¡INAPLICABILIDAD DE LEY Nº29944 LEY DE REFORMA MAGISTERIAL; PAGO INMEDIATO DEL 30% POR PREPARACION DE CLASES Y EVALUACION!

Para tener Presente

"Los Maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia ni hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar", están en un error, y cometen un insulto a la dignidad humana... ". José Antonio Encinas

¿REFORMA EDUCATIVA?

¿Reforma educativa para mejorar la calidad académica? Es posible esto sin atender el rezago educativo en materia de infraestructura en zonas marginales, con estudiantes mal alimentados y desnutridos, sin planes de estudio acorde a las necesidades de la población.

Evaluar a los maestros, ¿Quiénes, las instituciones corruptas del Estado? ¿La Ministra Bachiller que no sabe quien proclamó la independencia del Perú? ¿Los intelectuales “expertos” de la televisión? ¿Los periodistas mercenarios asalariados de la gran empresa?


ley de reforma magisterial y la destitucion por inasistencia y tardanza

22 junio 2009

Advertencia de Beijing a EE.UU. respecto a Irán

Advertencia de Beijing a EE.UU. respecto a Irán

Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


China ha roto el silencio sobre la situación que se desarrolla en Irán. Sucede ante el trasfondo de un cambio discernible en la postura de Washington hacia los acontecimientos políticos en ese país.

China Daily, de propiedad gubernamental, publicó el jueves su principal comentario editorial con el título “Por la paz en Irán.” Viene entre informes en los medios occidentales de que el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani está movilizando el clero de Qom para presionar al Consejo de Guardianes – y, luego, al Supremo Líder Ali Jamenei – para anular la elección presidencial del viernes que otorgó a Mahmud Ahmadineyad otro período de cuatro años.

Beijing teme una inminente confrontación y aconseja a Obama que se adhiera a la promesa hecha en su discurso del Cairo de no repetir errores de la política de EE.UU. en Oriente Próximo como el derrocamiento del gobierno elegido de Mohammed Mosaddeq en Irán en 1953. Beijing también advierte que no se deje que el genio de la impaciencia popular salga de la botella en una región extremadamente volátil a punto de estallar. Teherán vivió el viernes su sexto día de masivas protestas de partidarios de Mir Hossein Mousavi, a quien dicen le fue arrebatada la victoria.

Paralelo con Tailandia

Mientras tanto, el enviado especial de China para Oriente Próximo, Wu Sike, partió el sábado a un amplio viaje de quince días de duración por la región (que, significativamente, será completado con consultas en Moscú) para sondear la temperatura política en capitales tan variadas como el Cairo y Tel Aviv. Amman y Damasco, y Beirut y Ramala.

Beijing también hizo una declaración cuando se programó para el martes una sustantiva reunión bilateral entre el presidente Hu Jintao y Ahmadineyad al margen de la reunión en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) en Ekaterimburgo, Rusia.

Es concebible que Hu haya discutido la situación en Irán con su homólogo ruso, Dmitry Medvedev, durante su visita oficial a Moscú que tuvo lugar después de la cumbre de la SCO. Anteriormente, Moscú saludó la reelección de Ahmadineyad. Tanto China como Rusia detestan las revoluciones “de color”, especialmente cuando involucran algo tan desconcertante como Twitter, que Moscú presenció hace algunos meses en Moldavia y que cae muy mal respecto a la estrategia intervencionista global de EE.UU.

China anticipó la reacción contra la victoria de Ahmadineyad. El lunes, el periódico Global Times citó al ex embajador chino en Irán, Hua Liming, diciendo que la situación iraní volverá a la normalidad sólo si se llega a un acuerdo negociado entre los “principales centros del poder político… Pero, si no, es posible que se repita la reciente agitación en Tailandia.” Es bastante revelador que el veterano diplomático chino haya hecho un paralelo con Tailandia.

Sin embargo, Hua subrayó que Ahmadineyad goza de popularidad y que tiene “mucho apoyo en ese país nacionalista porque tiene el valor de expresar su propia opinión y se atreve a realizar sus políticas.” El consenso de la opinión de la comunidad académica china es también que la reelección de Ahmadineyad será una “prueba” para Obama.

Por lo tanto, el editorial de China Daily del jueves tiene la naturaleza de un llamado al gobierno de Obama para que no arruine su nueva política en Oriente Próximo, que se desarrolla bien, a través de acciones impetuosas. Significativamente, el editorial mantuvo la autenticidad de la victoria electoral de Ahmadineyad: “Ganar o perder son dos caras de una moneda electoral. Algunos candidatos son menos inclinados a aceptar la derrota.”

El periódico señaló que un sondeo de la opinión pública previo a la elección, realizado por el Washington Post, mostró que Ahmadineyad tenía una ventaja de 2 a 1 contra su rival más cercano, y algunos sondeos de opinión en Irán también indicaron más o menos lo mismo, mientras que, en realidad “ganó la elección por un margen inferior. Por lo tanto, las afirmaciones de la oposición contra Ahmadineyad son un poco sorprendentes.”

