La clase se detuvo dos veces: la primera para enfatizar la importancia de la disciplina en la organización
Por Alex Mensing
Especial para The Narco News Bulletin
29 de agosto 2013
Entre el 11 y el 17 de agosto, los zapatistas trajeron a más de 
1.500 personas a sus comunidades para asistir a la Escuelita Zapatista. 
De acuerdo con un comunicado del EZLN
 de febrero pasado, en una curso titulado Libertad según l@s Zapatistas:
 Gobierno Autónomo I, nuestr@s compas bases de apoyo zapatistas van a 
compartir lo poco que hemos aprendido de la lucha por la libertad,  y 
l@s compas de la Sexta ahí verán qué les sirve y qué no para sus luchas.
|  Los alumnos se forman para registrarse para la primera “Escuelita Zapatista” en el CIDECI, el Centro Indígena de Capacitación Integral. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
En
 muchos sentidos, la Escuelita no era una escuela típica. Los maestros 
no tenían títulos, los libros de texto no citaban a prestigiosos 
académicos anteriores, y los salones de clase no tenían pizarrón. La 
clase estaba en sesión 24 horas al día y la sección de preguntas y 
respuestas estaba abierta todo el día. Y, sin lugar a dudas, los temas 
no eran ordinarios.
Algunas de las lecciones impartidas en la Escuelita se entregaban en
 lecturas de cuadernos de texto y presentaciones de autoridades 
zapatistas. Pero la mayoría de las lecciones más importantes se 
aprendían al compartir el hospedaje, las comidas, el trabajo la vida y 
las conversaciones con las familias y guardianes zapatistas anfitriones 
de los estudiantes en sus pequeñas y remotas comunidades durante los 
días que duró la Escuelita.
De acuerdo con los zapatistas, el objetivo de la Escuelita era 
mostrar a las personas de afuera su territorio y la forma en qué 
organizaron su lucha por autonomía, con la esperanza que los estudiantes
 compartieran la experiencia con otros y usaran lo que aprendieron para 
organizar sus propios movimientos de resistencia. Pero la escuela no se 
trató mucho de “cómo hacerlo” sino “te muestro y te cuento”, más bien. 
“Esto es lo que hacemos. ¿Preguntas?” De esa manera, la observación era 
la clave de aprendizaje en esta escuela.
Algunos principios básicos de su proceso de organización pueden 
sacarse de sus cuadernos de texto y experiencia, como la disciplina y el
 trabajo duro, el acercamiento cara a cara de las comunidades, 
planeación a largo plazo, reducción de la dependencia gubernamental a 
través de proyectos colectivos de trabajo, evitar la confrontación con 
el enemigo y enfatizar la experiencia compartida para convencer a los 
vecinos que no simpatizan con ellos. La estructura de su gobierno 
autónomo también revela aspectos clave de la resistencia y democracia 
zapatista.
Listo para la Escuela
En las primeras horas de la mañana del 11 de agosto, decenas de 
camionetas de pasajeros comenzaron a llegar al Centro Indígena de 
Capacitación Integral (CIDECI) en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 
en el sur de México. Las camionetas venían de territorio zapatista, 
“donde el pueblo manda y el gobierno obedece.” Cada vehículo tenía una 
conductora mujer y uno hombre, cada uno de distintas comunidades 
zapatistas. Algunas comunidades se encuentran a unas 10 horas de 
distancia. Todas llegaron a tiempo.
Más tarde esa mañana hubo una segunda oleada de arribos, los 
pasajeros de las camionetas volverían a territorio zapatista más tarde 
ese día. Eran invitados de la Escuelita Zapatista, un curso de inmersión
 de una semana en gobierno autónomo zapatista. Eran de todos los 
rincones del mundo, de todas las edades, y no todos estuvieron a tiempo.
