosto de 1969 un singular equipo de programadores creó el legendario sistema operativo, antecesor de Linux


Unix nació en 1969 en las oficinas de los laboratorios Bell de AT&T. Su antecesor, que conoció un éxito muy limitado, fue un sistema operativo semi-experimental llamado Multics.

Para entender qué es lo que los desarrolladores de los Laboratorios Bell se proponían, es necesario recordar los líos de compatibilidad que venían incluidos con las computadoras de aquel tiempo. Aunque actualmente hay formas de ejecutar programas de Windows bajo Linux o hacer que una Mac corra Vista, las máquinas de aquel entonces no se hablaban entre sí; cuando una empresa necesitaba cambiar de computadora, por ejemplo para adquirir un modelo con más capacidad, era muy probable que se encontrara con que la máquina nueva necesitaba un sistema operativo completamente diferente al de la anterior, y con que no había ninguna forma de pasar la información entre máquinas como no fuera capturándola a mano.

En 1965, los laboratorios Bell, GE y el MIT unieron fuerzas para crear a Multics, un sistema operativo multiusuario para las mainframes, las enormes computadoras corporativas que eran entonces casi la única opción para la ejecución de trabajos computacionales pesados. En 1969 Bell Labs concluyó que el proyecto no era económicamente viable y emprendió la retirada, pero, según explica hoy el sitio del laboratorio, “una pequeña banda de usuarios del centro de investigación en ciencias computacionales de Bell Labs en Murray Hill siguió buscando el Santo Grial”. Ellos eran Ken Thompson, Dennis Ritchie, Doug McIlroy, and J. F. Ossanna.

EL PRINCPIO

Un buen día de 1969, los investigadores se sentaron a platicar sobre qué es lo que habría en su sistema operativo ideal, y sus notas del día se convirtieron en la base de el sistema operativo que se sigue usando hoy y que recibió el nombre de Unix en honor a su antecesor Multics.

Ya que después de los problemas con el sistema operativo Multics la compañía no estaba dispuesta a hacer una gran inversión en el desarrollo de un sistema nuevo, el equipo Unix tuvo que conformarse con una computadora PDP-7, una máquina con capacidades muy limitadas para la época. Esto terminó convirtiéndose en una bendición disfrazada, ya que motivó a los desarrolladores para crear un sistema con muy bajas demandas.

La segunda bendición disfrazada llegó cuando el equipo tuvo que aceptar que, pese a sus esfuerzos, la PDP-7 se estaba quedando obsoleta y decidieron pasar a una flamante PDP-11. El primer Unix fue escrito en lenguaje ensamblador, pero este lenguaje es apenas un poco mejor que programar directamente en unos y ceros, y hacer un sistema operativo completo con él es el equivalente computacional a excavar el Gran Cañón con una cuchara. Ante la tarea de volver a programar Unix para una segunda computadora, el equipo encontró la motivación para crear una herramienta más poderosa, el lenguaje de programación C, que es aún en estos días una de las herramientas indispensables en el desarrollo de software.

Para 1972, Dennis Ritchie ya había perfeccionado a C, y Thompson inició la tarea de reescribir al Unix en este lenguaje. Años más tarde, cuando C se convirtió en una herramienta indispensable para todo tipo de computadoras, esto hizo que adaptar el sistema operativo para que funcionara con cualquier modelo nuevo de computadora se simplificara enormemente.
McIlroy, el tercer integrante del equipo, tuvo quizá su aportación mas importante en el área de los manuales. Incluso actualmente es común ver que el manual, sea el de un proyecto de software o el de un televisor nuevo, es algo que se deja para el final y que se hace de prisa y de mala gana. En Unix, los manuales son exhaustivos, explicando no solamente el funcionamiento y los posibles usos de cada componente, sino también las áreas donde podía llegara fallar (ya que las ciencias computacionales no eran ni son perfectas).

Pero además hacer el manual se convirtió en una especie de método de control de calidad. Si al estar documentando una función se encontraba que algo era difícil de explicar, o simplemente feo, a menudo los desarrolladores terminaban mejor arreglando el software.

“Cada vez que salía una nueva edición del manual, había una ráfaga de actividades”, recuerda McIlroy. "Cuando estabas escribiendo sobre las partes feas, terminabas diciendo ‘No podemos imprimir esto así’, y terminabas quitando funciones o poniendo funciones específicamente para que fueran más fáciles de describir”.

Es en buena parte debido a esto es que Unix tiene la reputación de ser un sistema elegante: Para los que trabajan en sistemas, la elegancia consiste en hacer lo que haces de una forma directa, eficiente y sobre todo comprensible.

Entre 1969 y 1974, Unix sólo era conocido por un puñado de usuarios en los laboratorios Bell. En 1974, el mundo supo sobre el nuevo sistema con la publicación del artículo “El sistema de tiempo compartido UNÍS”, publicado por la ACM (Asociación de Máquinas Computacionales). Pero el verdadero poder de Unix no podía manifestarse si no era llegando al mundo real, y el camino hacia éste pasó por la universidad de Berkeley, en California: Thompson tomó un sabático de seis meses para enseñarle a los universitarios las virtudes de sus sistema operativo. (Aunque cabe decir que la decisión no fue meramente comercial: Unix es, efectivamente, un excelente sistema operativo para mostrar a los estudiantes principios clave de la ciencia computacional).
La comunidad académica se enamoró rápidamente de Unix, Berkeley lanzó su propia versión corregida y aumentada que existe todavía con el nombre BSD (Berkeley Software Distribution), y los estudiantes, al graduarse, llevaron hacia las empresas la buena nueva del entonces joven sistema operativo.

Fue en este momento, cuando el potencial comercial del sistema quedó claro, que se dieron las circunstancias que propiciaron la aparición de innumerables competidores de Unix. Los abogados de AT&T decidieron proteger su propiedad, y prohibieron a las universidades el uso del código fuente de Unix, que antes podían estudiar libremente. Esto llevó a que Richard Stallman creara una versión libre de las aplicaciones de Unix, llamada GNU, y a que Andrew Tanenbaum creara un clon de Unix llamado Minix en 1987.
En 1991 Linus Torvalds perfeccionó al kernel de Tanenbaum, lo complementó con las herramientas de Stallman, y lanzó al sistema operativo de código abierto Linux.

Aunque Linux, con sus múltiples variantes, acapara casi toda la atención, Unix todavía viene en una amplísima gama de sabores y está entre los sistemas operativos favoritos para las operaciones que no requieren tanto glamour pero sí de mucha solidez. HP-UX, AIX, Solaris, y hasta el Mac OS están entre los integrantes oficiales de la familia Unix.

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