ESCUELA DEL TRABAJO
Ramón García R.
Es por demás evidente que si la Educación fracasa en el Perú es por que no expresa propósito nacional alguno. Es apenas un negocio más para la clase dominante y un mal negocio para el Estado.
Todo debe tener un propósito definido. El plan de gobierno pretende modernizar el viejo Estado; por eso solo pretende modernizar la vieja Escuela. El Programa de Cambio llama a construir un Perú nuevo; por eso propugna la Escuela nueva. Y si el objetivo manifiesto no es otro que el Resurgimiento del Perú, no puede ser otro el objetivo de la Educación Peruana.
El desarrollo de las fuerzas productivas reclama la Educación por el trabajo y para el trabajo. En la Escuela del trabajo la prueba final de la Educación reside en el trabajo, en el desarrollo de las fuerzas productivas. La Educación debe contribuir a calificar el trabajo y a calificar al hombre mismo. Es el trabajo el que hizo al hombre.
El concepto de Escuela del Trabajo es un todo armónico que incluye la enseñanza politécnica, la cultura física y la educación estética. Por eso la cultura del Perú Integral comprende la cultura científico-técnica, la cultura físico-deportiva, la cultura ético-espiritual.
En el Perú actual la Educación, ajena a la Escuela del Trabajo y ajena al trabajo mismo, gira en torno al esquema vaciado de educación primaria , educación secundaria y educación universitaria. El resultado para la primera es un 60% de analfabetismo, lo más aberrante vergonzoso y denigrante para un país con más de siglo y medio de República. El resultado para la segunda es la frustración de quienes, con un mar de conocimientos de un centímetro de profundidad, se quedan en inmensa mayoría sin ingresar en la universidad y sin estar capacitados para empleo alguno. Y el resultado para la tercera es una educación extraña a la investigación científica por el anacrónico predominio de las profesiones “liberales”. Si aún se discute si la Universidad peruana es la más antigua de América , ya nadie discute que es la más anticuada y anacrónica. El atraso cultural del país lo demuestra vergonzosamente.
Para impulsar el propósito definido del Resurgimiento del Perú, la Educación debe preparar científicos, debe preparar técnicos, debe preparar trabajadores calificados. Debe forjar trabajadores con plenitudes físicas y espirituales. Esta inmensa tarea sólo puede ser lograda por la Escuela del Trabajo a través de los centros educativos de estudio-trabajo y los centros laborales de trabajo-estudio. En esta Escuela del Trabajo el estudio enseña a trabajar y el trabajo enseña a estudiar. Se complementan mutuamente. Es en la Escuela del Trabajo donde se forja la moral de productores, la ética del trabajador, la Dignidad del Hombre Nuevo en el Perú Nuevo.
Para forjar el hombre nuevo, con moral de productor y calificación laboral, no se necesita una inmensa y costosa infraestructura pues el centro educativo de estudio-trabajo está destinado para los estudios que requieran esa infraestructura, y el centro laboral de trabajo-estudio es de por sí la infraestructura para la capacitación práctica. Sólo se necesita orientar la Educación para el trabajo y calificar el trabajo por la Educación.
Para masificar la educación profesional tampoco se requiere un alto costo. Sólo se necesita separar la educación profesional de la investigación científica. La Educación a distancia (por correspondencia, radio, televisión, de tiempo de libre) rebaja inmensamente el costo de preparación profesional porque la Escuela del Trabajo califica esta categoría educativa dándole igual importancia que cualquier otra preparación profesional.
Y al separar la preparación profesional de la investigación científica la universidad adquiere categoría principal y rectora como centro de investigación. La investigación científica sirve de manera concentrada al propósito nacional, el resurgimiento del Perú. En la Escuela del Trabajo, para investigar no es requisito el título profesional sino la capacidad de investigación, que se logra en el trabajo mismo. Tiene derecho a la investigación quien demuestre capacidad para ello, sea preparado por educación regular, a distancia o autodidacta.
Así en la Escuela del Trabajo la Educación se masifica porque la comunidad pasa a ser la célula económica de la sociedad, y no elitiza por su alto costo de inversión individual sino por su alto rendimiento de calificación social. Socialismo no es igualitarismo; el igualitarismo no es sino la peor desigualdad.
La Escuela del Trabajo es pues el tercer pilar del programa de cambio. Año tras año, lustro tras lustro, planeación tras planeación, generación tras generación, la Escuela del Trabajo del Perú Nuevo nos irá elevando del reino de la necesidad al reino de la libertad.(1)
(*) Este artículo, escrito el 22 de mayo de 1987, forma parte de una serie de 16 artículos, que agrupados llevan el nombre de “Plan Perú”. Estos fueron publicados semanalmente, durante el segundo trimestre de 1987, en el periódico “Cambio”
(1) Los tres pilares del Programa de cambio son: La Nacionalización Triple, la Organización Triple y la Escuela del Trabajo. El autor desarrolla la propuesta de los tres pilares del Programa de cambio en los 16 artículos del “Plan Perú”.
