¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

29 marzo 2009

La pluma y la espada

La pluma y la espada

¿La pluma es más poderosa que la espada?- se preguntaba el Guasón en aquel primer e inolvidable Batman.

Viendo a Mario Vargas Llosa visitar Palacio de Gobierno por angas y por mangas, para agradecer tal gesto o a sugerencia de tal amigo en común, para hablar de conversiones y/o museos, uno pensaría que en el Perú actual la vieja batalla ha sido ganada una vez más por la espada.

Gana García manoseando al gran novelista.

Pierde el gran novelista dejándose usar por quien ya lo había usado de blanco móvil en 1990.

Yo estaba convencido, luego de leer “El pez en el agua”, que la distancia entre García y Vargas Llosa eran leguas higiénicas, kilómetros de ética social y conducta privada, millas de diferencia moral entre ambos.

Porque, como Vargas Llosa recuerda generosamente en “El pez en el agua”, yo fui uno de los tantos testigos de la podredumbre aprista conspirando, -desde Palacio, el “Crillón” y la casa de Pipo Thorndike- para que el país se ensuciara con Fujimori y su corte de cleptócratas, primero, y asesinos, después.

Y vaya qué armas usaron. Y a qué filibusteros apelaron. Y cuánta basura inventaron con tal de manejar lo que a García más le gusta infundir: el miedo.

Hace muy bien el gran novelista en decir que “eso fue hace 20 años” y que “hay que voltear la página” -ver “La República” del viernes 27 de marzo del 2009-.

Muy bien, pero he aquí un problema: si lo que pasó hace 20 años hay que superarlo “volteando la página”, ¿por qué, entonces, proponer un Museo de la Memoria?

¿O es que está bien recordar parcelas convenientes del pasado y olvidar aquellas que pueden incomodarnos cuando vamos a Palacio?

¿No fue la corrupción de García la que hizo crecer exponencialmente el terrorismo? ¿No fue García el prólogo que Sendero necesitó para intentar el “equilibrio estratégico” ensangrentando más que nunca al Perú? ¿No fue García el padre archiputativo de Fujimori, quien hizo de la guerra sucia no una excepción sino la regla? Y, por último, ¿no fue García el que ordenó a Mantilla, de manera directa y enfática, acabar con el alzamiento de El Frontón “a cualquier costo”?

Y ahora resulta que el gran novelista se reúne una vez más con García, otra vez en Palacio de Gobierno, y “lo convence” de que el Museo de la Memoria debe de hacerse. Y la crónica periodística añade que García estaría dispuesto hasta a recibir la despreciada donación alemana.

¿Incluirá ese museo, ahora bendecido por García, lo sucedido en 1988, en pleno primer alanismo, en las comunidades de Cayara, Erusco y Moyopampa?

¿Volteará ese museo la página en relación a lo sucedido en Accomarca, en agosto de 1985? ¿Y la matanza de prisioneros rendidos y desaparición de “sospechosos” en Los Molinos, en abril de 1989, será parte de la piadosa omisión que García mismo habrá de supervisar?

¿De qué farsa estamos hablando?

¿Puede creer nuestro gran novelista que a García le interesa un Museo de la Memoria auténtico cuando él mismo tendría que estar allí, vaciado en cera y con hacha de verdugo?

Y luego viene lo que ya resulta cómico. La señora Cecilia Bákula, tenebrosa militante del Opus Dei y directora del ausentísimo Instituto Nacional de Cultura, sale a la luz y dice que ella puede hacerse cargo del Museo de la Memoria en versión alanista.

Vargas Llosa le ha hecho un favor involuntario e inmenso al doctor Alan García.

Me pregunto, sin embargo, si será tan involuntario.

¿No será que Vargas Llosa considera al presidente de la República un aliado verdadero, ahora que García se ha pasado con menaje e inmuebles y cuentas cifradas al campo del neoliberalismo reaganiano?

¿Entonces, el asco moral que Vargas Llosa expresaba y escribía en torno a tan distinguido personaje era, en realidad, pura ideología?

¿Será entonces que cuando te vuelves de derecha, y mejor aún de ultraderecha, bajan los dioses y te absuelven y llega el gran novelista y te limpia?

¡Qué idiotas fuimos!

Los agravios se olvidan y eso es maduro y sano. Pero el olvido no te obliga a merodear a quien, con sus declaraciones sobre la manipulación presidencial en relación a las elecciones, acaba de dar otra muestra de que no sólo no ha cambiado sino de que ha llegado a ser la peor versión de sí mismo.

En todo caso, el asunto no era que el proyecto del Museo de la Memoria pasara por el vicioso visto y bueno de García. El asunto era, precisamente, alejar ese proyecto de quien tiene las manos demasiado ensangrentadas como para ejecutarlo con limpieza y equidad.


César Hildebrandt
Columnista
diario la primera

1 comentario:

Jaén dijo...

El Perú es una nación con graves deficiencias, con serios riesgos. También es un país con un inmenso potencial, con una brillante perspectiva (por su pasado, por su ubicación geográfica, por su gente). Ambas cosas no se excluyen, siempre han coexistido.
Quizás este museo no sirva en pro, sino en contra de ese objetivo de la Reconciliación, pero sería un buen intento.
Estamos de acuerdo con ese objetivo o no? Podremos llegar a ser el gran país que todos aspiramos con el mismo encono, la misma odiosidad, la misma ‘fractura social’ que arrastramos? Reconciliación no significa que todos vamos a entrar en una misma iglesia y cuando un cura diga: dense fraternalmente la paz, todos nos vamos a dar un abrazo emocionados. Eso sólo pasa en el poema de Vallejo y en la canción de Lennon y no sucederá sólo en el Perú sino en todo el orbe, un sueño que algún día se cumplirá.
Pero lo que sí está claro es que necesitamos Cerrar heridas.
Eso es lo que no se quiere aceptar.
Porque aceptar el mismo término Reconciliación implicaría reconocer lo impensable (para algunos): que hubo dos partes en conflicto. Una de las partes tuvo la superioridad militar, política, moral si quieren (así como cada uno es dueño de sus miedos, también puede ser autor de sus propios elogios), pero lo que no se puede negar es que fueron dos partes en una dura contienda. En un primer momento dijeron que no había guerra, luego aseguraban que estaban ganando victoriosamente (y la ganaron) La Guerra. Dijeron que la otra parte nunca tuvo la mínima posibilidad de victoria. Ahora, para asustar asustadizos nos recuerdan: estuvimos a punto de caer en las garras del enemigo. Asi ha sido la dinámica de las ideas. Ahora otra vez con la misma idea obtusa de que no hubo conflicto interno; otra vez entonces, fueron simples abigeos?
Habrá gentes con los que nunca podrá caber reconciliación alguna, por ejemplo con el “idiota de la familia”; pero por lo demás yo creo que todos los hombres de buena voluntad que aman la verdadera paz, necesitamos poner un poquito más de esfuerzo, la Reconciliación, o sea el desarrollo del país, de NUESTRO país, lo merece.
Gracias anticipadas por la publicación de este comentario que fue censurado, no es novedad, en peru21

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