El editorial advierte: “Los intentos por impulsar la así llamada revolución de color hacia el caos serán muy peligrosos. Un Irán desestabilizado no es de interés para nadie si queremos mantener la paz y la estabilidad en Oriente Próximo, y en el mundo en general.” Recordó explícitamente que la “intervención de la Guerra Fría en Irán” de EE.UU. llevó a que la relación entre EE.UU. e Irán fuera difícil, “en la cual presidentes de EE.UU. trataron de meter su nariz en los asuntos internos de Irán.”

Teocracia contra republicanismo

Beijing comprende muy bien la política revolucionaria de Irán. China fue uno de los pocos países que acogieron calurosamente a Ruhollah Jomeini como presidente (en 1981 y 1989). Al contrario, India, que profesa vínculos “civilizacionales” con Irán, se mostró mucho más confusa sobre el legado revolucionario de Irán como para ser capaz de estimar correctamente los instintos políticos de Jamenei a favor del republicanismo. La mayor parte de las elites indias ni siquiera saben que Jamenei estudió como joven en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú.

Sea como sea, la reunión de Hu y Ahmadineyad en Ekaterimburgo del martes mostró una vez más que Beijing tiene una idea muy clara sobre el va y viene de la política iraní. Sin duda, Hu acordó a Ahmadineyad su pleno honor como interlocutor estimado por Beijing.

Los medios chinos han seguido de cerca la trayectoria de la reacción de EE.UU. ante la situación en Irán, especialmente la “revolución Twitter”, que pone Beijing en guardia sobre las intenciones de EE.UU. Existen indicaciones de que el establishment de EE.UU. ha comenzado a interferir en la política iraní. El campo de Rafsanyani siempre mantiene líneas abiertas hacia Occidente. Teniéndolo todo en cuenta, se ve un grado de sincronización que tiene que ver con la ruta de la “revolución Twitter” de EE.UU, las negociaciones de Rafsanyani con el clero conservador en Qom y la actitud de desafío poco característica de Mousavi.

Obama enfrenta múltiples desafíos. Por una parte, como informó el jueves Helene Cooper de The New York Times, las continuas protestas callejeras en Teherán están envalentonando a un cuerpo de conservadores (favorables a Israel) en Washington para que exijan que Obama tome una “posición más visible de apoyo a los manifestantes.” Pero por otro lado, un cambio de régimen retrasaría inevitablemente el esperado acercamiento directo entre EE.UU. e Irán y afectaría el estrecho calendario de Obama para asegurar que las negociaciones cobren ímpetu para fines de año, mientras las centrífugas de Irán en sus instalaciones nucleares siguen girando.

También, una estructura fragmentada del poder en Teherán resultará ser poco efectiva en la ayuda a que EE.UU. estabilice Afganistán. No obstante, altos funcionarios del gobierno como el vicepresidente Joseph Biden y la secretaria de estado Hillary Clinton quisieran que EE.UU. “usara un tono más fuerte” en la turbulencia iraní. Cooper informó que hacen presión sobre Obama en el sentido de que podría correr riesgo de “salir al lado equivocado de la historia en un momento potencialmente transformador en Irán.”

Una reacción termidoriana

Sin duda, la turbulencia tiene un lado intelectual. Ya que Obama es uno de los pocos políticos dotados de intelectualidad y un agudo sentido de la historia sabe lo que está en juego es un intento bien orquestado del establishment clerical de la línea dura para echar marcha atrás los dolorosos cuatro años de proceso zigzagueante hacia el republicanismo en Irán.

Mousavi es el afable testaferro de los mulás, que temen que otros cuatro años de Ahmadineyad afectarían sus intereses creados. Ahmadineyad ya ha comenzado a marginar al clero de las prebendas del poder y de los sitios más atractivos de la economía iraní, especialmente la industria petrolera.

La lucha entre los mulás mundanos (en alianza con el bazar) y los republicanos es tan antigua como la revolución iraní de 1979, donde los fedayín del proscrito partido Tudeh (cuadros comunistas) fueron los partidarios originales de la revolución, pero los clérigos usurparon el liderazgo. Las pasiones políticas altamente artificiosas provocadas por la crisis de los rehenes con EE.UU. de 444 días de duración ayudaron a los astutos clérigos chiíes a escenificar la reacción termidoriana y a aislar a la dirigencia revolucionaria progresista. Irónicamente, EE.UU. figura de nuevo como un protagonista clave en la dialéctica de Irán – aunque no como rehén.

El imam Jomeini tenía cuidado con los mulás iraníes y creó el Cuerpo de los Guardias Revolucionarias Iraníes como fuerza independiente para asegurarse de que los mulás no secuestraran la revolución. Del mismo modo, su preferencia era que el gobierno fuera dirigido por no-clérigos. En los primeros años de la revolución, las conspiraciones tramadas por el triunvirato Beheshti-Rafsanjani-Rajai que organizó la salida del presidente secularista de izquierda, Bani Sadr (protegido de Jomeini), tuvieron la agenda de establecer un Estado teocrático de un solo partido. Son viñetas de la historia revolucionaria de Irán que podrían haber eludido a la comprensión intelectual de un George W Bush, pero Obama debe estar al tanto respecto a la tortuosidad de la política de Rafsanyani.

