¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

19 noviembre 2014

Aprueban normas para la ubicación de profesores que no accedieron a plazas de director o subdirector a través de Evaluación Excepcional de Ley de Reforma.




Aprueban Norma Técnica denominada "Normas para la ubicación de los profesores que no accedieron a plazas de director o subdirector a través de la Evaluación Excepcional prevista en la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial"

RESOLUCIÓN DE SECRETARÍA GENERAL N° 2074-2014-MINEDU

Lima, 17 de noviembre de 2014

CONSIDERANDO:

Que, el artículo 79 de la Ley N° 28044, Ley General de Educación, establece que el Ministerio de Educación es el órgano de Gobierno Nacional que tiene por finalidad definir, dirigir y articular la política de educación, cultura, recreación y deporte, en concordancia con la política general del Estado;

Que, la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley N° 29944, Ley de Reforma Magisterial, aprobado por Decreto Supremo N° 004-2013-ED y modificado por Decreto Supremo N° 003-2014-MINEDU, establece que los profesores que vienen ejerciendo funciones de directivos en instituciones educativas públicas de gestión directa o en instituciones educativas públicas de gestión privada por convenio, en Educación Básica o Técnico Productiva, en virtud de resoluciones emitidas por las instancias de gestión educativa descentralizadas, en el marco de las normas derogadas por la Décima Sexta Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la Ley N° 29944, serán evaluados, excepcionalmente, en las habilidades requeridas para el desempeño en el cargo, a fin de asignarles la plaza de director o subdirector por un periodo de tres años, conforme a la normatividad vigente;

Que, conforme a lo dispuesto en la referida disposición los profesores que: i) no aprueben la mencionada evaluación excepcional, ii) sean retirados del procedimiento de evaluación, iii) no se presenten a la evaluación excepcional, o iv) no cumplan los requisitos establecidos por el Ministerio de Educación para ejercer funciones de director o subdirector, permanecerán desempeñando dicha función, según corresponda, hasta el término del año 2014; retornando al cargo de docente de aula en la institución educativa de origen o en una similar de la jurisdicción de la UGEL a la que pertenece la referida institución, a partir del inicio del año escolar 2015. De no ser posible la reubicación del profesor en ninguna institución educativa de la referida UGEL, este será ubicado en otra institución educativa similar de la UGEL más cercana en la misma región;

Que, mediante Resolución Ministerial N° 214-2014-MINEDU, se convoca al procedimiento excepcional de evaluación para los profesores que se desempeñan como director o subdirector en instituciones educativas públicas, en virtud a lo dispuesto en la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial;

Que, con Resolución Ministerial N° 423-2014-MINEDU
de fecha 08 de setiembre de 2014, se aprueba la relación definitiva de profesores que superaron el procedimiento excepcional de evaluación previsto en la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial;

Que, asimismo, a través de la mencionada resolución, se declaró vacantes las plazas ocupadas por los profesores que no aprobaron el procedimiento excepcional de evaluación, las de aquellos que fueron retirados del referido procedimiento y las plazas de los profesores que no se presentaron a la citada evaluación excepcional, las cuales como Anexo 2 forman parte integrante de dicha resolución; y, asimismo, se suspendió el procedimiento de evaluación excepcional respecto de los profesores y plazas indicados en el Anexo 3 de la Resolución Ministerial en mención, mientras cuenten con medida cautelar vigente; los mencionados Anexos fueron modificados con las Resoluciones Ministeriales N° 430-2014-MINEDU y N° 471-2014-MINEDU;

Que, a través del Oficio N° 1039-2014-MINEDU/VMGP-DIGEDD, el Director General de la Dirección General de Desarrollo Docente remitió al Viceministerio de Gestión Pedagógica el Informe N° 153-2014-MINEDU/VMGP-DIGEDD-DITD, elaborado por la Dirección de Trayectoria y Bienestar Docente, el cual sustenta la necesidad de establecer el procedimiento y criterios técnicos para la ubicación de los profesores que no accedieron a plazas de director o subdirector a través de la evaluación excepcional prevista en la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial;

De conformidad con el Decreto Ley N° 25762, Ley Orgánica del Ministerio de Educación, modificado por la Ley N° 26510; la Ley N° 29944, Ley de Reforma Magisterial; su Reglamento aprobado por Decreto Supremo N° 004-2013-ED, y sus modificatorias; el Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Educación aprobado por Decreto Supremo N° 006-2012-ED; la Resolución Ministerial N° 204-2014-MINEDU, que aprueba las "Normas para la Evaluación Excepcional prevista en Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial"; la Resolución Ministerial N° 0520-2013-ED, que aprueba la Directiva N° 023-2013-MINEDU/SG-OAJ denominada "Elaboración, aprobación y tramitación de dispositivos normativos y actos resolutivos en el Ministerio de Educación"; y las facultades delegadas mediante Resolución Ministerial N° 014-2014-MINEDU y sus modificatorias;

SE RESUELVE:

Artículo 1°.- Aprobar la Norma Técnica denominada "Normas para la ubicación de los profesores que no accedieron a plazas de director o subdirector a través de la Evaluación Excepcional prevista en la Décima Primera Disposición Complementaria Transitoria del Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial", la misma que como Anexo forma parte integrante de la presente resolución.

Artículo 2°.- Encargar el cumplimiento de la presente Norma Técnica a la Dirección General de Desarrollo Docente, dependiente del Viceministerio de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación.

Artículo 3°.- Publicar la presente resolución en el Diario Oficial "El Peruano", encargándose a la Oficina de Apoyo a la Administración de la Educación su publicación y la de su Anexo en el Sistema de Información Jurídica de Educación – SIJE, ubicado en el Portal Institucional del Ministerio de Educación (http://www.minedu.gob.pe/), en la misma fecha.

Regístrese, comuníquese y publíquese.

DESILU LEON CHEMPEN
Secretaria General





Presidenta de la Fech: ¡A salvar la reforma del consenso neoliberal !



Punto Final


Valentina Saavedra Paredes (24), estudiante de arquitectura de la Universidad de Chile, militante de Izquierda Autónoma, electa presidenta de la Fech, considera que ha recibido un mandato para defender el carácter genuino de la reforma educacional, impidiendo que sea desvirtuada por los defensores del modelo de mercado de dentro y fuera del gobierno.Dice que el movimiento estudiantil ha madurado desde 2011. Esto permitió converger a tres corrientes políticas universitarias -Izquierda Autónoma (IA), Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) y Unión Nacional Estudiantil (UNE)- en la lista “Somos Fuerza” que ganó las elecciones en la Fech. Se plantean impulsar su proyecto en un escenario complejo en que deben enfrentar a un gobierno que tiene mayor legitimidad social que el de Piñera.
Respecto al triunfo del gremialismo en la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), Valentina Saavedra señala que ahora las ideas de derecha se expresarán en el debate de la Confech. Una prioridad de la Fech será fortalecer la unidad del movimiento estudiantil para enfrentar con un punto de vista común la reforma educacional.
¿Qué significado tiene su victoria en la Fech?
“Nuestro triunfo es resultado de una maduración en el plano político. Somos la convergencia de tres fuerzas que han sido capaces de dejar de lado las diferencias en favor de un proyecto común. El escenario es más complejo porque el gobierno de Bachelet posee mayor legitimidad que el de Piñera, puesto que se apropió de las banderas del movimiento estudiantil.
Expresaremos la voluntad de nuestras bases de enfrentar el próximo año con total autonomía del gobierno. La reforma educacional no sirve si no modifica el modelo neoliberal de enseñanza. La reforma debe cambiar los pilares de la educación para que se transforme en un derecho social. Seguiremos buscando que adquiera la profundidad que necesita para lograr sus objetivos. Los proyectos de ley del gobierno solo recogen los títulos de nuestras demandas.
Para terminar con el lucro debemos eliminar las vías por las que se expresa. Cuando la Cámara de Diputados rechazó la posibilidad de establecer sociedades comerciales o inmobiliarias vinculadas a instituciones privadas de educación, lo primero que hizo el gobierno fue decir que repondría esos artículos en el Senado, aunque sabemos que el arrendamiento de inmuebles ha sido la vía mediante la cual las universidades privadas han lucrado.
Me parece ilógico que se quiera regular el sistema particular subvencionado, en circunstancias que el Estado no está ofreciendo opciones viables para que las familias que migren de la educación privada puedan insertarse en el sistema público. Lo prioritario debió ser el fortalecimiento de la educación pública y una ampliación de matrícula para recibir más estudiantes en escuelas y liceos.
Como fruto de estos errores, padres y apoderados terminan defendiendo a los sostenedores que lucran con la educación de sus hijos. Malas decisiones desvirtúan la política educacional del gobierno, que aparece más preocupado de regular el negocio privado que en fortalecer el sistema público. Obviamente la derecha, de manera oportunista, se aprovecha del miedo de las familias para defender sus negocios.
Las familias temen la transformación del sistema de educación porque se han cometido grandes errores en la difusión de la reforma. Nosotros queremos que sea viable y solo se logrará de acuerdo con el movimiento social, el único capaz de romper el consenso neoliberal que prima hasta ahora”.

