Raúl Castro.— ...Acuérdate que me tienes que dar la palabra para agradecer a todos, muy especialmente a los que han hecho uso de la palabra —y no voy a excluir a Daniel, porque lo hará, igualmente, como lo ha hecho durante toda su vida de revolucionario—, en nombre del pueblo de Cuba, todas las expresiones de solidaridad y apoyo a nuestra Revolución, a nuestro pueblo, y considero que, por lo tanto, también al Jefe de la Revolución, el compañero Fidel Castro, que nos está escuchando directamente (Aplausos).
No voy a extenderme, hablaré en los otros puntos. Tengo que hacer uso de la palabra —según me dijeron— también en el acto de masa, ¿no?, en la Plaza. No sé todavía cómo va a ser. ¿Vamos a hablar allá en la Plaza?
Hugo Chávez.— Sí. Te pedimos que hables tú a nombre de todos.
Raúl Castro.— No, eso es una responsabilidad muy grande. Si acaso, el anfitrión principal.
De todas maneras, creo que lo que hemos escuchado en la tarde de hoy aquí, que no nos sorprende, sabemos que el mundo entero, con excepción de Estados Unidos, su aliado principal, Israel, y algún que otro país que ocasionalmente se ha abstenido o hasta ha votado en contra en la Asamblea General de la ONU, el planeta entero condena el bloqueo.
No quiero hablar de la OEA, ya hablé en Sauípe, en la reunión de la Cumbre de Río, ¿eh? Y, además, el amigo Zelaya se reunirá con todos los delegados a fines de mayo y principio de junio próximo; no quiero contestar a las palabras que dijo el señor Insulza recientemente, porque ya le contestó el compañero Fidel hace unas horas.
Podemos decir muchas cosas más de la OEA. La OEA, puede decirse que, rezume sangre desde su propia creación, Cuba es un ejemplo, pero antes que Cuba hay muchos más. Venezuela, por ejemplo, yo estaba guardando prisión por lo del ataque al cuartel Moncada en 1954, escuché lo de la intervención en Guatemala, ¿por qué?, porque un presidente honesto, que había sido coronel del ejército guatemalteco, Jacobo Arbenz, una vez ganada la presidencia, dentro del marco de las reglas del juego que habían impuesto los norteamericanos en ese país, y las clases dominantes en todos los países del mundo, ganó las elecciones, y quiso entregar un poquito de tierra a los aborígenes, a los indios, a los descendientes de la gran cultura maya. ¿Y qué sucedió?, tres personajes: Eisenhower; su Secretario de Estado, Foster Dulles; y su hermano Allen Dulles, que era el jefe de la CIA y, además, su fundador, decidieron lanzar aquella operación mercenaria, con un tal Castillo Armas al frente. Esa historia la conocemos casi todos los aquí presentes. Habían pasado siete años nada más, cuando en 1961, un día como ayer, se iniciaron los bombardeos en las principales ciudades del país y dos bases aéreas.
Un día como hoy —como ya se señaló aquí—, en la despedida del duelo de las víctimas de esos bombardeos, hace 48 años Fidel proclama el socialismo cuando ya era evidente la agresión, y una masa de pueblo, entre los que había ciudadanos normales, simples, quiero decir obreros, estudiantes, campesinos, el Ejército Rebelde que dos años antes había derrotado la tiranía batistiana, la policía, con los fusiles en alto apoyaron esa decisión, y al otro día fueron a dar su sangre para derrotar dicha agresión.
¿Por qué nos agredieron? Esa agresión se planificó por el mismo trío que agredió a Guatemala siete años antes, antes de que en Cuba se mencionara la palabra socialismo.
Sucedió que cuatro meses y medio después del triunfo, el 17 de mayo de 1959, se aprobó la primera Ley de Reforma Agraria en nuestro país; la ley más importante después del triunfo de la Revolución, hasta ese momento. Yo digo que ese es nuestro Rubicón, que cruzarlo significó la condena a pena de muerte a la Revolución Cubana por los que decidieron siete años antes la invasión a Guatemala, de los cuales, Foster Dulles era abogado de la United Fruit Company, la misma que en Cuba en vez de Fruit, era United Sugar Company, y parte de sus tierras fueron afectadas por esa reforma agraria.
Ahora hablo de la historia reciente de manera muy resumida, y en Sauípe, Brasil, mencioné los más de 5 500 muertos, más muertos que mutilados, consecuencia de todo el terrorismo de Estado de Estados Unidos contra Cuba. Es interminable la lista, desde la epidemia del dengue hemorrágico, que cientos de miles de personas, simultáneamente, saturaron nuestros hospitales en todo el país, que organismos internacionales de la salud dicen que eso es imposible que fuera una epidemia de las llamadas normales. No voy a hablar del avión del Barbados y las 73 víctimas que murieron, entre ellos el equipo juvenil de esgrima de Cuba, que salía de aquí de Venezuela, donde se había ganado todas las medallas de oro. No voy a hablar de los que cayeron en Girón. En un día como ayer empezaron a caer los compañeros bajo los bombardeos, a partir de la madrugada de mañana hace 48 años que empezaron a caer decenas de compañeros, porque tuvimos más bajas que ellos.
