¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

07 octubre 2014

En Iguala, el estado mexicano es el responsable de la masacre




La historia no puede repetirse exactamente de la misma forma, existen muchas variables que cambian permanentemente, sin embargo, la dialéctica nos enseña que en medio de las variables que cambian en periodos de tiempo cortos, actúan de manera más profunda y duradera, otras determinantes; de esta forma, podemos observar en la historia que en un período determinado, las acciones políticas tienen mucho de parecido y poco de diferente, dando así la impresión de que en lo general la historia se repite.

Así mismo, es claro también que nada ocurre por casualidad, cuando menos un estudioso o analista serio de la realidad social, no puede partir del supuesto de que un hecho ha ocurrido única ni principalmente por la fortuna, esto aún y cuando exista una porción azarosa en los acontecimientos. Es la captación de las tendencias históricas en sus elementos más constantes lo que nos permite prever, y lo ocurrido en Iguala con los estudiantes normalistas, es un hecho en el cual confluyen un sinnúmero de factores que la clase dominante y el Estado mexicano han venido alimentando en un período mediano de tiempo. [2]
Esta vez, el Estado mexicano ha cosechado la confluencia de dos trabajos perversos, por un lado, una campaña sistemática de criminalización de la protesta social, particularmente en los temas de educación, y por otro lado, el clima de terror y confusión que se ha promovido, alimentado y auspiciado, alrededor del contrabando, el narcotráfico y las matanzas cotidianas relacionadas a estos hechos. Desde hace años, un sinnúmero de organizaciones políticas y sociales han venido alertando sobre la probabilidad de que el Estado mexicano utilizara el clima generado por el supuesto combate al narcotráfico, con la finalidad de reprimir al movimiento social. No es la primera vez que ocurre, aunque ahora el hecho es particularmente grave.

La contrainsurgencia y confusión como antesala de la represión
La posibilidad de repetir lo esencial de un hecho represivo, consiste para el Estado, en la habilidad para modificar las variables superficiales y así presentarlo como “completamente diferente”, provocando de este modo confusión incluso entre las propias organizaciones sociales y retrasando su reacción. Lo ocurrido en Iguala el pasado 24 de septiembre no es esencialmente diferente a lo ocurrido en la Plaza de las Tres culturas de Tlatelolco en 1968, ni del Halconazo del 10 de Junio de 1971, tampoco de la masacre de Aguas Blancas en Guerrero en 1995 ni la de Acteal Chiapas en 1997; estamos ante uno de los hechos más sangrientos del Estado mexicano en contra de un grupo organizado simplemente para resistir a ciertas políticas del Estado.

Agrupo así estos hechos, pues en ninguno de ellos, el grupo agredido es en sí mismo una organización que pretenda con su accionar el derrocamiento del Estado burgués, tanto los estudiantes del 68 como los del 71, la comunidad de “las abejas”, como la Organización Campesina de la Sierra del Sur y los estudiantes normalistas, son simplemente opositores, no son ejércitos guerrilleros. Su accionar, si bien puede provocarle algunas heridas al Estado, es evidente que no pueden amenazarlo por sí mismos de muerte, aún y cuando en cada uno de esos movimientos actúen compañeros de convicción y acción revolucionaria, lo hacen desde una posición política en un movimiento amplio que por lo tanto no estaría en posición de desafiar al aparato represivo de Estado en su conjunto, aún cuando éste último sí cuenta con la infraestructura y logística suficiente para desarticularlos por la fuerza.

Si retomamos este tipo de hechos, nos daremos cuenta que en cada uno de ellos, la primera reacción del Estado mexicano y de los medios de comunicación escritos y electrónicos varía entre negar la participación del mismo, así como argumentar que los hechos han sido perpetrados por grupos que salen de su control, con el consiguiente compromiso de investigar los hechos, promesa que siempre termina por incumplirse o simularse. ¿Acaso no fue eso lo que dijeron en Acteal? ¿Acaso no fue eso lo que dijeron después aquel jueves de corpus en el 71? ¿Acaso en 1968, el Estado no intentó minimizar el hecho y trató de deslindarse de aquellos civiles con un guante blanco que actuaban en mancuerna con los militares? ¿En verdad alguien puede creer ahora que lo de Iguala es sustancialmente diferente?

Según la narrativa de los hechos, en Iguala, al momento de la agresión, estaban presentes elementos de la policía estatal, estaban cerca agentes de la policía federal y atestiguaban los acontecimientos elementos del Ejército Mexicano, unos persiguen, otros se comunican por radio, otros disparan, unos vestidos de civil, otros uniformados, unos observan, otros actúan. ¿Acaso no son así los operativos? ¿Es necesario que sea el elemento uniformado del Ejército mexicano quien dispare para atribuirle responsabilidad al gobierno federal? Para qué tendría el soldado que usar su arma cuando los mercenarios pueden bañarse con la sangre de inocentes mientras el mantiene limpio el uniforme.

