EFE
Hubo un tiempo que acabó hace ahora algo más de dos meses en el que las bolsas chinas, esas que hoy desatan el pánico en los mercados de todo el mundo, subían sin freno y parecían no tener techo.Pocas escenas ilustran tan bien esa etapa de euforia como las que se vieron el pasado 20 de abril en la Bolsa de Shanghái, cuando el volumen de negocios diario fue tan grande que no cabía en las pantallas del parqué.
Tal era el ansia de los inversores por comprar y vender acciones que sus intercambios generaron sólo en esa jornada más de un billón de yuanes (al cambio actual, unos 156.000 millones de dólares, 135.000 millones de euros). Era la primera vez que se alcanzaba esa cifra en Shanghái y el sistema informático del mercado chino no estaba preparado para dar cabida a sus trece dígitos (1.000.000.000.000).
“La entrada de una gran cantidad de dinero en el mercado desató la locura en la bolsa”, explica a Efe Yi Xianrong, investigador del Instituto de Finanzas y Banca de la Academia China de Ciencias Sociales.
Las bolsas de Shanghái y Shenzhen se convirtieron en marzo en las dos mayores del mundo por volumen de negocios, por delante de Wall Street, y así se han mantenido desde entonces, según los datos de la Federación Mundial de Mercados De Valores.
Entre enero y julio, en Shanghái se han movido 15,19 billones de dólares y en Shenzhen, otros 12,05 billones, frente a los 9,92 billones del parqué neoyorquino, de acuerdo con esa organización.
Detrás de esas cifras astronómicas se esconden las transacciones realizadas por los millones de pequeños inversores particulares que conforman el grueso del negocio de las bolsas chinas y son los responsables de su gran volatilidad.
“Para mantener un desarrollo económico rápido, el Gobierno ha estado promoviendo la inversión en bolsa durante los últimos tres años”, apunta a Efe Matthieu David-Experton, fundador de la consultora Daxue, con sede en Pekín.
“La popularidad de las inversiones en el mercado de valores creció tanto que creó un grupo de inversores volátil y sin experiencia: sólo un 15 % podrían ser considerados profesionales y muchos de ellos invirtieron por primera vez este año”, añade David-Experton.
Llegaron a superar los 90 millones de personas en junio, muchos de ellos sin conocimientos financieros previos y atraídos por los abundantes retornos de una inversión que parecía no tener riesgos, puesto que hacía meses que las bolsas chinas sólo sabían ir al alza.
En plena efervescencia, los mercados se revalorizaron alrededor de un 150 % entre junio de 2014 y el mismo mes de 2015 y, sólo durante la primera mitad de este año, crecieron un 60 %.
El experto en finanzas de la Academia China de Ciencias Sociales considera que el Gobierno, siguiendo el modelo estadounidense, trató de favorecer la entrada de particulares en los parqués como alternativa a la inversión en la vivienda, un mercado venido a menos en los últimos tiempos.
Apareció una espiral alcista: la llegada de nuevos inversores hacía subir a las bolsas y las subidas de las bolsas hacían llegar a nuevos inversores, justo lo contrario de lo que sucede estos días.
Tras la crisis bursátil de principios de julio, 24 millones de inversores individuales abandonaron los parqués chinos, según la agencia gubernamental encargada de registrar las cuentas de las bolsas.
“Como los nuevos inversores están afrontando una inestabilidad del mercado por primera vez, son particularmente responsables del pánico y exageran el efecto del hundimiento de los mercados al vender sus acciones por miedo”, señala el experto de Daxue.
Aunque en las últimas jornadas las bolsas chinas caen y caen, cualquier análisis que excluya las subidas previas queda incompleto.
“Para buscar las causas de las severas caídas de la bolsa china, podemos ver primero cómo subió hace poco”, insiste Yi.
Tras un lunes negro y varias jornadas en rojo, Shanghái ha retrocedido esta semana hasta los niveles de diciembre, pero su cotización sigue siendo un 33 % más alta que hace un año, cuando las bolsas chinas subían.
Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/cuando-las-bolsas-chinas-subian/
Tal era el ansia de los inversores por comprar y vender acciones que sus intercambios generaron sólo en esa jornada más de un billón de yuanes (al cambio actual, unos 156.000 millones de dólares, 135.000 millones de euros). Era la primera vez que se alcanzaba esa cifra en Shanghái y el sistema informático del mercado chino no estaba preparado para dar cabida a sus trece dígitos (1.000.000.000.000).
“La entrada de una gran cantidad de dinero en el mercado desató la locura en la bolsa”, explica a Efe Yi Xianrong, investigador del Instituto de Finanzas y Banca de la Academia China de Ciencias Sociales.
Las bolsas de Shanghái y Shenzhen se convirtieron en marzo en las dos mayores del mundo por volumen de negocios, por delante de Wall Street, y así se han mantenido desde entonces, según los datos de la Federación Mundial de Mercados De Valores.
Entre enero y julio, en Shanghái se han movido 15,19 billones de dólares y en Shenzhen, otros 12,05 billones, frente a los 9,92 billones del parqué neoyorquino, de acuerdo con esa organización.
Detrás de esas cifras astronómicas se esconden las transacciones realizadas por los millones de pequeños inversores particulares que conforman el grueso del negocio de las bolsas chinas y son los responsables de su gran volatilidad.
“Para mantener un desarrollo económico rápido, el Gobierno ha estado promoviendo la inversión en bolsa durante los últimos tres años”, apunta a Efe Matthieu David-Experton, fundador de la consultora Daxue, con sede en Pekín.
“La popularidad de las inversiones en el mercado de valores creció tanto que creó un grupo de inversores volátil y sin experiencia: sólo un 15 % podrían ser considerados profesionales y muchos de ellos invirtieron por primera vez este año”, añade David-Experton.
Llegaron a superar los 90 millones de personas en junio, muchos de ellos sin conocimientos financieros previos y atraídos por los abundantes retornos de una inversión que parecía no tener riesgos, puesto que hacía meses que las bolsas chinas sólo sabían ir al alza.
En plena efervescencia, los mercados se revalorizaron alrededor de un 150 % entre junio de 2014 y el mismo mes de 2015 y, sólo durante la primera mitad de este año, crecieron un 60 %.
El experto en finanzas de la Academia China de Ciencias Sociales considera que el Gobierno, siguiendo el modelo estadounidense, trató de favorecer la entrada de particulares en los parqués como alternativa a la inversión en la vivienda, un mercado venido a menos en los últimos tiempos.
Apareció una espiral alcista: la llegada de nuevos inversores hacía subir a las bolsas y las subidas de las bolsas hacían llegar a nuevos inversores, justo lo contrario de lo que sucede estos días.
Tras la crisis bursátil de principios de julio, 24 millones de inversores individuales abandonaron los parqués chinos, según la agencia gubernamental encargada de registrar las cuentas de las bolsas.
“Como los nuevos inversores están afrontando una inestabilidad del mercado por primera vez, son particularmente responsables del pánico y exageran el efecto del hundimiento de los mercados al vender sus acciones por miedo”, señala el experto de Daxue.
Aunque en las últimas jornadas las bolsas chinas caen y caen, cualquier análisis que excluya las subidas previas queda incompleto.
“Para buscar las causas de las severas caídas de la bolsa china, podemos ver primero cómo subió hace poco”, insiste Yi.
Tras un lunes negro y varias jornadas en rojo, Shanghái ha retrocedido esta semana hasta los niveles de diciembre, pero su cotización sigue siendo un 33 % más alta que hace un año, cuando las bolsas chinas subían.
Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/cuando-las-bolsas-chinas-subian/
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