Fidel nos ordenó —y con razón— que antes de 72 horas había que liquidar esta agresión, estaba claro el panorama. Los norteamericanos habían formado un gobierno títere en la base militar de Opa-Locka en la Florida, con un tal Miró Cardona al frente del mismo, el consejo de ministros encabezado por el titulado primer ministro en esa ocasión. Se produce la invasión, si se consolida esa cabeza de playa que estaba protegida por la ciénaga o el humedal más grande del Caribe insular, que es la Ciénaga de Zapata, por el cual había que avanzar en fila india, porque acabábamos de construir una carretera en medio de esa ciénaga, y no se podían desplegar las tropas, había que ir por eso en fila india. Tuvimos más bajas que ellos.
Las aguas territoriales en aquel momento eran tres millas, hoy son 12, y, por lo tanto, a un poco más de las tres millas había una flota norteamericana, con infantes de marina, entre ellos un portaaviones. Dos veces parejas de aviones de combate norteamericanos pasaron por encima del lugar donde se libraban las acciones combativas, no hicieron nada pero pasaron por ahí. Y era muy sencillo, ¿por qué la OEA no hizo en 1961 lo que hizo en enero de 1962? Nos condenaron en Chile, nos condenaron en Costa Rica; fueron creando las condiciones, naturalmente, bajo la batuta de los que han mandado la OEA desde su fundación, en 1948. Y es ahí por qué no nos expulsan antes, porque si traen el gobierno títere y se consolida en Playa Girón o en la Bahía de Cochinos —que es su verdadero nombre, porque Playa Girón era una aldeíta, hoy es un centro turístico—, la OEA reconocería ese gobierno, el gobierno pediría ayuda a la OEA, y parte de esas fuerzas norteamericanas, que estaban apenas a un poco más de tres millas de nuestras costas, nos hubieran invadido.
¿Qué hubiera pasado si en Cuba nos invaden con tropas norteamericanas en 1961? Solo comparo ¿cuántas muertes hubo en la hermana república de Guatemala como consecuencia de aquella intervención de 1954, también organizada por los yankis, también dirigida por los tres mismos personajes mencionados anteriormente, también apoyada por la OEA? ¿Por qué la OEA no la condenó?
Según dicen algunos historiadores contemporáneos, a consecuencia de esa intervención y las dictaduras que posteriormente asolaron esa hermana república de Guatemala, han muerto entre 250 000 y 300 000 guatemaltecos. ¿Es así o no es así? ¿Es esa cantidad, es más, es menos? Fueron cientos de miles de víctimas. ¿Quiénes son los responsables? ¿Quién los acusó? Salvo los pueblos, la gente honesta, algún que otro gobierno.
¿Cuántos muertos hubiera tenido Cuba, con muchos más habitantes, con mucho más armamento, aun en esos momentos, y con una tradición de lucha, recientemente reverdecida por el triunfo de la Revolución, en 1959, y con cientos de miles de cubanos armados ya en esos momentos? ¿Alguien podrá calcularlo?
Ahora bien, ¿se hubiera quedado el imperialismo con esa derrota, con esa humillación involuntaria, por supuesto, ocasionada por un pequeño país del Caribe y de nuestro continente? ¿Iban a permitirlo? El día 2 de enero, en conmemoración del segundo aniversario del triunfo de la Revolución, que era el 1ro de enero —día feriado—, al otro día habla Fidel en la Plaza de la Revolución; 2 de enero de 1961 —Girón fue en 1961. Eisenhower, que le quedan 17 días de poder en su administración, rompe relaciones con Cuba el 3 de enero de ese año, 1961. La OEA expulsa a Cuba el 31 de enero de 1962. ¿Y por qué antes no la expulsó, en 1961, cuando venía Girón? Porque el gobierno títere que iban a poner allí tenía que pedirle ayuda a la OEA, era un país de la OEA. ¿Por qué nos expulsan entonces, nos separan, o nos suspenden, que es lo mismo, en este caso en el año 1962? Porque esta vez no era una invasión mercenaria, esta vez era una invasión de los norteamericanos. Y esa situación —que de esto no se ha escrito mucho, o casi nada— fue lo que ocasionó la presencia de los cohetes soviéticos en Cuba y lo que impidió esa invasión.