El asunto es más preocupante aún, el día de ayer, el procurador de justicia de Guerrero, agradecía la acción del Ejército y de la Marina ¿Qué pretende con ello? Vivimos momentos muy delicados, la burocracia política en México está sumamente desgastada y no faltan voces dentro de la oligarquía quienes de forma más velada o descarada, claman porque los militares tomen el control del país, contribuyendo simultáneamente al descrédito de la política y a la acreditación de los métodos castrenses. Por un lado, el aparato represivo actúa asesinando inocentes, y por otro aparece otra parte del mismo como salvador de la situación, un verdadero teatro en donde el que tira al niño por la ventana es el mismo que lo rescata, pero que se vale del hecho de que en la memoria aparece más vivo el recuerdo de la última imagen, produciendo la confusión de ver al héroe en el villano.

LA CONFUSIÓN EN LA “GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO”
Estamos ante un fenómeno como el que acabamos de mencionar, ha sido la burguesía y el Estado en México quienes han promovido, solapado y alimentado el fenómeno del paramilitarismo, del crecimiento de las mafias de contrabandistas y del matar como forma de ganarse la vida; pero simultáneamente se valen de dicha situación para presentarse como héroes que combaten el desorden, la droga y el crimen; ¡Una tremenda farsa!
En los últimos años, México se ha convertido en el país donde se “mata por error”, pero se mata mucho. Tan solo el año pasado, se cometieron en el país cerca de veintitrés mil asesinatos, 62 por día en promedio. [3] Supuestamente un porcentaje corresponde a mismos contrabandistas, delincuentes, sicarios o similares, pero se sabe que un porcentaje también corresponde a inocentes; muertos que supuestamente murieron por error, por parecerse a alguien, por estar comiendo en el lugar equivocado, por cruzar por la carretera equivocada, por enamorarse de la persona equivocada o por defenderse de una agresión ante las personas equivocadas. Entre tanta violencia, tanto grupo armado, entre tanta confusión, se ha acostumbrado a la población mexicana, particularmente en algunos estados, a no prestarle demasiada atención a los asesinatos o a considerarlo simplemente como algo normal.

Como siempre, el Estado mexicano argumenta ser la solución y no la causa del problema, aún cuando es un claro beneficiario de la violencia, claro, sin estar el proceso exento de contradicciones [4]. Un ejemplo paradigmático fue la masacre en San Fernando Tamaulipas, en donde un grupo, presuntamente los Zetas, asesinaron a más de 193 personas, dentro de las cuales predominaban migrantes centroamericanos, justo en un momento en que el gobierno norteamericano urgía al mexicano para que controlara (ojo, no que detuviera), el flujo de trabajadores centroamericanos hacia Estados Unidos. El Estado ha prometido investigar el caso, pero como siempre ofrece respuestas cortas y claramente deficientes.

Como vemos México es el país donde el Estado mata por error, o deja que se maten por error a personas a las que convenientemente prefiere que no vivan.

La guerra contra los que se oponen al ajuste educativo
Aquí nos encontramos con un elemento que ha sido tan sistemático que sólo de manera ingenua nos hará ver la masacre de Iguala como una casualidad. En los últimos años, el Estado mexicano, ayudado por instrumentos ideológicos como la Iglesia y los medios masivos de comunicación, han emprendido una campaña en contra de maestros y estudiantes que se oponen a las políticas educativas de ajuste neoliberal en México. Desde el movimiento estudiantil del 1999 hasta la fecha, los medios de comunicación se han empeñado por crear la impresión en el conjunto de la población con avanzado grado de ignorancia, que un estudiante rebelde es un delincuente y merece ser castigado.

En los últimos años, desde el noticiero matutino de Televisa, el presentador y vocero de dicho grupo empresarial, Carlos Loret de Mola, cuenta con una sección especial destinada a promover un clima de linchamiento en contra del magisterio democrático y de los estudiantes normalistas ¿Se tratará de una casualidad? Difícilmente un grupo empresarial tan experimentado en política y comercio, invertirá tanto dinero en una casualidad.

Pero además las cifras son claras, el siguiente cuadro, nos da una idea del trato que han recibido los estudiantes normalistas por parte del Estado mexicano desde el año 2000

Detenciones a normalistas en los últimos 14años
EscuelaAñoCantidad de detenidos
ENR Luis Villarreal Mexe Hidalgo2000272
ENR Benito Juárez, Tlaxcala2000-2001600
ENR Carmén Serdán, Teteles Puebla2000362
ENR Mactumatzá, Chiapas2003207
ENR Isidro Burgos, Ayotzinapa Gro.200-2011248
ENR Vasco de Quiroga, Tiripetío Mich.200-2011346
ENR Vasco de Quiroga, Tiripetío Michoacán, junto con estudiantes de la Escuela Normal Indígena de Michoacán2012120
TOTAL 2195
[5] 

Como vemos, difícilmente será sostenible la versión de que en los últimos años, el Estado mexicano, por error ha encarcelado a casi 2200 estudiantes normalistas, en operativos donde no sólo se ha detenido a los mismos, sino también se les ha golpeado, disparado y torturado en distintas modalidades, incluso, el 12 de diciembre de 2011, dos estudiantes de Ayotzinapa habían sido asesinados en un operativo.

