En todo el mundo se están introduciendo formas de privatización en nuestros sistemas de educación pública. Muchos de esos cambios son consecuencia de una política deliberada, a menudo bajo el lema de la “reforma educativa”, y sus efectos pueden ser de muy amplio alcance en cuanto a la educación de los alumnos, a la equidad y a las condiciones del personal docente y de otras personas dedicadas a la educación. Asimismo, podrían adoptarse otros cambios inesperados, a saber, cambios en la forma en que los centros educativos son gestionados, que podrían presentarse como una forma de “adaptarse a los tiempos que corren”, pero que en realidad son reflejo de una orientación cada vez más basada en el mercado, competitiva y consumista, que caracteriza a nuestras sociedades actuales.
En ambos casos, la tendencia hacia la privatización de la educación pública está encubierta. Se camufla mediante un lenguaje que habla de la “reforma educativa”, o bien se va introduciendo a hurtadillas en forma de “modernización”. De esas razones precisamente se deriva el título del presente estudio:
“PRIVATIZACIÓN ENCUBIERTA EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA”.
El objeto de este estudio es sacar a la luz del día la tendencia actual en el camino hacia la privatización. Necesitamos contar con una transparencia mayor y con un mejor conocimiento de lo que está sucediendo en el mundo, de manera que podamos participar en un debate público y abierto acerca del futuro de la educación en nuestras sociedades.
La base en la que se apoya la Internacional de la Educación (IE) para ese debate es bien evidente. Durante el último Congreso Mundial de la IE, celebrado en Porto Alegre (Brasil) en el año 2004, adoptamos una resolución sobre el tema “Educación: ¿servicio público o mercancía?”, en la que se afirmaba lo siguiente:
“la educación pública es un sistema abierto a todo el mundo sin discriminaciones por motivos de género, religión, cultura o clase social, gratuito, financiado por el sector público, y gestionado y evaluado conforme a los objetivos y principios establecidos democráticamente por las autoridades públicas”.
También insistíamos allí en que:
“la educación no es una mercancía y no debe privatizarse”.
En concreto, señalábamos los peligros derivados de la comercialización internacional de la educación a través del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS) y exigíamos que la educación, la investigación y otros servicios sociales estuvieran excluidos del GATS y de otros acuerdos comerciales similares.
Lo anterior no significa que las organizaciones sindicales de la educación se opongan a la reforma. Rechazamos la idea mantenida durante mucho tiempo por algunas fuerzas políticas (muchas veces en su intención de promover intereses especiales) de que los sindicatos de la educación sólo piensan en el pasado. En nuestra resolución del Congreso de 2004 se ponían de relieve las muchas propuestas innovadoras presentadas por nuestros sindicatos con el fin de reformar y mejorar la educación. Por consiguiente, nuestro punto de mira está resueltamente puesto en el futuro.
La cuestión real objeto de debate, tal como este informe preliminar claramente pone de manifiesto, tiene que ver sobre todo con los valores y principios reales de la educación. La privatización encubierta o la comercialización de la educación pública tiene unas implicaciones enormes en la manera en que pensamos acerca de la educación y en los valores que sustentan a la educación.
Para decirlo de una manera mucho más directa en forma de pregunta:
¿lo que la educación pretende es ofrecer a cada niño y a cada joven la oportunidad de desarrollar todo su potencial como persona y como miembro de la sociedad?, o bien ¿lo que la educación pretende es ser un servicio a vender a unos clientes, que desde su más temprana edad se consideran consumidores y objetivos de la mercadotecnia?
Esta manera tan directa de plantear visiones enfrentadas no pretende de ninguna manera excluir las contribuciones que el sector privado puede hacer a la educación pública. La definición de la Internacional de la Educación de lo que entiende por educación pública, tal como se expresa en nuestros Estatutos, es lo bastante amplia como para reconocer el valor de esas contribuciones a través de un planteamiento democrático, no discriminatorio y equitativo con respecto a la educación. El Consejo Ejecutivo de la IE ha pedido que se realice un estudio sobre las asociaciones entre el sector público y el privado en el ámbito de la educación. Además, entre las organizaciones afiliadas a la Internacional de la Educación se encuentran aquéllas que repre sentan al personal docente de centros de enseñanza privados. En un estudio realizado el año pasado por Louis van Beneden se pone de relieve como las condiciones de trabajo de compañeros de la educación privada “tradicional” muchas veces carecen de normas razonables de aplicación al personal educativo.
¿Quizás ese estudio contiene una advertencia acerca de lo que nos espera en el futuro si la educación pública se privatiza de manera cada vez más acusada? En nuestro próximo Congreso habrá una sesión de mesa redonda que brindará a los delegados la oportunidad de examinar ambos estudios y las relaciones entre ellos.
Me gustaría agradecer especialmente a los autores, Stephen Ball y Deborah Youdell, por el trabajo hecho hasta ahora, y también a nuestro equipo de investigación, formado por Bob Harris, Guntars Catlaks y Laura Figazzolo, por su estrecha colaboración con ellos.
El presente informe tiene un carácter preliminar. Su propósito es identificar las cuestiones y sentar las bases para un informe futuro, que nos gustaría tener finalizado antes de acabar el año 2007. Desde aquí invitamos a las organizaciones afiliadas a la IE a estudiar detenidamente las cuestiones aquí planteadas y a enviar el mayor número posible de comentarios a los autores. Una de las características más relevantes que ya empieza a surgir en este ámbito, es que la privatización encubierta tiene muchas facetas y adopta múltiples formas.
Asimismo, esas diferentes facetas pueden estar interrelacionadas y reforzarse mutuamente, potenciando así las tendencias que están modificando el aspecto de la educación tal como la conocemos. Por esa causa, es de vital importancia que las organizaciones afiliadas nos envíen informaciones y comentarios acerca de las distintas facetas de privatización encubierta que están surgiendo en cada uno de sus países.
Sus aportaciones acerca de la realidad a la que se enfrentan actualmente en cada país nos ayudarán a enriquecer este estudio de forma trascendental. Por ello, les rogamos que lo lean atentamente, nos envíen ejemplos de sus experiencias y nos remitan sus observaciones. De ese modo, la Internacional de la Educación podrá elaborar un informe que deseamos tenga una gran repercusión en el ámbito internacional y, deseablemente, en cada país.
Fred van Leeuwen
Secretario General
Secretario General
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