¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

05 noviembre 2009

Una improvisación mayor

Una improvisación mayor

El pasado 10 de setiembre, el diario oficial El Peruano daba cuenta de la creación del Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú, señalando que reunirá a los mejores estudiantes de los tres últimos años de la educación secundaria, en un número de entre 900 y mil.

Más allá de las desafortunadas resonancias presidencialistas en la elección del nombre propuesto para esta institución, y del sesgo centralista que supone su funcionamiento exclusivo en Chaclacayo, Lima, nos preguntamos si su creación, súbitamente anunciada por el Presidente en su último mensaje de Fiestas Patrias, fue decidida en concordancia con orientaciones educativas antes anunciadas como política de Estado por el propio Presidente.

Me refiero, obviamente, al Proyecto Educativo Nacional al 2021, entregado por el Consejo Nacional de Educación, la primera de cuyas seis orientaciones estratégicas propone “lograr una educación básica que asegure igualdad de oportunidades y resultados educativos de igual calidad para todos, y cierre las brechas de inequidad educativa”. No es mala idea pensar en la creación de elites –o “masas críticas”, como dirían algunos-, pero, definamos entonces las políticas de Estado en el sector educativo –suponiendo que, en efecto, las hay- incorporando explícitamente esa orientación y proponiendo medidas coherentes con ella, como sería la atención prioritaria de la Educación Superior, tema absolutamente ausente en la agenda del actual gobierno.

Lo que percibimos es, más bien, ausencia de tales definiciones, es decir – y para variar-, improvisación. ¿Señales de ello? No sólo ocurre que el Colegio Mayor no se menciona, y ni siquiera se alude, en el mencionado Proyecto Educativo Nacional, aprobado por el Ministerio de Educación en el 2007.

En ninguna parte del presupuesto de dicho ministerio para el 2010 se incluye partida alguna para el funcionamiento de tal Colegio. Y tampoco existe un reglamento oficial que nos dé elemental idea de su estructura institucional o curricular, o (considerando que las clases se iniciarían allí el 1 de marzo próximo) de los criterios y mecanismos para la selección de sus alumnos o docentes (un colegio de elite supone docentes de elite).

Dijo el Presidente que congregaría allí a los mejores maestros, ¿los retirará, por tanto, de los colegios en que se hallan, dejando a estos más desamparados aún?). Lo único que sabemos, de la lectura de El Peruano, es que tendría que funcionar sí o sí; es decir, como sea;… interesante modo de proponer la constitución de una elite académica; tal vez sea por eso que el partido gobernante carece en absoluto de ella.

Zenón Depaz Toledo
Columnista
fuente:http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/una-improvisacion-mayor_49792.html

Aumentan agresiones contra libertad de expresión en Perú

Aumentan agresiones contra libertad de expresión en Perú

Los medios de comunicación tienen un gran poder, no cabe ninguna duda, en la formación de la opinión pública. Por ello el gobierno fascista y genocida que gobierna el Perú se ha lanzado en una Santa Cruzada para liquidar a todos los medos de comunicación, bueno, para ser más exactos, a los medios de comunicación que no son serviles al apra. La nota apareció en el diario La República:



Peligro. Denuncian ante Comisión Interamericana de DDHH. También hicieron notar que el Estado peruano tiene actitud de rechazo a las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

María Elena Castillo.

Las amenazas contra la prensa y organizaciones de la sociedad civil que son críticas al gobierno peruano se ha incrementado en el último año, advirtió el director del Instituto de Defensa Legal, David Lovatón, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Sostuvo que por un lado el gobierno ha enfrentado las protestas sociales de forma desproporcionada y usando “métodos poco democráticos”, así como la participación de las Fuerzas Armadas.

Lovatón agregó que el gobierno ha intentado silenciar a las radios Uno y Caplina, de Tacna, y Cutivalú de Piura, que informaron de forma independiente sobre los conflictos generados a raíz de la instalación de industrias extractivas en dichas zonas, y relató cómo se canceló de forma arbitraria la licencia de Radio La Voz de Utcubamba, en Bagua.

Lovatón precisó que el gobierno está utilizando indebidamente procedimientos administrativos para cerrar las radioemisoras consideradas como “demasiado incómodas para el régimen”.

Solicitó que la relatora especial para la Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, realice una visita al Perú, a fin de tomar conocimiento directo de la situación que se vive en el país.




CVR y sucesos de Bagua

El Estado peruano tiene una evidente actitud de “distancia y rechazo” a las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, lo que se observa a través de declaraciones de las más altas autoridades y voceros oficiales, denunció el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Ronald Gamarra.

Relató que el vicepresidente Luis Giampietri y el ministro de Defensa, Rafael Rey, dicen que este documento contiene una serie de afirmaciones “injustas y calumniosas” sobre las Fuerzas Armadas, desmintiendo que algunos efectivos militares hayan cometido crímenes de lesa humanidad, como concluyó la CVR.

Gamarra refirió que las investigaciones judiciales sobre violaciones a derechos son excesivamente lentas, pues a seis años del informe el 92% siguen en el Ministerio Público y que la Sala Penal Nacional ha distorsionado las características de la desaparición forzada, no ha valorado adecuadamente las pruebas, ha presentado los crímenes como eventos aislados y ha declarado prescritos varios crímenes contra los derechos humanos.