La Escuelita Zapatista fue anunciada a principios de 2013 en un de 
los muchos comunicados desde su resurgimiento público en diciembre 
pasado. Poco a poco, fueron difundiendo más información sobre la 
escuela. Los estudiantes serían hospedados por familias zapatistas, así 
que no debían traer su comida o alojamiento. Tampoco debían venir con la
 expectativa de aprender cuestiones militares del EZLN—la
 escuela se trataba de autogobierno y autonomía, y no sobre su 
resistencia armada. ¿El costo para asistir? Además de tener que llegar a
 San Cristóbal, 100 pesos por cuatro libros y dos DVD que ellos proporcionarían. Menos de ocho dólares.
En su característico estilo político, los primeros cuatro anuncios 
acerca de los estudiantes describían a las personas que NO estarían en 
la escuela: líderes de movimientos sociales que han sido desaparecidos, 
presos políticos, y aquellos que llegaron antes y enseñaron a los 
zapatistas como organizarse y resistir. Sobre aquellos que SÍ estarían: 
1,700 personas, de cinco continentes, de entre 11 meses a 90 años (con 
una gran concentración de 20 y 30 añeros), independientes o de 
colectivos, de instituciones académicas, y grupos solidarios.
| Un hombre camina por la calle en Rosario Río Blanco, en el municipio autónomo de San Pedro Michoacán. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
Los estudiantes se registraron en el CIDECI
 y fueron asignados a uno de los cinco caracoles zapatistas, como se 
conocen las regiones autónomas. Aquellos sin invitación no fueron 
aceptados. Mientras los organizadores registraban a una larga lista de 
los que llegaron tarde, música en vivo entretenía a la gente y los 
colectivos vendían los típicos artículos revolucionarios: camisetas, 
posters, cuadernos, publicaciones, etc. Mientras tanto, los zapatistas 
encapuchados esperaban.
Luego vino la primera lección de organización zapatista: ejecución 
rápida de las órdenes. La salida de la primera caravana fue anunciada, 
con destino a La Realidad, el caracol más lejano. Esperaban diez horas 
de viaje, y querían empezarlo pronto. En tan sólo minutos, los 
estudiantes destinados a La Realidad fueron alineados en la entrada, 
incluyéndome. Minutos después, nosotros con nuestro equipaje estábamos a
 bordo… excepto aquellos estudiantes que habían llegado tarde o no 
escucharon el anuncio. Por suerte para ellos, pudieron alistarse 
rápidamente.
La Realidad
En el Caracol I, La Realidad, fuimos recibidos a la 1 am por todos 
los zapatistas en formación ordenada, con las caras cubiertas por 
pasamontañas o paliacates rojos.  Los estudiantes cansados caminaron a 
través del barro y se pararon bajo la llovizna mientras la comunidad 
cantaba el himno mexicano y zapatista. Algunos estudiantes se quedaron a
 bailar luego del recibimiento, muchos otros fueron a dormir en el piso 
de concreto en los espacios designados para su alojamiento.
Cuando los cursos comenzaron al día siguiente, los presentadores 
zapatistas anunciaron que “a través de nuestro voz habla la voz del 
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.” Todos los maestros, las 
familias anfitrionas, y guardianes habían sido declarados portavoces del
 EZLN durante la duración de la Escuelita, 
dejando en claro el punto que aprender de la autonomía zapatista es 
aprender de la sociedad zapatista en su conjunto.
Esa horizontalidad, como fue remarcada en la primera clase, es una 
parte fundamental para su gobierno autónomo. Los presentadores nos 
introducían en la estructura de su gobierno, algo a lo que muchos ya 
están familiarizados. El lenguaje del “buen gobierno” y “mal gobierno” 
que los zapatistas usan dice mucho—su gobierno tiene un tipo de 
estructura paralela al gobierno tradicional, pero las mecánicas y 
esencia son distintas. Muchas características de su gobierno autónomo 
fueron explicadas por los zapatistas en relación con el comportamiento 
del gobierno mexicano.
“No hacemos campañas electorales,” explicó el presentador. “No 
gastamos montones de dinero para elegir a un líder. Los representantes 
no están elegidos antes de que la gente vote.” Todas las leyes o 
proyectos, los representantes comunitarios y servidores públicos 
(maestros, promotores de salud, etc.) en todos los niveles de gobierno 
(local, municipal, regional), son elegidos directamente por la gente, 
que aprueba o desaprueba las propuestas del gobierno.