Si el putsch de Rafsanyani tuviera éxito, Irán se parecería en el mejor de los casos a un puesto avanzado decadente del Golfo Pérsico “pro-occidental.” ¿Sería durable un régimen dudoso? Más importante, ¿es lo que Obama desea ver como destino para al pueblo iraní? La calle árabe también está mirando. Irán es una excepción en el mundo musulmán donde el pueblo ha sido empoderado. Las multitudes de pobres de Irán, que forman la base de apoyo de Ahmadineyad detestan el establishment corrupto y venal de los clérigos. Ni siquiera ocultan su odio visceral a la familia Rafsanyani.

Por desgracia, la clase política en Washington no tiene la menor idea del mundo bizantino del clero iraní. Azuzada por el lobby israelí, está obsesionada por el “cambio de régimen”. La tentación será organizar una “revolución de color”. Pero la consecuencia será mucho peor de lo que ha conseguido en Ucrania. Irán es un poder regional y los escombros caerán por doquier. EE.UU. no tiene actualmente ni la influencia ni la fuerza vital para detener el flujo de lava de una erupción volcánica provocada por una revolución de color que podría llegar más allá de las fronteras de Irán.

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El Embajador M K Bhadrakumar fue diplomático de carrera del Servicio Exterior de la India. Entre los puestos desempeñados figuran los ejercidos en la Unión Soviética, Corea del Sur, Sri Lanka, Alemania, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kuwait y Turquía.

(Copyright 2009 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.

http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/KF20Ak03.html

21 junio 2009

Las elecciones iraníes: el timo del robo electoral

Las elecciones iraníes: el timo del robo electoral


Traducido para Rebelión por S. Seguí


“Para los pobres, el cambio significa alimento y empleo, no un código más permisivo en el vestir o el ocio… La política en Irán tiene mucho más que ver con la lucha de clases que con la religión.” Financial Times, editorial (15.6.2009)


Introducción

No hay prácticamente unas elecciones en las que la Casa Blanca tenga algo en juego, en las que la derrota electoral del candidato pro estadounidense no sea denunciada como ilegítima por toda la élite política y de los medios de comunicación. Últimamente, la Casa Blanca y sus seguidores proclamaron que había fraude en las elecciones libres (y supervisadas) celebradas en Venezuela y Gaza, a la vez que celebraban alegremente el éxito electoral en Líbano, a pesar de que la coalición liderada por Hezbolá recibió más del 53% de los votos.

Las elecciones iraníes del pasado 12 de junio son un ejemplo clásico: el candidato nacionalista-populista, Mahmoud Ahmadineyad, recibió el 63,3% de los votos (24,5 millones), mientras que el candidato de la oposición, apoyado por los países occidentales, Hosein Musaví recibía el 34,2% (3,2 millones). Estas elecciones alcanzaron una participación récord de más del 80% del electorado, con un número de votos provenientes del extranjero de 234.812, de los que 111.792 fueron a parar a Musaví y 78.300 a Ahmadineyad. La oposición liderada por Musaví no aceptó la derrota y organizó una serie de manifestaciones masivas que desembocaron en actos de violencia, como quema y destrucción de automóviles, bancos, edificios públicos y confrontaciones armadas con la policía y otras autoridades. Casi todo el espectro de comentaristas occidentales, entre otros los de los principales medios impresos y electrónicos, y los principales sitios Internet de tendencia liberal, izquierdista, libertaria y conservadora, se hicieron eco de la afirmación de la oposición de fraude electoral a gran escala. Los neoconservadores, los conservadores libertarios y los trotskistas se unieron a los sionistas para aclamar a los manifestantes de la oposición como avanzadilla de una revolución democrática. Demócratas y republicanos condenaron al gobierno iraní, se negaron a reconocer los resultados de la votación y dieron respaldo a los esfuerzos de los manifestantes por revocar el resultado electoral. El New York Times, la CNN, el Washington Post, el ministerio de Asuntos Exteriores de Israel y todos los líderes de las principales organizaciones judías estadounidenses pidieron sanciones más duras contra Irán y anunciaron la defunción del diálogo propuesto por el presidente Obama con Irán.

El timo del fraude electoral

Los líderes occidentales rechazaron los resultados porque sabían que su candidato reformista no podía perder… Durante meses publicaron diariamente entrevistas, editoriales e informes desde el terreno detallando los fallos del gobierno de Mahmoud Ahmadineyad y citando el apoyo aportado por los clérigos, ex funcionarios, comerciantes y sobre todo mujeres y jóvenes urbanos que hablan inglés, con el fin de probar que Hosein Musaví iba a ganar con toda facilidad. La victoria de éste se describía como la de las voces de la moderación, es decir, la versión de la Casa Blanca de este vacío tópico. Destacados académicos progresistas dedujeron que el recuento de los votos fue fraudulento porque el candidato de la oposición, Musaví, perdió en su propio enclave étnico azerí. Otros académicos aseguraron que el voto joven –basándose en entrevistas con jóvenes universitarios de clase media y alta de los barrios del norte de Teherán– estaban abrumadoramente a favor del candidato reformista.