Por otro lado, la presidenta interina de AIDESEP, Deysi Zapata, dijo que el Ejecutivo mantiene una política de discriminación de los pueblos indígenas, desconociendo su derecho a la consulta.

El directivo de Aprodeh, Miguel Jugo, dijo a su turno que persiste la persecución contra dirigentes amazónicos por los enfrentamientos de Bagua y pidió la presencia de un observador internacional en la investigación de estos sucesos.

Pastor anuncia denuncias penales

El ministro de Justicia, Aurelio Pastor, explicó que existe una alianza entre el terrorismo y el narcotráfico, que actúa en la selva peruana asesinando civiles y miembros de las fuerzas del orden, lo que ha llevado al Estado a eliminar beneficios penitenciarios a los sentenciados por terrorismo. Aclaró que la legislación antiterrorista fue modificada para cumplir con los estándares internacionales. Por otro lado, anunció que el gobierno está elaborando denuncias penales contra los que dañaron la imagen del país, acusando al gobierno de genocidio durante los sucesos de Bagua.

El presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, señaló que se está actuando con pulcritud e independencia en los procesos judiciales seguidos por las muertes durante el enfrentamiento de nativos y policías en Bagua y descartó cualquier tipo de presión de parte del Ejecutivo. “El Estado está actuando, en este caso, con sujeción a lo que dicen las normas internacionales respetando los derechos humanos de los nativos”, indicó.

Fuente:

Diario La República

Paran 48 horas

Comunidad portuaria se cansó de esperar inicio de diálogo con el gobierno y si no hay solución a sus reclamos se irán al paro indefinido.

Paran 48 horas

Desde las cero horas de hoy, los integrantes de la comunidad portuaria nacional, que conforman trabajadores, estibadores, transportistas y agentes de aduana, entre otros, iniciaron un paro de 48 horas en 11 puertos del país contra la política gubernamental de privatización portuaria y advirtió que el paso siguiente será la paralización indefinida de la actividad en los terminales marítimos de costa y selva si el Ejecutivo no da inicio a un diálogo con la representación laboral para ver la búsqueda de una verdadera solución a los problemas del sector.

“Así como el presidente recibe a los empresarios y se muestra orgulloso de las propuestas que le llevan, que también reciba a los trabajadores que podemos decirle en blanco y negro cuál es la realidad de los puertos”, señaló Augusto Chávez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Puertos (Enapu)- Callao.

Alto a la privatización
La primera demanda es la inmediata anulación del contrato de concesión del puerto de Paita que ha evidenciado que la privatización es un error y ha creado un gran problema social en la región norte con el “tarifazo” aplicado por Transportes Portuarios Euroandinos (TPE), que puede ocasionar cierres de empresas y despidos de trabajadores, manifestó el dirigente.

También dijo que el proceso de privatización de los puertos debe parar, pues no es la solución para la modernización portuaria, como lo quieren hacer ver, presentando a Enapu como una empresa deficitaria cuando no lo es, pues, por ejemplo, Callao ha sido considerado por dos años consecutivos como el puerto número uno del Pacífico Sur por haber registrado el ingreso de un millón 200 mil contenedores por año, superando a puertos como Valparaíso, que tiene una infraestructura mucho más moderna, y San Antonio, en Chile, y Manta y Guayaquil, en Ecuador.

La demanda de la comunidad portuaria incluye la exigencia de solución a los problemas de estibadores, transportistas y trabajadores marítimos y un emplazamiento al Congreso para que debata el proyecto de ley 1648, de fortalecimiento y modernización de Enapu.


Ni vacas sagradas, ni búfalos sagrados

Dice legislador Víctor Andrés García Belaunde y pide que el ministro Chang responda denuncias en el Congreso. Chang insiste en que sólo recibió 700 mil dólares.

Ni vacas sagradas, ni búfalos sagrados

Aquí “no hay vacas sagradas ni búfalos sagrados”, aclaró ayer el legislador Víctor Andrés García Belaunde ante los intentos de la bancada aprista de justificar la huida, hace dos días, del ministro de Educación, José Antonio Chang, de la Comisión de Educación, arguyendo haberse sentido ofendido por una pregunta del legislador Pedro Santos sobre el destino de una donación de los profesores mexicanos para la reconstrucción de las escuelas de la zona afectada por el terremoto del sur chico en 2007.

“Es un exceso de soberbia y falta de respeto al Congreso que Chang se haya retirado del Congreso sin contestar las preguntas de Santos. Aquí no hay vacas sagradas ni búfalos sagrados, por lo cual debe responder”, sostuvo.

El legislador Pedro Santos, por su parte, denunció que no es la primera vez que la bancada aprista se retira de la Comisión de Educación por un tema incómodo como el ocurrido con el ministro de Educación. “Es la tercera vez que hacen lo mismo, pues los legisladores apristas Wilder Calderón, Hilda Guevara, Luciana León y Edgar Núñez se pararon y el ministro los siguió”, indicó.

Asimismo, informó que ha pedido la información bancaria pertinente para confirmar si el ministro Chang ha depositado los 750 mil dólares donados por los mexicanos, según dijeron estos en un programa de televisión en 2007.