Está demostrado ya por los documentos desclasificados por la CIA y el Pentágono y, en definitiva, por el gobierno norteamericano —documentos desclasificados, aunque con muchas tachaduras—, que el plan era ese. No lo hicieron porque se llegó a la solución de la crisis, en medio de la cual tuvimos serias discrepancias con Jruschov, primer ministro soviético, por la forma en que la tramitó, ignorándonos a nosotros, y a nosotros no hay quien nos ignore, ni el país más grande del mundo ni un grupo de países aunque sean los más grandes del mundo, ni los G-7, ni los G-20.
Y esa es la triste realidad. Primero solo nos sancionan, nos condenan en varias reuniones, creando el ambiente, pero no nos separan de la OEA, para la solicitud de ayuda, y después sí nos separan. Ellos aceleraron, incluso Playa Girón, cuando sabían la cantidad de armamentos que ya se habían contratado, los pilotos que estábamos preparando en el extranjero, etcétera.
Y a veces, lo que estuvieron Evo y otros compañeros hablando ahorita, sobre la democracia, la libertad, los derechos humanos. Le hemos mandado a decir al gobierno norteamericano en privado y en público que ahí están los derechos cuando ellos quieran discutirlos todos: derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos, todo, todo, todo lo que quieran discutir, pero en igualdad de condiciones, sin la más mínima sombra a nuestra soberanía y sin la más mínima violación al derecho de la autodeterminación del pueblo cubano.
Yo no entiendo esa democracia de Estados Unidos, no la entiendo; yo le he dicho, incluso, a algunos ciudadanos norteamericanos que en Estados Unidos hay un partido, un solo partido; estudien la historia de los dos, estudien el proceder, la forma de actuar ante cada hecho en que han tenido que tomar una decisión importante. Lo que tienen, es cierto, bien engrasado su sistema, su prensa; puede ser que una editora o un grupo de periódicos, como hay en Estados Unidos y en Europa, de una sola empresa, abren un abanico mayor y le dicen a la prensa: Ustedes de esto escriban lo que quieran, pero de este resto del problema se escribe solo lo que quiere el dueño del periódico, o de la estación de radio, o de la estación de televisión. Eso es así, y si no que alguien me demuestre lo contrario a mí.
Pero yo decía que hay un solo partido. Dice: "¿Cómo es eso?" Digo: "Sí. ¿Quiere un solo ejemplo?" Cómo es posible que un gobierno republicano, Eisenhower, organice una expedición contra Cuba y tres meses después de tomar posesión un demócrata autoriza la invasión. Esa es la realidad, podría estar hablando muchas cosas más aquí.
Podemos estar equivocados, lo admitimos, somos seres humanos; estamos dispuestos a sentarnos a discutir —como dije— cuando quieran, lo que pasa es que ahora —y para concluir— es evidente que tienen que formar este ambiente y a todo el que discrepe en algo, enseguida le salen diciendo que democracia, que libertad, que prisioneros.
El otro día —en Brasilia—, un periodista insolente y provocativo, después de una reunión con el presidente Lula, en una entrevista me preguntó: "¿Cuántos disidentes han fusilado?" Ni se oyó, y se puso a temblar cuando le contesté, en la forma en que yo sé contestar. ¡Temblaba!, y de ahí le dije: "Sí, los disidentes esos, que están a sueldo de Estados Unidos, ve a ver el último presupuesto que se aprobó en el Congreso, la partida de 57 millones de dólares para financiar a todos esos disidentes ‘patriotas’, ‘periodistas independientes’, etcétera. ¿Y por qué no nos sueltan nuestros cinco héroes, jóvenes heroicos que no le hicieron ningún daño a Estados Unidos, ni buscaron información contra Estados Unidos, sino contra los terroristas que atacaban y han estado atacando en mayor o menor intensidad durante estos casi 50 años a mi país?"
Entonces, surgió ese planteamiento y lo ratifico hoy aquí: Si quieren la libertad de esos supuestos “presos políticos”, entre los cuales algunos cuentan a unos terroristas confesos, guatemaltecos y salvadoreños, que fueron juzgados en Cuba, condenados, incluso, a la pena de muerte –que se mantiene pero no la aplicamos hace rato- y les fue conmutada por cadena perpetua. Suelten a nuestros prisioneros y les mandamos para allá –con familia y todos los que quieran- a esos llamados disidentes y patriotas.
Por el estilo, podríamos decir unas cuantas cosas, solo que, Evo, si después de lo que dijiste hoy te expulsan de la OEA por ser incompatible con el marxismo-leninismo, Bolivia y Cuba formaremos otra cosa que no se llame OEA ni remotamente, y, entonces les daremos ingreso a los que nos acompañen.
Bueno, Chávez, perdona por el tiempo y la informalidad desde donde hablé, que iba allá afuera, vine a pedirle disculpas a Daniel y le he quitado la palabra. Esto ha sido un abuso de poder, parece que como estoy vestido de uniforme (Risas).
Muchas gracias.
Intervención del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en el segmento público de la V Cumbre Extraordinaria del ALBA, Cumaná, Venezuela, 16 de abril de 2009.
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84088
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