Lo que resulta asombroso de la condena occidental general de los resultados electorales por fraude es que no hay ni asomo de pruebas sobre papel o fruto de la observación presentadas antes o una semana después del recuento. Durante toda la campaña electoral, no hubo ninguna acusación creíble (o incluso dudosa) de manipulación de votos. Mientras los medios occidentales creían su propia propaganda de una inminente victoria de su candidato, describían un proceso electoral altamente competido, con encendidos debates públicos y niveles sin precedentes de actividad pública, sin ningún obstáculo para el proselitismo. La creencia en una elección libre y abierta era tan fuerte que los líderes y los medios occidentales estaban convencidos de que ganaría su candidato favorito.

Los medios occidentales confiaban en sus reporteros que cubrían las grandes manifestaciones de los seguidores de la oposición, a la vez que ignoraban o quitaban importancia a las favorables a Ahmadineyad. Peor aún, los medios occidentales no prestaban atención a la composición de clase de las diferentes manifestaciones, sin percatarse de que el candidato presidente recibía el apoyo de la mucho más numerosa clase trabajadora pobre, los campesinos, los artesanos y los funcionarios, mientras que el grueso de las manifestaciones de la oposición estaba formado por estudiantes de clase media y alta y miembros de la clase profesional y de negocios.

Además, la mayor parte de las proyecciones de los líderes de opinión y reporteros occidentales basados en Teherán eran extrapolaciones de sus observaciones en la capital, y pocos fueron los que se aventuraron en las provincias, las poblaciones pequeñas y medias y los pueblos, donde Mahmoud Ahmadineyad tiene su base de apoyo. Asimismo, los seguidores de la oposición eran una minoría de estudiantes fácilmente movilizables para realizar actividades de calle, mientras que el apoyo de Mahmoud Ahmadineyad contaba con la mayoría de los jóvenes trabajadores, hombres y mujeres, y amas de casa, que expresaron su opinión ante las urnas y no tenían tiempo o ganas de participar en la política de la calle.

Una serie de expertos periodísticos, entre otros Gideon Rachman del Financial Times, afirma como evidencia del fraude electoral el hecho de que Mahmoud Ahmadineyad consiguiera el 63% de los votos en una provincia de lengua azerí, contra su oponente Musaví, de la etnia azerí. La suposición simplista es que la identidad étnica o la pertenencia a un grupo lingüístico es la única explicación posible del comportamiento electoral, y no otros intereses sociales o de clase. Una mirada más atenta al comportamiento electoral en la región de Azerbayán oriental iraní revela que Musaví ganó sólo en la ciudad de Shabestar entre las clases alta y media (y solo por un estrecho margen), mientras que fue derrotado estrepitosamente en las zonas rurales, en las que las políticas redistributivas del gobierno han contribuido a que los azeríes se librasen de las deudas, obtuviesen créditos asequibles y préstamos para los campesinos. Musaví ganó, es cierto, en la región de Azerbayán occidental, donde utilizó sus vínculos étnicos para conseguir el voto urbano. En la provincia de Teherán, densamente poblada, Musaví ganó a Mahmoud Ahmadineyad en los centros urbanos de Teherán y Shemiranat gracias a los votos de los distritos de clase media y alta, mientras que perdió por mucha diferencia en los suburbios cercanos de clase trabajadora, las pequeñas ciudades y las zonas rurales.

El énfasis en el voto étnico, superficial y distorsionado, que aportan los colaboradores del Financial Times y del New York Times para justificar que la victoria de Ahmadineyad se debe al “robo de votos” es equiparable a la negativa deliberada de los medios de comunicación a reconocer una encuesta de opinión, rigurosa y de ámbito nacional, llevada a cabo por dos expertos estadounidenses tres semanas antes de las elecciones, que mostró que Mahmoud Ahmadineyad tenía a su favor un porcentaje de votos de dos a uno, más incluso que el obtenido en su victoria electoral del 12 de junio. La encuesta reveló que entre los azeríes Ahmadineyad superaba en una proporción de dos a uno a Musaví, demostrando así cómo los intereses de clase representados por uno de los candidatos pueden vencer la identificación étnica del otro candidato (Washington Post 15.6.2009). El único grupo que apoyó decididamente a Musaví fue el de los estudiantes y licenciados universitarios, los comerciantes propietarios y la clase media alta. El voto de los jóvenes, que los medios occidentales presentaron como pro reformistas, fueron una clara minoría inferior al 30%, pero venían de un grupo privilegiado, conocedor de la lengua inglesa y con capacidad para hacerse oír, que gozó del monopolio de los medios occidentales. Su presencia abrumadora en las noticias de prensa occidentales creó lo que se ha calificado de síndrome del norte de Teherán, en referencia al confortable enclave de la clase alta de donde vienen muchos de estos estudiantes. Aunque sepan expresarse, vistan bien y hablen inglés correctamente, fueron vencidos con claridad en el secreto de la cabina de voto.