Por otro lado, pidió que se cite al jefe de la Oficina General de Administración (OGA) del Ministerio de Educación, como ente operativo, para que confirme cuánto ha recibido legalmente y la fecha en que fue hecho el depósito para confrontar con otras informaciones solicitadas a través de la Comisión Investigadora de la Reconstrucción del Sur tras el terremoto del 2007. Santos ratificó que no faltó el respeto a Chang. Dijo que no tiene ningún inconveniente en presentarse ante la Comisión de Ética del Parlamento.

El presidente de la Comisión de Educación, Werner Cabrera, y el secretario del grupo de trabajo, Oswaldo Luizar, consideraron como una actitud antidemocrática y como una falta de respeto a la representación nacional el retiro de Chang, debido a que no permitió el esclarecimiento a fondo de los supuestos actos de corrupción.

Lina Godoy
Redacción
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=49854

La dictadura de los banqueros

La dictadura de los banqueros



El poder político real es ejercido a nivel mundial por un pequeño grupo de individuos sin escrúpulos que se encuentra en EE.UU., un país gobernado por dirigentes de sociedades secretas, que coincide que son los dueños de los seis principales bancos. Este pequeño grupo dirigente constituye el cerebro que domina el mundo”.
Louis de Brouwer, consultor de la ONU-UNESCO.


En las manifestaciones con motivo de la huelga general del pasado 19 de marzo en Francia, la pancarta de cabecera rezaba: “El pueblo antes que los banqueros”. En EE.UU. la furia popular se ha desatado hasta el punto de que se aconseja a los dirigentes de bancos y de AIG que no salgan a la calle con nada que les pueda identificar. En Inglaterra tambien se ha desatado la caza del banquero: Fred Goodwin, consejero delegado del Royal Bank of Scotland, se halla en paradero desconocido despues de recibir amenazas. El pueblo, empobrecido y airado, empieza a identificar al enemigo.

Los ciudadanos asisten estupefactos al espectáculo de unos gobernantes que esquilman las arcas públicas para salvar a una banca que no responde ante ellos, ni ante nadie, sobre el destino del dinero que reciben; unos gobernantes que parecen impotentes o resignados ante ella. La razon de esa parálisis-sumisión es porque, en su inmensa mayoría, están puestos ahí por ella, que los coopta o financia sus campañas electorales (Sarkozy y Gordon Brown son protegidos de la banca Rostchild; y Obama está virtualmente secuestrado por Wall Street); los pocos restantes están estrechamente “vigilados”. Son los gobiernos, pues, los que responden ante la banca y no al revés. Por otra parte, los bancos centrales, supuestamente independientes, son, en realidad, tentáculos del clan banquero para consolidar su poder mundial, y tampoco responden ante nadie ni son elegidos democráticamente (el analista mexicano Alfredo Jalife Rhame se refiere a ellos como “la dictadura centralbanquista”).

No existe en las constituciones ni en los programas electorales de los países con economía de mercado ninguna ley o principio que diga que cualquier empresa privada puede quebrar excepto los grandes bancos, ya que -hayan hecho lo que hayan hecho- “son demasiado importantes para dejarlos caer”. Una declaración semejante supondría una arbitrariedad y una vulneración de las reglas de dicha economía de mercado, salvo que se considerase a los bancos rescatados como empresas semipúblicas, bajo control, por tanto, del Estado; pero en el neoliberalismo la nacionalización de la banca está, por principio, excluída. Y sin embargo el lema -no declarado- “la banca primero” ha estado como una regla de oro detrás del comportamiento de todos los gobiernos occidentales, que saquean sin pudor los fondos publicos (¿no deberían ser procesados por malversarlos?) como si el reflotamiento de la banca privada constituyese una prioridad sobre cualquier otro problema económico o social. Las reticencias para salvar a la General Motors, empresa emblemática de la industria estadounidense, contrastan con la ayuda inmediata e incondicional recibida por el Citibank, ejemplo perfecto de banster (banco ganster). Este inicuo salvamento de los victimarios con dinero de las víctimas, dejando a éstas en el más completo desamparo, no tiene precedentes en la historia de las modernas democracias y desvela que los gobiernos neoliberales son meros instrumentos de una, hasta ahora camuflada, dictadura de Los Banqueros (con mayúscula, para referirnos a la gran banca, pues la pequeña está siendo absorbida por ésta).

El crédito bancario asequible es fundamental para el funcionamiento de la economía productiva capitalista. Su corte brusco y prolongado –y la inoperancia de los gobiernos- está dejando miles de pequeñas y medianas empresas quebradas y millones de trabajadores en paro. Cuando, tras un largo rescate -el Banco de Inglaterra prevé una década de resaca bancaria- vuelva a fluir habrán desaparecido muchos de los que lo necesitaban y los daños económicos y sociales serán cuantiosos e irreversibles. La reciente reunión del G20 que, presidida por los que crearon la crisis (¡la zorra al cuidado de las gallinas!), se autoarroga la representación del planeta, mantiene el principio de “la banca primero” entre otras medidas para, previo maquillaje, reflotar el sistema y empobrecer más aún a la gente. Como dice Lyndon Larouche, las recetas del G20 “acabarán con el paciente”. Todo ello justifica el calificativo de Juan Torres López de “crimen contra la humanidad” aplicado a esta política.