El servicio público es realizado por iniciativa y no por recibir un 
pago. Cualquier puede convertirse en “líder”. En el sentido estricto, no
 hay líderes, sólo miembros de la comunidad en distintos roles. Esto 
asegura que el gobierno, la organización, no pueda ir contra la voluntad
 del pueblo.
Durante la primera clase, la importancia de la historia del 
movimiento zapatista fue clara. Entienden que su movimiento es parte de 
un hilo histórico de opresión y resistencia. Uno que se construye de sí 
mismo y no olvida, la historia completa es relevante. Los 
acontecimientos importantes en su entendimiento de la historia son bien 
conocidos:
- Antes de que llegaran los españoles, los pueblos indígenas vivían en pequeñas comunidades y tradiciones culturales que le daban forma a su relación en común y con la tierra que trabajaban.
-La Conquista española destruyó su tejido social e hizo que la gente trabajara como individuos en un sistema de explotación.
-En 1810, Miguel Hidalgo condujo a los campesinos a la independencia de la corona española, pero México permaneció en las manos de los ricos. Ellos consideran esto como la primer manifestación de inconformidad.
-En 1910, Emiliano Zapata luchó en la Revolución por “Tierra y Libertad,” logrando el sistema ejidal (tierras de propiedad comunal).
-Durante el Siglo XX, los terratenientes carcomieron las ventajas obtenidas por el sistema ejidal y, junto con gobiernos corruptos, oprimieron a las comunidades indígenas.
-En 1983 se forma el EZLN y llega a Chiapas, comenzando a entrenar y organizar.
-En 1994 el levantamiento armado del EZLN logra espacio para el diálogo y la autonomía.
-En 2003 se forman las Juntas de Buen Gobierno para organizar el gobierno y autonomía zapatista.
Cuando hablan sobre su autonomía en un contexto histórico, 
consideran que lo que han logrado en los últimos 19 años ha sido más 
importante que lo logrado en los últimos 500.  Esta historia estaba muy 
presente para los presentadores, así como  para otros zapatistas con los
 que hablé. En su opinión, les da fuerza, sentido y contexto a sus 
esfuerzos de organización. Mi familia anfitriona y mi guardián me 
preguntaron luego tranquilamente sobre la historia y presente de los 
movimientos de resistencia civil en mi país.
Cuando un estudiante le preguntó al panel zapatista si tenían planes
 de brindar enseñanza superior, la respuesta reveló que su movimiento 
tiene ciertos objetivos y su organización  tiene prioridades.  De 
acuerdo al representante que respondió la pregunta, quieren que sus 
hijos aprendan a leer, a escribir, a hacer las cuentas requeridas en las
 empresas de su gobierno y colectivo, a entenderá la verdadera historia 
de su lucha y a entender el mundo natural a su alrededor y su relación 
tradicional con él. Así que no, no piensan hacer una universidad, dijo, 
“pero ese no es el problema. El problema es el pinche sistema.”
Otra presentación fue dedicada a la importancia de sus propios 
medios de comunicación. En cada uno de los cinco territorios tienen dos 
radios comunitarias, dijo el presentador. Esto les permite distribuir la
 “voz, palabra y trabajo” de todos por igual.  Cuando el gobierno trata 
de engañarlos o les envía paramilitares, señaló el presentador, sus 
cámaras y radios les permite registrar lo que sucede y difundirlo. El 
gobierno tiene sus propios medios, explican, así que tuvieron que crear 
los propios.  De hecho, más tarde durante la escuela, mi guardian me 
informó que la Fuerza Aérea Mexicana hizo sobrevuelos a baja altura de 
las comunidades la noche anterior. Lo había sabido a través de la radio 
comunitaria.
Otras lecciones claves surgieron de la primer clase:
La libertad no es algo que se pide, sino algo que se toma; su forma 
de autogobierno no vino de un libro, sino del análisis de las 
necesidades y estructura de su sociedad; el trabajo de la resistencia 
civil requiere que la gente esté consciente e informada de lo que están 
haciendo.