En general, Ahmadineyad obtuvo buenos resultados en las provincias petroleras y de la industria petroquímica, lo que podría ser un reflejo de la oposición de los trabajadores de esta industria al programa reformista, que incluye la privatización de empresas públicas. Del mismo modo, el presidente tuvo buenos resultados en las provincias fronterizas con su énfasis en el reforzamiento de la seguridad nacional ante las amenazas estadounidenses e israelíes, a la vista de una escalada de ataques terroristas patrocinados por Estados Unidos a partir de Pakistán, y de incursiones israelíes desde el Kurdistán iraquí, que han matado a docenas de ciudadanos iraníes. El patrocinio y la financiación masiva de los grupos que realizan estos ataques forma parte de la política oficial de EE UU desde el gobierno Bush, que no ha sido repudiada por el presidente Obama, al contrario, se han incrementado en el periodo previo a los comicios.

Lo que los comentadores occidentales y sus protegidos iraníes han ignorado es el fuerte impacto que las devastadoras guerras y ocupación de Iraq y Afganistán han tenido en la opinión pública iraní. La decidida postura de Mahmoud Ahmadineyad en materia de defensa contrasta con las adoptadas por muchos de los propagandistas de campaña de la ocupación, débiles y pro occidentales.

La gran mayoría de votantes de Ahmadineyad probablemente pensaron que los intereses de seguridad nacional, la integridad del país y el sistema de seguridad social, con todos sus defectos y excesos, estarían mejor defendidos y mejorarían con éste que con unos tecnócratas de clase alta apoyados por una juventud privilegiada pro occidental que anteponen los estilos de vida individuales a los valores comunitarios y la solidaridad.

La demografía de la votación revela una auténtica polarización de clase que ha enfrentado a un grupo de individualistas capitalistas de alto nivel de ingreso y orientación librecambista con una clase trabajadora de bajos ingresos, defensores de base de la economía moral en la que la usura y el beneficio están limitados por preceptos religiosos. Los abiertos ataques por parte de economistas de la oposición a los gastos sociales del gobierno, el crédito fácil y las altas subvenciones para los productos básicos de alimentación no han contribuido a congraciarlos con la mayoría de los iraníes que se benefician de dichos programas. Del Estado persiste la imagen de protector y benefactor de los trabajadores pobres contra el mercado, que representa la riqueza, el poder, el privilegio y la corrupción. Los ataques de la oposición contra la intransigente política exterior y posiciones que alienan a Occidente sólo fueron bien acogidos entre los estudiantes universitarios liberales y los grupos de negocios de importación y exportación. Para muchos iraníes, el rearme militar del régimen es visto como lo que impide un ataque estadounidense o israelí.

La escala del déficit electoral de la oposición debería indicarnos hasta qué punto está fuera de contacto con las preocupaciones vitales de su propia gente. Debería recordarles también que al acercarse a la opinión occidental se han alejado de los intereses cotidianos de seguridad, alojamiento, empleo y alimentos subvencionados que hacen la vida tolerable a los que viven por debajo del nivel de la clase media y fuera de las privilegiadas puertas de la Universidad de Teherán.

El éxito electoral de Ahmadineyad, visto en una perspectiva histórica comparada, no debería ser una sorpresa. En competiciones electorales similares en que se han enfrentado nacionalistas-populistas contra liberales pro occidentales, los populistas han ganado. Ejemplos del pasado serían Juan Domingo Perón, en Argentina, y, más recientemente, Hugo Chávez, en Venezuela, Evo Morales, en Bolivia, e incluso Lula da Silva, en Brasil, todos los cuales han demostrado su capacidad para conseguirse en torno o por encima del 60% de los votos en elecciones libres. Las mayorías votantes de estos países prefieren la seguridad social a los mercados sin trabas y la seguridad nacional al alineamiento con los imperios militares.

Las consecuencias de la victoria electoral de Mahmoud Ahmadineyad están abiertas a discusión. Estados Unidos puede sacar en conclusión que seguir apoyando a una minoría dotada de voz pero duramente derrotada tiene pocas perspectivas de conseguir concesiones en materia de enriquecimiento nuclear o de abandono del apoyo de Irán a Hezbolá y Hamás. Un enfoque realista sería abrir unas conversaciones amplias con Irán, y reconocer, tal como el senador John Kerry destacó recientemente, que el enriquecimiento de uranio no constituye una amenaza existencial para nadie. Este enfoque sería radicalmente diferente del de los sionistas estadounidenses instalados en el gobierno de Obama, que siguen la línea de Israel de promover una guerra preventiva con Irán y utilizar el espúreo argumento de que no hay negociación posible con un gobierno ilegítimo en Teherán, que ha robado las elecciones.

Acontecimientos recientes sugieren que los líderes políticos europeos, y algunos de Washington, no aceptan la argumentación de los medios sionistas de que ha habido elecciones robadas. La Casa Blanca no ha suspendido su oferta de negociaciones con el gobierno recién reelegido, pero se ha centrado en cambio en la represión de los opositores (y no en el recuento de votos). Del mismo modo, los 27 países que forman la Unión Europea han expresado su “seria preocupación por la violencia” y han instado a que “las aspiraciones del pueblo iraní se cumplan por medios pacíficos y se respete la libertad de expresión.” (Financial Times, 16.6.2009, p.4). Excepto Nicolas Sarkozy, ningún líder de la UE ha puesto en cuestión el resultado de los comicios.