PRIORIDAD: EDUCACION PUBLICA
¿Es posible mejorar la educación pública con los recursos aportados por la reforma tributaria?
“La reforma tributaria no ha sido adecuada para responder a las necesidades de la educación. Inicialmente se hablaba de una transformación ‘inédita’ en Chile, que está resultando en cambios menores dentro de un modelo en que la educación sigue entendida como un producto de mercado.
Hay fondos para fortalecer la educación pública, pero no se usan con ese propósito. En el presupuesto del Ministerio de Educación, los aumentos están asignados a becas o bonos a personas individualmente. Creemos que esos recursos deben destinarse a fortalecer las instituciones. De esa manera los planteles públicos universitarios podrán rebajar aranceles en forma paulatina, y las escuelas y liceos mejorarán la calidad de la enseñanza que imparten, abriendo a los estudiantes y sus familias nuevas posibilidades de integración y movilidad social”.
Se asume que la reforma será gradual, ¿dónde hay que poner la prioridad?
“La prioridad es la educación pública y la vía es el diálogo con los actores sociales. Queremos que el gobierno se abra a un debate democrático con los distintos sectores, rectores, profesores, alumnos, trabajadores de la educación, padres y apoderados, para definir los principios básicos de la educación pública, avanzando en conjunto en los temas técnicos o legislativos.
Hay escasa voluntad de conversar con quienes instalamos las demandas que permitieron a este gobierno ganar la elección presidencial. Nos cierran espacios y circunscriben las decisiones a la Alianza y la Nueva Mayoría. Su discurso es: nosotros nos hacemos cargo, pero ese ‘nos hacemos cargo’ está cruzado con intereses económicos que tienen secuestradas a esas coaliciones políticas”.
“Somos Fuerza” tendrá que convivir en la Fech con “Avancemos” (PC-PS), que responde a la Nueva Mayoría. ¿Cómo esperan dar conducción al movimiento estudiantil?
“Ellos hacen una apuesta política que no compartimos, porque excluye a los actores sociales que no pertenecemos a las dos coaliciones. Con su presencia en la Nueva Mayoría, el PC legitima este sistema de partidos secuestrados por los empresarios. Con los comunistas nos seguiremos encontrando no solo porque están dentro del movimiento estudiantil, sino también porque están presentes en otros actores de la educación, como el Colegio de Profesores, y hoy dirigen la CUT. Lo importante es que a pesar de nuestras diferencias podamos llegar a acuerdos que favorezcan a las bases sociales que ellos también representan. En la Confech estamos habituados a consultar a nuestros compañeros antes de tomar decisiones y esperamos que el PC también esté en esa línea”.

UN GOBIERNO AMBIGUO
¿Cómo valoran la unidad del movimiento estudiantil?
“Trabajaremos para que se produzcan acuerdos que fortalezcan al movimiento más allá de nuestros particulares intereses. Eso significa escuchar a los distintos actores, plantear nuestras diferencias y luego mostrarnos ante la sociedad con una mirada unitaria.
La unidad produce masividad y otorga seriedad a nuestras propuestas. Cómo resolvamos nuestras diferencias dirá mucho acerca de cómo valoramos la democracia. Tenemos la obligación de encontrar soluciones pensando en toda la sociedad y no solo en satisfacer a los convencidos. Sabemos que hay que cambiar este modelo neoliberal que hace agua por todos lados. Pero tenemos que llegar también a aquellos que equivocadamente creen en este sistema. Es importante construir una vocación de mayoría, transmitiendo nuestras ideas a toda la sociedad.
El gobierno tiene que escuchar a la sociedad. Su gran error ha sido tratar de dejar más contenta a la derecha y a los empresarios que al pueblo. Obtuvieron mayoría prometiendo educación pública y de calidad; pero buscan aliados entre quienes defienden el lucro y ven la educación como un negocio. De este modo dan la espalda a sus electores.
El gobierno de Bachelet se caracteriza por la ambigüedad, expresada en un programa con poco contenido, que se juega en los encuentros con el empresariado, con la Iglesia o en el gallito entre la DC y los progresistas de la Nueva Mayoría. Prometieron reforma tributaria para financiar la educación y terminaron favoreciendo la elusión de los mismos empresarios que se han enriquecido porque no pagan impuestos”.
¿Cuál es la responsabilidad de aquellos que representan ideas alternativas?
“Tenemos el deber de construir una alternativa. La Izquierda histórica ha cedido al consenso neoliberal, incorporándose a la Nueva Mayoría. Por eso es importante que la Izquierda que todavía tiene horizontes utópicos se plantee el ideal de cambiar esta sociedad injusta. Quienes estamos a la cabeza de la Fech apostamos también a incursionar en la política, expandiendo nuestra influencia hacia otros sectores de la sociedad.
Todavía somos víctimas de la desarticulación que se produjo a partir de la dictadura. Recomponer el campo popular es un desafío que tenemos que resolver a partir de nuestras propias luchas sociales”.

PC LEGITIMA POLITICAS NEOLIBERALES
¿La Nueva Mayoría se puede ver como un todo compacto o como un espacio con grandes diferencias?
“El PC intenta tensionar a la vieja Concertación, pero este propósito es errado. La correlación de fuerzas no permite establecer una tensión real. La DC está ganando por goleada y la conducción del gobierno demuestra que el Partido Comunista no tiene mucha incidencia. Ha terminado cediendo en varios planos y con ello legitima las políticas neoliberales.
La lucha por la educación abre espacio a otras luchas sociales y políticas, como la que se refiere a una nueva Constitución, donde la Izquierda pueda expresar sus visiones a través de una Asamblea Constituyente. Si el proyecto queda radicado en el Congreso, la ‘nueva’ Constitución terminará siendo muy parecida a la actual.
El sistema político quedó petrificado en los años 90 y limitado a los partidos que hicieron la transición. Ellos blindan este sistema para impedir la emergencia de fuerzas renovadoras. No basta con agregar más diputados o senadores, también hay que abrir la política a otras formas de funcionamiento”.
¿Qué opina de la tragedia de 43 estudiantes normalistas en México?
“Nos impacta la desaparición de estos compañeros. Se sabe que fueron víctimas de la colusión de políticos, policías y narcotraficantes. Una piensa que estas situaciones no son posibles en Chile. Sin embargo, el pueblo mapuche también enfrenta la ocupación de su territorio por fuerzas represivas que actúan con impunidad. Los estudiantes chilenos estamos en un proceso de reconstrucción y tenemos pocos vínculos con otros movimientos estudiantiles de Latinoamérica. Acercarnos a ellos es un desafío pendiente”




Publicado en “Punto Final”, edición Nº 817, 14 de noviembre, 2014
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Las falacias teóricas del Banco Mundial


CADTM


 El Banco Mundial pretende que para progresar, los PED [1] deben recurrir al endeudamiento externo y atraer las inversiones extranjeras. Este endeudamiento sirve principalmente para comprar bienes de equipamiento y de consumo a los países más industrializados. Los hechos han demostrado día tras día, durante décadas, que esto no funciona. Los modelos que han influenciado la visión del Banco Mundial conducen naturalmente a los PED a una fuerte dependencia de los aportes externos de capitales, en general en forma de préstamos, con la ilusión de alcanzar un nivel de desarrollo autosostenido. Los proveedores de fondos públicos —gobiernos de los países industrializados y el Banco, en particular— consideran los préstamos como un poderoso medio de influencia sobre los países que se endeudan. Las acciones del Banco no se resumen en una sucesión de errores o de malas jugadas. Al contrario, son parte de una visión coherente, teorizada, sistematizada, que se enseña doctamente en la mayoría de las universidades. Centenares de libros de economía del desarrollo la destilan. El Banco ha producido toda una ideología del desarrollo. Cuando los hechos la desmienten, el Banco no la vuelve a considerar. Al contrario, intenta deformar la realidad para continuar protegiendo el dogma.