A estas cifras podríamos agregar los casi 1000 estudiantes detenidos tras la huelga de la UNAM en 2000, y los 204 detenidos en 2012 tras los operativos en las Casas del Estudiante “2 de Octubre” “Estudiante Nicolaita” y “Lucio Cabañas” en Morelia Michoacán el 28 y 29 de abril de ese año. [6] Pero además estas cifras sólo contemplan la represión a estudiantes en movilizaciones propiamente estudiantiles, por lo que también podríamos agregar cientos más si contemplamos a los estudiantes reprimidos en movilizaciones con otro carácter, por ejemplo en los hechos represivos de Cancún y Guadalajara, durante las protestas antiglobalización, o bien los estudiantes, heridos, muertos, torturados y detenidos durante el año 2006 en San Salvador Atenco.

Me parece que no es necesario seguir abundando en el punto, el asunto es muy claro, la creciente represión contra los opositores, particularmente estudiantes de origen proletario-campesino, y particularmente contra los normalistas rurales, es contundente. A estas alturas no es creíble que el Estado se equivoque tantas veces en su favor.

La síntesis de la violencia de Estado
Estamos ante un hecho gravísimo, independientemente de la confirmación de cifras entre desaparecidos y ejecutados, el Estado mexicano promueve que se prolongue el período de confusión para así evadir su responsabilidad en los hechos. Por ahora, la postura oficial, secundada por Televisa y medios afines, es la “teoría de la confusión”, en donde se dice que tal vez los normalistas fueron confundidos con sicarios de un cártel rival [7]. Esta argumentación es una falsedad de la más baja calidad, cualquiera que viva en Guerrero o en Michoacán, donde el activismo normalista es muy frecuente, y donde la actividad de los contrabandistas y sicarios es también cotidiana, puede distinguir perfectamente una cosa de la otra, estos grupos no son siquiera parecidos. Los normalistas rurales son inconfundibles, y aún cuando hubiera habido una confusión inicial, esta se hubiera disipado con facilidad. Los sicarios no llegan con ropa sencilla y desarmados en autobuses escolares a pedir colectas para ir a una marcha el dos de octubre a la Ciudad de México.

Además, suponiendo que los sicarios actuaran contra ellos por tener algo particular en contra de los normalistas ¿Qué podrían tener contra ellos, que no sea lo mismo que tiene el resto de la burguesía y el Estado contra el normalismo rural? Es claro que de una forma u otra lo provocaron, ya sea que desde arriba dieron la orden de actuar así, o bien que desde arriba generaron las condiciones para que estos grupos se sintieran en su total libertad de usar su armamento en contra de quienes el Estado considera sus enemigos, y contra quienes los medios de comunicación pretenden presentar como enemigos públicos. ¿Será esto lo que Oscar Naranjo ex director de la Policía Nacional de Colombia vino a enseñar a México?

Podríamos preguntar ¿Quién hizo esto? Y existen muchos nombres, algunos más teatrales y otros más reales, fue Enrique Peña Nieto, fue el PRI, fue Felipe Calderón, fue el PAN, fue Angel Aguirre, fue el PRD, fue Televisa, fue Emilio Azcárraga, fue Carlos Loret, fue Tv. Azteca, fueron los Zetas, los Caballeros Templarios, el cártel de Sinaloa, Tijuana, del Golfo o del Milenio, fue el Ejército, la Policía Federal, la municipal, la estatal y la privada, fue la burguesía legal y la ilegal, en pocas palabras, fue El Estado y la clase dominante, pero también tenemos que reconocer que una parte es culpa de quienes por desidia, cobardía o lentitud, han dejado a los luchadores sociales solos a su suerte, permitiendo que esto ocurra.

No, en la historia no hay casualidades y esta tampoco lo es, son los grandes intereses que gobiernan y dominan nuestro país quienes han actuado en contra de la juventud rebelde, proletaria y campesina, es claro que para el Estado mexicano ese es un enemigo a vencer.

A los demás, a la izquierda, a las organizaciones sociales del pueblo trabajador, a los explotados de México y el mundo, nos queda simplemente tomar cartas en el asunto, es muy peligroso que permitamos esto, le estaríamos dando un cheque en blanco al Estado mexicano, le estaríamos dando permiso de matarnos. Sin duda es tiempo de decir ¡Ni uno más! Es tiempo de exigir justicia para los caídos y presentación de los desaparecidos, pero también es tiempo de comprender que si no hacemos lo que tenemos que hacer por nuestra condición histórica, estaremos anulados en más de un sentido.

Notas:
 
[2] Tesis defendida por Marx en el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.

También hago referencia al texto de A. Gramsci Previsión y expectativa. Dentro de: Antonio Gramsci. Pequeña antología política. Libros de confrontación. Serie filosófica 5. Barcelona 1974. Pág. 70.

[3] La Jornada 23 julio 2014. http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/07/23/en-2013-hubo-casi-23-mil-homicidios-en-mexico-informo-el-inegi-1229.html

[4] Es obvio que en esta situación, el Estado también ha sufrido algunas consecuencias como pérdida de la legitimidad, y la desconfianza de algunos empresarios extranjeros, pero en la historia, las tendencias son así, contradictorias, lo cual no la priva de su carácter tendencial.

