Alrededor de 3,5 millones de manifestantes, según los sindicatos. La séptima jornada de protestas es la más multitudinaria
Los franceses se alzan contra el recorte de las pensiones
Los sindicatos  franceses elevaron ayer con fuerza el tono de la protesta contra el  recorte de pensiones y, con más de tres millones de manifestantes,  colocaron el listón a un nivel histórico sólo comparable a las grandes  huelgas de 1995. Los paros en numerosos sectores, especialmente fuertes  en transportes de las grandes ciudades de provincias, obtuvieron un  mayor eco que en la precedente convocatoria del 23 de septiembre, y hoy  volverán a producirse.
Nicolas Sarkozy, el presidente francés, no  volvió a caer en la tentación de dar orden a la policía de anunciar una  cifra de manifestantes a la baja. El Ministerio de Interior reconoció  una participación de 1,23 millones de personas en las casi 250 marchas  organizadas en todo el país, cuando en las anteriores convocatorias  intentaba dar la impresión de un bajón, con cifras de manifestantes poco  realistas y siempre inferiores al millón .
El Gobierno francés reconoce que hubo más de un millón de manifestantes
Para  los sindicatos, esta sétima jornada de lucha fue un éxito. La mayoría  de las ocho centrales integradas en la intersindical cifraron el número  de manifestantes en torno a 3,5 millones de personas. Respecto a las  anteriores convocatorias, eso representa que alrededor de medio millón  de franceses ha decidido sumarse ahora a la protesta.
El aumento  de la participación fue claramente visible en dos lugares diferentes de  la geografía francesa. En París, por primera vez, los sindicatos  tuvieron que desdoblar el cortejo por dos de los anchos bulevares que  van desde el barrio de Montparnasse hasta la Bastilla, a lo largo de  cinco kilómetros repletos de gente.
También se vio la subida de la  afluencia en ciudades de provincia no ya medianas, sino minúsculas . La  prensa francesa citó bastante el caso más espectacular. La diminuta,  católica y cerrada Puy-en-Velay reunió a más de 8.000 personas, cosa que  quiere decir que una de cada tres almas del burgo salió a recorrer la  calle por las pensiones.
La incorporación de los estudiantes ha sido vital en esta nueva movilización
En  ese refuerzo ha sido capital la incorporación al movimiento de los  jóvenes estudiantes de secundaria. En París, como en los mejores  momentos de combates estudiantiles anteriores, el cortejo de la eficaz  organización Sud-Etudiants aportó un refuerzo impresionante a las  marchas. Refuerzo que además trajo jolgorio, música, nuevos eslóganes, y  alegró la mirada de los obreros, empleados y funcionarios que llevan ya  casi ocho meses de manifestaciones y huelgas a sus espaldas.
El  Gobierno había estado intentando disuadir a los estudiantes. Durante el  verano, lo hizo con promesas. Hace unos días, fue el propio Sarkozy  quien anunció una operación "Cine Liceos". Recientemente, el ministro de  Educación, Luc Chatel, rozó el ridículo al decir a los bachilleres que  "manifestarse es peligroso" , insinuar que no les afecta la reforma y  expresar su temor de que estuvieran manipulados por los sindicatos.
 Menos trabajo juvenil
Los trabajadores de varios sectores votan por seguir con la huelgas hoy
Le  respondió Diane, líder estudiantil de un instituto de Nantes: "La CGT  nos ayuda, pero manipularnos, no nos manipula nadie". La cuestión de si  afecta o no a los estudiantes este recorte de pensiones la han resuelto  los economistas de la CGT. El retraso de la edad legal de 60 a 62 años, y  el de la edad con posible 100% de la pensión de base de 65 a 67  implicaría en menos de un año más de 100.000 puestos de trabajo no  liberados para los jóvenes, por ancianos que no podrían jubilarse.
Sarkozy  teme a la juventud porque en este país se suele decir que "es fácil que  salga a la calle, y mucho más difícil que se retire de ellas"; dicho  popular que se demostró ayer. Muchos jóvenes refunfuñaron a la hora de  abandonar la plaza de la Bastilla. Por otra parte, entre 450 y 800  liceos sufrieron "perturbaciones" en lenguaje oficial ; esto es,  hicieron huelga o fueron bloqueados.
El presidente aún tiene otra  preocupación. Los bachilleres han entrado en el movimiento porque desde  la vuelta a clase a primeros de septiembre han tenido tiempo de  organizarse. Quedan por llegar los universitarios, que apenas han  empezado las clases hace días.
Las huelgas también registraron un  seguimiento mayor que las precedentes del 23 de septiembre y afectaron a  trenes, transportes urbanos de unas 85 ciudades, correos,  administraciones, enseñanza, hospitales, metalurgia, automóvil, puertos,  refinerías y electricidad . Los índices de participación fueron desde  el 18,1% de correos, según la dirección, al 53% en ferrocarriles, según  los sindicatos.
Los trabajadores de varios sectores, como los  trenes y los transportes metropolitanos de París, ya votaron anoche  continuar hoy las huelgas. Otros sectores votan esta mañana. La  intersindical deja libertad de acción y, en ciertas empresas, se prevén  paros de 59 minutos.
Sarkozy no se escondió ayer. Para intentar  dar el carpetazo al callejón sin salida en que se encuentra, efectuó un  nuevo anuncio. Dijo que prevé una vasta "reforma" del sistema fiscal  francés y dejó que líderes conservadores dijeran que se podría suprimir  el "escudo fiscal" que protege las rentas altas. Eso sí, abrogando al  mismo tiempo el "Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna" (ISF) que  grava esas mismas rentas. No es la primera vez que circula tal farol. 

 
 