Un poco de historia

La cita que encabeza este artículo corresponde a unas declaraciones hechas hace más de una década. Sin embargo, pese a la caída de Lheman Brothers (mas bién una estratégica “demolición controlada”) y la absorción de Merrill Lynch, no ha perdido actualidad: el clan de los grandes banqueros sigue siendo, básicamente, el mismo; y a la siniestra secta Bildelberg, presidida por ellos, se la señala como “gobierno mundial en la sombra”. Recientemente, Daniel Kaufman y Simón Johnson, ex economistas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional respectivamente, denunciaban un “golpe de Estado” de la banca estadounidense, que en la última década corrompió a los políticos para que evitasen cualquier regulación o control de su actividad, propiciando la aparición de burbujas especulativas. Pero la historia de ese “golpe” viene de mucho más atrás.

Hay que remontarse al nacimiento de la FED (Reserva Federal Estadounidense) en 1913, una asociación de bancos privados que consigue asumir en régimen de monopolio importantes prerrogativas del Estado. Previamente, en el siglo XIX , la familia europea de los Rostchild había desembarcado en EE.UU. para asociarse con John Rockefeller I y formar un poderoso lobby de grandes banqueros e industriales en aquel país. A principios del siglo XX este clan ya había instalado allí diversas sucursales de lo que llamaron Federal Reserve Banks (conocida como la FED), una asociación de bancos privados con tal capacidad de presión que en aquel año consiguió del presidente Woodrow Wilson la autorización para emitir en exclusiva papel moneda con garantía del Estado y manejar los tipos de interés. Se dice que algún presidente que trató de revertir esta insólita situación murió en el intento. Cuando, después de la segunda guerra mundial el dólar sustituye al oro y deviene moneda-patrón, el poder económico-financiero de ese grupo de banqueros privados se expande internacionalmente. Este poder se multiplica hasta convertirse en la cúpula del poder capitalista mundial cuando, a partir de la crisis de los años setenta, la economía se financieriza y liberaliza (consenso de Washington) y el capital financiero pasa a dominar toda la economía productiva.

Como decíamos en otro trabajo, todo poder económico acaba convirtiendose en un poder político. En estrecha alianza con el poderoso complejo industrial-militar, la FED, en efecto, ha acabado controlando la política interior y exterior de la potencia mas grande del mundo: los Estados Unidos de Norteamérica. Ya lo predecía en el siglo XIX, con profética lucidez, uno de los padres de la patria norteamericana, Thomas Jefferson, cuando, a la vista de las intrigas de los banqueros, avisaba: “Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a ellos privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo sobre la tierra que sus padres conquistaron”. En esas estamos: millones de estadounidenses duermen en carpas o en automóviles en las afueras de las grandes ciudades.

Para desarmar la dictadura

Como si de un anti Robin Hood se tratara, el G20 busca, con sus recetas, perpetuar la criminal succión de riqueza de abajo hacia arriba; es decir, robar a los pobres para ayudar a los ricos. Ello nos acabaría abocando, como avisan algunos analistas, a una situación neofeudal: todos los derechos y todo el poder económico concentrado en unos pocos que someten a la servidumbre a la inmensa mayoría de la humanidad. Creen poder ahogar su previsible rebelión con sofisticadas técnicas de control social y eliminando a una buena parte de ella con un “caos controlado”. Antes de que estos nuevos señores feudales -que, como los de la Edad Media, son tambien “señores de la guerra”- lleven a cabo sus criminales propósitos y consoliden su dictadura, tenemos que derribar los pilares en que asientan su poder. Esos pilares son cinco: la erradicación de la banca pública, la red de bancos centrales seudoindependientes, los paraísos fiscales, el patrón-dólar y, en última instancia, el poder militar.

Empecemos por los más problemáticos: los paraísos fiscales fueron objeto de una condena formal en la última reunión del G20, pero, en la práctica, seguirán funcionando en los centro del poder financiero, Estados Unidos e Inglaterra. No obstante, la conciencia de su carácter criminal se extiende por el mundo y, si persistimos en su denuncia, cada vez será mas difícil seguir operando con ellos. En cuanto al dólar, atraviesa también una profunda crisis (China, alarmada, pidió sustituirlo por “derechos especiales de giro” del FMI en el G20) y, a la larga, su papel es insostenible por su falta de respaldo y la proliferación de monedas regionales u otros medios de intercambio. Algunos analistas -como el citado Jalife Rhame- piensan que la banca “anglosajona-israelí” desencadenaría una tercera guerra mundial si viese la hegemonía del dólar directamente amenazada. No obstante, ésta sería inevitable con la deshumanizada mentalidad de estos banqueros-guerreros. Como dice Danielle Bleitrach, comentando un trabajo de Rémy Herrera en la revista Afrique-Asie, “las dimensiones económicas y militares de la crisis están estrechamente relacionadas: la guerra agrava los desequilibrios de la economía estadounidense que las altas finanzas tratan de resarcir por medio del saqueo y la guerra perpetua..”.