[5] Datos de una investigación ordenada por la SEP a la UPN. http://anuario.upn.mx/2012/index.php/reforma/77571-impera-desorden-en-normales-rurales.html

Completada con información periodística reciente:

http://www.jornada.unam.mx/2008/11/28/index.php?section=estados&article=035n1est

http://www.eluniversal.com.mx/notas/824969.html

[6] http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/suman-204-detenidos-por-protestas-en-morelia

[7] El pasado miércoles en el programa editorial de Televisa, llamado “Tercer Grado”, los participantes apuntalaban a dicha hipótesis.

Andrés Avila ArmellaMiembro del Buró Político del Partido Comunista de México (PCdeM). www.partidocomunistademexico.org También es Sociólogo y Dr. En Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Se pudren las condiciones objetivas para la revolución, pero la conciencia de lucha es bloqueada por la Televisión




1. Por las decenas y decenas de miles de muertes, por la gigantesca miseria del pueblo, por la profunda y extensa corrupción política y empresarial, por la enorme inseguridad provocada por la alianza de gobierno, empresarios y narcos, preguntamos: ¿Estamos en México en los prolegómenos de una revolución social que arranque desde la raíz todo lo que frena la igualdad y justicia en México? Algunos pensamos que no porque “creemos” que la conciencia de lucha del pueblo es muy baja; pero como los fenómenos sociales no pueden medirse matemáticamente y las revoluciones sociales siempre son distintas a otras, entonces es posible que estemos caminando hacia esa transformación que soñamos y ni nos demos cuenta. Si pensáramos en el dios musulmán diríamos: ¡Ojalá que así sea!2. Si en México sumamos las 100 mil muertes y desaparecidos del sexenio de Calderón y a los otros miles que van del presente gobierno de Peña Nieto; si sabemos que 90 millones de mexicanos viven en la pobreza y miseria; que en EEUU hay más de 10 millones de mexicanos que viven allí y otros millones quieren cruzar la frontera por falta de empleo e ingresos en México; si conocemos que el empleo informal sin ninguna prestación supera en número a los trabajadores formales, y que hay más de 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan porque el sistema educativo y las empresas les cierran la puerta, pues sencillo las condiciones objetivas para una revolución están dadas y hasta están pudriéndose por los años.
3. Si por otro lado vemos que hay más de 20 millones que integran los sectores medios y altos, que unos cuantos miles de los más grandes millonarios y políticos controlan todo eso que le llaman “poderes fácticos” que dominan política, empresas y televisión; que al mismo tiempo, a partir del levantamiento zapatista de 1994 se han contratado a cientos de miles de soldados del ejército y la armada, así como policías militares de todo tipo que usan cientos de miles de armas del más alto nivel, nos encontramos con un poder concentrado con el total apoyo de los EEUU. ¿Cómo entonces no va a estar presente un sistema de mediatización y control ideológico de TV y radio que responda a las necesidades de ese enorme poder capitalista?
4. En México –como en toda América Latina, África y en gran parte del sistema capitalista- se reúnen todas las condiciones económicas, sociales, políticas, de pobreza, miseria y opresión de más del 70 por ciento de la población por pequeños grupos de poderosos empresarios y sus gobiernos; sin embargo el nivel de conciencia y organización de esa población que ha sufrido siglos de sometimiento no crece, o se mediatiza por la intensa ideología que se propaga en los medios de información dominados por la televisión. Hasta los años 80 la miseria no era tan profunda ni tan extendida, pero tampoco los medios penetraban en todos lados; con la imposición del neoliberalismo y la privatización, los medios son hoy más grandes e imparables.
5. No sé cuántos años o décadas más seamos capaces los trabajadores de aguantar cargando este pesado sistema capitalista. Hace por lo menos 500 años que lo soportamos porque la familia, la escuela, la iglesia y los medios de información nos han enseñado que así tiene que ser. En vez de ayudarnos a liberarnos haciéndonos críticos e inconformes, en lugar de enseñarnos dignidad, no han hecho dóciles, obedientes y disciplinados. No hemos podido tirar esa carga porque no hemos querido; nos han metido miedo –casi terror- para no rebelarnos. ¿Vale más acaso vivir de rodillas, sumiso, que recuperar nuestra dignidad?
6. ¿Cómo es posible que 43 estudiantes-campesinos de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa, estado de Guerrero hayan desaparecido el viernes pasado después de realizar una combativa protesta contra el asesinado por el gobierno de otros cuatro de sus compañeros? ¿Cómo podemos olvidar que días antes fueron asesinados o fusilados 23 campesinos por fuerzas militares sin que hasta ahora el gobierno haya explicado la situación? Como los anteriores gobiernos de ladrones y asesinos –los últimos Salinas, Zedillo, Fox y Calderón- este gobierno de Peña Nieto resulta ya insoportable por varias razones.
7. Por ello no es gratuito pensar en que posiblemente se esté incubando en México una nueva Revolución que el pueblo busque hacer porque si espera más años la tragedia será mucho más grandes y el número de muertos por asesinatos, miseria, hambre y enfermedades curables, crecerá mucho más. Después de la masacre de estudiantes en 1968, de la famosa Guerra Sucia de los 70, las muertes de migrantes de Centroamérica, la muerte de varias decenas de niños de la Guardería, la de campesinos y estudiantes normalistas, parece que de asesinatos individuales pasamos a asesinatos de masas.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
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Sobre la desigualdad en en nuestro país




