Como si la gran mayoría de maestros estuvieran pasando por el mejor momento de sus vidas, hay quienes, desde las esferas gubernamentales y representaciones sindicales burocráticas responsables de la pérdida de los derechos consignados en la Ley del Profesorado 24029, se aprestan a mencionar la frase ¡Feliz Día Maestro! sin rubor alguno. Y es que tanto ha calado la campaña mediática del gobierno que la expresión popular “más me pegas más te aguanto” parece volverse realidad en la actualidad en algunos maestros frente a quienes los agreden.
Sin embargo, estoy seguro que la amplia mayoría de maestros que aún mantienen su relación laboral con el estado se dan cuenta de la situación por la que están atravesando frente a un gobierno indolente y servil a los intereses de los patrocinadores del modelo económico neoliberal. Saben que han despedido a miles de sus colegas por cumplir 65 años, han sido testigos del despido de otros miles de maestros interinos con y sin título pedagógico, han visto como muchos directores y sub directores han sido violentados en sus derechos de mantenerse en sus cargos pese al haberlos obtenido por concursos.
Pero eso no se queda ahí, ya se vocea la próxima aplicación de la evaluación de desempeño que no es otra cosa que parte de un proceso de una nueva oleada de despidos, puesto que con carácter de obligatorio todos los maestros actualmente en servicio tendrán que rendir dicha prueba. Y para cerrar el círculo de abuso y explotación acaban de promulgar la Ley 30328, del Contrato del Servicio Docente. Si la Ley 29944 es de contrato por tres años prorrogable, este último es de contrato por lo que dura el año escolar, más denigrante y esclavista aún que la llamada ley “pulpín” que motivó la movilización de miles de jóvenes estudiantes y trabajadores
Es decir, ¿Los maestros pueden sentirse felices por esta cruel realidad?, sinceramente no creo que haya tanto conformismo y resignación para no convertir el DÍA DEL MAESTRO en un acontecimiento de rechazo a la política educativa del gobierno y NO aceptar ningún tipo de celebraciones que no sean los saludos sinceros y honestos de los alumnos y padres de familia.
Claro está que un pequeño sector de maestros, que coyunturalmente ha visto mejorar su economía al acceder a las nuevas escalas y/o cargos directivos y que piensan que eso será eterno, no se sienten en la necesidad de solidarizarse con la mayoría, están en su derecho; pero, tienen que ser conscientes que frente al modelo no son intocables si es que no se convierten en aplicadores de éste, como lo son algunos malos dirigentes.
Por lo tanto, este 06 de julio debe ser un día de rebeldía magisterial frente a los abusos del gobierno. Recuperar el carácter de LIDER SOCIAL con la que Don José Antonio Encinas denominó a los maestros del Perú.
29 / 06 / 2015
Felipe Torres Andrade
MI PALABRA
Lima, Perú.
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