La clase se detuvo dos veces. La primera interrupción fue por varios
 momentos en que los zapatistas enfatizaron la importancia de la 
disciplina en su organización y cuando los representantes de los grupos 
activistas de todo el mundo se les mostró su carencia en esta habilidad 
particular. Una autoridad zapatista tomó el micrófono y observó que 
muchos estudiantes se estaban parando para caminar por ahí, para ir a la
 tienda cercana y comprar café o galletas, o alguna otra cosa.  “No 
queremos que se distraigan. Les recordamos que el pozol se servirá a la 1
 pm. Queremos que entiendan las presentaciones.” En ningún momento sin 
humor, el presentador llamó a la seguridad zapatista para que nadie se 
quedara dormido. La segunda otra interrupción fue, por supuesto, el 
pozol, una bebida a base de maíz que proporciona la energía necesaria al
 mediodía para muchos campesinos en Chiapas.
Una segunda lección de disciplina zapatista fue dada esa tarde, pero
 al igual que muchas de las enseñanzas de la Escuelita, fue conocida 
luego de observar. Todos teníamos la instrucción de pararnos en 
formación mientras anunciaban nombres para que los estudiantes se 
juntaran con sus guardianes. Mientras los zapatistas anunciaban los 
nombres, fue claro que muchos estudiantes no estaban presentes. Muchos 
otros estudiantes rompieron la formación y comenzaron a platicar. Cada 
vez que el nombre de un zapatista fue anunciado, aparecían prácticamente
 de inmediato. Muchos de los nombres de los estudiantes no fueron 
respondidos por varios minutos. Una mirada rápida a los guardianes 
zapatistas, parados calmadamente en filas ordenadas, fue suficiente para
 deducir una lección táctica. Nos moveríamos más rápido y aprenderíamos 
más si practicaramos la disciplina. Tardamos tanto que tuvimos que pasar
 una noche extra ahí antes de viajar a nuestras comunidades.
La ventaja de quedarnos otra noche en el cuartel del caracol fue 
que, sin nada más qué hacer, pudimos probar la tradición musical 
zapatista. Después de todo, no puedes mantener una lucha de 30 años sin 
alguna canción y un baile. Un zapatista que tocaba la guitarra 
finalmente fue convencido para tocar algunos corridos que contaban sus 
historias de resistencia. Después de todo, las letras revelaban 
conmovedoramente la profundidad del sufrimiento que algunos miembros del
 movimiento sentían. Algunas partes:
“Lo mató el maldito gobierno
nada más por exigir la justicia.” “Los asesinos eran soldados de línea
vestidos de campesinos
cuando él dormido estaba
mataron su mujer y niños”
Sin embargo, no todo es sufrimiento.
“Mira que la hora ya llegó
Y no se puede andar de espectador.
La lucha del pueblo es sin parar
hasta ver el triunfo popular.”
|  El camino es sinuoso y la transportación no es fácil entre los bosques de Rosario Río Blanco y La Realidad. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
Al
 día siguiente, luego de tres horas en un camión de basura y un caluroso
 recibimiento por parte de la comunidad zapatista de Rosario Río Blanco,
 el periodo de inmersión en la escuela había comenzado. Por los 
siguientes tres días, mi guardián Jorge, mi “padre” anfitrión Rodolfo y 
yo nos levantamos a las 4:30 a.m. para el desayuno que la esposa de 
Rodolfo, Rosa, ya había preparado. Fuimos a trabajar en el campo hasta 
el mediodía, con un descanso a las 9 para tomar pozol, luego descansamos
 un poco, nos bañamos en el río, y almorzamos. El resto de cada día 
estaba dedicado a estudiar: leer los textos, hablar sobre su 
autogobierno, o visitar algunos edificios “institucionales” del pueblo. 
Así es como la comunidad de Rosario Blanco decidió llevar a cabo la 
Escuelita, sin embargo algunos estudiantes en otras comunidades tuvieron
 experiencias un poco distintas. El leer, trabajar, comer y caminar por 
el pueblo fueron lecciones distintas sobre la organización zapatista.