Ramón García R.
Es por demás evidente que si la Educación fracasa en el Perú es por que no expresa propósito nacional alguno. Es apenas un negocio más para la clase dominante y un mal negocio para el Estado.
Todo debe tener un propósito definido. El plan de gobierno pretende modernizar el viejo Estado; por eso solo pretende modernizar la vieja Escuela. El Programa de Cambio llama a construir un Perú nuevo; por eso propugna la Escuela nueva. Y si el objetivo manifiesto no es otro que el Resurgimiento del Perú, no puede ser otro el objetivo de la Educación Peruana.
El desarrollo de las fuerzas productivas reclama la Educación por el trabajo y para el trabajo. En la Escuela del trabajo la prueba final de la Educación reside en el trabajo, en el desarrollo de las fuerzas productivas. La Educación debe contribuir a calificar el trabajo y a calificar al hombre mismo. Es el trabajo el que hizo al hombre.
El concepto de Escuela del Trabajo es un todo armónico que incluye la enseñanza politécnica, la cultura física y la educación estética. Por eso la cultura del Perú Integral comprende la cultura científico-técnica, la cultura físico-deportiva, la cultura ético-espiritual.
En el Perú actual la Educación, ajena a la Escuela del Trabajo y ajena al trabajo mismo, gira en torno al esquema vaciado de educación primaria , educación secundaria y educación universitaria. El resultado para la primera es un 60% de analfabetismo, lo más aberrante vergonzoso y denigrante para un país con más de siglo y medio de República. El resultado para la segunda es la frustración de quienes, con un mar de conocimientos de un centímetro de profundidad, se quedan en inmensa mayoría sin ingresar en la universidad y sin estar capacitados para empleo alguno. Y el resultado para la tercera es una educación extraña a la investigación científica por el anacrónico predominio de las profesiones “liberales”. Si aún se discute si la Universidad peruana es la más antigua de América , ya nadie discute que es la más anticuada y anacrónica. El atraso cultural del país lo demuestra vergonzosamente.
Para impulsar el propósito definido del Resurgimiento del Perú, la Educación debe preparar científicos, debe preparar técnicos, debe preparar trabajadores calificados. Debe forjar trabajadores con plenitudes físicas y espirituales. Esta inmensa tarea sólo puede ser lograda por la Escuela del Trabajo a través de los centros educativos de estudio-trabajo y los centros laborales de trabajo-estudio. En esta Escuela del Trabajo el estudio enseña a trabajar y el trabajo enseña a estudiar. Se complementan mutuamente. Es en la Escuela del Trabajo donde se forja la moral de productores, la ética del trabajador, la Dignidad del Hombre Nuevo en el Perú Nuevo.
Para forjar el hombre nuevo, con moral de productor y calificación laboral, no se necesita una inmensa y costosa infraestructura pues el centro educativo de estudio-trabajo está destinado para los estudios que requieran esa infraestructura, y el centro laboral de trabajo-estudio es de por sí la infraestructura para la capacitación práctica. Sólo se necesita orientar la Educación para el trabajo y calificar el trabajo por la Educación.
Para masificar la educación profesional tampoco se requiere un alto costo. Sólo se necesita separar la educación profesional de la investigación científica. La Educación a distancia (por correspondencia, radio, televisión, de tiempo de libre) rebaja inmensamente el costo de preparación profesional porque la Escuela del Trabajo califica esta categoría educativa dándole igual importancia que cualquier otra preparación profesional.
Y al separar la preparación profesional de la investigación científica la universidad adquiere categoría principal y rectora como centro de investigación. La investigación científica sirve de manera concentrada al propósito nacional, el resurgimiento del Perú. En la Escuela del Trabajo, para investigar no es requisito el título profesional sino la capacidad de investigación, que se logra en el trabajo mismo. Tiene derecho a la investigación quien demuestre capacidad para ello, sea preparado por educación regular, a distancia o autodidacta.
Así en la Escuela del Trabajo la Educación se masifica porque la comunidad pasa a ser la célula económica de la sociedad, y no elitiza por su alto costo de inversión individual sino por su alto rendimiento de calificación social. Socialismo no es igualitarismo; el igualitarismo no es sino la peor desigualdad.
La Escuela del Trabajo es pues el tercer pilar del programa de cambio. Año tras año, lustro tras lustro, planeación tras planeación, generación tras generación, la Escuela del Trabajo del Perú Nuevo nos irá elevando del reino de la necesidad al reino de la libertad.(1)
(*) Este artículo, escrito el 22 de mayo de 1987, forma parte de una serie de 16 artículos, que agrupados llevan el nombre de “Plan Perú”. Estos fueron publicados semanalmente, durante el segundo trimestre de 1987, en el periódico “Cambio”
(1) Los tres pilares del Programa de cambio son: La Nacionalización Triple, la Organización Triple y la Escuela del Trabajo. El autor desarrolla la propuesta de los tres pilares del Programa de cambio en los 16 artículos del “Plan Perú”.
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