En este país  hay una Guerra que sí –más allá de la 
retórica oficial– determinará el futuro de esta democracia: la gran 
disputa nacional en torno a la educación pública. 
La ofensiva de los autoproclamados reformadores de la educación está 
compuesta por algunas de las fuerzas más poderosas del país, entre ellos
 los hombres más ricos del peru, el gobierno neoliberal, el sector
 financiero, los grandes medios y cabilderos, quienes afirman que el 
problema central de un sistema de enseñanza público en descomposición 
son los maestros de baja calidad y sus sindicatos que defienden el statu quo. 
La solución que proponen, financiada por miles de millones en fondos 
privados, es sujetar el sistema de educación a un modelo empresarial 
guiado por ejecutivos, donde se evalúa a los docentes exclusivamente en 
torno a exámenes estandarizados y se mide todo por esquemas de datos 
bajo normas que se aplican al sector privado. A la vez, se busca aplicar
 el 
libre mercadoal sector educativo, con esfuerzos para privatizar algunos segmentos y contratar cada vez más servicios del sector privado en la enseñanza pública.
En esta 
guerra, el enemigo son los maestros y sus sindicatos, a quienes culpan de resistir el cambio, proteger sus intereses mezquinos, que ponen encima de los de sus estudiantes, y de culpar a factores socioeconómicos por sus deficiencias.
Tal vez la expresión mejor conocida de este argumento fue la película documental Esperando a Superman,
 de 2010, que presentó un sistema educativo compuesto de maestros 
mediocres y complacientes, casi como burócratas, padres de familia 
frustrados y sindicatos del magisterio con el solo interés de proteger a
 sus agremiados. Según la película, la única y mejor solución son las 
llamadas escuelas privadas, que reciben fondos públicos, pero son 
administradas de manera privada, exentas de varias regulaciones, entre 
ellas, la obligación de contratar sólo profesores serviles, y 
algunas pueden ser operadas con fines de lucro (hay miles de colegios privados en todo el  país, y ahora con la venta de colegios publicos suman más ). Los críticos acusan que son la punta de lanza de la 
privatización.
Ineficiencia y mediocridad
El argumento sobre la mediocridad e ineficiencia de la 
educación pública ha sido nutrido por informes de instituciones y 
personalidades muy destacadas, desde el ministro de educacion,  a algunos de los medios más influyentes del país. Que se 
han obsesionado con el hecho de que el sistema de enseñanza pública ya no
 produce la calidad de trabajadores de alta capacitación técnica que 
requiere el país para competir a nivel mundial, algo que Ollanta Humala ha
 reiterado al insistir en que los estudiantes peruanos no pueden 
competir con los coreanos. Un grupo de trabajo encabezado por el dizque pensador Leon Tratenberg, dio la alarma de que el pobre desempeño educacional peruano  en el contexto global representaba 
una grave amenaza a la seguridad nacional.
Noventa por ciento de los alumnos peruanos están en planteles 
públicos. El gasto estatal en enseñanza no supera el 2.6 del PBI al año.  
el debate sobre el futuro de la educación es en parte sobre empleo, poder y dinero, y ahora es parte de la lucha ideológica entre el gobierno, como garante del bien comunitario, y la competencia del mercado como un creador potencial de excelencia.
Por lo menos desde hace dos décadas (desde Fujimori hasta Ollanta) el estado obedeciendo las ordenes del Banco Mundial  ha invertido miles de millones en intentos de privatizar la educacion via municipalizacion y ahora regionalizacion, ademas de financiar centros de expertos, medios y periodistas, logrando 
imponer su agenda a escala nacional.
Ellos ya definen y determinan en gran medida el debate sobre las 
políticas en el sector en este país, y tienen entre sus filas a los 
gobiernos regionales de casi todas las principales regiones del país, 
hasta el propio ministerio de educacion.
Privatización o escuelas privadas
Junto con ellos se ha integrado a este movimiento 
reformista un sector de nula experiencia y, anteriormente, ningún 
interés en la enseñanza pública: el financiero, que ahora también 
financia escuelas privadas, promueve reformas para establecer el modelo 
empresarial y condiciona sus contribuciones sustantivas a políticos en 
torno al apoyo a iniciativas favorecidas por los 
reformadores.
Desde 2004, cuando el entonces presidente
 Toledo promulgó la ley 28044 ley general de educación donde se establece el uso de los resultados 
de exámenes estandarizados estatales a estudiantes para medir el 
desempeño de maestros y escuelas, que en algunos casos puede llevar al 
despido de docentes y hasta la clausura de planteles. Por tanto, con 
cada año se obliga a que los maestros y administradores dediquen cada 
vez más tiempo, esfuerzo y atención a estos exámenes, ya que determinan,
 cada vez más, su futuro.
Al llegar Alan  a palacio, su ministro de educaciión formuló e hizo aprobar  la ley de carrera publica magisterial  29062 , que promueve más medidas y 
programas para la evaluación estadística de estudiantes y maestros con 
base en los exámenes, y la creación de más escuelas privadas.
Posteriormente el Presidente Ollanta  promulgo la ley de reforma magisterial 29944 que es la corona del movimiento reformista empresarial, y 
sus consecuencias se sienten a lo largo y ancho del país. Su argumento 
fundamental es que, con base en estas reformas, los maestros por fin 
serán evaluados con objetividad, y con ello hay un proceso de rendición de 
cuentas en el sistema.
Mero negocio: antirreformistas
El problema, según los críticos de estas 
reformas, es que ni el diagnóstico de los reformadores, ni sus recetas están basadas en los hechos, lo cual ha llevado a críticos a considerar que las reformas tienen más que ver con negocios y una visión neoliberal que con la función y propósito de la educación pública. Citan numerosos estudios, investigaciones y datos que demuestran que las reformas no han generado los resultados prometidos, que el diagnóstico está viciado por graves errores en evaluación. Subrayan que el eje del modelo de reforma, los exámenes estandarizados, no puede ser usado para medir el desempeño de maestros y escuelas, según expertos nacionales y hasta directores de algunas de las empresas que se dedican a eso.
Por otro lado, en años recientes se ha revelado que  los políticos han inflado y
 manipulado los resultados de los exámenes que tanto señalan como 
pruebas del éxito de sus reformas.
La educación pública está bajo ataque de las fuerzas de la privatización, por gente que hace promesas falsas
la profesión magisterial está bajo ataque de aquellos que culpan a los maestros por condiciones más allá de su control. Desean quitarles su profesionalismo y convertirlos en técnicos de exámenes.
“si logran quitar a los maestros el derecho de Huelga y negociacion colectiva, silencian sus voces".


 
 
 
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