Los cuadernos
Los cuadernos de texto para la Escuelita Zapatista, de acuerdo al comunicado de febrero,
“son producto de las reuniones que las bases de apoyo zapatistas de 
todas las zonas realizaron para evaluar los trabajos de la organización.
Compañeras y compañeros tzotziles, choles, tzeltales, tojolabales, 
mames, zoques y mestizos, procedentes de las comunidades en resistencia 
de los 5 caracoles, se preguntaron y se respondieron entre sí, 
intercambiaron sus experiencias (que son diferentes según cada zona), 
criticaron, se autocriticaron, y evaluaron lo que llevan avanzado y lo 
que falta por hacer.  Esas reuniones fueron coordinadas por nuestro 
compañero Subcomandante Insurgente Moisés y fueron grabadas, transcritas
 y trabajadas para la elaboración de los cuadernos de texto.”
Una de las lecciones que aparecía varias veces en los cuadernos era 
la importancia de no sobrecargar de trabajo  a los miembros de la 
organización. Desde su creación en el 2003, casi todas las Juntas de 
Buen Gobierno (el nivel más grande de los cuerpos de representación 
zapatista) han incrementado el número de representantes y disminuido el 
número de tiempo necesario para hacer un trabajo de gobierno. Como un 
portavoz del cuartel del caracol había mencionado, “nos dimos cuenta que
 tenemos familias.” Cada familia zapatista tiene que mantener sus 
propios campos y hogares. Además de ese trabajo, los representantes 
hacen sus labores de gobierno.
Un colaborador de los cuadernos, Artemio de La Garrucha, comentó que
 “los cambios de los turnos tardaban hasta meses, dos o tres meses,”, y 
los representantes de las Juntas tenían otras posiciones 
gubernamentales. “Cuando se eligieron los 24 elementos sólo para la 
Junta se organizaron en tres turnos de ocho compañeros cada turno y cada
 turno quedó 10 días. Eso es lo que se acordó para llevar el proceso más
 seguido, que no se nos haya olvidado cuando llegue otra vez nuestro 
turno.” Antes de eso, muchos representantes no cumplían sus rotaciones 
de trabajo, por necesidades en el hogar.
Incluso con estos cambios, muchos zapatistas se cansan en su 
trabajo. Rosalinda, representante del caracol de Oventik, relató en los 
cuadernos que en un punto 70 por ciento de sus funcionarios de salud y 
educación habían dejado sus puestos, e incluso algunos habían dejado el 
zapatismo por completo.  Al hablar con mi guardián y la familia sobre 
esto, aprendí algo interesante sobre los zapatistas.
“¿Qué haces para mantener a la gente en sus puestos y en la 
organización?” les pregunté. Me miraron de una forma extraña, y mi 
guardián respondió “Nada. En esta lucha todos somos libres. Si les 
dijéramos que se quedaran, se sentirían obligados, y entonces seríamos 
como el mal gobierno. Si alguien se va de la organización, es porque ha 
cambiado su forma de pensar. Nosotros continuamos trabajando, y cuando 
quieran ser parte de ello, pueden volver.”
Debo admitir que al principio fue una sorpresa para mí, al venir de los EEUU
 donde hay un énfasis desmesurado en el crecimiento. Los zapatistas han 
aprendido que la fortaleza de la organización no viene simplemente de 
sus números, sino de la calidad y dedicación de sus miembros. Organizar y
 resistir es un trabajo difícil, y siempre habrá gente que no quiera 
participar, dijeron mis anfitriones. Uno de los siete principios de 
gobierno autónomo zapatista es “convencer y no vencer.”
Y ni que decir de que no hacen esfuerzos por convencer a sus vecinos
 para unirse a la lucha. Además de mostrar con ejemplos, practican la 
estrategia que se ha utilizado para construir muchos movimientos 
sociales no violentos: poner énfasis en las experiencias compartidas. 