La desigualdad en Chile es estructural. En el esquizofrénico mundo del capitalismo conviven dos mundos paralelos: una opulencia faraónica frente una pobreza y degradación social en muchos casos difíciles de imaginar. En este mundo, durante el siglo XX se consolidó la idea de que un gobierno democrático y participativo, (e imaginario) burgués era el modelo superior de organización política. Sin embargo las organizaciones sociales constatan que a pesar de existir conexiones más variadas, instantáneas y masivas que nunca, la desinformación sobre el mundo real adquieren en calidad y cantidad un volumen y profundidad sin precedentes que permiten la mantención aparentemente inamovible del sistema imperante.
Privaciones, miseria, opresión, corrupción, hambrunas, matanzas masivas, degradación del medio ambiente, siguen siendo las banderas rampantes que caracterizan al sistema capitalista y a su brazo ejecutor imperial.
Países que logran iniciar un camino de transformaciones estructurales de su realidad económica son sometidos a una implacable guerra económica y comunicacional. Tan poderoso y penetrante es el poder comunicacional e ideológico que ha convencido a los trabajadores chilenos que pertenecen a una inasible y fantasmal clase media ligando su existencia, paradojalmente no a su condición de explotado sino a la clase que los explota y somete.
En este contexto, Chile es catalogado por las agencias económicas y comunicacionales del imperialismo como un país exitoso. Opinión que descansa en lo fundamental en un crecimiento económico dado por Producto Interno Bruto (PIB Nominal) que llega a los 285 mil millones de dólares (2013) y un PIB per cápita del orden de los 20 mil dólares. Esto significa que cada uno de los trabajadores en Chile percibe un salario mensual de un millón de pesos. Cifra esta última que está absolutamente alejada de la realidad de la mayoría de los chilenos que perciben su salario mensual en torno a un salario mínimo de 225 mil pesos (2014).
Que este crecimiento del PIB no refleje en Chile ni calidad de vida ni una economía exitosa ni sustentable, se basa en que la evidencia más significativa al respecto muestra que cuando la distribución del ingreso es tan desigual como lo es en Chile el indicador no necesariamente implica bienestar de los trabajadores; por otra parte lo más significativo de este crecimiento sigue descansando en una viga maestra que es el cobre que concentra, junto a sus derivados, casi el 60 % de las exportaciones. Producción que, no es necesario reiterarlo en su mayor parte, tiene un mínimo de valor agregado.
Este crecimiento es un crecimiento de corto plazo, anómalo, aleatorio, de mala calidad, depredador y de ganancia interminable para la burguesía.
Esto determina que haya dos mundos: uno de opulencia, ofensiva y provocador y otro que a pesar de su persistencia y dedicación no logra, en el mes, un ingreso que les permita tener satisfechas necesidades básicas en salud, educación, vivienda, recreación y cultura. Que subsiste a través de un endeudamiento infinito.
En este paraíso capitalista los trabajadores chilenos viven sometidos a dos tipos de delincuencia: aquella que proviene de los estratos altos de la sociedad, que se educó y aprendió sus trucos en el corazón del imperio aprovechando los resquicios legales y la ignorancia sobre el intrincado mundo financiero para lucrar y someter a la población a múltiples y sofisticados mecanismos de exanción.
Paralela a ella, en las poblaciones el lumpen ejerce sus dominios y miles de jóvenes sin perspectivas y aguijoneados por el consumismo desatado del sistema sucumben al dinero fácil de la droga y terminan enfermos y/o abarrotando las cárceles que no dan abasto para contenerlos. En las cárceles chilenas pululan 54 mil reclusos. La mayor parte de ellos son fruto de la desigualdad e inequidad económica. Ambos grupos someten a la población trabajadora a la extorsión, robo, abuso, sólo que para los primeros el crimen paga.
Las cifras que muestran las cifras de inequidad en Chile son abismantes, por tomar un coeficiente que entre otros mantienen la correlación con otros indicadores, el coeficiente de Gini, es de 0.503 (Recordar: 1 representa desigualdad absoluta y 0 igualdad absoluta); este valor dentro de la OCDE, es el peor. Es decir, Chile, la estrella del modelo neoliberal luego de la aplicación a sangre y fuego de la teoría de “shock” de las creaturas del imperio conocidas como “los chicago boys” y sus mentores espirituales Milton Friedman y la Pontificia Universidad Católica de Chile (Que hoy, para variar es punta de lanza ideológica contra cualquier proyecto de cambio educacional en Chile) es uno de los países con peor distribución del ingreso a escala mundial. Entre 160 países Chile ocupa el lugar 132.
Desde otro indicador el 1 % de la población obtiene el 31% de los ingresos, en otras palabras, de los 17 millones ochocientos mil habitantes, es decir, de las aproximadamente 4 millones, 500 mil familias hay 45 mil que reciben, casi todo el ingreso nacional. Son ellos los que se apropian de la mayor parte de estos fantasmales 20 mil dólares per cápita. Estas familias son los que mandan en Chile. Son los dueños de los medios de comunicación, son los que financian a sus partidos políticos, las estructuras militares y religiosas. Ellos son los que manejan lo más sustantivo de la enorme malversación de fondos públicos y contribuyen a mantener esa adherencia burguesa fiscal y política que les permite mantener y prolongar la desigualdad estructural que caracteriza a la economía chilena.
Santiago Octubre 2014.
P. Malatrassi A.es Economista y Mg. Filosofía Política
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

