Con 97 votos a favor, 10 abstenciones y 0 congresistas en contra se aprobó la no reelección inmediata de los presidentes regionales y alcaldes del país que literalmente significa no permitir la reelección de ninguna autoridad municipal, distrital y regional (como esta por ejemplo):
Lo que pasa es que para los padres de la patria esta es la mejor manera de combatir la corrupción que abunda en el Perú(donde tiras una piedra en la calle y le cae a un corrupto). Y puede ser que estés de acuerdo con ello, después de todo Toledo también cree que es una gran idea (aunque también propone que se aplique eso a los congresistas), pero hay razones bastante contundentes para realmente dudar de la efectividad de esta pretendida reforma.
Pásale este artículo a tu congresista favorito.
1. Tu ley no soluciona un problema real
Para el politólogo Fernando Tuesta, esta es una de esas ideas que no debieron pasar el filtro. ¿Por qué? Pues porque de los 100 casos de presidentes regionales (del 2002 al 2014) solo se han reelegido 12, en el caso de alcaldes distritales y provinciales la tasa es menos de la quinta parte:
(…) La reelección no es un pues un problema. Por lo demás, un período de cuatro años es insuficiente para que los efectos de una gestión sean visibles. A través del voto el ciudadano, premia o castiga a una autoridad que va a la reelección. Eso no sucederá en adelante. Cada cuatro años se cambiarán poco menos de dos mil alcaldes y 25 presidentes regionales en todo el Perú, con cero experiencia.
¿De dónde vamos a sacar tanta gente para que postule? O sea, ciertamente el Perú es un país mágico donde florecen los candidatos porque son choros, violadores y demás, pero justamente ESE es el problema.
Eso, la no experiencia, ocurre en el propio parlamento en donde 105 congresistas de 130 son nuevos y allí está el resultado. Y eso que no está prohibida la reelección parlamentaria, que algunos proponen. El problema no es la reelección, sino la carencia efectiva de controles políticos y administrativos. Los peligros de la reforma lo advertíamos ayer, en un artículo, cuando ésta se realiza sin un claro diagnóstico, falta de integridad de las propuestas y desconocimiento sobre las mecánica de los arreglos y ajustes institucionales.
2. Tu ley no hace reforma
Similar análisis el que hace Eduardo Dargent al cachetear esta iniciativa con unas cuantas cifras: en el 2006 y en el 2010 casi el60% de los alcaldes provinciales y distritales se mandaron con la reeleción. En los distritos solo lo logró el 35% y a nivel provincial solo el 22% (en el 2006).
Y otro dato: hay una caída abrupta de la tasa de reelección de alcaldes en estas elecciones (por debajo del 18% en ambos niveles). Precisamente, según Dargent, acá es donde está el verdadero problema:
Estos datos deberían preocuparnos, pues indican que la debilidad de partidos y movimientos regionales está llevando a una muy alta rotación de autoridades. No contamos con políticos profesionales con horizontes de mediano y largo plazo, las posibilidades de hacer carrera política son pocas. La baja reelección, sumada a la debilidad burocrática, ayuda a entender la ausencia de continuidad en obras y proyectos a nivel local. La débil continuidad política es uno de nuestros mayores problemas.
Si los congresistas creen que la corrupción se puede detener impidiendo la reelección es porque son más ingenuos que un ppkausa puro y duro con un pinkberry en la mano.
Estamos a todas luces frente a una propuesta efectista para demostrar al público que el Congreso actúa ante la crisis de legitimidad en el país. El caso muestra una serie de tendencias negativas en la forma en que nuestros legisladores hacen reformas electorales. Primero, la ausencia de análisis empírico y de miradas comparadas para comprender el efecto real (y probablemente limitado) de lo que se aprueba. Segundo, el recurso fácil frente a un problema que demanda una mirada más profunda. En este caso, un problema (corrupción local) cuya solución requiere más de reforma del Estado (fortalecimiento del control, por ejemplo) que de reforma electoral. Sigamos el razonamiento: prohibamos la reelección de congresistas y así evitamos que voten leyes populistas. Una medida que estoy seguro la población apoyará ampliamente.
Que levante la mano quién quiere volarse congresistas *levanta su mano*.
3. Tu ley es una mala limeñada
Para Juan Carlos Tafur, a través de nuestra historia ha sido común que el poder político se defina por temas raciales o socieconómicos. Por eso meterle “un manazo legal” a las regiones es lo que se esperaría de un limeño:
Así como los últimos cuarenta años, el sujeto sociopolítico del Perú ha sido el empresario emergente, en las siguientes cuatro décadas será el peruano provinciano. Y lo que debiera corresponder en esa perspectiva esdarle su justo sitio, en lugar de considerarlo un peruano con alguna minusvalía política o económica. (…)El país no puede dejarse jalar de las narices por una clase política que, incapaz de hacer su trabajo fuera de Lima, pretende, mediante leyes y decretos, recuperar el poder perdido por su propia incapacidad y que en el proceso está creando una nueva fractura, sumada a las muchas que sufrimos y aún no podemos resolver en dos siglos de vida republicana.
Tafur la hecha la culpa a Toledo por haber hecho mal el proceso de descentralización y afirma que conviene corregir los puntos críticos (mala gerencia y corrupción), pero esta ley no es la manera.
4. Tu ley no sirve de nada
Y la misma opinión maneja Augusto Álvarez Rodrich para quien lo único que el Congreso quiere es evitar la buena reforma, esa que es realmente necesaria y no la que le va a subir los puntos porcentuales en aprobación. Ya es un poco agotador que todo el tiempo lo quieran agarrar a uno de lorna.
Otro argumento de nuestros ilustrados congresistas para apoyar esta norma es evitar la corrupción, lo cual es una tremenda tontería porque supone que el ladrón se vuelve ladrón a la segunda vez y no lo era desde el inicio. Dargent comenta que, si se aprueba la norma, lo único que ocurrirá es que los corruptos se apuren en robar desde el saque.Debieran recordar los congresistas, en este sentido, que el problema principal del Parlamento no radica en los que repiten el plato sino en los que recién llegan, que es donde abundan los mediocres y corruptos.Curiosamente, los congresistas buscan prohibir la reelección de alcaldes y presidentes regionales pero la de ellos, ni hablar del peluquín, porque, con el bolsillo, no se juega.
Efectivamente, lo que se necesita es una reforma integral de todo el sistema, en vez de “corregir” algunos casos (obviando el de ellos mismos, claro).
OJO: hay una salida
Felizmente, como se trata de una reforma constitucional, esta ley debe ser votada por segunda vez en el siguiente legislatura (que es en marzo del próximo año). Lo ideal es detenerla en ese momento porque ya debería haber quedado claro que no sirve de nada y de esas leyes ya tenemos unas cuantas.
Es posible que los congresistas ya se hayan puesto de acuerdo, pero ahora ya estás informado para que no estén haciéndote pasar un mal rato después.
http://utero.pe/2014/10/28/amigo-congresista-mira-las-4-razones-por-las-que-tu-ley-que-prohibe-la-reeleccion-es-un-mamarracho/
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