Mas viable, de forma inmediata, sería una ofensiva contra los otros dos pilares, empezando por la reivindicación de una banca pública sin ánimo de lucro y democráticamente controlada. Como decíamos al principio, la conciencia de la responsabilidad de la banca privada respecto a la grave crisis que padecemos se extiende por todos los países occidentales. La indignación no se circunscribe a las clases populares, sino que abarca también a pequeños y medianos empresarios, víctimas directas del recorte del crédito. Pese a que, previsiblemente, los gobernantes lacayos presentarán una resistencia numantina, no podrían mantenerla por mucho tiempo, pues, a medida que avance la penuria, la presión social les desbordaría: se trata simplemente de exigir que el dinero de nuestros impuestos venga en nuestra ayuda y no en la de la odiada banca. Se trata, como dice Michel Husson, de reivindicar el crédito como un servicio público. La consecución de este objetivo -para el que habría que desplegar y combinar todas las formas de movilización ciudadana- supondría un torpedo en la línea de flotación de la dictadura de Los Banqueros. Facilitaría, además, la ofensiva contra los bancos centrales “independientes”, con los cuales una banca nacionalizada devendría incompatible; y, posteriormente, contra los paraísos fiscales y los gastos militares. En la UE esta movilización debería hacerse en dos frentes, el nacional, el europeo; para intentar coordinarse después con EU, donde la indignación ciudadana es aún mayor.

Decía recientemente el ex congresista y ex candidato presidencial Ron Paul, uno de los pocos políticos estadounidenses que se ha pronunciado por el cierre de la FED, afirmando que es una organización secreta insconstitucional: “Nos acercamos no a un fascismo al estilo Hitler, sino a otro de apariencia más suave, que se manifiesta en la pérdida gradual de libertades civiles, en el que las corporaciones lo dirigen todo... y el gobierno está en la misma cama con el gran dinero”. Le faltó señalar una similitud con el hitleriano: con una confianza ciega en su siniestra “agenda oculta”, este neofascismo sueña también con un imperio que dure mil años. Pero como aquél -y como todos los imperios- nos llevará, si no lo desarmamos, a un escenario de barbarie y destrucción.


Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Revolución y cultura en Cuba

Revolución y cultura en Cuba

foros cubarte


Poco después de la victoria de enero de 1959, el 19 de agosto de ese año memorable, publiqué en el periódico cubano Revolución el artículo «La Habana, encrucijada de América», donde planteé que a partir de aquel enero La Habana, es decir Cuba, se había convertido en la encrucijada de América, en el centro de atención del Continente. Las razones para ello eran obviamente políticas, pero yo sostenía que Cuba estaba obligada a luchar por devenir, también, encrucijada intelectual y artística. Y ello, añadí, no de modo parasitario, a rastras de la evidente y poderosa grandeza política, sino por merecimientos propios. Aunque entonces apenas habían comenzado a funcionar, ya habían sido creadas en el país, una en marzo y otra en abril, dos instituciones culturales que llevarían a vías de hecho tal propósito: el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la Casa de las Américas, dirigidas durante años, respectivamente, por Alfredo Guevara y Haydee Santamaría, figuras emblemáticas de nuestra historia. En 1960 fue organizada la Imprenta Nacional, cuyo primer y simbólico título, publicado copiosamente a un precio mínimo, fue Don Quijote de la Mancha. Y en 1961 tuvo lugar la romántica campaña de alfabetización que hizo de Cuba el primer país de nuestra América libre de analfabetismo. (En años recientes, con procedimientos y a veces maestros cubanos, otros países latinoamericanos y caribeños están realizando tareas en cierta forma similares.) A partir de aquella campaña, y de elevar el nivel educacional, tuvo pleno sentido la frase de Fidel según la cual no le decimos al pueblo: cree; le decimos: lee. A fin de ofrecer los más variados materiales de lectura, la Imprenta Nacional dio lugar, en 1962, a la Editorial Nacional, brillantemente conducida por Alejo Carpentier. Y algunos años después, en su estela, fue creado el Instituto Cubano del Libro.

Pero en aquel 1961 ocurrieron también en Cuba otros hechos, de distinta naturaleza. El 15 de abril de ese año fueron bombardeados por aviones de los Estados Unidos tres aeropuertos cubanos. Era, sin duda, el preludio de la invasión, como la que en 1954 había aplastado al gobierno progresista de Guatemala, donde se encontraba el joven Ernesto Guevara, a quien no le decían todavía el Che. El 16 de abril, en el entierro de las víctimas de los bombardeos, Fidel proclamó el carácter socialista que había adquirido la Revolución Cubana. Y en la madrugada del 17 llegó la invasión. El 19, sesenta y seis horas más tarde, sus últimos reductos se rendían. Fue para los cubanos de la Isla la hazaña de Playa Girón, nombre de una victoria; y para los gobernantes estadunidenses y sus mercenarios, el fiasco de la Bahía de Cochinos, nombre de una derrota.

