Lo que suponíamos sobre el anunciado dialogo en San José, entre los criminales golpistas y el presidente democráticamente electo por los hondureños, Manuel Zelaya, llegó a donde debía llegar: a ningún lado. Considerando que a los golpistas les salió el tiro por la culata y que no han podido ganar ningún reconocimiento internacional, excepto el de los gusanos de Miami y el que les ha dado el “diálogo” acordado entre el presidente Zelaya con la secretaria de estado, Clinton. De otra manera ni siquiera podrían salir del país, porque podrían ser capturados por violación del derecho internacional con cargos por secuestro de embajadores y de la convención de Viena.
Así es que la salida debe ser rápida. La empresa privada hondureña que hizo su jugada magistral pagando y amenazando a sus empleados y llenando las plazas de San Pedro Sula y Tegucigalpa un día, para mostrar hacia afuera que los golpistas tenían apoyo masivo del pueblo, cayó por su propio peso. La gran empresa privada hondureña, salvo raras excepciones, ha estado acostumbrada a vivir de la estafa. Al saqueo del estado de mil maneras. Ali Babá se quedaría corto con las maniobras y trampas de los cuarenta ladrones aglutinados en su gremio empresarial. Lo que creyeron seria un paseo dominical se ha convertido en su peor pesadilla. Sus negocios favoritos de especulación financiera, lavado de activos, comercio de baratijas o comida basura se han quedado vacíos. Copan, la Alejandría Maya así como Roatán el paraíso caribeño, en plena temporada alta, se han quedado sin turistas. Los gorilas se dan cuenta de su craso error y ahora sus amos les piden cuenta y echan para atrás.
Versiones de hace días, daban por sentado que habían algunos oficiales en bases militares que se oponían al golpe y habrían sido arrestados. Ahora se dice que el general Romeo, el gorila mayor, puede estar detenido en una base militar. Todo esto nos muestra que hay mucha división en las filas golpistas, para quienes la situación, por mucho que quieran presentarla como normal, es todo lo contrario. Esta información confirmaría la tesis del mal menor. Esto quiere decir que la resistencia ha sido un factor decisivo en la situación que ha puesto en precario la capacidad de los golpistas de resistir todos los frentes. Tanto a nivel internacional, como a nivel interno, la cosa es crítica de muchas maneras. Los golpistas no han logrado dividir al Frente Nacional de Resistencia. Con todas las maniobras, incluido el anuncio en la primera cadena de medios de Goriletty de que el estatuto del docente no se eliminaría, este fin ha sido imposible. Los maestros, que no son ingenuos, saben que nomás pase la presión y se afiance la dictadura van a por ellos. Así que pese a algunos oportunistas que tienen sus días contados, la dirigencia magisterial esta contra el golpe y los golpistas.
Si lo miramos de forma positiva, el golpe y los gorilas han hecho lo que décadas de luchas populares no lograron: la unidad de la izquierda sin ambages. Aglutinados en el Frente Nacional de Resistencia han mostrado un crecimiento exponencial en la participación, en los métodos de lucha en las formas de expresión y de protesta. Han puesto en jaque a los golpistas, a sus financiadores y, aun más, a los norteamericanos, a quienes de remate, sus cálculos salieron muy mal.
Es de suma urgencia y deben decidirse por el mal menor, antes que la resistencia con sus líderes creciendo en experiencia, en lucha y aun más, en concertar y consensuar caminos de unidad, quienes cada vez son más concientes de su papel y de su creciente poder, están yendo cada vez más lejos. Hasta donde pueden llegar, no lo sabemos. Ahora no solo es la restitución del Presidente Zelaya en su lugar, sino, la consulta, la constituyente, la nueva constitución y, en fin, un nuevo país, sin corruptos, sin entreguistas, sin militares. Viendo las cosas como son, para los norteamericanos, es mejor sacar al gorila y sus más cercanos colaboradores, que ver una revolución en ciernes tomar de una vez por todas, el poder y mandar al carajo todo y a todos, sin negociaciones.
Dado este panorama posible, Mel estaría entrando al país por un punto ciego de los que abundan en nuestras tres fronteras terrestres o en las dos marítimas. Al mismo tiempo, militares “honestos” por supuesto, piezas no comprometidas abiertamente de los norteamericanos, resolverían lo que de otra forma es ya un dolor de cabeza creciente para ellos. Goriletty y sus mas cercanos colaboradores se irían al país canalero, se daría una amnistía a los menos comprometidos, Mel volvería al poder, se aplacaría el movimiento popular y todo volvería a su “normalidad” mientras llegan las elecciones en noviembre. Poco tiempo ya para volver a la consulta y la constituyente.
Queda por ver si el presidente Zelaya estaría dispuesto a ceder en aras de la reconciliación nacional y si dejaría de lado su gran proyecto. En el caso que esto ocurra, una vez más será una frustración grande para el movimiento popular. Carlos H. Reyes seguirá siendo una opción, ungida o no por Mel Zelaya, tendrá opciones reales de romper el bipartidismo, pero como ya lo estamos viendo no solo en Honduras, sino en el vecino cercano, una golondrina no hace verano. La precariedad de los gobiernos por la división de poderes muestra que es imposible hacer un proyecto para las mayorías con menos de la mitad de los instrumentos de poder real. A la luz de los hechos, quedan muchas lecciones para la izquierda y para el pueblo. La historia nos dará la razón.
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