En el curso de los primeros diez años de su existencia, el Banco generó muy pocas reflexiones sobre el tipo de política económica que debía mantener con los países en desarrollo. Se explica por varias razones: porque 1) esto no formaba parte aún de sus prioridades. En 1957, la mayoría de los préstamos del Banco (52,7 %) se concedían a países industrializados;[2] 2) la matriz teórica de los economistas y dirigentes del Banco era de inspiración neoclásica, teoría que no atribuye un lugar específico a los PED; [3] 3) hasta 1960, cuando se creó la Asociación Internacional de Desarrollo (AID), no se había dotado de un instrumento específico para prestar dinero a bajo interés a los países en desarrollo.
El Banco trabajó poco la teoría, pero ello no le impidió criticar a los otros. Así, en 1949 criticó un informe de la comisión de las Naciones Unidas para el empleo y la economía que defendía la inversión pública en la industria pesada de los PED. El Banco objetó que los poderes públicos de los PED ya tienen bastante que hacer con la realización de buenas infraestructuras y que deben dejar la responsabilidad de la industria pesada a la iniciativa privada local y extranjera.
Según Mason y Asher, historiadores del Banco Mundial, su orientación partía del postulado de que los sectores público y privado deben desempeñar papeles diferentes. El sector público debe asegurar el desarrollo planificado de una infraestructura adecuada: ferrocarril, carreteras, centrales eléctricas, instalaciones portuarias y medios de comunicación en general. Al sector privado le corresponde la agricultura, la industria, el comercio y los servicios personales y financieros, puesto que se da por sentado que en todos estos ámbitos la iniciativa privada obtiene mejores resultados que el sector público. [4] En realidad, hay que ceder al sector privado todo lo que puede producir un beneficio. En cambio, las infraestructuras son actividades del sector público porque la cuestión es socializar los costes, en beneficio del sector privado. En resumen, El Banco Mundial recomienda la privatización de los beneficios, combinada con la socialización de los costes de lo que no es directamente rentable.


Una visión del mundo conservadora y etnocéntrica
La visión del Banco está marcada por diversos prejuicios conservadores. En los informes y discursos de sus primeros quince años de existencia, se refería regularmente a regiones atrasadas y subdesarrolladas, lo que ya es todo un programa. Sobre las causas del subdesarrollo, el Banco adoptó un enfoque etnocéntrico. Se puede leer en el octavo informe anual de Banco: «Las razones de que ciertas regiones del mundo no estén desarrolladas son numerosas y complejas. Muchas culturas, por ejemplo, conceden poco lugar al progreso material y, de hecho, algunas lo consideran incompatible con unos objetivos más deseables para la sociedad y para el individuo [5] La falta de deseo o de voluntad de progreso material y de modernización de la sociedad es presentada como una de las causas del atraso. El profundo respeto de los hindúes por las vacas resulta así un resumen que permite comprender el retraso de la India. A propósito de África, Eugene Black, presidente del Banco, declaró en 1961: «Aún a día de hoy la mayoría de los doscientos y pico millones de habitantes de África apenas comienzan a formar parte de la sociedad mundial [6] El carácter reaccionario de la visión del Banco Mundial no ha desaparecido del todo con el correr de los años. En el Informe sobre el Desarrollo en el Mundo de 1987 manifiesta: «En Principios de economía política (1848), John Stuart Mill evoca las ventajas que resultan del “comercio exterior. Aunque haya pasado más de un siglo, sus observaciones siguen siendo tan válidas hoy como en 1848. Hablando de las ventajas indirectas del comercio, Mill dice: “... un pueblo puede estar en un estado letárgico, indolente, inculto, con todas sus aspiraciones satisfechas, adormecido, y no puede poner en acción todas sus fuerzas productivas por la falta de un objeto que desee. La aventura del comercio exterior, al hacerle conocer nuevos objetos u ofrecerle la tentación de adquirir objetos que hasta entonces no pensaba poder procurarse [...] alienta a quienes se contentaban con un poco de comodidad y un poco de trabajo a trabajar duro para satisfacer sus nuevos gustos, incluso a ahorrar y acumular capital.”» [7] El retorno al poder de los neoconservadores, con Bush en el gobierno desde 2001, ha fortalecido su carácter profundamente materialista y reaccionario. La nominación de Paul Wolfowitz, uno de los principales neocons, a la presidencia del Banco (2001-2008), había consolidado esta orientación.


Lo que resulta sorprendente en los documentos del Banco y en la literatura en boga en materia de desarrollo, de los años 50 a los años 70 es el espacio dedicado a la planificación del crecimiento y del desarrollo (tanto en las economías industrializadas como en los PED). Hasta finales de los años 70, la presencia de la planificación se puede atribuir a varios elementos: 1) la voluntad de planificación —el planismo— surgida en el curso de la prolongada depresión de los años 30 como respuesta al caos provocado por el laissez-faire; 2) la necesidad de organizar la reconstrucción de Europa y Japón; 3) era el período de los treinta gloriosos, caracterizado por un crecimiento económico sostenido, que había que dirigir y planificar; 4) los éxitos, comprobados o supuestos, de la planificación soviética, que ejercían una indudable atracción real hasta sobre los enemigos declarados del llamado bloque comunista. La planificación es un tema que fue totalmente ignorado a partir del comienzo de los años 80, con el retorno de la ideología y las políticas neoliberales.
Otra preocupación, muy presente al principio, pero que fue olvidada a partir de los años 80, era la decisión tomada por una serie de países latinoamericanos de recurrir a la sustitución de importaciones y la posibilidad (vista como una amenaza por la mayoría de los dirigentes de los países más industrializados) de que otros países, de reciente independencia, siguieran la misma vía.

Pasemos revista a varias aportaciones de economistas que tuvieron una influencia directa sobre el Banco y en el seno de éste.

El modelo HOS (Heckscher-Olin-Samuelson)
La teoría de las ventajas comparativas de Ricardo fue reforzada en los años 30 por el análisis de los economistas suecos Heckscher y Olin, al cual se incorporó más tarde Samuelson (cuya síntesis se conoce como modelo HOS). Este modelo habla de «dotación en factores de producción» (trabajo, tierra y capital) y sostiene que todos los países tienen interés en especializarse en la producción y la exportación de bienes que utilicen con mayor intensidad el factor de producción más abundante en ellos —que también es el más barato—. Gracias al librecambio, se operará la equiparación de la remuneración de los factores en todo los países que lo practiquen (el factor abundante —exportado— se hace escaso y por lo tanto se encarece; el factor escaso —importado— abunda y en consecuencia se abarata). La especialización establecerá una distribución óptima de los factores en un mercado mundial homogeneizado. Según esta óptica, la búsqueda de la máxima integración del mercado mundial sería una apuesta ganadora y un juego de suma positiva para todos los participantes. Diversas investigaciones efectuadas más tarde, especialmente por Paul Krugman, [8]   para verificar la pertinencia del modelo HOS han demostrado que éste no se ajusta a la realidad.

Las cinco etapas del crecimiento económico según Walt W. Rostow
En 1960, Rostow [9] enumeró cinco etapas del desarrollo en su libro Las etapas del crecimiento económico, un manifiesto no comunista. [10] Para él, todas las sociedades se pueden clasificar en alguna de las cinco categorías, y deben seguir este itinerario.
La primera etapa es la sociedad tradicional, caracterizada por el predominio de la actividad agrícola. El progreso técnico es nulo, casi no hay crecimiento del producto y no se prevé un cambio de mentalidad.
Luego, la etapa previa al despegue, que ve nacer el desarrollo de los intercambios y de las técnicas, una evolución de las mentalidades que rompe con el fatalismo y un aumento del ahorro. Ha sido, de hecho, la evolución de las sociedades europeas entre el siglo xv y principios del siglo xviii .
La tercera es la del despegue (take-off), una etapa crucial que corresponde a un salto cualitativo, con un aumento significativo del ahorro y de la inversión, así como al paso a un crecimiento acumulativo. [11]
La cuarta etapa es calificada de «marcha hacia la madurez»: el progreso técnico se impone en todas las actividades y la producción se diversifica.
En fin, la era del consumo de masas, que coincide con la quinta y ultima etapa. [12]
Según Rostow, en el nivel del despegue, la aportación de capitales exteriores (bajo forma de inversiones extranjeras o de crédito) es indispensable.
Este modelo se caracteriza por un esquematismo caricaturesco. Presenta el estado de desarrollo alcanzado por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial a la vez como objetivo a alcanzar y como modelo a reproducir. Asimismo, considera que el modelo de despegue de Inglaterra, donde se sucedieron la revolución agrícola y la revolución industrial, debe reproducirse en otras partes. Esto significa no tener en cuenta la historia concreta vivida por los demás países. No hay nada que demuestre que cada país tenga que pasar por las cinco etapas descritas.