“El objetivo de EEUU es retirarse de Medio Oriente”

Entrevista a Ignacio Ramonet


Notas


En diálogo exclusivo con Notas, el periodista español Ignacio Ramonet analizó la intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
Hijo de republicanos exiliados en Marruecos, nació en Galicia pero se crió en Tánger. “Por siempre aquella ciudad tuvo una fuerte presencia de ibéricos. Incluso recuerdo que gran parte de sus carteles en las calles estaban escritos en castellano”.
En los años 60 estudió y se radicó en París donde se inició en el oficio de periodista. Ya como director de Le Monde Diplomatique fundó la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC). A fines de Siglo XX integró el movimiento altermundista y se acercó al subcomandante Marcos en un libro de entrevistas memorable.
La misma suerte tuvieron sus diálogos con Fidel Castro y Hugo Chávez. En 2001 participó de la fundación del Foro Social Mundial en Porto Alegre y desde hace más de dos décadas constituye uno de los intérpretes más avezados de América Latina en el hemisferio norte.
En la presente entrevista realizada en el marco de una visita a Noruega, Ignacio Ramonet centró su análisis en la actual intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
- Comenzó una nueva intervención en Medio Oriente. Estados Unidos junto a aliados europeos y árabes bombardean a Irak y Siria. ¿Cuáles son las especificidades de este ataque? ¿Tiene diferencias con los realizados contra Irak y Afganistán en 2003 o Libia en 2010?
– La especificad principal es que se trata de un ataque contra una organización que, aunque se llame Estado Islámico (EI), no es un Estado. El ataque contra Irak en 2003 fue contra un Estado, su gobierno y ejército. Lo mismo en Libia. El EI es una organización de nuevo tipo que podríamos llamar “Islamista” pero que se devela más radical que Al Qaeda. A diferencia de ésta, que no estaba localizada en un lugar específico, tiene su territorio de base en el este de Siria y norte de Irak.
Existen pocos observadores que pueden explicar cómo funciona y cuáles son sus objetivos de guerra. En consecuencia, hay una imposibilidad manifiesta en saber con certeza qué es el EI. Por otra parte, la intervención militar de la coalición que comanda EEUU cuenta con el aval de las Organizaciones de Naciones Unidas, legitimidad que no tenía el ataque sobre Irak en 2003. El objetivo de la operación es la defensa del Estado iraquí pero, paradójicamente, para atacar al EI se recurre a armar a los kurdos, quienes quieren salirse de Irak. Por consiguiente, a mediano plazo es una manera de desarticular al Estado iraquí. La contradicción es evidente. ¿Se quiere proteger a Irak o propiciar su desarticulación?
En el mismo sentido otro argumento esgrimido para justificar la intervención es la necesidad de fortalecer los procesos democráticos de la región. Sin embargo, se escoge como a aliados a regímenes altamente autoritarios como Arabia Saudita o Qatar. Con el agravante de que además son “teocracias”, una de las características principales del EI, su proyecto de Califato General y su marcada intolerancia para con las minorías religiosas.
- Pero, entonces, a partir de la caracterización que acaba de hacerm ¿considera qué es atinado calificar a la intervención de “imperialista”?
– Evidentemente es un ataque imperialista porque está protagonizado por EEUU. Sin embargo creo que no es el dato más relevante. Si bien EEUU pretende corregir un error que él mismo cometió, hoy su objetivo estratégico es retirarse de Medio Oriente. Ya no tiene ningún interés vital en la región.
¿Por qué estuvieron durante 60 años? Principalmente por el control del petróleo. Pero hoy, gracias al gas y petróleo de esquisto, EEUU es autosuficiente en materia energética como antes de la Segunda Guerra Mundial. Además, la región se tornó demasiado complicada para ellos. Hicieron varias guerras durante los últimos 15 años con el costo de miles de millones de dólares sin conseguir los resultados esperados. En la actualidad han identificado a un adversario para el final del Siglo XXI que es China. Su objetivo es centrarse sobre Asia, que es donde está la economía principal y centro del mundo en el siglo XXI. Quieren tener aliados en esta zona para restringir la posibilidad de China de ampliarse aún más.
- En la actualidad Rusia es otro frente de conflicto de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). También la Unión Europea (UE) dio a conocer sanciones económicas contra el gobierno de Vladimir Putin por el conflicto en Ucrania. ¿Cree viable una potencial expansión rusa? ¿Tiene asidero la alarma que se agita acerca del “fantasma imperial ruso”?
