España es uno de los
pocos países desarrollados en los que la escolarización obligatoria
supone un esfuerzo económico muy considerable para las familias, pese a
que el artículo 27 de la Constitución consagra el derecho a estudiar y
el apartado 4 del mismo artículo establece que “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”.
Pese a tan grandilocuente declaración casi un tercio de las familias
españolas se ve incapaz de asumir el gasto que supone la vuelta al
colegio.
El mandato constitucional se convierte en papel mojado –
otro más – ante la realidad de un negocio que mueve más de mil
doscientos millones de euros al año: Los libros de texto. Un negocio que
tiene detrás a poderosas instituciones capaces de dictar leyes o
acomodar a su interés las existentes, para lo que han contado siempre
con la colaboración de todos y cada uno de los distintos gobiernos de la
nación.
¿Quién controla este negocio?
El
primer grupo empresarial en volumen de negocio lo constituye la Iglesia
Católica, que no satisfecha con los casi cinco mil millones de
asignación directa del estado, ha tejido una maraña de empresas
omnipresentes en el ámbito educativo. La Iglesia es propietaria –total o
parcial- de las siguientes editoriales:
* Grupo SM: Fundada por religiosos marianistas. En la actualidad opera en 9 países. El acrónimo SM significa "Santa María".
* Grupo Edebé:
Fundada por la Congregación Salesiana. Hace negocio en todo el mundo
con editoriales propias en Argentina, Chile y México. En el País Vasco
tiene el sello Giltza, en Galicia Rodeira, en la Comunidad Valencia
Marjal y en Andalucía Guadiel.
* Editorial Edelvives: El
Grupo Editorial Luis Vives pertenece al Instituto de los Hermanos
Maristas y mediante su editorial intentan fomentar lo que ellos
denominan "humanismo cristiano".
* Editorial Bruño:
Fundada por el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas La
Salle. Como buenos empresarios, y para ampliar su patrimonio, en 2001
los Hermanos de La Salle llegaron a un acuerdo de venta con el grupo
francés Hachette Livre, del que también forma parte el grupo editorial
español Salvat. De hecho, existe una línea denominada "Publicaciones
Generales Bruño-Salvat" que cuenta con un catálogo especializado en
publicaciones infantiles y juveniles, con personajes como Kika
Superbruja, Astérix, Titeuf...
Hay que resaltar que la Iglesia
católica impone los libros de texto de sus editoriales en los más de
2.600 centros educativos públicos que gestiona directamente, lo que
redondea el negocio y el adoctrinamiento que practica.
Los otros dos grupos empresariales que controlan el resto del negocio editorial de libros de texto son:
* Hachette Livre.
Precisamente, otro importante beneficiario es el grupo Hachette que,
aparte de la editorial católica Bruño, también se hizo en 2004 con el
importante Grupo Anaya donde se incluyen marcas como Algaida, Vox,
Cátedra, Pirámide o Alianza.
Este grupo es propiedad del
conglomerado francés Lagardère que, además de dedicarse a la
publicación, tiene una línea de negocio armamentística a través de la
sociedad EADS, creadora, entre otros proyectos, del Airbus.
Grupo PRISA. Es
el gigante de la comunicación española, propietario de El País, la
Cadena Ser, etcétera. Su sección de negocio editorial lo comprende la
Editorial Santillana, de la que recientemente ha vendido un 25% del
capital al fondo de inversión estadounidense Liberty.
El nuevo
consejo de administración de PRISA está integrado por personajes como
Ernesto Zedillo, expresidente de México bajo cuyo mandato se produjo el
levantamiento campesino del EZLN, Nicolas Berggruen, con un patrimonio
personal de más de 2.000 millones de dólares o, como no, Juan Luis
Cebrián, hijo de Vicente Cebrián, importante cargo de la prensa
franquista y director del diario Arriba de la Falange.
¿Son necesarios hoy en día los libros de texto?
En la era de la información el libro de texto tal y como se conoce es
un búnker al margen de la realidad. Se obliga a los escolares a un
conocimiento unidireccional, normalmente de calidad pésima, sin
proporcionarles herramientas de acceso al conocimiento global. El
conocimiento que se adquiere es de naturaleza memorística, sin que el
alumno pueda participar activamente de los saberes que se le inculcan,
limitándose a abrir el libro por la página que señala el maestro y
aprenderse la lección, la más de las veces incompleta y sesgada.
Conociendo a los que se encargan de elaborar las materias que han de
estudiar nuestros escolares no es de extrañar que la educación así
concebida esté manipulada en demasiadas ocasiones. El discurso dominante
se repite machaconamente desde la escuela y así nos encontramos con
textos que recitan los mantras habituales del neoliberalismo y que
ocultan gran parte de la realidad social y ecológica del planeta, como
demuestra el estudio comparativo sobre contenidos de libros de texto realizado por Ecologistas en Acción
En
el extremo más descarado podemos encontrar libros enteramente dedicados
a inculcar los valores del capitalismo salvaje entre los niños, como es
el caso de “Mi primer libro de Economía, Ahorro e Inversión”, incluido
por la Junta de Castilla la Mancha para el curso 2013/14 como texto que
sustituye a la defenestrada Educación para la Ciudadanía, un material
que parte de la defensa a ultranza de la iniciativa económica privada en
la generación de riqueza y el fomento del espíritu emprendedor, piedra
angular del pensamiento económico del PP y que ha sido elaborado por una
directora de la entidad financiera “Inversis Banco”.
Este
modelo educativo es sumamente beneficioso para las clases dominantes,
que pueden repetir sus dogmas sin prácticamente oposición. Una educación
basada en la búsqueda de información y el procesado de la misma por
parte del alumnado no les interesa en absoluto ya que abre la puerta a
realidades alternativas. Es tal la oposición del cártel editorial a
cualquier innovación tecnológica en la escuela, que han llegado a acusar
a alguna administración pública de piratería por tratar de introducir el libro electrónico en las aulas.
Frente a esta situación de auténtica tiranía del libro de texto –
económica e ideológica - se alzan cada vez más voces críticas entre el
profesorado, con iniciativas tan interesantes como El día sin libro de texto , la Asociación Otra escuela es posible , aulas virtuales como la de la Plataforma Educativa Aragonesa y muchas más.
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