El carácter socialista asumido por la Revolución Cubana, a la vez que entusiasmó, preocupó a escritores y artista no hostiles al proceso revolucionario, pero conocedores de las deformaciones impuestas a las letras y las artes en casi todos los países que se decían socialistas. La prohibición de un documental hecho al margen del ICAIC precipitó las cosas, y en junio de 1961 tuvieron lugar varias reuniones de escritores y artistas con dirigentes políticos encabezados por Fidel. En dichas reuniones hubo, de viva voz, muchas intervenciones, de las que al parecer no existen transcripciones. Sólo se ha conservado el discurso de conclusión de Fidel, llamado Palabras a los intelectuales. En tal discurso, además de otras consideraciones, Fidel pronunció la frase que se haría famosa: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada». Se ha dicho que esa frase ha guiado la política cultural de Cuba hasta hoy. Pero tal frase, como es obvio, es susceptible de más de una interpretación. Me cuento entre quienes piensan que «dentro de la Revolución» se incluye la crítica a lo que se considere errado en el proceso revolucionario. Así lo entendió nuestro gran cineasta Tomás Gutiérrez Alea en filmes suyos como La muerte de un burócrata, Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate. Así lo ha entendido la mayoría de nuestros escritores y artistas, incluyendo al actual Ministro de Cultura, el narrador y ensayista Abel Prieto. En consecuencia, en Cuba no se implantó nada parecido al nefasto realismo socialista, al cual el Che daría el tiro de gracia en su carta al uruguayo Carlos Quijano de 1965 conocida como «El socialismo y el hombre en Cuba». A la luz de aquellos encuentros de junio de 1961, en agosto de ese año, tras un movido congreso, fue creada la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con Nicolás Guillén a la cabeza y una dirección de la que formaban parte creadores como Alejo Carpentier, José Lezama Lima, René Portocarrero, Juan Blanco, Lisandro Otero, yo mismo.

Hasta ahora me he limitado a lo ocurrido en el interior de Cuba. Se conocen, sin embargo, las repercusiones de la Revolución Cubana fuera de nuestras fronteras: en primer lugar, en los demás países de la América Latina y el Caribe, pero también en el planeta todo. Una consecuencia de ello fue el notable interés que comenzó a tenerse en el mundo por nuestra América a partir de 1959. Ese interés se dirigió no sólo a los aspectos políticos, sino también a los culturales: en especial, a la literatura. El que muchos consideran el mayor poeta hispanoamericano del siglo XX, el peruano César Vallejo, murió en 1938 en París carcomido por las necesidades. A partir de la década del sesenta del siglo pasado las cosas serían muy diferentes. En muchas partes se crearon instituciones para estudiar las realidades latinoamericanas y caribeñas. Las editoriales no quedaron atrás, y se hizo de buen tono, y rentable, publicar autores nuestros. Hasta se usó el deplorable anglicismo boom para referirse a un grupo de buenos narradores del área, dando a entender que habían surgido de repente. Sería tonto atribuir sólo a la Revolución Cubana la boga, a partir de 1959, de la literatura latinoamericana y caribeña. En gran medida, tal literatura tenía ya un alto nivel mucho antes de ese año. Pero fue a partir de tal fecha cuando fue tomada en serio de modo masivo. Que algunos de los beneficiarios simpatizaran con la Revolución Cubana es congruente. Otros, lo hicieron al principio y se alejaron luego de ella. Y no faltaron los enemigos suyos, cuyo ejemplo mayor quizá sea el del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, quien hasta 1959 había sido un autor de minorías, y pasaría a ser multipublicado, multitraducido, multipremiado, multientrevistado. (La Casa de las Américas publicó en 1988 un volumen de Páginas escogidas suyas.) Curiosa ironía, propia de su paradójico talante, que en gran parte lo debiera a un hecho histórico que le disgustaba. Hasta aquella fecha, el Premio Nobel de Literatura sólo había recaído, con justicia, en una autora nuestra, Gabriela Mistral. A partir de 1959 lo recibirían, con igual justicia, Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Octavio Paz, Derek Walcott, V.S. Naipaul. Todos, de alguna forma, queriéndolo o no, deudores del impacto provocado por la Revolución Cubana.