Los zapatistas siempre hablan con miembros de las comunidades que no 
simpatizan con ellos (en persona y a través de sus radios comunitarias, 
que son escuchadas por muchos que no son zapatistas) sobre su identidad 
indígena compartida y la opresión histórica y continua. También 
practican la no confrontación con la gente que consideran hermanos y 
hermanas, resistiendo la provocación cuando el gobierno propaga los 
conflictos intercomunitarios.
Los cuadernos de texto también enseñan la importancia de convertir 
la ayuda externa en independencia interna. En otras palabras, las 
donaciones de grupos solidarios casi siempre se invierten en el 
establecimiento de proyectos colectivos de trabajo que generen sus 
propios ingresos. Los proyectos colectivos de trabajo son parte de la 
esencia de la autonomía zapatista.
|  El escenario de la “Escuelita Zapatista” en La Realidad lleva las figuras de los subcomandantes y de Emiliano Zapata. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
Un
 cuaderno incluía el testimonio de Alex de La Garrucha, quien describía 
cómo su región había invertido en la compra de ganado, que es cuidado 
colectivamente por los miembros de cada comunidad en una base 
rotacional. “El objetivo de este trabajo”, dijo Alex, “es que los 
donativos que hay en la Junta no se mal gasten así nomás en cualquier 
necesidad que hay, por eso se creó esa idea de formar un colectivo de 
zona para que un día tengamos de dónde sostenernos, no esperar a que 
haya alguna ONG que dé proyectos para la Junta de Buen Gobierno.”
Ahora algo sobre igualdad de género en la organización zapatista. 
Uno de los cuatro cuadernos de texto estaba dedicado a la participación 
de las mujeres en los gobiernos autónomos. Para alentar la participación
 de las mujeres, los zapatistas de cada comunidad así como sus 
representantes de gobierno celebraban asambleas para discutir la 
importancia de la participación de las mujeres. También tenían una 
estrategia a largo plazo de proporcionar educación con igualdad, debido a
 que muchas mujeres mayores no tuvieron la oportunidad de ir a la 
escuela y no saben leer, escribir, o las matemáticas requeridas para 
hacer las cuentas financieras.
Los desafíos para la participación de las mujeres incluyen desde los
 hombres zapatistas que no dejan que su esposa o hijas trabajen fuera 
del hogar, a mujeres que se niegan a tomar puestos de gobierno, 
argumentando que son incapaces o analfabetas, o que están preocupadas 
porque sus familias no puedan cocinar, lavar o hacer otra de sus 
tradicionales tareas.  Algunas mujeres dejan sus puestos de gobierno 
cuando se casan.
Sin embargo, debido a la profundidad y al impulso generacional de la
 cultura tradicional (algo que, en muchos casos, los zapatistas buscan 
mantener), el progreso que los zapatistas han logrado en igualdad de 
género en los últimos treinta años, aunque incompleto, es impresionante.
 Mi guardián era un compañero zapatista ejemplar que cocina, lava y 
alienta a que su esposa participe, aprenda y viaje. (No es que necesite 
mucho aliento. Luego de reunirme con ella, es fácil ver que nunca se 
hubiera casado con un machista.)
Cómo afilar el machete
La primera mañana de trabajo, aprendí a afilar un machete. 
Desafortunadamente,  debido a que aprendí a afilarlo antes que a 
blandirlo, me corté el dedo muy rápido… Cuando mi guardián volvió con 
una venda (luego de recoger hojas de una planta para ayudar a la 
cicatrización), nos sentamos y platicamos. Esa fue la primera vez  que 
Rodolfo y Jorge me preguntaron sobre mí. Cuando les expliqué que viajaba
 y escribía sobre la influencia de los EEUU en
 América Latina, me empezaron a hablar sobre las trasnacionales 
estadounidenses, el neoliberalismo y las semillas transgénicas.