– No creo que Rusia tenga un proyecto de expansión imperialista. No cabe duda de que el gobierno de Vladimir Putin está preocupado por evitar que se produzca un desmembramiento de la Federación Rusa tal como sucedió con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En este sentido, ha intentado hacer que se respeten los compromisos asumidos por Occidente de no avanzar con las fuerzas de la OTAN hasta fronteras rusas. Occidente no ha respetado este compromiso que se hizo con Mijaíl Gorbachov en 1990. Por el contrario, ha sumado como miembros de la OTAN a países desgajados de la URSS, sobre todo a aquellos que se encuentran en la frontera con Rusia.
- Pero el avance sobre la península de Crimea y la injerencia rusa en la guerra ucraniana…
– Justamente en Ucrania está en juego lo que le decía anteriormente. Allí un gobierno legítimo tomó la decisión de establecer una alianza económica con el Estado ruso. Y los occidentales contribuyeron a gestar una revuelta en contra de esa decisión.
Hay que recordar que un candidato a la presidencia de EEUU estuvo en Kiev, en la Plaza Maidán, y exhortó a los ucranianos a alejarse de la influencia rusa. Luego los rebeldes comenzaron sus acciones militares y establecieron un poder provisional e ilegítimo constituido por hipernacionalistas, fascistas y nostálgicos de la derecha de la Segunda Guerra Mundial.
Este gobierno adoptó una marcada política anti-rusa. Entonces, la respuesta de Putin empujado por Occidente fue la de avanzar sobre Crimea, zona que históricamente le perteneció a Rusia pero que por decisión de Nikita Krusev en 1954 fue cedida a Ucrania. En Crimea se encuentra la principal base militar rusa y su bastión marítimo en aguas cálidas.
- Si se analizan medios como la BBCEl País o NRK de Noruega pareciera que es inminente un desplazamiento ruso hacia el oeste de la región.
– Los gobiernos occidentales se han comportado como provocadores infantiles frente a Rusia. No se pueden quejar de que los rusos traten de preservar un poco sus intereses. El este de Ucrania globalmente es favorable a Rusia y las primeras decisiones que tomó el actual gobierno provisional fue la de suprimir y prohibir el uso de la lengua rusa.
Los medios de comunicación occidentales pretenden recrear la Guerra Fría cuando la Federación Rusa no representa ninguna amenaza ni alternativa al sistema capitalista. Simplemente es un imperio que se ha reducido y que no quiere dejarse despojar más. Entonces lo que hace Putin es decirles a los rusos: “No vamos a ser desintegrados”. No tienen ningún proyecto imperialista. Pienso que hay que crear una especie de finlandización en torno a Rusia, que además es lo que ésta reclama: que las tropas de la OTAN no estén en sus fronteras.
- Usted sostiene que en los últimos 15 años disminuyó la influencia de EEUU en América Latina. Entre muchas razones, asegura que la irrupción de gobiernos progresistas en la región y la decisión estadounidense de concentrar sus fuerzas en Medio Oriente, fueron fundamentales en dicho proceso. Simultáneamente la gravitación de China y Rusia creció. ¿Cómo se les escapa a la configuración de nuevos imperialismos?
– Para los países latinoamericanos no ha sido fácil preservar su soberanía. Primero porque la dependencia económica con el imperio británico fue muy importante. Y lo mismo ocurrió con EEUU. Por eso la preocupación de varios gobiernos regionales radica en encontrar contrapeso a la presencia y dominación estadounidense. Hoy la posibilidad de contrapeso se llama China.
Claro, si lo que se plantea es el traspaso de un imperialismo estadounidense a uno chino, no cambiaría en nada la realidad política del continente. Como en el fondo nada cambió pasar de una dominación británica a una estadounidense. Pero no creo que sea el caso. Se está generando una dependencia innegable. Los países mineros de América Latina dependen demasiado del comercio chino. También Argentina y Brasil con la exportación de soja. Pero en estos tiempos la preocupación principal de los gobiernos progresistas pasa por romper con la mono-dependencia. Tener relaciones múltiples con Europa, EEUU y China.
Por último, permítame señalarle una curiosidad respecto a las representaciones que circulan sobre el país asiático. China es un país que nunca ha salido de sus fronteras a escala planetaria y, por el contrario, ha sido invadido en varias oportunidades por mongoles, europeos y japoneses. Sin embargo, la sospecha generalizada de que “cuando China despierte” o “vengan los chinos” el mundo temblará, es una construcción discursiva altamente difundida a escala mundial.
Fuente original: http://notas.org.ar/2014/10/06/ignacio-ramonet-objetivo-estados-unidos-retirarse-medio-oriente/