Insuficiencia del ahorro y necesidad de recurrir a la financiación externa
Según el enfoque neoclásico, el ahorro es un requisito previo a la inversión y es insuficiente en los PED. De donde la insuficiencia del ahorro es un factor fundamental que explica el bloqueo del desarrollo. Paul Samuelson se basa, en Economics, [13] 14 en la historia del endeudamiento de Estados Unidos en los siglos xix y xx para determinar cuatro etapas diferentes, que conducen a la prosperidad: nación endeudada, joven y emprendedora (de la guerra revolucionaria de 1776 a la guerra civil de 1865); nación endeudada madura (de 1873 a 1914); nueva nación acreedora (de la primera guerra mundial a la segunda); nación acreedora madura (años 60). Samuelson y sus émulos aplicaron al centenar de países que constituyen el Tercer Mundo, desde la última postguerra, el modelo de desarrollo de Estados Unidos desde finales del siglo xviii hasta la Segunda Guerra Mundial, como si todos estos países tuvieran que imitar, lisa y llanamente, la experiencia estadounidense. [14]
En lo que respecta a la necesidad de recurrir al aporte de capitales extranjeros (en forma de préstamos o de inversiones), uno de los socios de Samuelson, Paul Rosenstein-Rodan, emplea la siguiente fórmula: «Los capitales extranjeros reforzarán la formación del capital nacional, es decir, serán íntegramente invertidos; la inversión generará un aumento de la producción. La principal función del ingreso de capitales extranjeros es ayudar a que la tasa de formación del capital nacional alcance un valor que pueda mantenerse sin ayuda exterior suplementaria [15] Esta afirmación es refutada por la realidad: no es verdad que los capitales extranjeros refuerzan la formación de capital nacional y son invertidos en su totalidad. Una gran parte de estos capitales se van rápidamente del país al que se dirigieron temporalmente (fuga de capitales, repatriación de los beneficios).

Otro error monumental: Rosenstein-Rodan, director adjunto (assistant director) del departamento económico del Banco Mundial entre 1946 y 1952, hizo predicciones sobre la fecha en la que una serie de países alcanzarían un crecimiento autosostenido. Vaticinó que Colombia llegaría a ese estadio en 1965, Yugoslavia en 1966, Argentina y México entre 1965 y 1975, India a principio de los años 70, Pakistán 3 o 4 años más tarde, Filipinas después de 1975. ¡Majaderías!
Destaquemos que esta definición de crecimiento autosostenido es utilizada con frecuencia por el Banco Mundial. En 1964, Dragoslav Avramovic, por entonces director del departamento económico del Banco, emitió la siguiente definición: «Se define el crecimiento autosostenido como el que implica una tasa de crecimiento de los ingresos del orden del 5 % anual, financiado por fondos gestionados dentro de las fronteras, así como por capitales extranjeros...» [16]
La planificación del desarrollo vista por el Banco Mundial y el establishment universitario estadounidense conduce a una impostura pseudocientífica, basada en ecuaciones matemáticas que tratan de dar legitimidad y credibilidad a la voluntad de hacer que los PED dependan del recurso a la financiación exterior. Veamos un ejemplo, formulado muy doctamente por Max Millikan y Walt Rostow en 1957: «Si la tasa inicial de inversión local de un país representa el 5 % del producto nacional, si los capitales extranjeros ingresan a una tasa constante equivalente a un tercio del nivel inicial de la inversión local, si el 25 % de todo ingreso suplementario es ahorrado y reinvertido, si la ratio capital/producto es 3 y si la tasa de interés de la deuda externa y los dividendos repatriados son equivalentes al 6 % anual, el país estará en condiciones de prescindir del préstamo neto externo después de catorce años, y podrá mantener una tasa de crecimiento del 3 % sobre la base de sus propios ingresos.» [17] ¡Otra necedad!

El modelo de doble déficit de Chenery y Strout
A mediados de los años 60, el economista Hollis Chenery, que unos años más tarde sería economista jefe y vicepresidente del Banco, [18] elaboró con su colega Alan Strout un nuevo modelo llamado «modelo de doble déficit», [19] partiendo de dos condiciones previas: primero, un ahorro interno insuficiente, y después una insuficiencia de divisas. Charles Oman y Ganeshan Wignarja resumen este modelo con los siguientes términos: «Por definición, las hipótesis del modelo de doble déficit son: que mientras en las etapas iniciales del crecimiento industrial un ahorro insuficiente puede constituir la principal limitación de la tasa de formación del capital nacional, una vez que la industrialización está bien encaminada, la limitación principal puede no ser ya el ahorro interno en sí mismo, sino la disponibilidad de divisas requeridas para importar bienes de equipamiento, bienes intermedios y quizás incluso materias primas empleadas como insumos industriales. El déficit de divisas puede así superar el déficit de ahorro como principal limitación del desarrollo [20] Para resolver este doble déficit, proponen una respuesta simple: pedir un préstamo de divisas o aumentar las exportaciones.

El modelo Chenery-Strout es muy matemático. Era lo que se estilaba. Tiene la ventaja, para sus partidarios, de otorgar credibilidad y apariencia de rigor científico a una política que sobre todo pretende incitar a los PED a recurrir masivamente al empréstito exterior y a las inversiones extranjeras, por un parte, y por otra a hacer depender su desarrollo de las exportaciones. El modelo fue objeto de muchas críticas en su momento. Citaremos la opinión de Keith Griffin y Jean Luc Enos, quienes afirman que el recurso a los aportes externos limitará el ahorro local: «Mientras el coste de la ayuda (por ejemplo, los intereses del préstamo externo) sea inferior al crecimiento marginal del capital y de la producción, a un país le convendrá endeudarse todo lo posible y a sustituir el ahorro local por el préstamo externo. En otras palabras, dado un objetivo a alcanzar en términos de tasas de crecimiento, la ayuda exterior permitirá un aumento del consumo y limitará el ahorro local a la diferencia entre la inversión deseada y el monto de la ayuda exterior disponible. En consecuencia, el fundamento de los modelos del tipo Chenery-Strout es endeble en la medida en que, en teoría, se debería encontrar una relación inversa entre la ayuda exterior y el ahorro interno[21]

La voluntad de incitar a los PED a recurrir a la ayuda exterior como medio de tener influencia sobre ellos
La política de ayuda bilateral y la del Banco están relacionadas con los objetivos políticos que persigue Estados Unidos en materia de asuntos exteriores.
Para Hollis Chenery: «El objetivo principal de la ayuda exterior, así como de otros instrumentos de política exterior, es producir a escala mundial el tipo de ambiente político y económico en el que Estados Unidos pueda perseguir en las mejores condiciones sus propios fines sociales.» [22]

En un libro titulado Las naciones emergentes: su crecimiento y Estados Unidos, Max Millikan [23] y Donald Blackmer, ambos colegas de Walt Rostow, describen con claridad, en 1961, ciertos objetivos de la política exterior estadounidense: «Es del interés de Estados Unidos ver emerger del proceso de transición unas naciones dotadas de ciertas características. En primer lugar, deben ser capaces de mantener su independencia, especialmente frente a poderes hostiles o potencialmente hostiles con respecto a Estados Unidos. [...] En cuarto lugar, deben aceptar el principio de sociedad abierta, en la cual sus miembros estén invitados a intercambiar ideas, mercaderías, valores y experiencias con el resto del mundo; esto implica que sus gobiernos deben estar dispuestos a comprometerse en disposiciones de control social, policial y económico necesarias para el funcionamiento de una comunidad internacional interdependiente», [24] bajo el liderazgo de Estados Unidos, naturalmente.
Más adelante, en el libro, señalan explícitamente cómo la ayuda se utiliza como instrumento para orientar la política de los países ayudados: «Para que la ayuda en capitales alcance una potencia óptima de incentivo con el fin de persuadir a los países subdesarrollados de que sigan una vía compatible con los intereses de Estados Unidos y del mundo libre, las sumas ofrecidas tienen que ser suficientemente importantes y las condiciones suficientemente flexibles para persuadir a los países receptores de que el juego vale la pena. Esto significa que debemos invertir unos recursos sustancialmente más importantes que hasta ahora en nuestros programas de desarrollo económico.» [25] (El subrayado es del autor.)

Veremos más adelante que el volumen de los préstamos a los PED aumentó a un ritmo creciente en el curso de los años 60 y 70, como consecuencia de una política deliberada de Estados Unidos, de otros gobiernos de países más industrializados y de las instituciones de Bretton Woods destinada a influenciar las políticas del Sur.

Privilegiar las exportaciones
Chenery y Strout afirman en una de sus principales contribuciones que el recurso a la sustitución de importaciones constituye un medio admisible para reducir el déficit de divisas. [26]Después cambiaron de opinión, en un momento en el que la aplicación de políticas de sustitución de importaciones por algunos PED se convertía en uno de los principales temas de las críticas formuladas por el Banco, el FMI, la OCDE y los gobiernos de los más importantes países industrializados.

Es así como otros trabajos de economistas directamente asociados al Banco se dedicaron a valorar las tasas efectivas de protección de las economías y los sesgos resultantes en términos de utilización de recursos productivos y de rentabilidad de las inversiones. Preconizaban una orientación de las estrategias hacia las exportaciones, el abandono de las tarifas proteccionistas y, en general, una política más basada en los mecanismos de mercado para la fijación de precios. Bela Balassa, Jagdish Bhagwati y Anne Krueger [27] 28 sistematizaron este enfoque y sus análisis marcaron la evolución de las instituciones internacionales, constituyendo el zócalo teórico de las medidas de apertura comercial propugnadas en las décadas de los años 80 y 90. Anne Krueger [28] escribió: «Un régimen de promoción de exportaciones puede liberar la economía del país del yugo del subempleo keynesiano, pues, al contrario del régimen de sustitución de importaciones, puede disponer de una demanda efectiva virtualmente infinita para sus productos en los mercados internacionales, y por lo tanto siempre puede tender al pleno empleo, a menos que haya una recesión mundial. Una economía pequeña orientada a la exportación será capaz de vender cualquier cantidad de bienes que produzca; en otras palabras, la capacidad de oferta del país será la única limitación.» [29] Siempre el mismo cuento.

Trickle-Down effect o el efecto derrame 
El efecto escurrimiento o derrame es una metáfora trivial que ha guiado la actividad del Banco Mundial desde el principio. La idea es muy simple: los resultados positivos del crecimiento se derraman, beneficiando en primer término a los más ricos, pero al final llegan también a los más pobres. Así, éstos tienen interés en que el crecimiento sea lo más fuerte posible, pues de ello dependen las gotas de riqueza que les lleguen. En efecto, si el crecimiento es débil, los ricos retienen una parte mayor que cuando el crecimiento es fuerte.
¿Cuales son las consecuencias para la conducta del Banco? Hay que favorecer a cualquier precio el crecimiento para que la escorrentía llegue a los más pobres. Toda política que frene el crecimiento en nombre de la redistribución de la riqueza (aunque sea parcial) o en nombre de la defensa del ambiente reduce el efecto derrame y causa un perjuicio a los pobres. La actitud de los dirigentes del Banco se guía en la práctica por esta metáfora, cualquiera que sea el discurso, más sofisticado, de algunos expertos. Los historiadores del Banco dedican una veintena de páginas a las discusiones sobre el trickle down [30] y reconocen que «esta creencia ha justificado unos esfuerzos duraderos para persuadir a los deudores de las ventajas de la disciplina, del sacrificio, de la confianza en el mercado y por ende de la necesidad de no caer en las tentaciones políticas». [31] Afirman que esta creencia ha caído en desgracia progresivamente, a partir de los años 70, por los violentos ataques de una impresionante cantidad de investigaciones sobre el tema, tanto en Estados Unidos como en los PED. [32] Pero revelan que en la práctica no se ha cambiado gran cosa, [33] sobre todo desde que en 1982 el trickle down recuperó su posición en el Banco. Evidentemente, el trickle down es inseparable de la cuestión de la desigualdad, que ahora abordamos.

La cuestión de la desigualdad en la distribución de la riqueza
A partir de 1973, el problema de la desigualdad en la distribución de los ingresos en los PED, como factor que influye sobre las posibilidades de desarrollo, comenzó a ser estudiado por el Banco. [34] El equipo económico dirigido por Hollis Chenery se dedicó a ello con un cierto brío. El libro más importante que el Banco dedicó al tema fue coordinado por el propio Chenery y se tituló Redistribución y crecimiento. [35] Se publicó en 1974. Chenery era consciente de que el tipo de crecimiento inducido por la política de préstamos del Banco generaba un aumento de la desigualdad. La preocupación del Banco fue expresada en muchas ocasiones de forma muy clara por Robert McNamara: si no se reduce la desigualdad, se asistirá a repetidas explosiones sociales y éstas perjudicarán los intereses del mundo libre, cuyo liderazgo ha asumido Estados Unidos.

Chenery no compartía el punto de vista expresado por Simon Kuznets [36] en los años 50, según el cual después de una fase necesaria de aumento de la desigualdad durante el despegue económico, ésta es posteriormente resorbida. La necesidad de ver crecer la desigualdad estaba muy arraigada en el Banco, como lo prueban las palabras de su presidente, Eugene Black, en abril de 1961: «La desigualdad de la renta depende necesariamente del crecimiento económico [que] da la posibilidad a la gente de escapar de una existencia en la pobreza [37] Sin embargo, los estudios empíricos realizados por el Banco en la época de Chenery desmienten las afirmaciones de Kuznets [38] .

De todos modos, después de la salida de Chenery en 1982 y su reemplazo por Anne Krueger, el Banco abandonó por completo la preocupación por el aumento o el mantenimiento de la desigualdad, a tal punto que se decidió no publicar más datos sobre el tema en el Informe anual sobre el desarrollo en el mundo. Anne Krueger, como veremos luego, no vaciló en retomar la curva de Kuznets por su cuenta, haciendo del aumento de la desigualdad una condición del comienzo del crecimiento ya que el ahorro de los ricos es capaz de alimentar las inversiones. Hubo que esperar la llegada de François Bourguignon como economista jefe, en el año 2003, para asistir a una reactivación del interés del Banco en esta cuestión. [39] En el 2006, en el informe del Banco Mundial sobre el desarrollo en el mundo titulado Equidad y desarrollo se vuelve a hablar de la desigualdad como freno del desarrollo. [40] Su enfoque es considerado, en el mejor de los casos, como de buen marketing por James Wolfensohn (presidente del Banco entre 1996 y 2005) y por su sucesor, Paul Wolfowitz.



[1] El vocabulario para designar a aquellos países a los que el Banco Mundial destina sus préstamos para el desarrollo ha evolucionado en el tiempo: en un principio se empleó el término “regiones atrasadas”, después se pasó a “países subdesarrollados” para llegar al término “países en desarrollo” donde algunos de ellos son denominados “países emergentes”.
[2] «El período durante el cual el Banco tenía una opinión sólida de la naturaleza del proceso de desarrollo, aunque poco hizo para alcanzarlo, se extendió, grosso modo , hasta el fin de los años 50, y coincidió con una fase de los préstamos del Banco en la que la mayoría de éstos se dirigían aún a los países desarrollados (en 1957, el 52,7 % de su financiación iba aún a estos países).» Nicholas Stern y Francisco Ferreira, The World Bank as “intellectual actor”, 1997», in Devesh Kapur, John P. Lewis y Richard Webb, The World Bank, Its First Half Century, 1997, vol. 2, p. 533.
[3] «Los instrumentos de análisis neoclásico se aplican en general, sin ninguna especificación, a las cuestiones que plantea el subdesarrollo. El subdesarrollo o el bloqueo del desarrollo no son objeto de un análisis sistemático en la teoría neoclásica», Gérard Azoulay, Les théories du développement, Presses Universitaires de Rennes, 2002, p. 38.
[4] Nicholas Stern y Francisco Ferreira, op. cit.ibid.
[5] Edward S. Mason y Robert E. Asher, The World Bank since Bretton Woods, The Brookings Institution, Washington D.C., 1973, pp. 458-459.
[6] World Bank (BIRD), 8th Annual Report 1952-1953, Washington D.C., 1953, p. 9.
[7] Eugene Black, «Tale of Two Continents», Ferdinand Phinizy Lectures, delivered at the University of Georgia, April 12, 1961, in Devesh Kapur et al., op. cit., vol. 1, p. 145. Eugene Black presidió el Banco de 1949 a 1962.

[8] Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo en el mundo 1986, Washington D.C., 1987, p. 4.
[9] La verificación del predominio de los intercambios entre economías dotadas de factores similares (intercambio de productos similares entre las economías más industrializadas) fue realizada por los trabajos de P. Krugman y E. Helpman durante los años 80.
[10] Walt W. Rostow es un economista influyente y también consejero político de primer orden. Fue asesor de Robert McNamara durante la guerra de Vietnam. Se encuentran en la red algunas de las notas que remitiera a McNamara sobre la estrategia política y militar a seguir con respecto a Vietnam del Norte y sus aliados en 1964. Una nota titulada «Dispositivo militar y señales políticas», del 16 de noviembre de 1964, es particularmente interesante (http://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/pentagon3/doc232.htm). Es importante señalarla para enfocar la relación entre política económica y estrategia militar.
[11] Walt W. Rostow, Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista, Fondo de Cultura Económica, México, 1961.
[12] Señalemos que, según Rostow, Argentina ya había alcanzado la fase de despegue antes de 1914.
[13] Siempre según Rostow, Estados Unidos llegó definitivamente a la etapa del consumo de masas justo después de la Segunda Guerra Mundial, seguido por Europa occidental y Japón. En cuanto a la URSS, técnicamente estaba preparada para alcanzarla pero debía aplicar un ajuste previo.
[14] Paul Samuelson, Economics, McGraw Hill, Nueva York, 1980, 11ª edición, pp. 617-618.
[15] Cheryl Payer, Lent and Lost. Foreign Credit and Third World Development, Zed Books, Londres, 1991, pp. 33-34.
[16] Paul Rosenstein-Rodan, «International Aid for Underdeveloped Countries», Review of Economics and Statistics, 1961, vol.43, p. 107.
[17] Max Millikan y Walt W. Rostow, A Proposal: Keys to An effective Foreign Policy, Harper, Nueva York, 1957, p. 158.
[18] Hollis Chenery fue en 1970 asesor del presidente del Banco, Robert McNamara. En 1972 McNamara creó para él el cargo de vicepresidente vinculado al de economista jefe. Más tarde entró en la tradición. Ejerció las funciones de economista jefe y vicepresidente del Banco de 1972 a 1982. Es, hasta hoy, el economista que ha permanecido más tiempo como economista jefe; sus predecesores y sucesores se mantuvieron en el cargo entre 3 y seis años. Fuente: Nicholas Stern y Francisco Ferreira, op. cit.in Devesh Kapur et al.op. cit., vol. 2, p. 538.
[19] Hollis B. Chenery y Alan Strout, «Foreign Assistance and Economic Development», American Economic Review nº 56, 1966, pp. 680-733.
[20] Charles Oman y Ganeshan Wignarja, The Postwar Evolution of Development Thinking, OCDE, 1991, citado por Stéphanie Treillet, L’Économie du développement, Nathan, París, 2002, p. 53.
[21] Keith B. Griffin y Jean Luc Enos, «Foreign Assistance: Objectives and Consequences», Economic Development and Cultural Change, nº 18, 1970, pp. 319-320.
[22] Hollis B. Chenery, «Objectives and Criteria of Foreign Assistance», in The United States and the Developing Economies, ed. G. Ranis, W.W. Norton, Nueva York, 1964, p. 81.

[23] Max Millikan había sido miembro del Office of Strategic Services (OSS) y luego de la Central Intelligence Agency (CIA), su sucesora, y era director del CENIS (Center for Internacional Affairs) del Massachussets Institute of Technology, directamente relacionado con el Departamento de Estado.
[24] Max Millikan y Donald Blackmer, The Emerging Nations: Their Growth and United States Policy, Little, Brown and Company, Boston, ed. 1961, pp. x-xi.
[25] Ibid ., pp. 118-119.
[26] Hollis B. Chenery y Alan Strout, op. cit., pp. 682, 697-700.
[27] Bela Balassa, Development Strategies in Some Developing Countries: A Comparative Study, John Hopkins University Press for the World Bank, Baltimore, 1971; Jagdish Bhagwati,Anatomy and Consequences of Exchange Control Regime, Ballinger for the National Bureau of Economic Research, Cambridge, 1978; Anne Krueger, Foreign Trade Regimes and Economic Development: Liberalization Attempts and Consequences, National Bureau of Economic Research, Nueva York, 1978.
[28] A nne Krueger fue economista jefe y vicepresidenta del Banco desde 1982 (cuando Chenery fue destituido por Ronald Reagan, quien acogió en el Banco a los partidarios de su orientación neoliberal) hasta 1987.
[29] A nne Krueger, Trade and Development: Export Promotion vs. Import Substitution, citado por Stéphanie Treillet, op. cit., p. 37.
[30] Devesh Kapur et al.op. cit., vol. 1, pp. 215-233.
[31] Ibid. , p. 218.
[32] Ver en particular James P. Grant, «Development: The End of Trickle-Down», Foreign Policy, vol. 12 (otoño de 1973), pp. 43-65.
[33] Refiriéndose al período 1974-1981, dicen: «De las inversiones destinadas directamente a los pobres, la atención del Banco comenzó a dirigirse a un fortalecimiento de los beneficios indirectos destinados a ellos por el aumento del empleo en las ciudades. En efecto, esta estrategia recurrió al enfoque del derrame.», en Devesh Kapur et al.op. cit., vol. 1, p. 264.
[34] A propósito del giro operado en 1981-1982, escribían: «La reducción de la pobreza dependerá en adelante del crecimiento y del efecto derrame.», in Devesh Kapur et al.op. cit., vol. 1, p. 336.
[35] Hollis B. Chenery et al.Redistribution with Growth, Oxford University Press for the World Bank and the Institute of Development Studies, Londres, 1974.
[36] Simon Kuztnets, «Economic Growth and Income Inequality», American Economic Review, nº 49, marzo de 1955, pp. 1-28.
[37] Citado por Devesh Kapur et al.op. cit., vol. 1, p. 171.
[38] Más recientemente, en su libro Le capital au XXIe siècle, Le Seuil, 2013, Thomas Piketty presentaba una crítica muy interesante a la curva de Kuznets. Piketty recuerdo que en un inicio, el propio Kuznets dudaba de lo bien fundada que podía estar su curva, lo que no le impidió hacer una teoría con una larga vida.
[39] François Bourguignon, «The Poverty-Growth-Inequality Triangle», trabajo presentado en el Indian Council for Research on International Economic Relations, Nueva Delhi, 4 de febrero de 2004.
[40] Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo en el mundo 2006, Equité et développement, Washington D.C., 2005.
http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2006/Resources/477383-1127230817535/WDR2006overview-fr.pdf

Fuente: http://cadtm.org/Las-ideas-del-Banco-en-materia-de



Las bases estadounidenses de la guerra en Oriente Medio

De Carter al Estado Islámico, 35 años construyendo bases y sembrando desastres

TomDispatch.com

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Desde 1980, con el lanzamiento de una nueva guerra contra el Estado Islámico (EI) en Iraq y Siria, EEUU se ha embarcado ya en acciones militares agresivas al menos en trece paísesdel Gran Oriente Medio. A partir de ese año, cada uno de los presidentes estadounidenses ha invadido, ocupado, bombardeado o emprendido la guerra en al menos un país de la región. La cifra total de invasiones, ocupaciones, operaciones de bombardeo, campañas de asesinatos con aviones no tripulados y ataques con misiles de crucero llega a varias docenas.Al igual que en las anteriores operaciones militares en el Gran Oriente Mediolas fuerzas estadounidenses que combaten al EI han contado con la ayuda que supone poder acceder y utilizar toda una colección sin precedentes de bases militares. Ocupan una región que se asienta sobre la mayor concentración del mundo de reservas de petróleo y gas natural, desde hace mucho tiempo considerada como el lugar más importante del planeta a nivel geopolítico. En efecto, desde 1980, el ejército de EEUU ha ido acuartelando gradualmente el Gran Oriente Medio de forma tal que sólo podría encontrarse rival en el acuartelamiento de Europa Occidental exhibido durante la Guerra Fría o, en términos de concentración, en las bases levantadas para emprender las pasadas guerras de Corea y Vietnam.
Sólo en el Golfo Pérsico, EEUU tiene bases importantes en todos y cada uno de los países, excepto en Irán. Hay una base cada vez más importante y más grande en Yibuti, a pocos kilómetros de la Península Arábiga, atravesando el Mar Rojo. Hay bases en Pakistán, en una punta de la región, y en los Balcanes, en la otra; así como en las islas de Diego García y Seychelles, de configuración estratégica. En Afganistán e Iraq, llegó a haber en otro tiempo hasta 800 y 505 bases, respectivamente. Hace poco, la administración Obama firmó un acuerdo con el nuevo Presidente afgano Ashraf Ghani para mantener alrededor de 10.000 soldados en al menos nueve bases importantes en su país más allá de la fecha final de las operaciones de combate de finales de año. Las fuerzas de EEUU, que nunca se fueron totalmente de Iraq después de 2011, están ahora volviendo allí a cada vez más bases y en cifras incluso aún mayores.
En resumen, casi no hay forma de enfatizar cuán plenamente el ejército estadounidense cubre ahora la región con bases y tropas. Esta infraestructura de guerra lleva en vigor mucho tiempo y se da por sentado que los estadounidenses raramente piensan en ello y los periodistas casi nunca informan sobre la cuestión. Los miembros del Congreso gastan cada año en la región miles de millones de dólares en la construcción y mantenimiento de esas bases, pero hacen pocas preguntas de adónde va a parar el dinero, por qué hay tantas bases y qué papel juegan realmente. Según una estimación, EEUU ha gastado en las últimas cuatro décadas 10 billones de dólares en proteger los suministros de petróleo del Golfo Pérsico.
Al acercarse su 35 aniversario, la estrategia de mantener esas estructuras de guarniciones, tropas, aviones y buques en Oriente Medio ha constituido uno de los grandes desastres en la historia de la política exterior estadounidense. La rápida desaparición del debate sobre nuestra más reciente y posiblemente ilegal guerra, debería recordarnos cuán fácilmente esta inmensa estructura de bases ha hecho que cualquiera en la Oficina Oval se ponga a lanzar una guerra que parece garantizar, al igual que las de sus predecesores, la puesta en marcha de nuevos ciclos de muerte y miseria.
Esas bases, por su mera existencia, han ayudado a generar radicalismo y sentimientos antiestadounidenses. Como quedó claro en el caso de Obama bin Laden y las tropas estadounidenses en Arabia Saudí, las bases han fomentado la militancia y los ataques contra EEUU y sus ciudadanos. Les han costado a los contribuyentes miles de millones de dólares, a pesar de que no sean realmente necesarias para asegurar el libre flujo global del petróleo. Han desviado los impuestos del posible desarrollo de fuentes de energías alternativas y de la satisfacción de otras necesidades internas importantes. Y han servido también para apoyar a dictadores y represivos regímenes antidemocráticos, ayudando a bloquear la extensión de la democracia en una región controlada desde hace mucho tiempo por gobernantes coloniales y autócratas.
Después de 35 años construyendo bases en la región, es hora ya de mirar cuidadosamente los efectos que el acuartelamiento del Gran Oriente Medio ha tenido en la región, en EEUU y en el mundo.
“Inmensas reservas de petróleo”
Aunque la construcción de bases en Oriente Medio empezó decididamente en 1980, hacía tiempo que Washington había intentado utilizar la fuerza militar para controlar esta franja de Eurasia tan rica en recursos y, con ella, la economía global. Desde la II Guerra Mundial, como el difunto Chalmers Johnson, experto en la estrategia de las bases de EEUU, explicaba en 2004: “EEUU ha ido inexorablemente adquiriendo enclaves militares permanentes cuyo único objetivo parece ser el dominio de una de las áreas más importantes estratégicamente del mundo”.
En 1945, después de la derrota de Alemania, los secretarios de Guerra, Estado y Marina presionaron, de forma reveladora, para que se completara una base parcialmente construida ya en Dharan, Arabia Saudí, a pesar de la determinación del ejército de que no era necesaria para la guerra contra Japón. “La construcción inmediata de este campo [aéreo]”, postulaban, “mostrará el firme interés estadounidense en Arabia Saudí y, por tanto, tenderá a fortalecer la integridad política de ese país donde inmensas reservas petrolíferas están ahora en manos estadounidenses”.
En 1949, el Pentágono había establecido una pequeña fuerza naval permanente para Oriente Medio (MIDEASTFOR) en Bahrein. A principio de los sesenta, la administración del Presidente John F. Kennedy empezó a instalar fuerzas navales en el Océano Índico, justo al lado del Golfo Pérsico. En el plazo de una década, la Marina había creado en la isla de Diego García, bajo control británico, los cimientos de lo que se convertiría después en la base más importante de EEUU en la región.
Mientras, en esos primeros años de la Guerra Fría, Washington buscaba por lo general aumentar su influencia en Oriente Medio apoyando y armando a poderes regionales como el Reino de Arabia Saudí, el Irán del Shah e Israel. Sin embargo, en los meses de la invasión de Afganistán por la Unión Soviética en 1979 y la revolución en Irán de 1979 para derrocar al Shah, ese enfoque relativo de no intervención había dejado de existir.
Acumulando bases
En enero de 1980, el Presidente Jimmy Carter anunció la catastrófica confirmación de la política estadounidense que llegaría a conocerse como Doctrina Carter. En su discurso del Estado de la Unión, advirtió de la potencial pérdida de una región “que contenía más de las dos terceras partes del petróleo exportable del mundo” y “ahora amenazado por las tropas soviéticas” en Afganistán, lo que representaba “una grave amenaza al libre movimiento del petróleo del Oriente Medio”.
Carter advirtió que “cualquier intento por parte de una fuerza exterior para hacerse con el control de la región del Golfo sería considerado un ataque contra los intereses vitales de los Estados Unidos de América”. Y añadió explícitamente: “Un ataque de esa clase será repelido por todos los medios necesarios, incluida la fuerza militar”.
Con estas palabras, Carter lanzaba una de los mayores esfuerzos de construcción de bases de la historia. Él y su sucesor, Ronald Reagan, presidieron la expansión de bases en Egipto, Omán, Arabia Saudí y otros países de la región para que albergaran una “Fuerza de Despliegue Rápido”, con la misión de realizar una guardia permanente sobre los suministros de petróleo del Oriente Medio. Especialmente la base área y naval en Diego García se amplió a un ritmo más rápido que cualquier otra base desde la guerra en Vietnam. En 1986, se habían invertido más de 500 millones de dólares. En poco tiempo, el total subió a miles de millones.
Muy pronto, esa Fuerza de Despliegue Rápido creció hasta convertirse en el Mando Central de EEUU, que ha dirigido ya tres guerras en Iraq (1991-2003, 2003-2011, 2014-); la guerra en Afganistán y Pakistán (2001-); la intervención en el Líbano (1982-1984); una serie de ataques a escala menor en Libia (1981, 1986, 1989, 2011); Afganistán (1988) y Sudán (1998); y la “guerra de los buques-cisterna petroleros” con Irán (1987-1988), que llevó al derribo accidental de un avión civil iraní, matando a 290 pasajeros. Mientras tanto, en Afganistán, durante la década de los ochenta, la CIA ayudó a financiar y a orquestar una importante guerra encubierta contra la Unión Soviética apoyando a Osama bin Laden y otros muyahaidinesextremistas. El Mando ha jugado también un papel destacado en la guerra de aviones no tripulados en Yemen (2002-) y en la guerra tanto abierta como encubierta en Somalia (1992-1994, 2001-).
Durante y después de la I Guerra del Golfo de 1991, el Pentágono amplió de forma espectacular su presencia en la región. Se desplegaron cientos de miles de soldados en Arabia Saudí en preparación de la guerra contra el autócrata iraquí y antiguo aliado Sadam Husein. Y tras esa guerra, en Arabia Saudí y Kuwait se dejaron miles de soldados y una infraestructura de bases significativamente ampliada. En otros lugares del Golfo, el ejército extendió su presencia naval a una antigua base británica en Bahrain, que alberga allí ahora a la V Flota. Las principales instalaciones aéreas se construyeron en Qatar, y las operaciones de EEUU se ampliaron a Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Omán.
La invasión de Afganistán en 2001 y de Iraq en 2003 y las consiguientes ocupaciones de ambos países llevaron a una expansión aún más espectacular de las bases en la región. En el momento más crítico de las guerras, había más de 1.000 puestos de control, puestos de avanzadas y bases importantes estadounidenses sólo en los dos países. El ejército construyó también nuevas bases en Kirguizistán y Uzbekistán (ya cerradas), exploró la posibilidad de hacer lo mismo en Tayikistán y Kazajstán, y al menos sigue utilizando varios países centroasiáticos como rutas logísticas para suministrar a las tropas en Afganistán y orquestar la actual retirada parcial.
Aunque la administración Obama no consiguió mantener 58 bases “duraderas” en Iraq tras la retirada de EEUU de 2011, ha firmado un acuerdo con Afganistán que permite que permanezcan tropas estadounidenses en el país hasta 2024 y mantiene el acceso a la Base Aérea de Bagram y al menos a ocho importantes instalaciones más.
Una infraestructura para la guerra