Los zapatistas ven a los movimientos sociales globales como 
relevantes entre sí, como parte del sistema capitalista global, y aún 
así entienden cada comunidad y cada movimiento como algo internamente 
independiente. Cuándo les pregunté si tenían algo específico que decirle
 a un ciudadano estadounidense, ambos dijeron “no.”  Con insistencia, 
explicaron que cada uno debía hacer su propio movimiento. Y al mismo 
tiempo dijeron, la lucha zapatista es para todo el mundo. Como dice la 
frase zapatista, luchan por “un mundo donde quepan muchos mundos.”
Al día siguiente, cuando hablábamos de tomar un descanso para tomar 
pozol en el maizal, Rodolfo me enseño a decir “vamos a tomar pozol” en 
su idioma nativo, tojolabal. Wah kuti pichi, repetí. Luego me 
miró y dijo, “¿sabes por qué tomamos juntos el pozol?” Pensé en muchas 
respuestas para esa pregunta, pero no tenía idea de la respuesta que 
buscaba.
“Tomamos pozol juntos,” dijo Rodolfo, “porque en la lucha zapatista 
hacemos todo colectivamente. Nadie en la organización recibe más o 
menos. Tomar pozol uno sólo en un grupo es algo individualista.” Esta 
afirmación repentina de Rodolfo llevó mi entendimiento de igualdad 
zapatista a otro nivel. Por supuesto, mucha gente habla de igualdad y de
 compartir y cooperación comunitaria. Pero lo que para muchos pareciera 
un grado innecesario de compartir era algo natural y un hecho para 
Rodolfo y Jorge. Cuando los zapatistas dicen que practican un valor, lo 
dicen en serio.
Sin duda alguna, la lección más importante al ver a los zapatistas 
trabajar, es que trabajan muy duro. Trabajan muy, muy duro. Y es por eso
 que han podido construir y mantener su movimiento, su resistencia y su 
independencia. Los hombres y mujeres comienzan a trabajar mucho antes de
 que amanezca, y cuando terminan el trabajo necesario para mantener a su
 familia, participan en proyectos colectivos de trabajo para juntar 
dinero para las medicinas de la comunidad o para los costos de 
transporte de sus representantes de gobierno. O trabajan en los campos o
 cocinan para las familias cuyos miembros trabajan como promotores de 
salud, maestros o miembros de la Junta.
La Escuelita enseñó que los miembros de un movimiento de resistencia
 civil no sólo deben trabajar duro, sino entender el porqué del trabajo 
duro. En el caso de los zapatistas, si no apoyan su propio sistema 
médico, educativo o de justicia, entonces dependerían del gobierno 
mexicano para esos servicios. Y por doscientos años, el gobierno 
mexicano ha fallado en proporcionarle esos servicios o los ha utilizado 
para controlar y manipular a la población. El zapatista promedio lo 
entiende, habla sobre ello y trabajo duro por ello.
Caminando por la cuadra
Una tarde, mi guardián y mi padre anfitrión me llevaron en un 
recorrido por los edificios zapatistas del pueblo. Rosario Río Blanco 
tiene una tienda local, una tienda regional, una escuela y una clínica 
de salud. En la clínica de salud, el promotor de salud nos dio un 
ejemplo de la importancia de la planeación a largo plazo, el compartir 
las habilidades y la paciencia en la organización zapatista.
|  Un mural del subcomandante Marcos adorna una pared en La Realidad. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
Poco
 a poco, los zapatistas han nombrado a miembros de la comunidad para ser
 entrenados como promotores de salud. En un principio, voluntarios 
externos con experiencia médica entrenaban a los zapatistas, pero al 
ganar experiencia, los nuevos promotores de salud han podido entrenar a 
otros, y de alguna manera han entrenado a suficientes personas para 
tener practicantes generales en cada comunidad.
El gobierno zapatista llevó a cabo una asamblea y determinó 47 
factores importantes para mejorar la salud de la población, y ahora que 
hay los suficientes practicantes, luego de años de entrenamiento, han 
comenzado a abordar esos 47 factores en las comunidades zapatistas al 
mismo tiempo. Pero en vez de tratar de trabajar en todos los factores de
 una sola vez, eligieron diez de esos factores para abordar este año, 
2013. Los factores incluyen higiene personal, el uso de mesas para comer
 y el guardar de forma adecuada la madera y los platos, etc.