El comodín en este epílogo de las elecciones es la respuesta israelí: Netanyahu ha indicado a sus seguidores sionistas estadounidenses que deben utilizar el timo del fraude electoral para ejercer una presión máxima sobre el gobierno de Obama para que ponga fin a todos sus planes de reunirse con el gobierno reelegido de Ahmadineyad.

Paradójicamente, los comentadores de Estados Unidos –de izquierda, derecha y centro– que se han tragado el timo del fraude electoral proporcionan, sin proponérselo, a Netanyahu y sus seguidores estadounidenses argumentos y mentiras: donde ven guerras religiosas, nosotros vemos lucha de clases; donde ven fraude electoral, vemos desestabilización imperial.



James Petras es especialista de la política sionista estadounidense y analista de la prensa judía israelí y estadounidense. Es también autor de Zionism, Militarism and the Decline of US Power, Clarity Press 2008

S. Seguí es miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

La ONU pide una comisión imparcial que investigue los enfrentamientos en Bagua

La ONU pide una comisión imparcial que investigue los enfrentamientos en Bagua

Gara

El relator de la ONU para los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Anaya, recomendó que una comisión «independiente» investigue los enfrentamientos entre indígenas y policías en la Amazonía peruana. Considera que hubo violación de derechos humanos, pero no genocidio.


El relator de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Anaya, pidió la apertura de una investigación imparcial sobre la represión policial que el 5 de junio dejó un número indeterminado de muertos en la norteña localidad de Bagua, y añadió que a su juicio sí hubo una violación de los derechos humanos, informó Telesur.

«Estoy pidiendo una comisión imparcial para estudiar los hechos y (para que) se consolide el proceso de diálogo (entre el Gobierno y los indígenas amazónicos), declaró Anaya.

También indicó, según recogió Efe, que «como jurista no encuentro pruebas de los elementos de genocidio, del intento de exterminar a un pueblo como tal; hay revelaciones de violaciones de derechos humanos, pero de los hechos comprobados, de los hechos que se ven, incluso de los hechos que se alegan, no existen los elementos de genocidio».

Anaya explicó que en sus tres días de recorrido por Bagua pudo evidenciar que efectivamente las fuerzas policiales vulneraron los derechos humanos de los indígenas.

Anaya resaltó la derogación de dos decretos rechazados por las comunidades indígenas y la reapertura del diálogo entre el Gobierno y los nativos, así como el anuncio de cese del estado de emergencia en la zona de los sucesos, que dejaron un número indeterminado de muertos y decenas de heridos.

Agregó que en este caso aún hay desafíos y planteó la formación de una comisión investigadora imparcial que indague sobre los incidentes de Bagua, la cual debería estar integrada por el Ejecutivo y los indígenas, así como por una institución internacional como garante.

El planteamiento de Anaya se suma a los de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep), que lideró la lucha amazónica iniciada el 9 de abril, y que propone una investigación a cargo de representantes de la sociedad civil y de observadores internacionales.

Mientras que el Ejecutivo sostiene que en los sucesos de Bagua murieron 24 policías y 10 civiles, el alcalde de Bagua, Luiz Núñez, le presentó el viernes a Anaya un informe donde se denuncia que por el momento 60 indígenas no han regresado a sus comunidades desde el día de la masacre.

El relator recomendó, además. consultar con las comunidades indígenas las decisiones gubernamentales que puedan afectarlas, lo que fue no se hizo en este caso y dio lugar a la protesta.

http://www.gara.net/paperezkoa/20090621/143402/es/La-ONU-pide-una-comision-imparcial-que-investigue-enfrentamientos-Bagua

20 junio 2009

La rebelión indígena, firme como hace quinientos años

La rebelión indígena, firme como hace quinientos años



La masacre de indígenas perpetrada por el gobierno de Alan García en su aspiración de acallar sus protestas por la implementación de siete decretos legislativos que les permitirían a las empresas transnacionales de hidrocarburos la posibilidad de adueñarse de sus territorios ancestrales en el marco de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con Estados Unidos, demuestra la precaria situación jurídica, social, cultural y política de los pueblos originarios de nuestra América ante los embates de un desarrollo económico que privilegia la ética del mercado y sacrifica la vida en general. Este acto atroz -condenable desde todo punto de vista- nos devuelve a épocas y prácticas que se suponían ya superadas, sobre todo en lo que se refiere a la vida de nuestros pueblos aborígenes. Además de ello, revela con crudeza las consecuencias de este tipo de acuerdos comerciales bilaterales, con propósitos claramente neocolonialistas que obvian la necesidad de preservar para el futuro de la humanidadlos grandes reservorios de biodiversidad y de agua en función de los intereses económicos de las grandes corporaciones y de las oligarquías locales.