Cómo piensa la clase dominante




La crisis sigue develando todo aquello que permanecía oculto en los periodos de normalidad. Esto incluye los proyectos estratégicos de la clase dominante, su forma de ver el mundo, la apuesta principal que hacen para seguir siendo clase dominante. Este es, a grandes rasgos, su objetivo central, al que subordinan todo lo demás, incluyendo los modos capitalistas de reproducción de la economía.
Puede pensarse que la crisis es apenas un paréntesis luego del cual todo seguiría, más o menos, como funcionaba antes. No es así. La crisis no es sólo un revelador, sino el modo en que los de arriba están remodelando el mundo. Porque la crisis es, en gran medida, provocada por ellos para mover de lugar o hacer desaparecer lo que limita sus poderes. Básicamente, los sectores populares, indígenas, negros y mestizos en nuestro continente.
Por otro lado, una crisis de esta envergadura (se trata de un conjunto de crisis que incluyen crisis/caos climático, ambiental, sanitario y, lo que atraviesa todo, crisis de la civilización occidental) significa mutaciones más o menos profundas de las sociedades, de las relaciones de fuerzas y de los polos de poder en el mundo, en cada una de las regiones y países. Me parece necesario abordar tres aspectos, que no agotan todas las novedades que aporta la crisis pero son, a mi modo de ver, los que más pueden influir en las estrategias de los movimientos antisistémicos.
En primer lugar, lo que llamamos economía ha sufrido cambios de fondo. Un cuadro elaborado por la economista Pavlina Tcherneva, con base en los estudios sobre la desigualdad de Thomas Piketty, revela cómo está funcionando el sistema desde la década de 1970, agravado por la crisis de 2008 (www.vox.com/xpress/2014/9/25/6843509/income-distribution-recoveries-pavlina-tcherneva ).
El cuadro abarca 60 años de la economía estadunidense, desde 1949 hasta la actualidad. Describe qué parte del crecimiento de los ingresos es apropiada por el 10 por ciento más rico, y cuánto le corresponde al 90 por ciento restante. En la década de 1950, por ejemplo, el 10 por ciento rico se apropiaba de entre el 20 y el 25 por ciento de los nuevos ingresos anuales. Así funciona una economía capitalista normal, que consiste en una apropiación mayor por los empresarios del fruto del trabajo humano, que Marx denominó plusvalor. Es la acumulación de capital por reproducción ampliada.
A partir de 1970 se produce un cambio importante que es bien visible en la década de 1980: el 10 por ciento rico empieza a apropiarse del 80 por ciento de la riqueza y el 90 por ciento se queda apenas con 20 por ciento de lo que se genera cada año. Este periodo corresponde a la hegemonía del capital financiero, lo que David Harvey ha llamado acumulación por desposesión o despojo.
Pero algo extraordinario se produce desde 2001. Los ricos se quedan con todos los nuevos ingresos y, desde 2008, arrebañan además una parte de lo que tenía el 90 por ciento, como ahorros o bienes. ¿Cómo denominamos a este modo de acumulación? Es un sistema que ya no es capaz de reproducir las relaciones capitalistas porque consiste en el robo. El capitalismo extrae plusvalor y acumula riqueza (aún por desposesión), pero expandiendo las relaciones capitalistas, por eso se asienta en el trabajo asalariado y no en el trabajo esclavo (debo estas reflexiones a Gustavo Esteva, quien las formuló en los días de la escuelita zapatista y en posteriores intercambios).
Es probable que estemos ingresando en un sistema peor aún que el capitalismo, una suerte de economía de robo, más parecida a la forma como funcionan las mafias del narcotráfico que a los modos empresariales que conocimos en la mayor parte del siglo XX. Es probable, también, que esto no haya sido planificado por la clase dominante, sino sea el fruto de la búsqueda desmesurada de lucros en el periodo financiero y de acumulación por desposesión, que ha engendrado una generación de buitres/lobos incapaces de producir otra cosa que no sea destrucción y muerte a su alrededor.
En segundo lugar, que el sistema funcione de este modo implica que los de arriba han decidido salvarse a costa de la entera humanidad. En algún momento hicieron una ruptura afectiva con los demás seres humanos y están dispuestos a producir una hecatombe demográfica, como sugiere el cuadro mencionado. Lo quieren todo.
Por lo mismo, el modo en que está funcionando el sistema es más apropiado denominarlo cuarta guerra mundial (como el subcomandante insurgente Marcos) que acumulación por desposesión, porque el objetivo es la humanidad entera. Parece que la clase dominante decidió que con el actual grado de desarrollo tecnológico puede prescindir del trabajo asalariado que genera riquezas, y ya no depende de consumidores pobres para sus productos. Más allá de que esto sea un delirio inducido por la soberbia, parece evidente que los de arriba no pretenden ordenar el mundo según sus viejos intereses, sino generar regiones enteras (y a veces continentes) donde reine el caos absoluto (como tiende a suceder en Medio Oriente) y otras de seguridad absoluta (como partes de Estados Unidos y Europa, y los barrios ricos de cada país).
En suma, han renunciado a la idea de una sociedad, idea que es sustituida por la imagen del campo de concentración.
En tercer lugar, esto tiene enormes repercusiones para la política de los de abajo. La democracia es apenas un arma arrojadiza contra los enemigos geopolíticos (empezando por Rusia y China), que no se aplica a los regímenes amigos (Arabia Saudita), pero ya no es aquel sistema al que alguna vez otorgaron alguna credibilidad. Lo mismo debe decirse del Estado-nación, apenas un obstáculo a superar como lo demuestran los ataques en Siria violando la soberanía nacional.
No nos cabe otro camino que organizar nuestro mundo, en nuestros espacios/territorios, con nuestra salud, nuestra educación y nuestra autonomía alimentaria. Con nuestros poderes para tomar decisiones y hacerlas cumplir. O sea, con nuestras propias instituciones de autodefensa. Sin depender de las instituciones estatales.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/10/03/index.php?section=opinion&article=026a2pol

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