Al celebrar asambleas locales y al visitar cada hogar para 
asegurarse que estén implementando estas mejoras, los promotores de 
salud ya han comenzado a ver importantes reducciones en las 
enfermedades. Pero el desarrollo organizativo requirió de años de 
planeación a largo plazo y de un extenso entrenamiento y de compartir 
habilidades.
Otro principio importante en el desarrollo del gobierno autónomo 
zapatista, que los promotores de salud y de educación encarnaron, es que
 debes de estar haciendo algo incluso cuando te sientas sin preparación.
 En el caso de prácticamente todos los representantes zapatistas de 
gobierno, maestros y doctores, comenzaron a practicar su papel con poca o
 nula experiencia. Pero al mantener la sana cultura de cooperación, 
reflexión y autoevaluación y crítica, grupos de individuos han podido 
mejorar sus habilidades de acuerdo a las circunstancias y desafíos 
locales. Al final, aprender de la experiencia ha ayudado a que los 
zapatistas construyan un sistema que se ajuste a sus propias 
necesidades.
Conclusión
Al despedirme de mi guardián y agradecerle, su reacción me enseño 
una última lección de organización zapatista. Cuando me di cuenta de la 
dificultad de traducir y de agradecerle por su esfuerzo, (tradujo entre 
tojolabal y español para mí), simplemente me respondió que era su 
trabajo, y que todos en la organización habían hecho su parte para hacer
 posible la Escuelita. Muchos estudiantes experimentaron esto. Los 
zapatistas ven su movimiento como un esfuerzo colectivo, y mientras cada
 individuo es responsable de su tarea, no toman crédito personal por el 
éxito de la organización. Los movimientos sociales deben compartir sus 
responsabilidades y habilidades para lograr sus objetivos. En 
consecuencia, los zapatistas compartieron el crédito por sus logros.
|  El público prestaba atención durante la presentación final anunciando la clausura de la primera “Escuelita Zapatista”. FOTO DR 2013 Alex Mensing | 
Los
 zapatistas invitaron a la gente a ir a su Escuelita para que pudieran 
volver a sus comunidades, sus mundos, y organizar movimientos sociales 
para luchar contra el neoliberalismo, contra la opresión, contra la 
comercialización de los pueblos y el planeta. Pero la escuelita no 
estaba estructurada como una serie de talleres, y no esperaba ser un 
modelo para la revolución. Y la mayoría de los estudiantes con los que 
hablé después no percibieron a la escuelita de esa forma. De hecho, 
muchos dijeron que ya sabían muchas de las cosas que fueron 
explícitamente enseñadas en la Escuelita.
Lo que la Escuelita Zapatista proporcionó a los estudiantes, por 
sobretodo, fue la inmersión en un mundo donde no sólo se habla de 
autonomía, sino que se vive. Vieron en cada acción los principios que ya
 habían leído en internet y en panfletos. Probaron lo que es el trabajo 
duro y la disciplina requerida para construir una resistencia efectiva a
 un sistema poderoso. Hablaron cara a cara con la gente que ha sufrido y
 resistido, los miraron a los ojos mientras contaban historias de 
represión que muy pocos han estado siquiera cerca de experimentar.
El verdadero entrenamiento, los talleres verdaderos, los modelos 
verdaderos, deben construirse  fuera del territorio zapatista. Los 
estudiantes deben convertirse en maestros. Deben diseñar sus propias 
estrategias para alcanzar la autonomía, libertad y justicia; estrategias
 que encuentran su camino a través de los obstáculos de sus propios 
mundos, y que inevitablemente son distintos a los de los Altos de 
Chiapas, pero que tienen los mismos valores fundamentales. Entonces, 
queda por ver el papel que la Escuela Zapatista tendrá mientras los 
estudiantes de su primera generación vuelven a sus lugares de opresión… 
digo, origen.
fuente:
http://narconews.com/Issue67/articulo4711.html
fuente:
http://narconews.com/Issue67/articulo4711.html

 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario