¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

09 mayo 2008

PRIVATIZACION DE LA EDUCACION: HECHOS QUE LO COMPRUEBAN


PRIMERO FUE EL COLEGIO ANTENOR ORREGO DE SAN JUAN DE
LURIGANCHO, DONDE EL JEFE DE LA BANDA DEL SAT ( CON EL RESPALDO DE SU
APARATO PARAMILITAR SERENAZGO "RATERAZGO" ) MASACRANDO A ESTUDIANTES, PADRES DE
FAMILIA Y MAESTROS, SE APODERO DE 10 MIL METROS CUADRADOS , PARA LUEGO VENDERLO
A UNA EMPRESA COMERCIAL CHILENA.


AHORA LE TOCO A SAN MARCOS, DONDE UN DELINCUENTE
FUNGIENDO DE RECTOR, VENDIO A ESPALDAS DE LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
MAS DE 28 MIL METROS CUADRADOS. AUNKE ESTA VEZ LOS ESTUDIANTES
LUCHARON PARA DEFENDER LO QUE LES PERTENECE. PERO ESA NO SERA SU
ULTIMA BATALLA, AHORA TENDRAN QUE LUCHAR PARA HECHAR DE LA
UNIVESIDAD AL DELINCUENTE RECTOR, TRAIDOR Y LACAYO DEL JEFE DE LA BANDA
DEL SAT.


San Marcos pierde terreno


Cesar Hildebrandt : diario la primera



Como todo está en venta y todo “se pone en valor”, entonces va el rector de San Marcos –un ­anónimo labrado a lo largo de muchos años de impecable mediocridad– y le vende 28,000 metros cuadrados de universidad al jefe de la banda del SAT, que son esos que te asaltan con su robótica armada en Matusita, y un día, claro, los estudiantes se encuentran con agrimensores que pesan jardines y hombres con teodolitos que calculan los próximos cementos y volquetes que cargan arena y la evacúan en deposiciones de chirrido y tolva.


Entonces los estudiantes arman la bronca y el jefe de la banda del SAT, que también es el alcalde de Lima en sus ratos libres, ya no contesta el teléfono, igual que el rector que hizo el raro negocio, y en eso es que llega la policía (que embarra el general Salazar y despilfarra Luis Alva Castro, que es nuestro Javier Bardem haciendo de ministro del Interior de Macondo).


Y se arma la gorda, se vuelve a la edad de piedra, y hay policías contusos, estudiantes apaleados y dirigentes estudiantiles cazados en plena actividad y en pleno claustro, que en estos días apristas se respeta tanto como Martin Rivas respetaba el claustro de La Cantuta.


¿Pero por qué marrana idea un rector sanmarquino vende 28,000 metros cuadrados de un bien que no le pertenece? ¿Por qué el jefe de la banda del SAT, y alcalde cuando no está aceitando a sus “Arturitos” que ponen papeletas, incita ese comercio?


Muy sencillo: porque todo está en venta y hay que estar a la moda. Fenicia ha regresado y su flota ha anclado en el Callao. Y si entras a un bazar de esos que propone el Apra berlusconiada, lo primero que te ofrecen es una encuesta de la Universidad de Lima, con loreada de Benavente como yapa.


Se vende la selva con pájaros y lluvia, se vende el periodista hablando en oro, el puerto de Paita con su luna famosa, el muelle norte a plazos, y al contado los Wong que se vendían, a precio de remate el recurso de amparo, se vende la neblina de Huancabamba, a los chinos les vendemos las décadas que vienen, a los norteamericanos les vendemos nuestra partida de defunción como país-nación, al Vaticano la Caverna le vende la franquicia del miedo, la reventa se vende, se vende PPK que ya no debería andar de señora ofrecida (por las várices), los aires de los edificios se venden a Nextel, se vende la carretera que está por hacerse, se vende lo que Romero quiera, lo que los Wiese falsearon en Azángaro lo compró Toledo (que compraba sus diablos azules en Palacio), los denuestos se compran en la tele, Althaus vende somníferos hablados (un día podría morir de una sobredosis de sí mismo), los chilenos se han comprado seis Tarapacás, ocho Aricas y cuatro Antofagastas con su Evo incluido, el orgullo está con un letrero de alquiler-venta, el fujimorismo vende cadáveres que Raffo ha mejorado a imagen y semejanza, se vende padres viejos por la herencia, las sinagogas ya fueron compradas, Jauja ha vuelto pero para revenderse, la Segunda Guerra del Pacífico ya se vendió antes de perderse, el cielo es un milhojas que Rodríguez Larraín ya se tragó, “El Comercio” se ha comprado a sí mismo, el ­Apra vende el menaje de Haya, los comunistas se han privatizado, Tula Rodríguez se ha tercerizado, las oscuras golondrinas han visto vendidos sus balcones, García vendió a pagar en dos partes su memoria, Garrido Lecca se vende en 3D y hasta el mismo acto de vender ya es una venta (que lo diga Salmón con su “Peru Now”, que es como gritar que ahora o nunca salimos de la mercadería).