Vuelvo a ocuparme de Cuba. El asesinato del Che en 1967 prácticamente clausuró nuestros intensos años sesenta. En 1968 ocurrió el primer capítulo de lo que sería el malhadado «caso Padilla»: ásperos artículos oficiales contra libros de él y de otro escritor. En 1971, un nuevo capítulo: la prisión del poeta por cerca de un mes, y su excarcelación seguida de una supuesta autocrítica que en realidad fue una caricatura de los discursos pronunciados por víctimas de los espantosos procesos de Moscú. Paralelamente, ocurrió un congreso de educación y cultura del cual emanaron algunos lineamientos que contradecían lo que había sido hasta entonces la política cultural de la Revolución Cubana. Había comenzado el estrechamiento que el crítico Ambrosio Fornet nombraría luego «Quinquenio Gris» (1971-1976). Véase la excelente conferencia que sobre la cuestión leyera Fornet este año en la Casa de las Américas. A dicha conferencia, con la que estoy identificado (apareció primero en la revista que dirijo, Casa de las Américas), remito a mis lectores. Fuera de Cuba se vivió, a propósito de ella, lo que el admirable Julio Cortázar llamó «la hora de los chacales». Si bien hubo errores cubanos, algunos intelectuales aprovecharon la coyuntura no sólo para desvincularse de la Revolución Cubana en conjunto, sino para atacarla y pasarse a las filas enemigas. En eso están hasta hoy, y sus nombres son difundidos por numerosos medios hostiles o que se dicen neutrales. En Cuba, a partir de la creación en 1976 del Ministerio de Cultura, se tomaron decisiones que airearon el ambiente y retomaron y enriquecieron caminos positivos. El hecho se aceleró cuando, a partir e mediados de los ochenta, se inició por el propio Fidel el llamado proceso de rectificación de errores, que apuntaba sobre todo a medidas económicas incorrectas tomadas cuando en los setenta el país incrementó sus nexos con la URSS. Tempranamente el Che había advertido sobre la negatividad de esas medidas, en cierta forma paralelas a las tomadas en el campo cultural. Pero apenas iniciado tal proceso, las consecuencias de la perestroika llevaron a la desaparición del llamado campo socialista europeo, e incluso a la implosión de la Unión Soviética. De la noche a la mañana, Cuba perdió más del ochenta por ciento de su comercio exterior. Fue menester hacerla entrar en el llamado período especial, que ha supuesto aplicar en tiempo de paz la drástica austeridad prevista para tiempo de guerra. En tal período, que ha durado más de quince años (en su discurso del 26 de julio de 2007 el compañero Raúl Castro dijo que no hemos salido de él), se han vivido dos experiencias bien distintas: por una parte, la escasez de casi todo, incluyendo desde luego los materiales requeridos para la producción cultural; por otra, la liberación de un pensamiento esquemático procedente de los países socialistas de Europa, sobre todo de la URSS. La Revolución Cubana, que desde el 26 de julio de 1953 se había declarado, por boca de Fidel, orientada por José Martí, ha fortalecido tal filiación, sin abjurar de lo más vivo del marxismo, tan desfigurado en aquello países, con los resultados que se conocen. Cintio Vitier escribió hace años que en Cuba está vigente un marxismo martiano, que ilumina la vida cultural del país. En los momentos más oscuros del período especial. Fidel dijo que lo primero que había que salvar era la cultura. Dejados atrás aquellos momentos, el país ha visto renacer y multiplicarse la vida editorial, las exposiciones de artes plásticas, los conciertos y representaciones teatrales y danzarias, incluso el cine, que había sobrevivido gracias a coproducciones no siempre afortunadas, pero que cuenta con un Festival del Nuevo Cine Latinoamericano que cada diciembre hace de Cuba un lugar privilegiado. Como también lo hacen las anuales Ferias del Libro, que recorren la Isla, festivales de ballet, teatro o poesía, mientras se conservan premios y encuentros como los organizados por la Casa de las Américas. En el orden científico, Cuba cuenta hoy con centros reconocidos internacionalmente, y está entregada a una masificación de la enseñanza incluso universitaria. Al mismo tiempo, ha enviado millares de médicos y otros trabajadores de la salud a numerosos países del Tercer Mundo. Todo ello ha contribuido a mantener vinculados con Cuba a cuantiosos intelectuales de todo el mundo.

Hace poco presenté el número inicial de la revista literaria La Siempreviva, la más reciente de las muchas revistas culturales cubanas actuales. El título de la revista, que fue ya el de otra aparecida en La Habana en 1838, bien podría aplicarse a la vida cultural cubana. Ni calumnias, ni la invasión, ni agresiones, ni el terrible y recrudecido bloqueo, ni las enormes dificultades del período especial en tiempo de paz, ni siquiera nuestros errores e insuficiencias han impedido que florezca, desde la base hasta lo alto, la cultura de hoy y de mañana, la siempreviva.


Fuente: http://www.foroscubarte.cult.cu/read.php?8,43259

Resistir, disentir, pensar con radicalidad en medio del caos

Resistir, disentir, pensar con radicalidad en medio del caos



Recientemente cayó en mis manos un libro cuyo título ya me impactó: La insurrección que viene. La autoría venía firmada por un tal Comité invisible. Pero más me sorprendió la contraportada que decía así: «El Comité invisible es una tendencia de subversión presente. Recientemente, varias personas fueron detenidas en Francia por el mero hecho de tener un ejemplar de este libro en su casa. Y lo más inaudito es que se les aplicó, en el país de los derechos del hombre y del ciudadano, la ley antiterrorista» Esta última frase la leí dos veces. Si aquello era cierto, allí dentro había un material altamente explosivo. Y vaya si lo había.

Yo no sé ustedes, pero les reconozco mi desconcierto y mi desfondamiento político e ideológico. Pese al entrenamiento que a diario nos obliga la vida. Y por más que intento ordenar mis prioridades, mis ideas, y mis deseos; por más que analizo, pienso y contrasto la realidad con los dispositivos de resistencia, opciones políticas y otros aparatos subversivos, si es que queda alguno no fagocitado por las estrategias del capitalismo de última generación, no consigo ubicarme en la tranquilidad –o intranquilidad- que proporciona el saber si uno está en la línea de combate adecuada. Porque les confieso: no sé cuál es la batalla a la que ahora mismo estamos llamados. Oigo ruido, mucho ruido a mi alrededor. Pero también sé que nada definitivamente importante está a punto de ocurrir. Sé que hemos llegado a un punto en que el sistema, sus máscaras de ficción, sus instituciones, sus burbujas individualizadas, sus marionetas corruptas y su tramoya mediática, sometida a una omertá autocomplaciente, han convertido el presente en un callejón sin salida.

