Theodor Friedrich,
representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO) en Cuba, reconoció que la Isla es el único país
en la región en erradicar completamente el hambre, Frederich
respondió así a la pregunta de cuál ha sido el adelanto o el retroceso
de los programas alimentarios en América Latina y qué países de la
región cumplirán con las metas del Milenio relacionada con la
disminución del hambre.
"Afortunadamente -dijo- en América
Latina los programas alimentarios implementados en los últimos años,
contrario a algunas otras regiones del mundo, han demostrado su efectos y
se ve un impacto positivo hacia el cumplimiento, sobre todo, del
Objetivo de Desarrollo del Milenio de erradicar la pobreza extrema y el
hambre. Adelantos se han registrado por ejemplo en Brasil con el
programa de Fome Zero, y en otros países enfocados a grupos vulnerables y
el establecimiento de redes de protección social, y de tal forma un
número de naciones de la región han demostrado una cierta resistencia
ante la crisis económica.
"Según datos de la reciente
publicación del Estado de inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI
2013) y de otras fuentes de Naciones Unidas y CEPAL, la misma crisis ha
causado también retrocesos con una afectación de la economía nacional.
Dentro de la región sobre todo el avance en la subregión del Caribe es
demasiado lento como para alcanzar esa meta. En la última década la tasa
de desnutrición en América Latina se redujo casi 50 %, mientras en el
Caribe bajó solo 30 %.
“América Latina sigue siendo la región
con más desigualdad, factor que impide el derecho a la alimentación, y
excluye a algunos grupos vulnerables de la participación económica y/o
política.
"Aunque se destaca por sus altas exportaciones de
materias primas, incluyendo alimentos, todavía hay gran parte de la
población que no dispone de un acceso asegurado a alimentos. Esto es
reflejo, sobre todo de una falta de voluntad política en algunos países.
Otro punto que está causando retroceso es la alta tasa de crimen e
inseguridad. América Latina se destaca en el mundo por su elevada
incidencia de violencia, incluyendo el crimen organizado. Otros puntos a
añadir son la explotación indiscriminada de los recursos naturales con
consecuencias en el medio ambiente, las grandes disparidades entre zonas
urbanas y rurales, la afectación de la región por el cambio climático y
la inestabilidad política y, por tanto, institucional en algunos
países.
"En el área todavía existen millones de personas
sufriendo hambre, pero se espera que se reduzca a la mitad tanto la tasa
de pobreza extrema como de hambre. Algunas naciones ya cumplieron esta
meta, entre estos Cuba, Brasil, Chile, República Dominicana, Honduras,
Panamá, Uruguay, Guayana, Nicaragua, Perú y Venezuela.
"En la
Cumbre Mundial de Alimentación de 1996 se puso otra meta: la de reducir a
la mitad el número absoluto de hambrientos. Aunque una meta mucho más
rígida, ya ha sido alcanzada por Cuba, Guyana, Nicaragua, Perú y
Venezuela. Durante este evento Mundial el líder de la Revolución cubana
Fidel Castro Ruz se opuso claramente a esta meta, pues insistió que lo
fundamental era la erradicación completa del hambre, que por lo menos en
Cuba ya también se alcanzó. Se espera que Argentina y México la
reduzcan al 50 % en 2015, mientras Haití, Jamaica, Trinidad y Tobago,
Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador y Surinam tendrán dificultades
de alcanzar ese compromiso si no hay un cambio significativo. Algunos
países de la región incluso registran un empeoramiento de la situación,
como Guatemala y Paraguay".
-¿Cómo considera usted las relaciones entre la FAO y Cuba?
- En general se mantienen muy buenas relaciones en un clima de mutuo
respeto y confianza entre Cuba y la FAO, reflejados también en la
colaboración durante la presidencia pro tempore de la Isla en la
Comunidad de Estados Latinoame-ricanos y Caribeños (CELAC) y las
actividades relacionadas con la erradicación del hambre en la región.
"Además hay una participación muy activa de este país en programas de
cooperación Sur-Sur y en comisiones y convenciones regionales e
internacionales auspiciadas por esta organización. Sin embargo, tal como
la Mayor de las Antillas, también la FAO atraviesa una crisis
presupuestaria que puede afectar sus operaciones. Por lo tanto hay que
repensar el modus operandi de la FAO en Cuba, pues este organismo no es
un donante, sino una agencia especializada en alimentación y agricultura
al servicio de los países miembros. Esta función en el futuro podría
ser mejor aprovechada por el país".
-¿Cómo podría Cuba beneficiarse aún más de esa colaboración?
“- La FAO de por sí es una agencia especializada de las Naciones Unidas
con funciones técnicas. Está poniendo al alcance de sus países miembros
conceptos, tecnologías, estratégicas que incluyen políticas
sectoriales, y complementa los conocimientos de estos miembros con ideas
diferentes o nuevas que provienen de otras naciones miembros o de las
redes de instituciones de investigación científica internacional. De tal
forma la FAO solo dispone de fondos propios muy limitados para
asistencias y consultorías pequeñas y puntuales los que han sido
reducidos en los últimos años. En el pasado, las intervenciones de ayuda
de FAO a Cuba han sido limitadas a proyectos de este tipo, financiados
por fondos que los países miembros han asignado al organismo para
proyectos de cooperación técnica limitada. En muy pocas ocasiones la FAO
ha sido involucrada en programas y proyectos de mayor envergadura en el
sector de desarrollo agrícola y rural y en el del desarrollo de las
cadenas alimentarias. Incluso, en los pocos casos que la FAO participó
en tales programas, el servicio solicitado fue más que todo de provisión
y compra de insumos y no en asistencia técnica en nuevos conceptos
agrícolas.
"Esta situación contrasta mucho con otros países
miembros de la FAO, que aprovechan los servicios de asistencia técnica
hasta en asesorías en sectores de estrategias y políticas sectoriales o
para el manejo de programas sustanciales de desarrollo agrícola de forma
sostenible y en respuesta a los retos del cambio climático. En estos
casos los países miembros se preocupan de usar tales servicios bajo
proyectos financiados por donantes, o incluso de fondos propios de las
naciones o de créditos para el desarrollo rural que el país ha recibido
de otros donantes o de bancos de desarrollo, como el Fondo Internacional
de Desarrollo Agrícola (FIDA).
"En una gran parte de proyectos
que el FIDA, por ejemplo, tiene en África promoviendo la Agricultura de
Conservación, la FAO es la contraparte natural para la implementación
de estos programas. En muchos otros países, incluso de la región, la FAO
está ejecutando proyectos de fondos fiduciarios unilaterales -por sus
siglas en inglés llamados UTF- es decir con fondos del propio país
miembro, que emplea los servicios de la FAO como una organización
consultora. En este país, según mi conocimiento, tal modalidad de
proyecto nunca se ha usado con nuestro organismo, que dispone de muchos
conceptos de interés para Cuba en vista de los nuevos lineamientos y de
la prioridad declarada del gobierno de recuperar la producción de
alimentos para sustituir importaciones, como el concepto de la
intensificación sostenible basada en la Agricultura de Conservación,
pero también en el desarrollo sectorial de la infraestructura y
organización de las cadenas de valor, incluyendo sistemas de mercadeo,
formas organizativas como el cooperativismo y la agricultura familiar,
asuntos de políticas sectoriales, la determinación de sistemas de
precios o estrategias para una mecanización agrícola, por solo men
cionar algunas. En estos sentidos veo todavía amplias reservas de
eficiencia en el aprovechamiento de la FAO en Cuba".
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