Eso es “poner en valor”, que es como los huachafos llaman al sencillo acto de vender. Y yo digo, humildemente, que “hay que poner en valor” a la Caverna y rematarla en las páginas de “Relax” de ese diario que es tan servicial que hasta sirve a las putas cuando ellas pagan (lo que es una prostitución a la inversa, como las subastas de Alva Castro). Porque si el Perú es un viejo almacén, como en el tango, y el perro del hortelano ya no es un obstáculo, ¿qué esperamos para limpiar el trastero? Pongamos “en valor” el Congreso y se lo colocamos a precio de ganga a alguna laguna de oxidación privatizada. Pongamos “en valor” el miedo, la hipocresía, la codicia, la insolidaridad, el racismo y otra vez el miedo y de nuevo el racismo y les juro que nos convertimos en potencia mundial.


EL PARAISO PERDIDO


El paraíso perdido

Cesar Levano : Diario La Primera


Eduardo Subirats es un español que ha estudiado y meditado con hondura la historia de América Latina. Su libro El continente vacío es una documentada, vasta requisitoria contra la conquista --él la llama la destrucción-- de nuestra América.
Considera Subirats que los españoles no sólo saquearon bienes materiales, sino que, lo que es peor, despojaron a los antiguos peruanos de algo que es indispensable para vivir y soñar: la cultura propia, los mitos, el alma. Él llama a ese daño “la herida constituyente”.
Una amiga que vive en España me obsequió hace tres años el libro en mención. Ahora me ha traído otro de Subirats: Viaje al fin del paraíso. Se trata de ensayos escritos en Berlín y que construyen una penetrante interpretación de la realidad latinoamericana y de lo que perdimos en nuestro vía crucis. En el prólogo se avistan las perspectivas del trabajo.
Oído a la música: “La nueva constelación mundial generada a partir de la drástica división geopolítica entre el primer y el tercer y cuarto mundo, la militarización global de los conflictos sociales, ecológicos y religiosos, (subrayado de C.L.), las nuevas tecnologías de comunicación y control sociales, y el colapso de los discursos intelectuales exigen hoy de manera urgente la revisión de nuestros paradigmas de comprensión de las culturas nacionales e interpretación de la historia moderna, así como la rehabilitación de voces críticas y proyectos intelectuales reformadores desoídos o exiliados en las últimas décadas.”
Notable es que en su recorrido por la narración, la arquitectura, la sociología y la filosofía latinoamericanas, Subirats ubique a José Carlos Mariátegui como uno de los pensadores con los que hay que contar para definir nuestro presente y construir nuestro futuro, “en la era de un proceso global de destrucción ecológica y regresión social.”
Nuestro autor incluye un juicio que los peruanos deberíamos examinar a la luz del proyecto alanista de Ley de la Selva.El general John P. Jumper, el estratega de la guerra global de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, expuso el propósito de EE.UU. ante el Pentágono, antes del ataque a las torres gemelas del 11 de setiembre del 2001:
“El objetivo estratégico de las guerras globales son zonas geopolíticas sensibles por su riqueza energética, biológica o acuífera, por las posibilidades de desastres ecológicos y humanos subsiguientes a su destrucción ecológica corporativa…”.
Estaría pensando, sin duda, en la Amazonía y hasta en el proyecto aprista de vender la selva al peor postor. La cita proviene de un libro de Jumper en el cual se explica también cómo emprender la guerra para sofocar las protestas que la devastación corporativa puede producir en una población condenada “a la condición de material humano sin función económica”.

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