De lagunas a desmontes
En la tarde de ayer, jueves 24, el ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke, entregó al premier Salomón Lerner las observaciones de su ministerio respecto del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero Conga.
Miércoles 2 de noviembre. Los ministros del Ambiente, Ricardo Giescke; de Agricultura, Miguel Caillaux y Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, visitan las lagunas El Perol y Azul que serían afectadas por el proyecto minero Conga (Foto: Andina).
Por Gustavo Gorriti.-
El informe, de once páginas acompañadas por un resumen de página y media, contiene graves objeciones ambientales al EIA del proyecto Conga, y contradice en forma contundente al ministerio de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, que declaró el 21 de noviembre que el EIA “es correcto y tiene el visto bueno del ministerio del Ambiente”.
Algunos de los más importantes comentarios y objeciones ambientales expresadas en el informe del ministro Giesecke – al que IDL-Reporteros tuvo acceso – son las siguientes:
• En el “tema del agua y la utilización de cuatro lagunas”, que “genera polémica y rechazo al proyecto en Cajamarca”, el informe subraya que el Proyecto Conga “transformará de manera significativa e irreversible la cabecera de cuenca, desapareciendo varios ecosistemas y fragmentando los restantes, de tal manera que los procesos, funciones, interacciones y servicios ambientales serán afectados de manera irreversible”.
• El informe revela que de las cuatro lagunas que se proyecta desaparecer, solo dos, Perol y Mala serán vaciadas para extraer el oro. Las otras dos, Azul y Chica, “serán vaciadas y utilizadas como depósitos de desmontes” [sic]. Es decir, que se secará dos lagunas para acumular desmonte sobre sus lechos.
• También indica el informe que “la evaluación de los humedales (lagunas altoandinas, bofedales) no se ha desarrollado en función a la fragilidad del ecosistema que se pretende intervenir”. En su visita a las lagunas el 2 de noviembre pasado, el ministro Giesecke dijo, según un despacho de Andina, que “los bofedales y las lagunas cumplen casi exactamente el mismo papel que los glaciares: son reguladores del agua… deshacernos de las lagunas y los bofedales es como meterle dinamita a los glaciares”. Ahora, el informe subraya que el EIA no consideró el efecto de ese dinamitazo ambiental.
• Según el informe del Ministerio del Ambiente, el EIA de Newmont/Yanacocha no considera “las microcuencas de manera integral”. Por eso, “el criterio y análisis de afectación a los caseríos y centros poblados debiera realizarse por cada microcuenca hidrográfica”.
• Según fuentes del Ministerio del Ambiente, el EIA identificó solo 32 caseríos como área de influencia del proyecto. Pero el Minan sostiene que son mucho más caseríos en tanto la cuenca es mayor.
• A la vez, el Informe sostiene que “la vulnerabilidad de la zona de emplazamiento del proyecto por ser una cabecera de cuenca requiere un análisis hidrológico e hidrogeológico detallado”. De hecho, añade, “no se han realizado estudios que de manera fehaciente demuestren que los depósitos de relaves no producirán filtraciones (…) riesgo potencial, toda vez que en el EIA se confirma la existencia de flujos hídricos subterráneos (…). Por ello, el EIA debió haber contemplado estudios complementarios que aclaren estos aspectos”.
• En cuanto a la valoración económica del Estudio de Impacto Ambiental de Yanacocha, el informe presentado por el ministro Giesecke indica entre otras cosas que “la estimación del valor económico de la biodiversidad es insuficiente… una gran variedad de especies de flora y fauna que se han identificado en la zona …no ha sido valorada”. Según fuentes del MinAm, el EIA de Yanacocha solo valoró el impacto en la agricultura y ganadería y no el ambiental.
• El informe Giesecke indica también que “los US$86’000,000 de valor de reposición estimados en el EIA están subestimados; así, al eliminarse las lagunas y construirse un reservorio en su reemplazo no se está mitigando el impacto sino compensando solo el servicio de provisión hídrico, dejando de lado la compensación de los otros servicios ambientales perdidos”.
En las recomendaciones, el informe Giesecke sugiere que, en lugar de vaciar las lagunas Azul y Chica, para utilizar sus lechos como depósito de desmonte, “se evalúe la reubicación de dichos depósitos en zonas distintas a las ocupadas por dichas lagunas”.
En lo económico, recomienda que “los costos ambientales y sociales asociados al Proyecto Conga” sean “adecuadamente valorados en función a los impactos que éste generará en sus etapas de construcción, operación y cierre”.
A la vez, luego de puntualizar que “la Ley de Recursos Hídricos en su artículo 75º, reconoce las cabeceras de cuenca como zonas ambientalmente vulnerables, pudiendo inclusive declararse su intangibilidad”, y dado que “el Proyecto se desarrollará sobre una cabecera de cuenca que abastece a 5 microcuencas, se recomienda una mayor evaluación a través de un experto reconocido en la materia”.
Varias fuentes consultadas en el ministerio del Ambiente coincidieron en que el mejor calificado para esa misión sería el reconocido experto Axel Dourojeanni.
La intervención del ministerio del Ambiente en la evaluación del EIA del Proyecto Conga cambia en forma sustantiva los términos de la controversia sobre el Proyecto Conga. Las observaciones del ministerio encargado de la protección del medio ambiente obligan al Estado en su conjunto a demandar que las observaciones del Informe sean respondidas a cabalidad antes que el Proyecto pueda continuar.
El efecto más importante que debiera tener este Informe en lo inmediato sería bajar considerablemente la tensión social en Cajamarca y disminuir o terminar la confrontación. A la vez, ofrece al Gobierno, especialmente al presidente Humala, una vía racional para encaminar la regulación del Proyecto, promoviendo la inversión en tanto no signifique mutilación ambiental ni daños a la larga mayores que los beneficios de la explotación.
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