Un salario justo y digno es un derecho, no un privilegio para unos pocos (uno de cada doscientos).
En el Perú existen unos 300 mil profesores al servicio del Estado. Según la escala salarial publicada por el gobierno en el D.S. Nº 079-2009-EF, 298 mil de esos trescientos mil seguirá percibiendo salarios de hambre y solo los mil quinientos (meta establecida en la RM 0080-2009-ED) que lleguen al quinto nivel ganarían entre 2440 (24 horas) y 3050 (30 horas) soles como salario bruto mensual. Descontando el 11% de donación para las AFP y la Derrama, el salario neto para estos 1500 con estrella será entre 2325 y 2714 soles. En otras palabras, el 99.5% de los educadores seguirán ganando salarios míseros; solo el 0,5% de profes con estrella ganarán un poquito más.
El trabajo del educador vale más que 11 o 28 soles la hora. El D.S. Nº 079-2009-EF establece como Remuneración Integra Mensual bruta para los educadores del primer nivel con 24 horas 1196 soles, con los descuentos llega a 1063 soles los que divididos entre las 96 horas de trabajo al mes dan como pago por hora de trabajo once soles. (A propósito, ¿que médico, abogado, ingeniero o contador trabajaría en Comas con 45 alumnos a 11 soles la hora de trabajo?.
Haciendo la misma operación con el salario de 30 horas para el quinto nivel se obtiene 28 soles. Y solo uno de cada doscientos maestros ganará 28 soles la hora de trabajo.
Las clases se preparan, no se improvisan.
Eso es lo que se colige del D.S. Nº 079-2009-EF que fija como pago por preparación de clases 48, 50 y 60 soles mensuales para los profesores que trabajan 24, 25 y 30 horas respectivamente, igual para los cinco niveles. O sea, unos 50 céntimos por hora de clase preparada. Ese es el valor (medio sol) que el gobierno le da al trabajo de planificación curricular, de preparación de las clases, proceso cuya importancia vital es reconocida unánimemente por expertos y aprendices.
Los educadores tienen capacidad para investigar.
Muchos educadores, especialmente los que han estudiado maestrías y doctorados, se alegraron cuando leyeron en la Ley de la CPM que existe la Investigación como área de desempeño laboral. Vislumbraron cuánto conocimiento sobre la educación en el Perú podrían producir, si tan solo tuvieran financiamiento y tiempo para ello. Se imaginaron en cada colegio un investigador que proveyera de datos confiables a los directivos para tomar decisiones fundamentadas. Sin embargo, las últimas normas para la incorporación a la CPM no lo consideran la investigación como área de trabajo (lo reservan para los criollos). Fue solo un anzuelo más.
No es justo que para completar sus ingresos familiares los educadores tengan que trabajar el doble.
La rutina natural de trabajo de un educador es dictar clase en la mañana y evaluar, planificar y coordinar por la tarde; unas cinco horas en aula y otras tantas en el escritorio. Sin embargo, como el salario es tan bajo, el trabajo de escritorio se reduce a unos pocos minutos, porque en la tarde y noche debe realizar otro trabajo para completar sus ingresos. Ahora, el gobierno oficializa la improvisación y el aumento de la jornada de trabajo. El D.S. Nº 079-2009-EF establece que el profesor puede trabajar en aula hasta 40 horas. Justamente la cifra tan publicitada (4066 soles) corresponde a los poquitos profesores que lleguen al V nivel y dicten clase todo el día (quitando el trabajo a otros educadores). No se planificará porque no quedará tiempo y porque no pagarán por ese trabajo.
La meritocracia no debe ser la ley de la selva aplicada a los profesores.
Para los gobernantes, la meritocracia consiste en que los profesores compitan por el salario básico (unos dos mil soles). De acuerdo a esta forma de entender la meritocracia, el salario básico es un privilegio para pocos (5%, V nivel) los demás no tiene derecho a un salario digno y deben seguir sobreviviendo con mil soles. Si usted creía que la meritocracia es el acceso a altos niveles jerárquicos (gobierno) en mérito a la excelencia, se equivocó. Esa definición funciona en el extranjero, no en el Perú.
En otros países todos ganan un sueldo decente y la meritocracia es la competencia por ascender a altos cargos (y altos sueldos); en el Perú, todos ganan sueldos míseros y la meritocracia es la competencia por una migaja más; los cargos jerárquicos están reservados para los peruano-españoles, peruano-norteamericanos y sus operadores.
Los educadores excelentes deben asumir altos cargos en el Poder ejecutivo.
El principio que sustenta la meritocracia es que el educador que hace muy bien su trabajo, debe ascender a altos cargos porque puede asegurar que el sistema funcione bien y que los subalternos hagan mejor su tarea; por eso se le concede autoridad. Es decir, a más méritos, le corresponde más autoridad, más responsabilidad. Pero la ley de la CPM establece que el máximo cargo para el profesor el de director de escuela. Reserva los cargos de especialista, jefe, asesor, consultor, director de unidad del Ministerio de Educación para los allegados al gobierno de turno. Aquí no funciona la meritocracia sino el compadrazgo o el carnet del partido.
El cuarto y quinto nivel debe ser para todo educador idóneo y no sólo para los compañeros
Para todos es conocido que en el anterior gobierno aprista muchísimos militantes fueron nombrados en todos los ministerios y empresas del Estado, con el único requisito de presentar el carné con la estrella. También se ha conocido que en los exámenes para nombramiento o contrato de profesores, los exámenes eran conocidos y desarrollados en "capacitaciones", que las claves estaban circulando antes de los exámenes, etc. Así, el concurso será solo un mecanismo para ascender a los profes (comechados) del partido. Y los profesores que inocentemente se presenten al concurso, convalidarían esta injusticia.
Los cupos para el quinto nivel no estarán disponibles por décadas.
Una vez cubiertas las plazas del quinto nivel por la primera tanda de profes del partido, esas plazas no estarán disponibles para otros profesores hasta que ellos se jubilen. Esto significa que la gran mayoría de profesores, una vez que hayan sido incorporados a la CPM (perdiendo algunos derechos y empeorando su situación laboral) permanecerán en el primer o segundo nivel porque no podrán postular al quinto o cuarto nivel simplemente porque estas plazas estarán cubiertas por los compañeros hasta que se jubilen.
En conclusión:
Los educadores no aceptarán presentarse al concurso de incorporación a la CPM:
- Porque no hay garantías de una evaluación justa,
- Porque tienen el derecho de asumir los más altos cargos de acuerdo a sus méritos (verdadera meritocracia),
- Porque no aceptan el chantaje de competir con sus colegas por unas migajas,
- Porque no aceptan trabajar todo el día cual esclavos de la educación,
- Porque son capaces de producir conocimiento mediante la investigación,
- Porque exigen que el tiempo de preparación de clases también sea pagado cabalmente (por lo menos el equivalente al 50% del tiempo en aula),
- Porque valoran su trabajo en mucho más que 10, 20 o 30 soles la hora y
- Porque un salario digno no es un privilegio sino un derecho de todo trabajador.
Plata hay hasta por demás.
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