Cada día leo y escucho recetas para salir de este atolladero, pero creo que este mundo en crisis ya no se deja pensar, que huye de todo intento de hacerlo creíble e incluso increíble. Pese a que está absolutamente iluminado. Pese a que no queda nada por ver que no hayamos visto ya : la desdicha, las mentiras, la explotación sistemática, la tortura, la corrupción sistémica, la humillación y la degradación más absoluta. Tal vez, este mundo no tenga ya otra forma de sostenerse que mediante la gestión infinita de su propia derrota. Y uno desearía saber qué hacer para enfrentarse radicalmente a él, si es viable y posible resistir y disentir sin sentirse arte y parte de las estrategias del nuevo capitalismo de ficción. El asunto pues, no es encontrar la palabra adecuada, ni el mensaje más certero, ni siquiera el análisis más objetivo. Quizá tampoco la organización más revolucionaria. El asunto hoy es cómo subvertir la propia vida para que el mundo ya no pueda ser el mismo. Insurrección de la propia vida a falta de una subversión colectiva incapaz de hablar el mismo idioma, subversión de la propia vida ante la esquizofrenia difusa, la depresión servil y la psiquiatrización del conflicto social.

Y aquí empieza la dificultad. Porque si algo nos agujerea el alma, es la impotencia que sentimos frente a toda posibilidad de cambio. Lo anunciamos, lo teorizamos, pero dudamos de su viabilidad. Ni siquiera chutándonos con dosis de utopía realizable. Hubo un tiempo que estuvo claro, sí. Fuimos héroes y creímos en los sujetos históricos. Y también en las multitudes con rostro. Pero, ¿en qué sujeto confiar hoy como acompañante hacia la Tierra Prometida? Fuera, nadie nos ofrece la seguridad de protagonizar, de nuevo, una historia interminable. Y es que antes nos vinculábamos con el pueblo, la comunidad o la clase social. Había relaciones de pertenencia y con ellas nos sentíamos seguros. Hoy en la sociedad globalizada estamos solos con nosotros mismos. Porque la sociabilidad de hoy está expandida en miles de nichos, de refugios unipersonales aislados en los que ya ni siquiera se encuentra el fragor del lenguaje común. Afuera hace frío y todo es falso pese al intento de dotarlo de sentido. Por eso el nuevo contrato social ya no se basa en la sociabilidad, sino en la introspección, en la individualización de todos los escenarios, sean de vida, de trabajo, de dicha y de desdicha, de depresión o de euforia. El nuevo contrato social nos convierte en productores y reproductores de la realidad, en nudos que refuerzan la red auto obligándonos, autoinculpándonos y auto reprimiéndonos. Como dice López Petit: «esta movilización global de la vida -que te sujeta con más fuerza conforme más te abandona- ha generado un nuevo tipo de individuo: el ser precario, un sujeto frágil que por puro instinto de supervivencia -por puro deseo de querer vivir- se adapta a todo tipo de condiciones existenciales»

¿Es posible entonces ser crítico, radical, disidente y combativo hoy? Quizá sí, pero no a la vieja usanza. Personalmente creo que la crítica radical hoy tiene como principal desafío combatir la privatización de la existencia. Una existencia que ha convertido al viejo proletariado en un obrero hipotecado hasta las cejas, consumidor compulsivo y reproductor de todas las estrategias necesarias para que el capitalismo actual sobreviva hasta hartarse de satisfacción. Pero esta privatización de la existencia, esta suma de yoes en estado de ruina permanente e insuficiencia crónica, tiene gravísimas consecuencias: la creciente despolitización de la cuestión social, la desocialización del sufrimiento y la individualización del conflicto social. Y es que la gente hoy está solucionando en términos personales cuestiones públicas que solo deben ser abordadas a través de códigos de trascendencia impersonal. Más claro, asumimos como propios y personales, muchos problemas de orden social. Esto es lo que provoca el fascismo posmoderno al despolitizar y neutralizar el conflicto social.

¿Qué hacer entonces? Creo que politizar la palabra y la propia vida, repolitizarnos de nuevo desde la individualidad. Porque la política profesional, cada vez más cuestionada, se cierra sobre sí misma sin credibilidad representativa. ¿Quién, de verdad, confía en los políticos que dicen representarle? Con su silencio, la población aparece infinitamente más adulta que todos los títeres que se empeñan en representarla. Cualquier sin techo es más sabio con sus sangrantes palabras que muchos de nuestros dirigentes con sus altisonantes declaraciones. Politizar la propia vida, la propia existencia es hoy un acto de disidencia combativa, una resistencia activa. Porque la vida es nuestra verdadera cárcel, el instrumento que utiliza el poder para dominarnos y someternos. ¿Cómo se hace? Como dice Marina Garcés, encarar la crítica pasa por atacar ese yo con el que abordamos el mundo, atacar las opiniones con las que nos protegemos del mundo, atacar nuestro particular y precario bienestar. Porque el yo es el dispositivo que nos aísla y a la vez nos conecta en la sociedad-red impidiendo toda transgresión.

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