Incluso sin una gran infraestructura permanente de bases en Iraq, el ejército estadounidense ha contado con todas las opciones posibles en lo que se refiere a emprender su nueva guerra contra el EI. Tras la retirada de 2011, sólo en ese país sigue habiendo una importante presencia estadounidense en forma de instalaciones parecidas a una base del Departamento de Estado, así como la mayor embajada sobre el planeta en Bagdad y un gran contingente de contratistas militares privados. Desde el comienzo de la nueva guerra, han regresado allí al menos 1.600 soldados, que están operando desde un Centro de Operaciones Conjuntas en Bagdad y en una base en la capital del Kurdistán iraquí, en Irbil. La pasada semana, la Casa Blanca anunció que iba a pedirle al Congreso que autorizara 5.600 millones de dólares para enviar 1.500 asesores más y otro personal diverso destinados al menos a dos nuevas bases en Bagdad y la provincia de Anbar. Las fuerzas de operaciones especiales y otros efectivos están seguramente operando ya desde lugares aún no revelados.
También son muy importantes instalaciones como el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas en la Base al-Udeid de Qatar. Antes de 2003, el centro de operaciones aéreas del Mando Central para todo Oriente Medio estaba en Arabia Saudí. Ese año, el Pentágono lo trasladó a Qatar y, oficialmente, retiró las fuerzas de combate de Arabia Saudí. Eso fue en respuesta al bombardeo en 1996 del complejo militar de las Torres Jobar en el reino, otros ataques de al-Qaida en la región y la creciente ira, explotada por este grupo, por la presencia de tropas no musulmanas en la tierra santa musulmana. Al-Udeid alberga ahora alrededor de 9.000 soldados y contratistas que están coordinando gran parte de la nueva guerra en Iraq y Siria.
Kuwait ha sido un enclave igualmente importante para las operaciones de Washington desde que las tropas estadounidenses ocuparon el país durante la I Guerra del Golfo. Kuwait sirvió de área principal de preparación y centro logístico de las tropas terrestres en la invasión y ocupación de Iraq de 2003. Se estima que en Kuwait siguen aún 15.000 soldados y,según se informa, el ejército estadounidense está bombardeando las posiciones del EI utilizando aviones que despegan de la base aérea Ali al-Salem en Kuwait.
Como un transparentemente promocional artículo del Washington Post confirmaba esta semana, la base aérea de al-Dhafra, en los Emiratos Árabes Unidos, ha lanzado más ataques aéreos en la actual campaña de bombardeos que cualquier otra base en la región. Ese país alberga alrededor de 3.500 soldados sólo en al-Dhafra, así como el puerto más activo de la Marina en ultramar. Los bombarderos de largo alcance B-1, B-2 y B-52 estacionados en Diego García ayudaron a lanzar las dos Guerras del Golfo y la guerra en Afganistán. Es probable que esa base insular esté también jugando un papel en la nueva guerra. Cerca de la frontera iraquí, alrededor de 1.000 soldados estadounidenses y aviones de combate F-16 están operando desde una base jordana. Según el último recuento del Pentágono, el ejército de EEUU tiene 17 bases en Turquía. Aunque el gobierno turco ha impuesto restricciones en su uso, al menos algunas de ellas se están utilizando para enviar aviones no tripulados de vigilancia sobre Siria e Iraq. Puede que en Omán estén utilizándose hasta siete bases.
Bahrein es ahora la sede de todas las operaciones en Oriente Medio de la Armada, incluyendo la V Flota, generalmente dedicada a asegurar el libre flujo de petróleo y otros recursos a través del Golfo Pérsico y vías navegables de los alrededores. En el Golfo Pérsido hay siempre hay al menos un portaaviones preparado para el ataque, toda una base flotante. Por el momento, el USS Carl Vinson está estacionado allí, una crucial plataforma de lanzamiento para la campaña aérea contra el Estado Islámico. Otros navíos que operan en el Golfo y el Mar Rojo han lanzado misiles de cruceros hacia Iraq y Siria. La Armada tiene incluso acceso incluso a una “base flotante de concentración de tropas” que sirve de base “nenúfar” para helicópteros y barcos patrulleros en la región.
En Israel, hay hasta seis bases secretas estadounidenses que pueden utilizarse para armamento y equipamiento de uso rápido en cualquier lugar de la zona. Hay también una “base de facto estadounidense” para la flota de la Armada en el Mediterráneo. Y se sospecha que hay también en uso otros dos lugares secretos. En Egipto, las tropas de EEUU han mantenido al menos dos instalaciones y ocupado al menos dos bases en la Península del Sinaí desde 1982 como parte de una operación de mantenimiento de la paz de los Acuerdos de Camp David.
En otros lugares de la región, el ejército ha establecido un conjunto de al menos cinco bases para aviones no tripulados en Pakistán; ampliado una base fundamental en Yibuti en el estratégico cuello de botella entre el Canal de Suez y el Océano Índico; creado o adquirido el acceso a las bases en EtiopíaKenia y las Seychelles; y establecido nuevas bases en Bulgaria yRumania, en combinación con la base en Kosovo de la época de la administración Clinton, a lo largo de la orilla occidental del Mar Negro, rico en gas.
Incluso en Arabia Saudí, a pesar de la retirada pública, sigue allí presente un pequeño contingente militar de EEUU con objeto de entrenar al personal saudí y mantener “calientes” las bases como potenciales apoyos en caso de conflagraciones inesperadas en la región o, presumiblemente, en el mismo Reino. En años recientes, el ejército ha establecido incluso una base secreta para aviones no tripulados en el país, a pesar de los reveses que Washington ha experimentado en sus anteriores aventuras con las bases saudíes.
Dictadores, muerte y desastre
La presencia actual de EEUU en Arabia Saudí, aunque modesta, debería recordarnos los peligros de mantener bases en la región. El acuartelamiento de la tierra santa musulmana fue para al-Qaida una importante herramienta de reclutamiento y parte del motivo profesado por Osama bin Laden para los ataques del 11-S. (Osama denominó la presencia de tropas estadounidenses “la mayor de las agresiones sufridas por los musulmanes desde la muerte del profeta”.) De hecho, las bases y tropas estadounidenses en Oriente Medio han sido un “importante catalizador del antiamericanismo y la radicalización” desde que un suicida-bomba mató a 241 marines en el Líbano en 1983. Otros ataques se produjeron en Arabia Saudí en 1996, el Yemen en 2000 contra el portaaviones USS Cole y durante las guerras en Afganistán e Iraq. Las investigaciones han mostrado una fuerte correlación entre la presencia de las bases estadounidenses y el reclutamiento de al-Qaida.
Parte del sentimiento de rabia contra EEUU se deriva del apoyo que las bases estadounidenses ofrecen a regímenes opresores y antidemocráticos. Pocos de los países del Gran Oriente Medio son totalmente democráticos y algunos están entre los peores violadores de los derechos humanos del mundo. Y es escandaloso que el gobierno estadounidense haya ofrecido sólo tibias críticas al gobierno bahreiní cuando este reprimió violentamente, con la ayuda de saudíes y emiratíes, a los manifestantes que defendían la democracia.
Aparte de Bahrein, las bases estadounidenses se encuentran en la lista de lo que el Índice de Democracia del Economist llama “regímenes autoritarios”, incluyendo a Afganistán, Bahrein, Yibuti, Egipto, Etiopía, Jordania, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí, EAU y Yemen. El mantenimiento de bases en esos países sirve para sustentar a autócratas y otros gobiernos represivos, hace a EEUU cómplice de sus crímenes y socava gravemente los esfuerzos para extender la democracia y mejorar el bienestar de los pueblos por todo el mundo.
Desde luego, el uso de bases para lanzar guerras y otro tipo de intervenciones cumple el mismo papel, generando rabia, antagonismo y ataques antiestadounidenses. Un informereciente de la ONU sugiere que la campaña aérea de Washington contra el EI ha llevado a militantes extranjeros a unirse al movimiento a “una escala sin precedentes”.
Y así, lo más probable es que continúe el ciclo bélico iniciado en 1980. “Aunque EEUU y las fuerzas aliadas consigan derrotar a este grupo militante”, escribe el coronel retirado del ejército y científico político Andrew Bacevich sobre el EI, “hay pocos motivos para esperar” un resultado positivo en la región. Al igual que Bin Laden y los muyahaidines afganos se transformaron en al-Qaida y los talibán, y al igual que los ex baazistas iraquíes y seguidores de al-Qaida en Iraq se han transformado en el EI, dice Bacevich, “siempre hay esperando al acecho cualquier otro Estado Islámico”.
La Doctrina Carter de la estrategia de construcción de bases y reforzamiento militar, y su creencia en que “la hábil utilización del poder militar de EEUU” podría asegurar los suministros de petróleo y resolver los problemas de la región estuvo, añade, “viciada desde el principio”. En vez de proporcionar seguridad, la infraestructura de bases en el Gran Oriente Medio ha facilitado aún más el hecho de emprender guerras lejos de casa. Ha posibilitado toda una variedad de guerras y una política exterior intervencionista que ha propiciado repetidos desastres en la región, en EEUU y en el mundo. Desde 2001, las guerras de EEUU en Afganistán, Pakistán, Iraq y el Yemen han causado como mínimo centenares de miles de muertes y posiblemente más de un millón de muertos sólo en Iraq.
La triste ironía es que cualquier deseo legítimo de mantener el flujo libre del petróleo regional para la economía global podría haberse ejercido mediante otros medios mucho menos caros y letales. Es innecesario mantener decenas de bases, que cuestan miles de millones de dólares al año, para proteger los suministros de petróleo y asegurar la paz mundial, especialmente en una era en la que EEUU sólo consigue de la región alrededor del 10% de su petróleo y gas natural neto. Además de los daños directos que nuestro gasto militar ha causado, ha desviado el dinero y la atención del desarrollo de fuentes energéticas alternativas que podrían liberar a EEUU y al mundo de la dependencia del petróleo del Oriente Medio y del ciclo de guerras que nuestras bases militares vienen alimentando.

David Vine es profesor adjunto de antropología en la American University en Washington DC. Es autor de Island of Shame: The Secret History of the U.S. Military Base on Diego Garcia (Princeton University Press, 2009). Ha escrito para New York Times, Washington Post, The Guardian, y Mother Jones, entre otras publicaciones. Su nuevo libro Base Nation: How U.S. Military Bases Abroad Harm America and the World, aparecerá publicado en 2015 en Metropolitan Books. Su página web es: www.davidvine.net
Fuente original: http://www.tomdispatch.com/post/175922/tomgram%3A_david_vine%2C_a_permanent_infrastructure_for_permanent_war/#more

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