Igualmente, esta trágica experiencia demuestra el nivel de conciencia política alcanzado por nuestros pueblos indígenas a lo largo y ancho del continente, impulsándolo a actuar en resguardo de su hábitat, de su especificidad etno-cultural y de su participación efectiva en la toma de decisiones atinentes al destino de las naciones de las cuales forman parte. Aunque las luchas indígenas actuales tienen una mejor difusión que en el pasado, no menos es cierto que éstas se mantienen en el mismo nivel que las libradas décadas atrás, por las mismas causas y con efectos parecidos. Así, a lo hecho por hacendados que ambicionaban engrosar su patrimonio personal, apoderándose a sangre y fuego de las tierras comunales pertenecientes a los pueblos autóctonos, como ocurre en las áreas rurales de Colombia con los grupos paramilitares como principales instrumentos de hostigamiento y muertes colectivas, se sumaron el hostigamiento y los desalojos sangrientos a manos de los garimpeiros en el territorio amazónico que comprende la frontera brasileño-venezolana. En tales hechos ha prevalecido la mentalidad prejuiciada de los invasores y colonizadores europeos (y estadounidenses), según la cual los indígenas no pueden catalogarse de seres humanos, siendo un estorbo para el progreso, razones que, sencillamente, los harían desechables para la sociedad cristiana y occidental. De este modo, las luchas indígenas se han hermanado a través del tiempo, desde las libradas por las comunidades waraos al ser expulsadas de sus territorios al represarse el Caño Manamo, en el delta del río Orinoco, al igual que los pueblos yucpas, barí, añu y wayuu en la Sierra de Perijá, en Venezuela; sin sustraerse de aquellas que han protagonizado los indígenas en Chiapas, los mapuches de Chile y los cocaleros de Bolivia, entre otras no menos importantes; todas ellas enfrentadas a la voracidad genocida y etnocida de un modelo de desarrollo y de civilización que los ha excluido desde un primer momento.

En el caso peruano, la concesión de grandes extensiones de tierras para la explotación maderera, minera y petrolera sobre reservas naturales y territorios que pertenecen a los pueblos indígenas -violando lo dispuesto en el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas- conforma parte del vasto plan de explotación de los recursos naturales que alberga la Amazonía, algo iniciado en su momento por la dictadura militar que imperaba en Brasil, esgrimiendo una concepción desarrollista a ultranza, y que acecha Estados Unidos con codicia no disimulada al proclamar en sus textos escolares que la selva del amazonas estaría bajo su directo control y protección por un mandato de la ONU, todo lo cual pone en grave riesgo la existencia de este gran pulmón vegetal. En este último país, “existe una percepción sobre los pueblos indígenas como un factor de desestabilización y terrorismo”, de acuerdo al informe redactado por su Consejo Nacional de Inteligencia (Tendencias globales 2020. Cartografía del futuro global) en el cual se expone la llamada guerra de baja intensidad como fórmula para impedir las amenazas futuras a su hegemonía neocolonial, ahora con los TLC como avanzada en su ajedrez geopolítico continental. Como hace quinientos años, la lucha indígena continúa.

evaluacion para incorporacion lcpm

DOCENTES APRISTAS EN SU MAYORÍA APROBARON EXAMEN PARA ACCEDER A LA NUEVA CARRERA PÚBLICA MAGISTERIAL

Tal como se tenía previsto y como denunciaramos en anteriores oportunidades, el gobierno aprista estaba listo para tapar su fracaso en la inscripción de docentes para el examen de incorporación a la Ley 29062 de Carrera Pública Magisterial.

El inefable Ministro de Educación aprista, escondiendo su fracaso, salió a decir hoy (17 de junio)los resultados del examen eliminatorio para incorporarse a la Carrera Pública Magisterial. No se notó ese aire de triunfalismo.

Pese a saber perfectamente que no fueron ni 10 mil los docentes que acudieron al examen, dijo descaradamente: "de los 11mil 220 docentes aprobó el 75% que equivale a 7,108 docentes"
Sin embargo ningún periodista se atrevió a preguntar, ¿Cuanto de cierto hay de la denuncia a VALQUI OXOLON JOSE MERCEDES JEFE DEL AREA DE GESTION PEDAGOGICA DE LA UGEL-04, que prometió a sus compañeros apristas que si se presentan al examen, todos van a aprobar, porque van a tener las respuestas antes del examen".

Sería interesante que el MINEDU, publique los exámenes por los principales medios de comunicación, junto a sus alternativas y respuestas. !CLARO QUE NO LO HARÁN! Eso sería evidenciar aún más, el grado de corrupción del Ministerio de Educación y el aprismo.

Debido al fracaso de su convocatoria, el examen seguramente estuvo regaladazo, para embaucar el año que viene a más docentes e indudablemente no quedar mal. SI AL FINAL EL 75% FUERON DOCENTES APRISTAS.

Nadie duda de la lealtad de Chang para con sus compañeros apristas.
Leer, analizar y difundir: http://caobac.blogspot.com

19 junio 2009

Una victoria para los indígenas peruanos


El Congreso anuló las leyes privatizadoras de las tierras de la Amazonia
Una victoria para los indígenas peruanos

Página 12

Fueron dos meses de protestas y bloqueos de carreteras, con un saldo de al menos treinta y cuatro muertos, más de sesenta desaparecidos y más de un centenar de heridos. La convulsión social no le dejó al presidente García otra salida que retroceder.


