EL APRA Y LA CORPORATIVIZACION DEL MOVIMIENTO SINDICAL
Las pretensiones del Apra siempre ha sido controlar el movimiento sindical peruano. Desde sus orígenes con Víctor Raúl Haya de la Torre, este partido de la gran burguesía peruana y del imperialismo, pretendió tener el control de sindicatos, federaciones y centrales obreras. Así desde hace varias décadas maneja la Central de Trabajadores del Perú (CTP), una organización ligada a los sindicatos libres de los Estados Unidos y a la CIA americana. Pero el APRA, mediante acciones violentas y criminales, intento muchas veces destruir el movimiento sindical clasista. Para este fin se alió a la delincuencia común, a los militares y a las fuerzas policiales. Los trabajadores recuerdan al APRA rompiendo cabezas y dientes para asaltar los locales de los sindicatos aguerridos. Recuerdan también a los “brigadistas” de este partido unido a la policía y paramilitares, en acciones vandálicas y criminales.
No con pocas razones se ha dicho que el APRA es un partido político seudo democrático de línea y doctrina política neo fascista. Hay muchas razones para ello. Su saludo partidario, con el brazo derecho hacia delante, y la palma de la mano mirando al cuelo, es una copia del saludo de las hordas fascistas de Mussoline. Sus ridículas fanfarrias políticas en cuyo centro se exhibe el “gran jefe” del partido, de la misma forma y estilo que lo hacia en su tiempo Adolfo Hitler o el Duce Mussoline. El uniforme negro de sus “vanguardistas o brigadistas” proviene también del fascismo italiano de los años 20, y la copia la hizo el mentecato y reaccionario Haya de la Torre cuando estuvo de paso por Europa. Aunque políticamente diferente, así también provino la copia de la Marsellesa aprista, que no es otra cosa que la mas vulgar representación de la verdadera y heroica Marsella de la revolución francesa y ahora himno nacional de la Republica de Francia.
La actual debilidad sindical tiene sus raíces mas inmediatas en el desprestigio de los dirigentes de las principales federaciones y centrales obreras, tales como la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), la Confederación Campesina del Perú (CCP), Sindicato Unico de Trabajadores en la Educacion (SUTEP), y otras organizaciones ligadas a las desprestigiada izquierda unida o izquierda caviar. Esta “izquierda”, como se conoce a convertido a los sindicatos en amasijos burocratizados que en los últimos 20 años no han sido capaces ni siquiera de defender las ocho horas de trabajo, mejoras salariales y mismo el derecho a la sindicalización. El actual movimiento sindical peruano, es minúsculo, y su burocracia, ha usado estas organizaciones como simples instrumentos electorales. Los sindicatos fueron trampolín político que sirvió para que los jerarcas sindicales salten con garrocha al parlamento, al senado y otras instancias del Estado. Es en esta crisis del movimiento sindical peruano que el APRA de García Pérez navega hacia sus planes corporativos y neofascistas.
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