El movimiento indígena peruano logró una histórica victoria, luego de que el Congreso anuló ayer las llamadas “leyes de la selva”, por una abrumadora mayoría de 82 votos a favor, doce en contra y dos abstenciones. “Hemos ganado, nos sentimos triunfadores, pero es lamentable que el gobierno, que pudo haber solucionado esto antes, haya esperado que se dé tanta violencia, que hayan tantos muertos, para derogar estas leyes”, le dijo a Página/12 Salomón Awananch, presidente del comité del paro amazónico. Fue un triunfo que les costó sangre a los nativos de la Amazonia. Fueron dos meses de protestas y bloqueos de carreteras, con un saldo de al menos 34 muertos, más de 60 de-saparecidos y más de un centenar de heridos. Además, los indígenas han debido soportar la persecución contra sus principales dirigentes y una implacable campaña de satanización en su contra.

Con la decisión del Congreso quedó sellada la mayor derrota política del presidente Alan García desde que asumió el poder, hace tres años. La protesta indígena y la reacción en contra de la represión policial lo dejaron aislado y enfrentado a un creciente movimiento social que se multiplicó por todo el país, y no tuvo otra alternativa que retroceder. Fue el propio gobierno el que le pidió al Congreso que se anulen las leyes. La convulsión social que tenía jaqueado al gobierno no le dejó al presidente García otra salida que retroceder.

Con la anulación de las leyes rechazadas por los indígenas por facilitar el ingreso de las transnacionales a sus tierras, el movimiento indígena llamó a sus bases a terminar la huelga que empezó el 9 de abril y a desbloquear las carreteras. Los nativos comenzaron a replegarse. Daysi Zapata, quien reemplaza en el liderazgo del movimiento indígena a Alberto Pizango, asilado en Nicaragua, calificó la jornada de ayer como “un día histórico”. “Se ha demostrado que nuestras demandas eran justas”, dijo Zapata. La oposición también celebró la derogatoria de las cuestionadas leyes. Los congresistas del oficialismo insistieron en defender las leyes rechazadas por los indígenas, pero al final votaron por su anulación.

“Apoyamos estas leyes, pero votamos en contra de ellas por razones de Estado”, dijo Mauricio Mulder, congresista y secretario general del oficialista partido aprista, justificando el cambio de posición de su bancada, que hace dos semanas, antes de que se produzca la matanza de Bagua, había impedido la anulación de estas leyes. El cambio de postura del oficialismo comenzó el último domingo, cuando el presidente García varió su discurso confrontacional, dejó de lado sus amenazas de endurecer la represión y, por primera vez, habló de diálogo. Al día siguiente, el primer ministro, Yehude Simon, firmó un acta con los indígenas para anular las leyes, lo que finalmente se concretó ayer. El miércoles en la noche, García dio un mensaje al país admitiendo que el gobierno había cometido errores en su trato con los indígenas y dijo que había que “volver a empezar”.

Golpeados y todavía conmocionados, los indígenas celebraron en silencio su victoria. En Bagua, epicentro de la represión contra los nativos amazónicos, nadie salió a las calles a celebrar el triunfo. La mayoría de los indígenas han regresado a sus comunidades, selva adentro, pero algunos permanecen en Bagua, reclamando por los detenidos y los desaparecidos. Entre ellos se respira un ambiente de desconfianza y temor. La derogatoria de las leyes rechazadas por los indígenas fue tomada con satisfacción y alivio por la población no indígena de la ciudad de Bagua, que apoyó la lucha de los nativos y que también sufrió la represión policial. Ahora, la ciudad exige que se eliminen el estado de emergencia y el toque de queda, que rige a partir de las nueve de la noche.

Con la anulación de las leyes se reanudará el diálogo entre los representantes de las comunidades nativas, que reúnen a unos 300 mil pobladores, y el gobierno. Pero ese diálogo no será fácil. La primera exigencia de los indígenas será el cese de la persecución contra sus principales dirigentes, que tienen orden de captura. El líder indígena, Alberto Pizango, debió viajar el martes a Nicaragua como asilado político, luego de que el gobierno lo acusara de “azuzar a la violencia” a los nativos y se ordenara su captura. “Para continuar el diálogo, vamos a exigir que se anulen las órdenes de captura contra nuestros dirigentes, incluido Pizango. Son cerca de veinte dirigentes que tienen orden de captura. También exigiremos que se libere a los que siguen encarcelados (quedan 18 detenidos). Si el gobierno no hace eso, entonces nos retiraremos del diálogo. Estamos felices por la anulación de las leyes, pero seguimos muy afectados y dolidos por la forma cómo nos trató el gobierno”, le señaló a este diario Salomón Awananch antes de viajar a Lima para incorporarse al diálogo con el gobierno.

El gobierno se la jugó a fondo por unas leyes que buscaban facilitar el ingreso de las transnacionales a la Amazonia y terminó perdiendo. Ahora debe comenzar un diálogo con los indígenas con las heridas de la represión todavía abiertas y en una situación de mucha desconfianza. Lo que se viene no será fácil.

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